Tomó una de mis
muñecas jalándome tras de él.
- ¡Espera! ¿A dónde me llevas?
Intentar liberarme de su agarre lo
cual no sería posible para mí al menos por el momento, es aún más fuerte que
Atlas, eso podía decirlo y mi corazón lo lamentaba.
- Ya que no puedo entrar a tu habitación,
te llevaré a la mía – rio por lo bajo.
- ¡Detente! – le ordené.
Él hizo caso omiso por supuesto,
intenté hacer palanca hacia atrás intentando frenar su paso claro que nada
sucedió y casi caigo al suelo por ésta maniobra tan poco planeada y torpemente
ejecutada.
Me sostuvo entre sus brazos ante tal
acontecimiento y por fin detuvo su paso.
- Puedes pelear todo lo que gustes –
me dio un pequeño beso en la sien – llegaremos a mi habitación y esa es mi
decisión final así tenga que cargarte.
Fiel a mi costumbre abrí mi boca sin
meditar previamente respondí lo primero que me vino a la mente.
- No creo que te atrevas – dije y
cruce los brazos dándome la vuelta para caminar de regreso.
Odiosa persona que fue dejada atrás
como mi damo de compañía ¡Dioses y Demonios! Que mente traviesa la de los
muchachos.
De inmediato me cargó colocando un
brazo en mi espalda y el otro en la parte de atrás de mis rodillas.
- Ese tipo de invitaciones son
irresistibles, ¡Por favor desafíame aún más!
- No, no, no – grité y me
retorcí para liberarme, pero fue inútil.
Nunca he sido muy buena orientándome
con la estrella de los vientos, nos dirigimos más allá de los verdes campos que
tenía aquel lugar, realmente no soy curiosa en estas cuestiones ya que nunca me
pregunté que había más allá de todo, pero estaba por descubrirlo.
Resultó que detrás de una valla natural conformada de
altos árboles se encontraba una propiedad de similar tamaño a la cual yo me
encontraba actualmente y sin tener que adivinarlo supe que esa sección estaba
destinada únicamente para nosotros.
Me rendí, no pelearía más y
esperaría hasta llegar a si habitación para planear mi escape.
Al llegar quise reírme de mi misma únicamente para no llorar.
¡Por supuesto que aquellas
habitaciones eran totalmente diferentes! Preparadas para nuestras particulares
necesidades.
A donde llegamos era un cuarto muy
amplio con varias camas contenidas en él, como un dormitorio de esos que se ven
en películas estadounidenses que van a campamentos, cero privacidades para
nadie y Kevin estaba loco si pensaba que me quedaría tan feliz en aquel lugar.
- Tenemos el lugar para nosotros
solos – declaró. Ponte cómoda.
Cerró la puerta tras de nosotros y
colocó el cerrojo.
Después de eso, procedió a juntar
cuatro camas individuales una junto a la otra.
- Ven – extendió su mano en un gesto
muy caballerezco.
Por mi nivel de enojo elegí no darle
la mano.
- ¡Aishhhhh porque complicas todo! –
Exclamó.
Tomó mi mano y me sentó en uno de
los extremos de la amplísima cama que improvisó apenas unos momentos atrás.
Se sentó sobre sus talones hasta
quedar casi a nivel de suelo.
- Necesito anticipar casi la mayoría
de tus movimientos, sé que no cederás fácilmente ante ésta batalla, por lo que
me disculpo anticipadamente por ser el ganador de esta batalla.
¿Ganador? ¡Ni siquiera he comenzado!
– pensé.
Se puso de pie y me besó la frente.
Fue por algunas cosas a un closet al
final de aquel lugar, lo que llamó mi atención fue que trajo consigo una
botella de crema corporal.
- Te consentiré con algo en lo que
soy todo un experto – declaró sonriendo.
Incliné un poco mi cabeza hacia un
lado.
Escaló hábilmente la cama por el
otro extremo.
- Permíteme uno de tus pies –
señaló.
Por unos momentos no capté sus
intenciones con aquellas palabras, por lo que se puso de pie y en un movimiento
re-ajustó mi posición.
