Wattpad

viernes, 22 de julio de 2016

18. Runaway



Eran finales de Octubre y dos eventos estaban próximos a suscitarse:

1.    En  poco más de quince días semana se llevaría a cabo un evento en la clase de César el cual se titula “ Elemento Clave “ (A juzgar por el título, me imaginé que sería algo así como el elemento que activa tu progreso, etc.) y,
2.    Estaba a poco más de una semana del verdadero cumpleaños de Altas.

Para éste último evento había tenido que encontrar el momento de hablar a solas con los trillizos.
- A mí no me vengan con cuentos dije, sé que ustedes harán una celebración a lo grande para éste evento, me juego el apellido si no tienen reservado ya el lugar y todo lo demás.
- Negaremos todo hasta hablar con nuestro abogado – dijo uno de ellos.
- Lo que pido es simple, contraten a unas bailarinas casi exóticas y permítanme ser una de ellas, seguro que podrán organizarlo, quiero estar dentro de la coreografía, muy del tipo de “The pussy Cat Dolls”, es todo lo que pido.
- Atlas nos despellejaría vivos si accedemos a tal locura.
- No tiene que saber que ustedes estuvieron involucrados, pueden fingir demencia, incluso pueden organizar fiesta de máscaras o algo similar, así ni siquiera se dará cuenta que estoy ahí.
- ¿No puedes hacer ésta celebración en privado?
- Si puedo, dije, pero esto sería una gran sorpresa para él.
- ¿Me ayudarán o no?
- Se miraron entre ellos. Lo haremos con dos condiciones – dijo el Rubio – Después de todo no tienes otra manera para pagar nuestros honorarios.
- ¿Qué tienes en mente?
- Trabaja para nosotros, necesitamos ideas nuevas, una mujer que atienda a nuestros clientes, y un toque femenino, el mundo aún no está preparado para mi visión – dijo el “ Claramente Gay” de los trillizos - además te vendría bien algo de dinero.
- ¿ Creen que cuento con lo necesario? – La idea me entusiasmó sin dudarlo y ellos me pagarían por hacerlo.
- Creemos que con nuestra ayuda contarás con lo necesario en breve – afirmó el rubio.
- ¿Cuál es la otra condición?
-  Una cita, con mi hermano y otra con migo. A él solo le deberías un favor – Señalaron al moreno. Recordé que ellos confesaron abiertamente ciertas intenciones para conmigo ….
Esas palabras me transportaron a las citas  y los requisitos que demandaba Atlas.
- No, no acepto.
- Vamos BB, únicamente te mostraremos lo encantadores y caballerosos  que podemos llegar a ser si acaso decidieras mandar a volar a Atlas.
- No, Gracias – Ustedes perderían todos los dientes y yo… bueno, me sentiría muy mal conmigo misma.
- Lo cambio por favores – Se miraron entre ellos. Me dieron la mano y se retiraron con cierta prisa de ahí. Comenzaremos este fin de semana los ensayos, asegúrate de estar disponible.
- Pensé que algo habría detrás de todo esto, pero llegado el momento lo enfrentaría, no me detuve a analizar detalles.
- ¿ De que hablaban, ellos huyeron cuando me vieron llegar? – dijo Atlas quien me abrazó por la espalda.
- De nada en particular, me decían que querían raptarte este fin de semana, y dado que me toca ir con mi familia, les dije que tenían mi permiso.
- ¿Tengo tu permiso?  - rio de manera burlona.
- Claro, además de que ahora parezco ratón de biblioteca, no soy una compañía muy animada, sal y diviértete con ellos.
No dijo nada más.

Un par de días después, con el tiempo apenas justo para lograrlo los trillizos accedieron a ayudarme, solo que también tenían que cubrir sus espaldas por lo que diseñaron un plan para una celebración un poco más íntima.   
            - Si lo que quieres es un baile exótico, lo podemos arreglar, pero no te exhibirás ante un público con nuestra ayuda, valoramos nuestro pellejo, además de que eso sería traición directa para nuestro hermano a quién honestamente apreciamos más que a ti.
            -De acuerdo, eso puedo aceptarlo  - dije volteando los ojos hacia arriba, como si me quedara alguna otra alternativa.
            - Tomarás clases de bailes sugerentes con una maestra que contrataremos para dicho propósito, que si me permites decirlo, lo único que necesitas es que despierte toda tu sensualidad y escuchar a tu instinto, tienes todo el equipo necesario. Dijo el pelirrojo – Y después quizás quieras mostrarme lo aprendido, guiñó un ojo.
            Ese fue el trato que hice con ellos y cumplieron a pies juntillas.
            Ahí estaba yo esperando por Atlas,  el día indicado 11 de Noviembre, en una habitación de un Hotel cualquiera.. Bueno no, eso sonó a canción, el hotel no era cualquier Hotel, era por supuesto un hotel de categoría Grand Turismo ( el único en nuestra ciudad), me llevaron desde temprano hasta ahí.
            - Nos gustaría que comiences a ver cómo es que trabajamos – me instruía el Rubio.
            Dejé mis cosas en un sillón y presté atención haciendo anotaciones mentales, después de todo al final del día yo era una clienta más. Contamos con convenios con una serie de negocios que nos pueden brindar buen servicio, pero sobre todo discreción, ya que eso es un requisito indispensable para nosotros. El precio no es un factor importante, pero es necesario saber si el cliente cuenta con algún presupuesto, lo primordial es atender la necesidad del cliente en el tiempo requerido.
Utilizaremos ésta ocasión como ejemplo, nuestra clienta quiere darle una sorpresa a su novio, pero requiere que nosotros diseñemos completamente la estrategia, no cuestionamos, solo hacemos preguntas específicas.
¿Requieres algún tipo de transporte?, ¿Alguna habitación que tengas en mente?, ¿ Algunas horas o noche completa? ¿Alergias? ¿Alguna decoración o color específico? – Me sigues – preguntó.
En este caso es necesario que nosotros diseñemos completamente la estrategia, así como coordinar todo y además que ambos queden satisfechos, lo cual eleva muchísimo nuestros honorarios, pero las personas que nos contratan saben que lo valemos y lo pagan sin cuestionar.
Me guio hasta unas cajas que había dejado sobre la cama.
- Sabemos que el color favorito de Atlas es el negro en lencería femenina, encontrarás lo necesario en éstos paquetes, de tu talla y sobre todo que enfatice tus encantos.
- Aquí es donde entro yo, dijo el Moreno, soy magnífico para adivinar tallas y encontrar las prendas que te destacarán tus mejores puntos y ocultarán tus defectos – hizo una pausa – no es tu caso guiñó el ojo. Sacó delicadas prendas de los paquetes que señaló y me puse color rojo encendido, él  lo notó y las guardó de inmediato.
- Quizás sea mejor que las inspecciones en privado. – Ese también es nuestro trabajo, detectar la incomodidad del cliente y hacer que se sienta tranquilo y seguro.
Continuó el Rubio – Nos aseguramos que la iluminación sea la adecuada – bajó un poco la intensidad de las luces, revisamos que todo funcione bien, dentro de la habitación, repasó todos los servicios… Confirmamos en la recepción que se encuentren disponible las fresas , champagne y alimentos…
- Dejamos además en el closet un equipo completo de artículos que pueden resultar de utilidad.. ( Bebidas energéticas, chocolates, preservativos…) Debes observar también que nuestros tiempos deben estar perfectamente coordinados y la comunicación es básica para nosotros.
Habiendo dicho esto, se  colocaron los tres al pie de la puerta.
- Nuestros servicios están casi completos, iremos a buscar a Atlas para sacarlo de su fiesta y lo traeremos aquí para ti, asegúrate de estar lista en 30 minutos,  no lo traeremos antes, si me permites sugerir, colócate el antifaz para que no pueda reconocerte con facilidad y ubícate sensualmente en la cama,  el resto lo dejamos a tu criterio. Dicho esto se retiraron.
Contaba con el tiempo justo, saqué las prendas de las cajas que dejaron para mí, y quedé sin aliento por unos instantes, el encaje era muy suave y lleno de transparencias,  rogué por entender como colocar todo aquello sin romper nada en el intento, todo me calzó como guante y honestamente el moreno sí que sabía cómo hacer su trabajo, lucía más que deseable en aquel atuendo. Entendí entonces la cita que concretaron para mí un día anterior, donde me llevaron a hacerme mantenimiento completo ( exfoliación, depilación, etc.). Miré  el reloj, no tardaban mucho en llegar..
Horas antes había ido a comer con Atlas en una supuesta y única celebración de cumpleaños, él había argumentado que no deseaba separarse de mí, “ Ellos, tus hermanos tienen lista tu celebración, no te detengas por mí”.  Fue una fuerte discusión muy equilibrada llena de argumentos muy válidos por ambas partes, pero al final accedió a ir.
Pude escuchar que se acercaban, reían fuertemente. Al menos estaba feliz. Yo me encontraba preparada.
Al entrar ellos a la recámara mi corazón se desbocó y derritió al mismo tiempo.
- ¿Qué es esto? – preguntó al ver la habitación claramente preparada, luz tenue, algunos pétalos aromáticos distribuidos por el piso y yo sobre la cama, tendida de costado con una de mis manos cayendo casualmente sobre mis caderas, antifaz de plumas y labios color carmín encendido sonriendo para él.