Tomó uno de mis pies retirando mi
calzado de éste y comenzó a masajearlo suavemente.
Intenté y logré retirar mi pie al ser aquello demasiado íntimo
para permitir que lo hiciera.
El quedó hincado con las manos en la
última posición en las cuales las tenía. Levantó sus ojos hasta encontrarse con
los míos y me mostró su blanca dentadura con una gran, gran sonrisa.
Utilizó su voz grave y seria
- Vuelve a hacer eso una vez más y
entonces masajearé todo tu cuerpo. ¡Disfrútalo!
No dijo nada más y retomó su
actividad previa.
Después de escuchar esa advertencia
y a sabiendas que no se andaba con rodeos, no moví mi pie una vez que lo tomó
para retomar aquella actividad.
Me pregunté si tendría algún tipo de
fetichismo con los pies.
En algunos puntos su masaje
resultaba deliciosamente doloroso y me pregunté si me estaría convirtiendo yo
en alguna especie de masoquista producto de mi vida ahí.
Intenté mantener mi cara sin ninguna
expresión que evidenciara el total éxtasis que me encontraba viviendo, pues por
alguna razón en la cual no profundizaré por el momento algunas de mis partes se
vieron humedecidas por ésta razón. No recuerdo en qué punto fue, solo sé que me
quedé profundamente dormida en medio de éste acto.
Abrí los ojos a mitad de la noche y
me costó un poco identificar el lugar donde me encontraba hasta que recordé
todo lo sucedido.
¡Si estaba buscando un momento donde
escapar no habría mejor momento que éste!
Lenta y silenciosamente me incorporé
únicamente sobre mis codos para cerciorarme de que él estuviese dormido.
Mis ojos ya se encontraban
acostumbrados a la penumbra y observé que se encontraba al otro extremo de
aquella improvisada cama.
Al menos estaba respetando espacios.
Me moví lenta y sigilosamente
agradeciendo que las camas no rechinaran bajo mi peso.
AL intentar colocarme de pie, y
avanzar, algo jaló firmemente mi pie.
¡Había colocado un grillete en mi
pie! Seguí con mis manos los eslabones hasta llegar al otro extremo a fin de
verificar si podría liberarme de aquello, y mi sorpresa fue que él era el
extremo a donde yo estaba atada ¡Insolencia sobre insolencia!
Respiré profundamente, sostuve
fuertemente la cadena y haciendo acopio de todas mis fuerzas hice un solo jalón
certero, el cual lo arrastró por aquella cama y lo llevó directo al suelo.
Su energía se desplegó de inmediato como respuesta ante aquel ataque.
En respuesta mi descontrolada y poco manejada energía hizo lo propio
sorprendiéndome gratamente, ya que antes no había sucedido esto de manera tan
natural y rápida, él no podría saberlo claro, pues había estado ausente todo el
año anterior donde yo había comenzado mi entrenamiento.
Replegó su energía al darse cuenta de todo lo que estaba sucediendo.
- ¡Estas desnudo! - Fue lo único
que atiné a decir ¡Cúbrete por Dios! Replegué mi energía a fin de que ésta no
alumbrara más esto.
Sin ninguna pena el cruzó sus brazos en el pecho.
- Así es como duermo y de no haberme despertado de ésta manera tan poco
educada me habrías dado tiempo de cubrirme con mi bata.
Se estiró y caminó hacia mí. Hice lo único sensato que pude haber hecho
creo yo, me giré hasta darle la espalda, lo cual no importó pues me pasó de
lado y continuó caminando arrastrándome con él a cada paso pues aún
continuábamos unidos.
- ¡Libérame! – exigí plantando un pie en el suelo.
- ¿Intentarás escapar si lo hago?
- Apuesta por ello – exclamé.
- Entonces no tengo ninguna opción, prometí a los muchachos que
continuarías con tus terapias sin falta y no tengo la intención de faltar a mi palabra. Si no te molesta, quiero
dormir.
- Grrrrrrrr. Necesito ir al baño.