- Nuestro regalo de cumpleaños, dijo uno de ellos. Dado  que BB y tú aun no formalizan nada y pensamos que quizás necesitaras un poco de diversión para olvidarte y pasar de ella, salieron de ahí y cerraron la puerta detrás de ellos.
- Él no dio un paso más allá, y respiró profundo. Titubeo en un gesto no muy propio de él. Claramente no me había reconocido pues me encontraba oculta en la semi penumbra con un antifaz que cubría la mayor parte de mi rostro.
- Señorita, comenzó a decir, agradezco los servicios para los que la hayan contratado mis hermanos, pero no podré quedarme, si acaso quedó algún pago pendiente con gusto cubriré el importe.
Me estaba rechazando porque no sabía quién era yo ¡El solo me quería a mí!. Ese es uno de los mejores afrodisiacos que puedo tener.  Me incorporé y me senté en la orilla de la cama, con mi corset que hacía resaltar mis senos. Evidentemente no pudo dejar de echar un vistazo a lo que tenía enfrente, sin embargo desvió la mirada, al tiempo que yo me ponía de pie.
- ¿Seguro que no quieres ver más de cerca? Quizás algo de lo que tengo aquí te agrade – hice una pausa – y lo quieras tomar.
Su cerebro tardó apenas unos segundos en reconocer mi voz, y sus ojos se abrieron ampliamente ante aquella revelación, entonces no solo miró, si no que observó con deleite. Sonrió de lado y cruzó sus brazos,  apoyando su quijada  en  una de sus manos, sus ojos ahora brillaban y observaban con deseo.
- Necesito que te gires para poder dar un nuevo vistazo de lo que tienes por ofrecer, soy exigente – dijo con desdén y adentrándose en el juego.
Entonces como toda una come hombres, comencé a girar, lentamente, deslizando mis manos sobre mi cuerpo  y contoneando mis caderas, me detuve cuando estuve de espaldas a él, colocando mi barbilla sobre mi hombro para mirarle, me quedé unos momentos ahí, esperando alguna reacción de su parte, él disfrutaba de la vista, sin dudarlo.
Escuché que comenzó a caminar y vi como pasaba al lado mío, de paso ajustó la iluminación dejando al máximo la misma, ahora contaba con iluminación total, él se ubicó en el sillón más próximo, sin dejar de observarme.
- Confío en que estoy cubriendo  sus exigentes expectativas – dije sonriendo.
- Aún estamos en etapa de evaluación – señaló tratando de esconder una sonrisa. Acércate, ordenó.
- Caminé con paso firme, me detuve cuando quedé frente él y me miraba hacia arriba, puse mis manos en mi cintura y tal como había aprendido de una gran maestra, elevé mi pie hasta apoyarlo en el asiento entre sus piernas. Emitió un gemido, suspiro, algo.. se inclinó para besar mi rodilla, y sus manos se colocaron en mi muslo al inicio de las medias de red que llevaba.
- ¿ Puedo? Preguntó haciendo ademán de retirarlas. Necesito inspeccionar más a detalle. Hice un gesto afirmativo con la cabeza sosteniendo mi respiración. Deslizó la media hasta la altura de mi tobillo, al tiempo que daba pequeños besos desde mi muslo y en dirección hacia mi tobillo, encendiendo todas mis sensaciones y emociones al máximo, nuestras respiraciones comenzaron a agitarse, me tomó por el tobillo y guio mi pie e hizo lo propio con la otra pierna.
            Él se tomó su tiempo, sin prisas, la noche era nuestra, el tiempo carecía de significado en ese momento,  tocando, disfrutando, se puso en pie y me retiró el antifaz, tomó mi rostro entre sus manos y acercó mis labios hacia él, fusionándolos en un beso con los míos, le abracé y lo atraje más hacia mi cuerpo, él no opuso resistencia, tampoco lo hice yo, ¿Cuál era el objeto, si después de todo el deseo era mutuo?.
            Me cargó por la cintura de manera que mis piernas abrazaran su cintura, sin dejar de besarme y nos guio hasta la cama, para continuar saboreándonos por unos instantes más, introduje mis dedos en su cabello y al mismo tiempo lo acerque más a mí, su sabor, su aroma, todo en él era una invitación sumamente provocadora para mí.
            Se incorporó en sus rodillas, sacando su camisa de adentro del pantalón, me incorporé.
- Por favor no me quites el placer de hacerlo yo.
Retiró sus manos dejándolas caer a sus costados mientras me observaba ejecutar aquella labor, me demoré tanto como pude,  dando pequeños besos sobre la piel que descubría a cada paso, haciéndolo estremecer, pude ver por la cercanía que cierta parte de él reaccionaba a todo aquello. Retomamos  el punto donde estábamos momentos antes sin demora, y sin presiones.
            Escuché mi celular sonar a lo lejos osando interrumpir aquel momento, por lo que solo atiné a ignorarlo olímpicamente, lo que fuese podía esperar, ese momento solo quería que  existiéramos él y yo, que ese momento solo fuese para nosotros.
            Me retiró completamente las medias llenando de besos mis piernas, adoré aquella sensación, mi cuerpo estaba respondiendo también a aquella estimulación, con gran habilidad me quitó el corsé que llevaba, evité pensar que evidentemente no era la primera vez que lo hacía, y me concentré en disfrutar el como sostenía cada uno de mis senos en sus manos y succionaba mis pezones, llevándome a un punto sin retorno.
            Nuevamente mi celular sonó – Diablos que inoportuno – pensé, quizás sean los promotores de los teléfonos ofreciéndome un nuevo plan… Él levantó la vista, pero lo regresé tomando su rostro entre mis manos y guiándolo a mi boca, deseaba que no se detuviera, lo quería nuevamente explorando mi cuerpo y sus rincones más ocultos.
            Se incorporó para retirar sus zapatos y pantalones, me ofreció una magnifica vista de todo él, desnudo y listo.
            - ¿Debo asumir que tenemos protección?
            - Afirmé, aunque pensándolo bien, los dejé en mi bolsa en el baño – dame unos momentos y regreso, dije.
            Escuché que su celular sonó y él respondió y mi corazón se apachurró un poco pues hubiese pensado que ignoraría cualquier llamada estando conmigo en aquellas circunstancias, tomé el envoltorio metálico y regresé, él estaba sentado en la cama, me miró y corrió a abrazarme
            ¿ Que sucedía? Mi corazón dio un salto, mil cosas pasaron por mi mente, mi familia, los muchachos, ¿qué había sucedido? Reparé entonces en las 2 llamadas perdidas que tenía, me liberé de sus brazos y cogí mi teléfono: “Mamá” decían las llamadas así como varios mensajes que también tenía, busqué sus ojos con mis ojos.
Me abrazó.
            - Tenemos que irnos, es tu abuela, está muy grave en el hospital. Tu mamá intentó localizarte en tu celular entonces llamó a César cuando no contestaste.
            El  resto lo deduje por mí misma aunque reconozco que mi mente registró todo esto en cámara lenta, difícilmente entendía lo que sucedía.
- ¿BB? ¿Estás bien?
Solo asentí.
La mamá de mi papá había fallecido años antes por lo que era la mamá de mi mamá a quien se referían, ella y yo tenemos una relación cercana aunque sentí que la traicionaba cuando accedí a mudarme con los muchachos sin siquiera pedir su opinión y consentimiento. Atlas me ayudó a vestirme, yo estaba en estado de shock, al mismo tiempo  llamó a uno de los trillizos explicando lo que había sucedido y pidiendo que subieran a arreglar todo a nuestra salida.
- ¿Eso también lo incluyen sus honorarios? – Sonreí.
Literalmente él me visitó, y nos apresuró a salir de ahí.
- ¿Sabes el hospital en el que está? – Preguntó
Saqué mi celular para ver si me había enviado algún mensaje al respecto, vi el resto de los mensajes que había enviado,  avisó hacía más de una hora que diciendo que habían surgido problemas con mi abue, y que la llevarían al hospital XXX, revisé la hora y me sentí muy mal conmigo misma pues a esa hora debía haber estado yo haciendo los arreglos para aquella celebración ahora arruinada.
Mi sangre se heló, comencé a llorar a raudales, Atlas me decía que me calmara que todo estaría bien.
- No lo entiendes dije entre sollozos -  si ella tuvo que llamarle a César para localizarme y además dijo “ Esta muy grave, date prisa porque es posible que ya no la encuentres viva”, entonces ya no está viva. Hablamos más de una vez de esto. ”Si algo sucede y alguno de nosotros no está aquí, simplemente diré “Date prisa, es posible que no lo encuentres vivo” de ésta manera no los pondré en riesgo a ustedes también.
- Siempre es posible que sea cierto, que ella aún esté con vida.
- Altas en mi conciencia siempre quedará que no estuve ahí el último momento de mi abuela, si no que por el contrario estaba satisfaciendo mis más primitivos instintos. No dijo nada, se limitó a manejar.
Cuando llegué, no necesité preguntar, vi sus rostros, no había nada por hacer. Me desplomé, Atlas me abrazó intentando consolarme, dejé que mis lágrimas recorrieran libremente mi rostro, lloré a grito y en silencio, no podía lavarme aquel cargo de consciencia.
Los muchachos no tardaron en llegar. Mi familia los veía asombrados. Ellos no sabían quiénes eran o porque estaban ahí consolándome y llorando a mi lado. César se acercó a mi mamá e intercambiaron algunas palabras. Los trillizos llegaron un tiempo después, yo ya me encontraba más calmada. Durante la noche hubo intensa movilización por parte de mi familia para  hacer los preparativos necesarios….