- La cadena es lo suficientemente larga para que puedas ir y dejar la
puerta semi - abierta.
- No podré concentrarme – esto último lo dije al tiempo que me
llevaba mis manos entre mis piernas
haciendo un además de ya no poder aguantar más aquella presión.
Lo reconsideró unos momentos, se
retiró la llave del cuello (¿Dónde más podría haberla guardado?) y me retiró
aquella prisión.
- Tienes solo un minuto para hacer lo que tengas que hacer ahí dentro,
después de eso abriré la puerta estés lista o no.
Apenas entré abrí el grifo y me escabullí por la ventana de arriba del
retrete.
Desafortunadamente Kevin estaba esperando por mí apenas puse los pies
sobre el césped.
Recibí una nalgada que me desestabilizó por completo, tuve que impedir
con mis manos que mi rostro se estampara con la pared.
- Sabía qué harías esto – dijo él sin que yo le preguntase nada. Eres
muy divertida si crees que podrás escapar de mí.
Escapé de Atlas, claro que podré escapar de ti. Pensé en privado.
- Puedo regresar sola – dignamente me sacudí su brazo con el que me
tenía prisionera.
Caminó tras de mí.
En mi mente comenzaría a correr despavorida desde que él no sabía lo que
haría pensé que podría tener cierta ventaja, pero como él dijo mis pensamientos
son muy ruidosos y antes de que siquiera pudiera comenzar a ejecutar el plan,
éste ya había fracasado.
- ¡No!- Grité con todas mis fuerzas cuando me tomó por el cuello
impidiendo que emprendiera la carrera, pero al mismo tiempo me dirigió con su
agarre hacía nuestro destino.
- Estas de broma si crees que dejaré
que me coloques nuevamente ese grillete.
Se rio un poco.
- ¿Qué harás? ¿Cómo lo impedirás?
Utilizando mis encantos femeninos –
me dije a mi misma y así lo hice.
Me acerqué con mi mejor cara de borrego adormilado, abriendo un poco los
labios y mirándole directamente a los ojos.
Comencé a retirarme las prendas de ropa que tenía sobre mí. En
apariencia esto no lo sacó ni un solo ápice de su zona donde todo él era
seguridad, pero pequeñísimo gesto en el ojo izquierdo lo delató.
Retiré mis pantalones y comencé a retirarme la blusa hasta llegar en
interiores hacía él.
- Por favor – dije en una súplica con mis labios apenas rozando los
suyos.
Aunque él permaneció inmóvil por algunos momentos, poco a poco fue
cediendo ante mis encantos, lo pude decir justo en el momento en que relajó sus
brazos y colocó sus manos sobre mis caderas justo en la parte donde mi ropa
interior terminaba.
Sus toque fue suave aun cuando el tamaño de sus manos indicaría lo
contario.
No desvió la mirada ni un solo momento. ¡Dioses y Demonios! Nuevamente
comenzaba a perder en un juego en el que se suponía debía ganar.
Su cuerpo se reajustó para recibir al mío, una de sus manos comenzó a
subir lentamente por el centro de mi espalda.
Sin pensarlo o anticiparlo soltó el broche de mi brassiere.
De inmediato e instintivamente cubrí a mis pequeñas con ambas manos. Mi cara fue de sorpresa total y esto
reveló que realmente mis intenciones tenían otro objetivo.
- Ahora vístete y acepta tu destino –dijo al tiempo que levantaba del
suelo el otro extremo de mi atadura.
¿Sorprendida? ¡Sin ninguna duda!
¡Bien! Perdí la batalla, pero no se iría sin pagarlo.
Durante las pocas horas que nos restaban antes de levantarnos, le
mantuve despierto (y de paso me mantuve
despierta yo, motivada por mi furia interna) jalando constantemente el extremo
que tenía atado a su cuerpo.
Su venganza llegó cuando fue el momento de entrenar. Aun cuando
únicamente nos dedicamos a caminar, lo hicimos por alrededor de 5 horas
¡Después del Yoga! ¡Personas Locas!
Ok, aprendí mi lección, me dije mentalmente.
Regresé a mi habitación muerta de cansancio, sonriendo y pensando que esto sería muy interesante,
después de todo no tenía nada mejor que hacer.
Las siguientes semanas pasaron rápidamente. Reconozco que él tenía una
manera más que agradable de hacerme reír - enfadar con la misma facilidad,
quizás lo hizo para no hacerme llorar o simplemente para mantener mi mente
ocupada, después de todo siempre se mostró bastante empático con mis emociones.
Sin importar el origen y molestia de mi comentario, él siempre terminaba
haciendo un comentario que derivaba en una gran sonrisa inevitable de mi parte.
Eso llegó directo a mi corazón, aprecié cada arruga en mi rostro producto de todas las sonrisas
sinceras que el generaba en mí ¡Estaba resultando tan difícil no quererle!
Tomó su rol de entrenador a pie juntillas siendo estricto pero siempre
cuidando de no sobre – esforzarme. Pude comprobar de primera mano que
efectivamente el entrenamiento recibido en su año de ausencia como ganador de
Torneo Anual lo hacía mejor que Atlas por mucho, desee internamente que lo
mismo le sucediera a Atlas y a los trillizos quienes fueron arrancados brutalmente de mí por capricho de Ella.
Sus entrenamientos no se compararon en intensidad a los entrenamientos
que viví durante los primeros días con Mario, César, Bruno, Jason e incluso Atlas,
dado que tenían que ser ligeros pues tenía que recobrar íntegramente mi salud,
mi resistencia y fuerza. Sobre todo los avances que había logrado en el año
anterior.
Tenía cierta lógica para alguien quien había permanecido un largo tiempo en cama teniendo que llevar cuidados post-operatorios, después claro tuvo que llevar a cabo entrenamientos apropiados para poder reintegrarse con los chicos, como he de hacerlo yo. Lo primero que buscó fué el ayudarme a obtener un abdomen de acero, que como sabemos es la base de tu cuerpo para hacer cualquier movimiento.
Tenía cierta lógica para alguien quien había permanecido un largo tiempo en cama teniendo que llevar cuidados post-operatorios, después claro tuvo que llevar a cabo entrenamientos apropiados para poder reintegrarse con los chicos, como he de hacerlo yo. Lo primero que buscó fué el ayudarme a obtener un abdomen de acero, que como sabemos es la base de tu cuerpo para hacer cualquier movimiento.
Energéticamente mis avances eran contrario a mis avances físicos y
requirió de toda mi fe para que mi verdadera energía no se manifestara ante
Kevin, sí, él sabía, pero no lo sabía todo y no tenía por qué saberlo.
Compartió conmigo la totalidad de su poder, hizo una demostración para mi. Su energía era... impresionante, el como podía replicarse a sí mismo me dejó embelesada y verde de envidia.
Compartió conmigo la totalidad de su poder, hizo una demostración para mi. Su energía era... impresionante, el como podía replicarse a sí mismo me dejó embelesada y verde de envidia.
Casi todos los días pensaba en Atlas y los trillizos, al inicio la mayor
parte del día mis pensamientos se
centraban en ellos, en ellos 4, a ese punto se habían convertido en algo más
que solo mis compañeros de aquella aventura, recordé los primeros días que
llegué aquí, el cómo Atlas simplemente robó mi corazón y lo mucho que me
resistí a entregárselo para finalmente terminar sola y abandonada por él.
Acepté trabajar para los trillizos en su lucrativo negocio, solo para
que por capricho de ella, terminara yo sola
atendiendo su negocio que al final de todo fui incapaz de hacerlo debido
a mi salud en general. También me sentí bastante deprimida al respecto ¿Qué
malditas cuentas les rendiría a su regreso?
Kevin se centró en aumentar mi fuerza, utilizamos mucho el Pilates, la
yoga, yogui – lates y todas esas combinaciones raras. No podría ir a romper
cabezas directamente y esto era un inicio después de todo. Paciencia fue una
palabra a la que le busqué el significado a través de cada una de mis rutinas y
le encontré un significado diferente en cada una.