Entrada la madrugada la llevaron al lugar donde su cuerpo sería velado y ese fue el momento para mí, donde me romí completamente, fui consciente de que jamás volvería a verle con vida, escuchar sus consejos, regaños o volvería a ver su sonrisa. Vi su cuerpo frío e inerte, ¡Quería golpear a alguien y quería hacerlo ya!
Atlas me abrazó y me llevo lejos de ahí, a un rincón para que pudiese reaccionar libremente en la manera en la que lo quisiera. Acariciaba mi cabeza mientras yo lo cubría de lágrimas y mocos – Llora para sanar tu alma, yo estoy aquí para sostenerte.
Los trillizos, llegaron con cobijas para los presentes, sabían que nos  esperaba una larga noche, recuerdo que pensé cuan curioso era aquello, no sabía con exactitud si sentirme mal o bien por ellos, por un lado ellos jamás tendrían que vivir aquellas experiencias, la muerte de un papá, una mamá, un abuelo… por ese lado está muy bien, pero en el otro jamás vivirían las bonitas experiencias que éstos seres nos proporcionan.
No faltó quien preguntase por ellos, mi mamá les había dicho que eran compañeros de trabajo y para ahorrarse más explicaciones situó a Atlas como mi último pretendiente, casi mi novio.
Dentro de mi tristeza y destrozado corazón, había una cosa que me carcomía más que todo ¿Cómo podría superar aquel cargo de consciencia?
Muchos integrantes de mi familia pasamos la noche ahí, como dije, los trillizos se  encargaron de alimentarnos, arroparnos y cubrir nuestras necesidades básicas y apremiantes.
Una de las peticiones de mi abuela, era de la ser sepultada casi inmediatamente después de su muerte y sus peticiones eran como una orden para todos nosotros. Se organizó para que fuera sepultada antes de las doce del día ya que, de acuerdo a nuestras creencias, es cuando la tierra se abre para recibir el cuerpo del  fallecido.
Me sorprendí al ver a todos los integrantes de mi nueva familia, mi familia energética, presentes, brindando sus condolencias y respeto, incluso "ella", todos juntos como un contingente de alguna milicia, en la parte de atrás de la iglesia en donde se celebró la última misa de “ cuerpo presente” de mi abuelita. Nadie de ellos podía entender completamente mi sentimiento, ninguno conocía más familia fuera de nosotros mismos, quizás por ello es que estaban ahí.
El negro es un color funesto y hoy cobró un nuevo significado.
Cualquiera pudiera decir que era un día como cualquier otro, un día de Noviembre, un día común, solo que ese día, yo estaba enterrando a mi abuela.
Cuando la sepultamos nadie se quería mover de ahí, nadie en su sano juicio, quería aceptar que una vez que la dejásemos ahí, no había marcha atrás, se quedaría en aquel lugar frío y sola, sus hijas  e hijos se encargaron de vestirla con triple capa de ropa, le colocaron uno de sus tantos gorros que ella misma tejió y no pudieron olvidar su singular bastón ( bordón como ella decía, esto había sido claramente especificado por ella en alguna de esas pláticas que sostuvo con ellos, ella no le temía a la muerte, para ella era parte de la vida, era cumplir con un ciclo, ella lo entendía perfecto e intentó transmitirnos ese conocimiento, solo que, en el fondo de nuestra consciencia, no cabía esa "resignación", no tan pronto.
A éste punto más de uno había preguntado por Atlas, por lo que realicé las presentaciones correspondientes de "mi compañero de trabajo", al igual que los muchachos y el resto de los presentes. Vaya manera de hacer aquella presentación, pensé, también recuerdo haber pensado que quizás mi abue había planeado todo esto finalmente ella siempre demostró tener más conocimiento que cualquiera de nosotros aun cuando ella ni siquiera al kínder asistió.
Llegaron días difíciles, días oscuros para mí, días donde tenía que  ajustar cuentas con mi  conciencia e iba perdiendo aquella batalla. Después de haberle dejado ahí en el cementerio,  decidí que el mejor castigo para lo que acababa de hacer era alejarme de mi familia sanguínea, por lo que le aseguré a mi mamá que estaría bien y que cumpliría con mis compromisos tal como mi abue siempre había dicho “ el espectáculo debe continuar”. Llegué a mi recámara y no quería ver a nadie, me encerré ahí junto a mi dolor y tristeza, no era momento para estar sola, pero elegí estarlo y luchar contra mi conciencia, en contra de saber que mi abuela agonizaba mientras yo intentaba tener sexo ¡¡¡¡ Dios!!!, ¿Qué clase de persona soy?
Pasaron las horas y yo estaba ahí tumbada en el suelo, con una desesperación agonizante, no supe como canalizar todo aquello por lo que tomé mi ropa deportiva, mis tenis, me coloqué mis audífonos y salí a correr, los muchachos solo observaron la escena, corrí y corrí hasta que mis muslos ardían, hasta que mis pulmones casi estallan por aquel esfuerzo, corrí hasta que ya no podía más e incluso después de eso, fue hasta que tropecé pues mis pies fueron incapaces de sostenerme más que me derrumbé  esperando  que por fin mi agotado cuerpo durmiera un poco, pero no sucedió, dentro de mi ser estaba aquella emoción inflándose como globo y empujando por dentro mi piel, casi al punto de estallar, grité hasta quedarme sin aliento, grité hasta que mi cabeza casi estalla por el esfuerzo, hasta que quedé sin aire, hasta quedar sin voz, ¡Como me odiaba!. No sé cuánto tiempo pasó pero no había más luz del día, solo la luna alumbraba un poco aquella escena, intenté ponerme de pie, pero el cansancio me lo impidió. Me tumbé nuevamente y me rendí, cerré los ojos y desee desaparecer.
Abrí los ojos y por unos segundos, por unos felices segundos no recordé lo que había sucedido, mi Ipod se había quedado sin pila por lo que desconocía el tiempo que había trascurrido, me senté y abracé mis piernas contra mi pecho.
Me puse de pie incapaz de saber si podría encontrar el camino de regreso a casa entre aquella penumbra, pero no tuve que esperar a investigarlo, tan pronto me puse de pie, me di cuenta que Atlas se encontraba una prudente distancia de ahí
- No puedo verte en estos momentos Atlas, no con lo sucedido, lo lamento.
- Nada de lo que hubieses hecho o dejado de hacer, cambiaría el resultado.
- ¡EXPLICASELO ENTONCES A MI PUTA CONCIENCIA!.
- La única que puede perdonarse algo que sinceramente nadie te está cuestionando eres tú. Tu sola decidiste hacer de un acto simple una pesada carga, no estabas haciendo nada malo, no hiciste nada malo, es simple: así debía ser, solo debes entender cual es la enseñanza detrás de esta dura lección. Me tomó de la mano y me guió de regreso a casa, nos tomó una hora llegar hasta un coche que estaba ahí esperando por nosotros, hasta donde adivino fue el lugar que pudo accesar. Regresamos en silencio no dijo nada mas, me bajé del coche sin esperarle. El me vio desaparecer tras la puerta de entrada de mi casa. Ahí estaban los muchachos. Se pusieron de pie al verme llegar.
 César me abrazó y honestamente no quería que lo hiciera, comenzaría a llorar inevitablemente de nuevo. Llora todo lo que necesites pequeña – Besó mi cabeza.
- Quiero estar sola, dije.
- Y respetaremos esa decisión dijo Jason, al menos por los siguientes días, lo mejor para éstos casos es estar en compañía de las personas que te aman y aquí estamos nosotros para esa labor.
- Haz las paces con tu alma – dijo Mario. Me pregunté si sabría la verdadera razón de mi estado actual.
- Me preguntaba si mañana … - hice una pausa – podría faltar al entrenamiento.
- Querrás decir hoy – respondió Mario – Puedes omitir el entrenamiento de esta semana para que te recuperes, dijo. Tómate tu tiempo, éstas situaciones nunca son fáciles.

Subí a mi recámara y tomé un baño rápido, no me importó meterme en mi cama con el cabello aun empapado.
Había una bandeja con algo de comer, pero la ignoré por completo, quería sumergirme en un sueño profundo y no despertar hasta que mi corazón hubiese sanado o al menos ya no sintiera dolor, desperté al siguiente día bastante entrada la mañana, me quedé mirando el techo mientras mis ojos se inundaban de lágrimas por el recuerdo de la partida de mi abue.
Había nuevamente comida en mi mesita de noche, misma que no toqué. Salí y tome las llaves de uno de los carros, después de todo había tenido su permiso para hacerlo. Fui con mis papás más que otra cosa para ver cómo estaba mi  mamá, afortunadamente la encontré mucho mejor de lo que esperaba incluso mucho mejor que yo. Salí tarde de ahí y cuando llegue todos estaban ahí en la sala esperando.
- No desayunaste - indicó Mario
- No tenía mucho apetito, pero comí algo en casa de mis papás.
- ¿Cómo están ellos?
- Mi mamá se encuentra mucho mejor de lo que esperaba, debo reconocerlo, fue una muerte repentina, aunque mi abue ya tenía ciertos padecimientos, afortunadamente no estuvo en cama enferma, era algo a lo que ella le temía por así decirlo, creo que mi mamá está encontrando resignación en ello.
- ¿Y tú?, como te encuentras, preguntó César.
- Bajé la cabeza y me derrumbé ante aquella pregunta, ¿yo? Estoy luchando en contra de mi conciencia ¿saben?, después de todo no acudí cuando me llamaron, no acudí a verla en sus último momentos, no estuve ahí, ahora tendré que vivir el resto de mi vida con ello en mi conciencia. Me sorprendí ante aquella confesión, pero  las palabras fluyeron fácilmente a través de mis labios, y honestamente sentí un gran alivio al decir aquello, no preguntaron detalles, no me hicieron sentir más miserable de lo que ya era.
- Siéntate un momento solicitó – Bruno. A estas alturas debes saber que todos nosotros conocemos disciplinas que pueden ayudarte a sanar ese dolor, pero no podemos hacer nada si tú no quieres sanarlo.
A este punto mis lágrimas habían pasado un punto de no retorno. Estaba nuevamente moqueando y llorando como loca.
- BB, no podemos solicitarte que confíes ciegamente en nosotros, y mucho menos a tan pocos meses de tu llegada a nuestra vida, tratamos de darte tu espacio y respetar tus decisiones, hoy tenemos que tomar cartas en el asunto pues éste desafortunado evento te está afectando más de lo que quieres reconocer, tu apetito disminuyó y eso no podemos pasarlo por alto, te estás autocastigando por algo que necesitas comenzar a aceptar como parte de un contrato que tenían tú y tu abuela, lee este libro, te ayudará – Bruno puso el libro sobre mi regazo.
No entendía como ellos podían siquiera pensar que yo tendría ánimos de leer, no me estaba autocastigando, era algo que merecía, ellos no lo entenderían.
Tomé el libro y les dije que subiría a descansar no sin antes agradecer por el coche y les dije que solo necesitaba tiempo, que los vería mañana. Entendí entonces que debía esforzarme por regresar a su normalidad mi rutina, debía encontrar la motivación y la fuerza. Atlas mes estaba dando mi espacio y lo agradecí infinitamente, pues era la última persona a quien podía ver en esos momentos. Dormí un poco mejor ese día, desafortunadamente en medio de la madrugada me desperté y no pude dormir más, elegí salir a correr nuevamente para agotar a mi cuerpo y que accediera a dormir para anestesiar mi dolor. Era muy temprano, intenté hacer el menor ruido posible intentando no despertar a nadie, sensatamente tomé mi celular una botella de agua y salí dispuesta a destrozar mi cuerpo. Troté por todo el perímetro de los dominios de la asociación, mi cabeza daba vueltas entre el dolor y la confusión de mi cuerpo al no entender por qué lo estaba esforzando de aquella manera. Recordé como ese día elegí estar con Atlas, y me reprimí una sonrisa. La loca de la casa había comenzado a hablar nuevamente.
Debes ser la peor persona del mundo.
La ignoré, pero ella luchó por hacerme saber que estaba ahí para ejecutar su papel de juez.
Tu abuela agonizaba, probablemente esperando por  tu llegada, mientras tú te contoneabas en frente de alguien a quien difícilmente podrás hacer tuyo completamente, frente a alguien a quien jamás podrás llegarle a la altura. No olvides la chica que lo abordó en la fiesta de bienvenida…
No olvidemos tampoco lo que escuchamos esa noche, me rechazó porque pensó que no era yo, además los trillizos le habían dicho…
Tu sola quieres convencerte de lo contrario. Afronta tu realidad de una vez y por todas, él no es para ti.
¿Entonces por qué ha tenido tantas muestras de cariño y me atrevo a decir amor, para con migo?
Ves solo lo que quieres ver, él al igual que muchos más te mostrarán su lado bueno para obtener lo que quieren y después se convertirán en algo ruin y nefasto. ¿Dónde está ahorita?
No vayas por ahí BB…
Notaste que no está a tu lado, evidentemente él celebró su cumpleaños contigo o sin ti, ¿Te está dando tu espacio? Pobre Ilusa, esta encamado con alguien más, cogiendo y revolcándose, algo que tú no has querido darle.
Él me está dando mi espacio, es todo, yo se lo pedí.
Si realmente te quisiera estuviera a tu lado, después de todo estás viviendo momentos difíciles, si realmente te quisiera o amara como lo quieres creer, estaría aquí sin importar nada más…
Mi mente acalló y mi cuerpo colapsó… no pude más, me hinqué llorando desesperadamente, mi parte racional tenía razón estuve jugando un juego en el que no tenía la mínima oportunidad de ganar, él … él no está aquí, lo elegí a él sobre mi abue, y ahora ella tampoco está aquí, en ese  justo momento, con ese pensamiento en mente y mi conciencia agonizando, mi cuerpo se inundó de ese sentimiento que no te deja respirar, que te cae en el pecho como una pesada piedra, que te infla de adentro hacia afuera sintiendo que te asfixias pero que no termina de desaparecer…. Grité con toda mi alma, fuerzas y aire para intentar sacar éste dolor, le grite a Dios, le grite al Demonio, me grité a mí misma y comencé a golpear el suelo con mis manos, con mis puños hasta que estuvieron sangrantes e incluso aun así continué golpeándolos, me odié, merecía cualquier castigo, lo merecía sin duda.
De la nada y sin pensarlo ahí estaba él.
- ¿Pero qué has hecho patea traseros?
- Déjame – le grité casi sin aliento y con la voz ronca producto de mis gritos anteriores.
            Se hincó frente a mí y me abrazó impidiendo que continuara provocándome daño, a él también le golpeé un poco.
            - Suéltame – le demandé. ¿Dónde has estado? ¿No se supone que deberías estar disponible para mí 24 x 7?
            - Solo me alejé para darte espacio y que pudieras hacer las paces con tu conciencia, supuse que mi presencia sería un amargo recordatorio, de haber sabido que te pondrías así, jamás me hubiera alejado de tu lado…
            - Déjame, ve con quien quiera que estuviste estos días… no quiero saber.
            Vamos tenemos que curar tus heridas.
            - No, no quiero curarlas. Me miró unos momentos, me alejó un poco y me estudió, entrecerró los ojos y literalmente sentí como veía a través de mí. Regresó a abrazarme, tienes que comenzar a hablar, con migo o con quien quieras, no es saludable para ti o para nadie guardarse esas emociones. Vamos dilo, dilo en voz alta, te sentirás mejor te lo garantizo.
            - No. ¡Déjame!
            Continuó abrazándome. Bien, como te plazca. Pasados unos minutos Comenzó a caminar con migo entre los brazos, me solté y caminé por mí misma a regañadientes. Nos tomaría un largo rato llegar a la casa. Caminó en silencio a mi lado. Llegamos a casa, de inmediato lavo mis manos con sumo cuidado, intentando no lastimarme pero honestamente no me importaba.
            Nos sentamos en la mesa del comedor y colocó el desayuno que los muchachos habían dejado para mí.
            - No tengo hambre – dije.
            - Lo sé y lo entiendo pero necesitas comer, no has probado alimento en días y aun cuando crees que nos engañas, lo sabemos. Come, no es una petición.
            Me puse de pie, ¡No!, Me di la vuelta con la intención de salir de ahí, él me atrapó al instante por la cintura, arrastrándome hacia la silla nuevamente.
            - Puedes hacerlo de la manera fácil o difícil, pero comerás, dijo, tengo cero tolerancia hacia tus tendencias autodestructivas, pues no solo te destruyes a ti, nos estrás destruyendo a todos, ¿ Qué pasará si algo te sucede? Te has puesto a pensar en ello, ¿Qué dirá tu mamá? Seguro nos culpará a nosotros y eses sería la menor de nuestras preocupaciones. ¿Realmente no somos capaces de garantizar tu seguridad e incluso protegerte de ti misma?.
            Él tenía un punto que ciertamente no había considerado. Comencé a comer poco a poco lo que habían dejado para mí y me di cuenta que tenía más hambre de la que realmente pensé, obviamente la comida me cayó pesada y me produjo pesadez, se lo dije y me retiré a dormir, me perdí en un profundo sueño lleno de pesadillas, y todo se reducía a un punto, mi sentido de culpabilidad.
            Desperté entrada la tarde, abrí y cerré un par de veces los ojos, observé el libro que me había entregado Bruno en mi mesita de noche, ese día también me había negado a leerlo. Estaba más tranquila pero aun sentía esa furia interna…


           ¿Realmente ellos sabían todo referente a mis pasos? No suena tan descabellado.
Caí en una espiral de auto - destrucción. La siguiente semana regresé a los entrenamientos y buscaba golpear y ser golpeada, era mi castigo, me repetía constantemente en mi mente.
Atlas me observaba a la distancia, mantenía su distancia, observar mis pasos y podía afirmar que, se encontraba a la expectativa de mis pasos, realmente no era mucho lo que él podía hacer.
A ojos de los muchachos y Atlas, era simplemente que ahora tenía más empuje, mas motivación y decisión…
Me sentía conforme con aquella actitud, tenía lo que merecía. Solo podía pensr en la actividad  de la siguiente semana, me presentaba una nueva oportunidad pesé al escuchar  a muchos de los chicos decir que se encontraban muy ansiosos de que llegase el día, pues era como una batalla en chiquito, donde podían pelear incluso por días sin tregua…. Sin decir más, era justo lo que necesitaba...


No hay comentarios.:

Publicar un comentario