Sí, él le estaba brindando un nuevo significado a mi vida, algo que
simplemente me afectaba ya que mi decisión final estaba tomada, soy de Atlas y
de nadie más.
Disfrutamos de muchas tardes descansando sobre el césped mirando
simplemente al cielo, yo solía recostarme a su lado y sobre su pecho, al tiempo
que él recorría con el dorso de su pulgar mi antebrazo haciéndome derretir a
cada instante.
Nos conocimos a profundidad.
Le entregué mis más oscuros deseos y mis más profundas confesiones, me brindaba
la confianza para hacerlo, me proveía de compañía cálida y amorosa, quizás lo
necesitaba, quizás después de todo únicamente hice caso a mi mente loca que decía
que no estaba dañando a nadie, que lo disfrutara.
Gozamos de tiempo fuera de aquellas instalaciones y exploramos mucho la
ciudad que nos albergaba temporalmente, consolidándonos así como una pareja
extraña, algo que me permitía mucho últimamente, no me culpé a mí misma por necesitar
cariño y tomarlo de él quién me lo brindaba hasta el momento
desinteresadamente.
Todo aquello era algo totalmente
nuevo para mí, viajando al extranjero y andar de su brazo como una pareja
cualquiera o mejor aún, como recién casados, por primera vez no discutí
referente de quien debía o no pagar lo que consumíamos, simplemente me dejé
consentir sin abusar.
Muchos besos fueron y vinieron, muchas caricias, él adoraba simplemente
mirarme a los ojos y perderse en ellos antes de un largo beso, justo la dosis
diaria de ternura que mi día requería.
En público él se comportaba recatadamente siempre manteniendo una
prudente cercanía sin disminuir o eliminar nuestro contacto.
En la intimidad era totalmente opuesto, me abrazaba a la mínima
oportunidad, los besos eran mandatorios casi a cada instante, adicional yo
disfrutaba día a día del gusto de su
semi - desnudez y no tardé en acostumbrarme a ello.
Aun cuando no todo estaba
consumado, sé que no esperaría por siempre, por su parte no había presión, me
pregunto si de haber perdido la virginidad con Atlas antes de su partida, ahora
me hubiera entregado también a Kevin, bueno, es algo que nunca sabremos.
Durante nuestras tardes de ocio me envició en el mundo de los mangas
& animes, mismos que al principio catalogué como un hábito de un niño de
secundaria, me resistí como gato panza arriba hasta que un día, un buen día que
no teníamos nada más por hacer (sin
contar que ganó una pequeña apuesta) nos sentamos rodeados de palomitas y
deliciosos postres a ver los primeros 5 capítulos de un anime que llevaba
semanas pidiéndome ver: Death Note.
Terminaré éste relato dignamente mencionando que abandoné mi lugar aquel
día, hasta que la serie no se terminó, iniciando así mi vicio por éste mundo.
Kevin se regodeó de ello cada ocasión que pudo, pues mi fascinación por
ésta serie aplastó brutalmente cualquier comentario negativo que hubiese hecho.
Incluso me regaló un pequeño monito del Shinigami de ésta serie.
Los animes me gustan rosas, rosas, siendo mis animes
favoritosm hasta el momento:
Dengeki Daisy, Kyou Loi Wo Hajimemasu & L-KD
Dengeki Daisy, Kyou Loi Wo Hajimemasu & L-KD
Los Doramas él simplemente los mencionó y yo hice el resto… ahora veo
telenovelas coreanas en todos los ratos libres que tengo, siendo mi particular
favorita hasta el momento: Playful Kiss, seguida por Oh My Venus
Sí, nos encontramos viviendo un mundo de ensueño, un mundo de fantasía
el cual me despediría a la llegada de Atlas, eso lo tenía bien definido y como
meta en mi pequeña mente, nuevamente me pregunté si lo lograría.
Inevitablemente sin pedirlo, desearlo o siquiera extrañarlo, llegó el
día del aniversario luctuoso de mi abuelita el cual coincidía en un doloroso
recordatorio con el cumpleaños de Atlas.
¡No! Dioses y Demonios, un día muy difícil comenzaba para mí, no quería recordar el año pasado
Exitosamente, a mitad de la noche logré escaparme de aquel lugar, para
ir a ningún destino en específico, solo lejos de todo y todos, dejé atrás mis
celulares, iPad y cualquier medio por el que me pudieran contactar y localizar.
No es que me echaran de menos o así, solo quería estar sola.
Tomé las llaves del auto de Kevin un día antes, sabía que no estaba
haciendo las cosas correctas o de la mejor
manera, pero no me importó, me convencí a mí misma de que no estaba huyendo,
solo estaba tomando un respiro.
Viajé lo más lejos que pude asegurándome que la gasolina restante fuera
suficiente para mi trayecto de regreso.
Ésta ciudad tiene magníficos paisajes, por lo que únicamente busqué un
lago frente al cual pudiera detener el coche.
No tenía ningún caso llorar, no traería de regreso a nadie, ni a Atlas
ni a mi Abuela.
Mi corazón se sintió apachurrado e inevitablemente recorrí mis pasos del
año anterior.
No pensé bien esto del aislamiento por un día. Mi estómago comenzó a
requerir alimento.
Mi abuelita solía decir que primero estaban sus dientes y luego sus
parientes, eso me sacó una carcajada porque si algo tenía ella era que es muy
ocurrente.
Hice caso omiso a mi estómago, recosté el asiento del conductor de aquel
deportivo rojo que me enamoró desde la primera vez que subí en él, subí mis
pies en el volante y abracé mis rodillas, colocando mi frente sobre ellas y
después me perdí en un profundo sueño.
Primero soñé a mi abuelita, preparando tortillas como tantas veces lo
habíamos hecho en su cocina, con una estufa a leña que dejaba impregnado el
aroma en nuestras ropas y cabellos el humo que desprendía, olí claramente y
añoré esos momentos, preciosos instantes a los cuales únicamente puedo acceder
en recuerdos o sueños. Le vi ahí sentada, con un gorro que ella misma tejió,
con sus ropas remendadas mil veces por ella misma ya que se negaba a usar las
ropas nuevas que le llevaban sus hijas, su dentadura postiza perfectamente bien
alineada ( yo no la conocí de otra manera) con la vista en el infinito y
sonriendo.
Así fue como la soñé, así fue como la honré ( sobre todo después de nuestra última charla)
No más lágrimas por ti mi hermosa abuela, vivo feliz en tu honor.
Como película sacada de Hollywood, pasé a mi segundo sueño donde se
encontraba Atlas vestido en unos pantalones de manta holgados y el torso
desnudo, estaba recostado sobre su cama, yo estaba frente a ésta, sabía que
aquello era una cabaña, y me reí para mí misma por saber éste dato que me era
de tan poca utilidad en un sueño.
Lucía tan bellamente apacible como solo él podía lucir en aquella
condición, su cabellera nuevamente era larga aunque no tan larga como el día en
que le conocí, y llevaba algo de barba.
Su cuerpo estaba golpeado, cosa que no se me hizo extraña, lo que sí era
extraño que en un sueño que yo diseñaba completamente se apareciera así.
En su cabecera estaban muchas fotos mías, algunas las reconocía otras
no, quizás las había tomado cuando yo estaba distraía o bien cuando dormía en sus
brazos.
Respiró profundamente y se reacomodó quedando sobre uno de sus costados.
¡Era un sueño tan vívido!
Me acerqué lentamente sin hacer ruido, me recosté a su lado y le abracé,
una delicia nuevamente sentir su calor, sentir su aroma, el compás de su
respirar.
Desee jamás despertar.
Rocé con mis dedos mi correa, la correa que nos costó tanto a ambos, y ahora colgaba de su cuello, le di unos
pequeños besos en la espalda, entonces…. Él despertó.
Le sonreí consciente de que aquello era un sueño, lo disfrutaría hasta
que yo despertase.
Se giró mirándome enormemente sorprendido.
- ¡¿Qué haces aquí Patea traseros?¡
- ¿Ni en sueños puedes llamarme diferente?
- ¿Sueño? ¿Crees que esto es un sueño?
- ¡Si! estoy soñando y realmente no quiero despertar Atlas, ¡Te he
extrañado tanto! Te amo, nunca lo dije antes, pero Te Amo. Te he extrañado
tanto que duele.
Una lágrima recorrió mi mejilla, la sentí tan nítidamente que solo la
puedo comparar con los sueños donde crees que vas al baño y realmente te mojas
encima.
Él tomó la lágrima con uno de sus dedos y la saboreó.
Me abrazó fuertemente y me llenó de besos.
- Patea traseros, tienes que regresar – dijo en un susurro – no estas
soñando, no afirmaré nada pero esto, ¡Esto es real!
- ¡No! No tengo que obedecerte, tú miserable terminaste conmigo después
de que abrí las puertas de mi corazón de par en par y como no te fué suficiente ese gesto, decidiste pasarme a los brazos de alguien mas.
-¿Eso es lo que crees? Después de todo hubiese esperado un poco mas de símpatía.
- Así es como fué, pero no perderé mi precioso tiempo discutiendo contigo, tengo mejores cosas en mente y desde que esto es mi mente...
-¿Eso es lo que crees? Después de todo hubiese esperado un poco mas de símpatía.
- Así es como fué, pero no perderé mi precioso tiempo discutiendo contigo, tengo mejores cosas en mente y desde que esto es mi mente...
- Patea Traseros esto no es un sueño ¡Regresa por favor!
- ¡Mentira! Incluso en mis sueños quieres mandar.
Me coloqué encima de él. Era MI sueño, eran MIS reglas.
Le besé y comencé a desnudarle. Desee repetir la noche que pasamos juntos después de aquel concierto.
- Desnúdame - le ordené – hoy es tu cumpleaños y quiero…
Me atrajo a él aprisionándome en un abrazo.
- Lo que más deseo es tenerte a mi lado, te lo prometí a mi regreso te
haré mía en el primer instante en que nuestros ojos se crucen, te arrastraré
hasta un lugar privado, prepárate – dijo con cierta picardía - no hoy, no así, esto no es un sueño, es la
última vez que lo diré y lamento lo que haré pero será necesario, no pueden
encontrarte aquí y Kevin, me escuchará a mi regreso
- ¿Kevin? - pregunté algo intrigada.
- ¿Kevin? - pregunté algo intrigada.
Puso su mano sobre mi pecho, su mano con energía encendida, pero antes
de que pudiera hacer nada o antes de que yo pudiera sentir nada, desperté en un
sobresalto pues alguien estaba sacudiéndome.
Lentamente regresé al momento actual, antes de aquel maravilloso sueño…
Kevin era la persona que me sacudía…
- ¡Diablos estaba teniendo un maravilloso sueño y tú…!
-¿Sueño? – preguntó contrariado.
- ¡Sí y tú lo arruinaste!
- Como sea – dijo él.
- ¿Cómo me encontraste?
- Mis autos tienen un localizador integrado, la próxima vez, roba el
auto de una persona común. No dejaste una nota tras de ti. Te has ganado a
pulso una buena tanda de nalgadas.
- ¿Eh? -
- Diablilla, he debido mover cielo, mar y tierra, primero buscándote en
todos los sitios donde sueles ocultarte, tardé un poco en descubrir que habías
tomado las llaves de mi coche, después tuve que activar el busca y encontrar
transporte hasta aquí, todo esto rogando que tus tíos no decidieran localizarte
precisamente el día de hoy ¿No creerás que pasaré esto por alto sin sacar
provecho de ello, cierto?
- Haz lo que desees – miré despreocupadamente hacia afuera del coche por
la ventanilla
- ¿Es una invitación?
- ¡Sí! –grité enfadada.
Regresamos en silencio
- Sé qué día es hoy, dijo él.
- ¿Lo sabes? ¿Cómo…? No quiero saberlo.
- Tendrás tus nalgadas, lo prometo, pero hoy haremos algo diferente...
CONTINUARÁ.
CONTINUARÁ.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario