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viernes, 29 de julio de 2016

19. "Last Man Standing”

Anterior: 18. Runaway


Finalmente llegó el día del evento organizado por César nombrado: “Elemento Clave” el cual contrario a lo que pensé, no se trataba de encontrar el elemento que te ayudaría a desarrollar tus habilidades, más bien se trataba de peleas, no sé honestamente porque pensé que no se relacionaba con peleas…
 César comenzó a hablar  teniéndonos a todos reunidos frente a él.

1.    Hemos formado dos equipos, distribuyendo equitativamente  fortalezas y debilidades de acuerdo a los resultados y desempeño en la última pelea trimestral,  desde este momento y hasta que el juego termine,  nadie podrá regresar a casa, todos los integrantes de los equipos deberán permanecer juntos, un equipo se encontrará supervisado por Mario y el otro por Bruno.
2.    El objetivo de ésta práctica es, además de fortalecer el trabajo en equipo, explotar sus habilidades recordando que son evaluados a cada momento. Las reglas son pocas, entre ellas:
3.    Cada equipo puede tomar como prisioneros a cada uno de los integrantes del  equipo contrario y el juego únicamente se dará por terminado cuando el miembro clave del otro equipo sea capturado, el elemento clave no puede entregarse voluntariamente al otro equipo, así como tampoco puede ser entregado por los miembros del otro equipo.
4.    El equipo perdedor, se dedicará a pintar  nuestras instalaciones durante los próximos fines de semana, el equipo ganador, de sobra esta decir, podrá excluirse de ésta actividad.

Acto seguido fueron anunciados lo líderes de cada uno  de los equipos, así como sus integrantes, Atlas lideraba uno, lo cual no era sorpresa, además de que yo estaba en ese equipo (¿Acaso era novedad?).
Para mi des fortuna, escuchamos decir  a uno de los integrantes más fuertes del otro equipo   quien además era su líder: Aarón (la única persona con quién tenía prohibido relacionarme, si recuerdo con exactitud las palabras de Bruno fueron “No tienes permitido asistir a las fiestas que él organiza” sin proporcionarme mayores explicaciones esa fue la instrucción). Pues bien, le escuchamos decir que decir que no le sorprendía la división de los equipos, era predecible que yo  estuviera  en el equipo de Atlas, pues él siempre me está  protegiendo realizando actividades que claramente no son de un guardián, si no que se atienden más a las de un novio sobreprotector.
- Hace semanas que debieron romper ese vínculo de guardián que tienen, ustedes son los últimos, ¿ella es retardada  acaso? ¿No ha sido tiempo suficiente ya para que la dejes caminar sola? – esas fueron las declaraciones de Aarón entre otras cosas.
Yo vi en esas palabras la ventana  perfecta, yo quería enfrascarme en las peleas sin estar siendo protegida por Atlas, quién evitaría que lo hiciera aún más cuando de acuerdo a él tengo tendencia autodestructiva debido al reciente fallecimiento de mi abue. El subidón de adrenalina que me genera la emoción y las sustancias que mi cuerpo segregan debido a la emoción y miedo de estar en medio de esa actividad me hacen sentirme relajada después, las necesitaba, no era que las deseara, las necesitaba, punto.
El rostro de Atlas se veía endurecido, se giró hacia él con los hombros cuadrados y las manos convertidas en un puño -¿tienes algo que decirme? – ven y dímelo a la cara le gritó dando grandes pasos hacia donde su grupo se encontraba reunido, hasta finalmente quedar cara a cara.
- No me estoy ocultando – se irguió frente a Atlas. De tenerla yo entre mis líneas…. – guardó silencio. Pruébame que estoy equivocado, envíala a mis filas, teniéndola de tu lado y asegurándote que ella será la ganadora, eso es claramente manipular los resultados ¿no te parece?
La verdad no peca pero incomoda, decía mi abuelita con bastante regularidad. Honestamente me sorprendió que César no detuviese aquel inicio de trifulca, lo que hice fue tomarlo por un brazo y alejarlo del resto, quería la privacidad que pudiese obtener para discutir esto con él.
- ¿Sabes? Me inclino a pensar que él tiene razón – dije por lo bajo -  te la has pasado por la vida, cubriendo mis espaldas y ayudándome en la medida de lo posible rayando en la desobediencia de las reglas, y eso se nota. No esperes que ellos lo pasen por alto, cuando eres tu quien exige respeto apegado a las reglas en su clase.
- Yo no le veo nada de malo el querer hacerte más sencilla la existencia, después de todo ese es mi trabajo.
- Tu trabajo, si no me equivoco es guiarme y adentrarme en este mundo, no hacer las cosas por mí, le puse la mano en el pecho y le vi directamente a los ojos los cuales, suplicantes, le pedían que me dejara ir al otro equipo. -Entrégame a sus filas - . Le pedí. Por supuesto me miró con cara de estarle solicitando que cometiera un asesinato.
- No lo haré, se negó rotundamente.
César intervino a éste punto.
- Atlas, debes tomar una decisión. Le miré nuevamente e hice algo que no medité profundamente como casi todas las cosas que hago últimamente.
Me crucé de brazos, planté un pie en el suelo y le miré a los ojos con mi mejor mirada de enojo – Me estas convirtiendo en alguien dependiente en contra de mi voluntad - ¿Acaso tanto anhelas que caiga rendida a tus brazos, que al no encontrar la manera de entrar a mi corazón me estas manipulando para que seas la única persona de quien mi existencia dependa y entonces no me quede más remedio? ¿Son esas tus intenciones?
Quedamos en silencio por unos momentos, me miró sin ninguna expresión en los ojos, su postura era relajada pero sus mandíbulas estaban fuertemente apretadas, entonces rio al tiempo que colocó sus manos en mis hombros presionando como si quisiera romperlos.– No es que hubieses encontrado la panacea del mundo ¿ cierto?, tampoco es que te moleste que vaya por la vida protegiéndote o lo que es peor, no es que consideres siquiera que te estás haciendo dependiente, tú lo que deseas es continuar con esa actitud autodestructiva en la que te has envuelto las últimas semanas. ¡Diablos, debí anticiparlo! retiró sus manos dejando que cayeran violentamente a sus costados.
La manera en cómo me dijo aquellas palabras, lenta y pausadamente, evidenciaban su molestia y quizás algo de desilusión.
- ¿Es lo que deseas? – Preguntó finalmente  mirándome directo a los ojos y clavando sus dedos en mis brazos.
- Si, eso es lo que deseo – Respondí, aunque lo que realmente deseaba responder con toda la sinceridad del universo que aquello era lo que esta humilde servidora necesitaba para intentar sanar un poco su conciencia.
Asintió tomándome de un brazo con nada  de delicadeza y  conduciéndome con el que sería mi nuevo equipo. -  Si esos son tus deseos -dijo, debes saber que no detendré mi fuerza, mis puños o equipo, solo por ti, ésta vez estas por tu cuenta.
- Adelante Aaron-  llévatela, pero tendrás que darme a 2 miembros de tu equipo, esa es mi condición, éste se mostró desconcertado y tras unos momentos de vacilación, asintió.
- Los elijo a ellos – dijo Atlas señalando a 2 de los miembros más débiles de su equipo un par de novatos como yo.
- Un cambio extraño - señaló Aaron – ¿buscas a quien culpar tras de tu aplastante derrota?
- Atlas permaneció sin decir nada tras éstas acciones viéndome avanzar hacia el otro grupo. Señaló después a  Aaron directamente y frente a todos. Convertiste esto en algo personal  - dijo y se dio la vuelta dándonos las espaldas.
Me sentía muy feliz y ansiosa por comenzar, ésta vez podría ir sin refrenarme intentando sacar ese enojo interno, esas ganas de….  ¿Morir?
 - Una cosa más – habló César. Debido a los recientes cambios Atlas y BB serán los elementos clave – anunció.
¡Que comience el juego!
No había reparado en el hecho de que los muchachos no hicieron nada especial al observar aquella escena entre Atlas y yo, quizás todo era parte del juego, quizás y solo quizás pensaron que sería una pelea de novios como lo han pensado otras veces, no me queda claro pero el hecho es que  nos dejaron tener aquella conversación en completa libertad y privacidad.
Aarón nos condujo quizás unos tres metros de donde nos encontrábamos a fin de comenzar a diseñar la estrategia, no tenía ni pies ni cabeza, todos intentaban hablar al mismo tiempo, intenté hablar una vez, pero fui olímpicamente ignorada, entre las principales estrategias se encontraba derribar al miembro más fuerte y miembro clave, con esto se darían por terminados los juegos. Después de que todos expusieron sus estrategias las cuales incluían atacar entre todos a Atlas... No pude más que reírme pues ¿acaso no lo habían visto antes? El solo podría con todos nosotros quizás con algo de esfuerzo, pero el saldría victorioso.
-Calla – ordenó Aarón, con el nuevo giro del juego, tendremos que protegerte, ¡vaya movimiento de tus tíos! aún estoy definiendo como es que tenerte entre mis filas puede ser una ventaja, si es que tuviese alguna, cuando no eras el miembro clave, podría  haberte enviado a batalla pero ahora todo ha cambiado.
Voltee los ojos hacia arriba, claro estaba que él consideraba que yo tenía un trato especial, que era débil (lo cual era más que cierto)… tendría que esforzarme en demostrar lo contrario…
- El objetivo después de todo es aprisionar al elemento clave – dije. Es cierto que ellos tienen al elemento más fuerte, pero nosotros tenemos una  ventaja… Ustedes me tienen a mí, me situé al centro de todos ellos en un intento por obtener su atención.
Nadie pareció comprender lo que decía.
-Pueden utilizarme de carnada yo pelearé con Atlas mientras ustedes se encargan del resto, una vez que el resto esté derrotado podrán unirse a mí y someter entre todos a Atlas, quizás el plan necesite pulirse, pero estoy segura de que funcionará.
- El sabrá que es una trampa.
- No necesariamente – dije – Atlas es nuestro rival más poderoso, necesitamos desviar su atención para que puedan someter al resto del grupo, porque, podrán con ellos ¿cierto? – dije esto último apelando a su orgullo.
Mario me miró asombrado, pero no emitió palabra o juicio alguno.
De cualquier manera desecharon mi idea al instante.
- Es un plan medianamente decente, debo reconocerlo – expresó Aaron pero aquí nadie negará que varios días de pelea ¡es para lo que nos hemos entrenado y además lo esperamos con ansia! Definitivamente no terminaremos la diversión en solo unos minutos cuando podemos extenderla durante días.
- ¡Días! – exclamé horrorizada, claramente la testosterona de todos ellos había salido a flote. No había nada en este mundo que los pudiera hacer cambiar de opinión, lo mejor que pude hacer es quitarme de su camino y permitiéndoles  continuar con su estrategia. Mario se acercó hasta quedar a un lado mío, se cruzó de brazos y me miró un poco por el rabillo del ojo.
-Interesante tu plan el de utilizar la debilidad de tu contrincante – dijo – aun cuando eso lo destrozaría y lo sabes.
- Él es fuerte, además ¿Todo se vale en la guerra y en el amor, cierto?
Se retiró de ahí sin decir más. Tenía razón eso lo destrozaría y comenzaba a sentirme culpable pero... yo en ese momento era el eslabón más débil, tenía que salir de aquella zanja, no quería que continuaran viéndome como alguien que necesita ser protegida y mucho menos que lo tuvieran a él en aquel concepto. Perdóname Atlas.
Comenzaron las batallas sin sentido, no sé por qué me desgasté siquiera en planear algo asumiendo que por una vez en su vida dejarían de pelear. Resultó interesante ver que aun en equipos contrarios e incluso bajo sus advertencias de lo contrario,  Atlas no cesó de cuidarme, cada uno de ellos eligió para pelear a un miembro de mi equipo, nadie estaba ahí para pelear conmigo ¡yo era el elemento clave y no fueron por mí! Aaron tenía razón después de todo ¿Por qué hacerlo sencillo si pueden enfrascarse en una pelea sin sentido por días solo para sacar sus más primitivos instintos? Me sentí decepcionada por unos momentos por lo que me alejé para ser testigo de aquella batalla.
El grupo de Atlas, tomó un prisionero, uno solo… y anunciaron su retirada dejando a mi equipo casi totalmente fuera de combate ¿Cómo fue aquello posible? Yo que me encontraba de testigo vi claramente lo que sucedió.
Atlas tiene en su equipo miembros “débiles” pero cada uno sabía con exactitud a quién atacar haciendo uso de su mejor arma: el conocimiento de los poderes de cada utilizados estratégicamente contra cada uno de los miembros de mi equipo, a sabiendas quien le había ganado a quien con anterioridad, y cuando alguien “débil” iba perdiendo algún otro se apresuraba a terminar con su contrincante y le ayudaba. Eso es trabajo en equipo, Atlas es un excelente líder, pensé y yo una excelente observadora.
            Aaron, nos reagrupó, molesto como estaba evidentemente no pensaba con claridad. Atlas lo había golpeado y en menos de 10 golpes estuvo en el suelo.
            Antes de que siquiera pudiésemos reaccionar para el Round 2, el equipo de Atlas nos tenía rodeados, ¡ellos sí que utilizaron el elemento sorpresa! Sin permitir que el pánico se apoderara de mi me prepare física y mentalmente, sabía que había mejorado, he de reconocerlo ya no caía al segundo golpe si no al tercero, y fue uno de los trillizos quién me tomó por asalto, casi puedo afirmar que se debió a instrucciones bien giradas por Atlas, eso era evidente, ya que no me atacó en ningún momento, solo bloqueó cada uno de mis ataques, sin importar cuanto lo provocara yo, él permaneció sin cambio en su actitud, limitándose únicamente de bloquear. Resultó bastante frustrante, Nuevamente anunciaron la retirada con uno de nuestros miembros como prisionero.
            El rosto de Aaron mostraba daños considerables, y me alegré internamente. Aaron nos hizo alejarnos de ahí, dejando unos cuantos guardias en lugares estratégicos por si nuevamente utilizaban ésta táctica.
            ¿Por qué solo un rehén? Me pregunté sin encontrar una respuesta lógica, en ésta incursión Atlas pudo llevarse al menos 3 o 4, pero solo decidió llevarse uno, además, si lo que deseaba era mantenerme a salvo, ¿por qué no me llevaba a mí?
            Aaron quiso ir tras de ellos en esta ocasión, por lo que nos reunió a todos y cual caballos desbocados nos lanzamos en contra de ellos, Atlas había formado una muralla humana evidentemente esperaba por nosotros, dentro de mi batalla personal con otro de los trillizos, pude ver que Atlas nuevamente se enfocó a Aaron, la batalla fue equitativa, dejaron a uno de sus miembros más débiles fuera de la batalla, y repitieron la acción nuevamente, tomaron únicamente un rehén. Pero ahora fue un poco más clara su estrategia, los prisioneros que tomaron atendían a los miembros más fuertes de nuestro lado, debilitando así, lenta y pausadamente a nuestro equipo.
            Pudimos ver que el equipo de Atlas se aceró para sembrar terror psicológico ya que nos rodearon y simplemente se quedaron ahí, mirándonos a todos
            Aaron siendo víctima de la desesperación y la furia por su evidente bajo desempeño - ¿Cuál es tu estrategia otra vez? – Me preguntó.
            ¡No podía creer que lo considerase siquiera ¡
            - Olvídalo. No te permitiría quedarte con el crédito, respondió casi al instante.
            Me molestaron sus palabras.
            - ¡Trabajo en equipo! Le grité, sería el triunfo de todos, pero eres demasiado obstinado para aceptarlo.
            En un acto totalmente impulsivo, volteó y me golpeó con el dorso de su mano.
            - Calla, el que da las ordenes aquí ¡Soy yo!
            Me quedé fría por unos momentos conteniendo mis lágrimas. Bien pensé entonces que así sean las cosas, me hice a un lado esperé instrucciones. Atlas había sido testigo de todo, solo que no movió un dedo, de la misma manera que los muchachos. Estas en un ejercicio, juego o no, existen reglas y nadie se las ha saltado, me recordé
            - ¡AARON!- Gritó Atlas desde el otro lado. Te doy la oportunidad de recuperar a tus caídos, peleemos los dos, si me ganas, habrás ganado el juego, pero si yo gano me entregaras a 10 de los tuyos.
            Era una oferta muy tentadora, a la cual no se pudo negar Aaron.
            Atlas esperó pacientemente a que él diera el  primer golpe, el segundo, el tercero… Atlas no se estaba defendiendo ¿Tenía un plan? ¿Dejarse vencer? Me negaba a creerlo. Aaron comenzó a mostrarse confiado ante aquello. El grupo de Atlas no se movió ni un solo centímetro. Aaron sonreía, era claro que se veía ganador, hasta el punto en el que Atlas comenzó a defenderse, aquello fue una masacre, ya que lo golpeó en una sucesión de golpes que impidió a su víctima el defenderse, movimientos rápidos y precisos intercalando golpes físicos y energéticos en una sincronía perfecta. Aaron quedó nuevamente en el suelo sin poder pararse.
            Atlas no volteó y caminó directo a  elegir su premio… nuevamente no me eligió a mí, pasó a mi lado ignorándome por completo, y debo decir que después de aquel espectáculo nadie opuso resistencia lo que nos sorprendió a todos fue el hecho de que eligió  Aaron entre sus prisioneros dejándonos sin líder.
            Quedamos únicamente 8 integrantes en mi equipo. A estas horas y dado que ya era tarde, Mario y Bruno anunciaron que se detendrían las batallas y nos dirigiríamos a dormir, teníamos casas de campaña a nuestra disposición ya que nadie regresaría a sus casas, nos llevaron también paquetes de comida para que pudiésemos alimentarnos como es debido. Los “prisioneros” estaban sentados en círculo con las manos atadas detrás y me pregunté si a ellos también les asignarían un techo para pasar la noche, por el mes en el cual nos encontrábamos, las noches comenzaban a ser frías.
            - Mario nos reunió antes de comenzar la cena - sería prudente que trazaran  nuevos planes – señaló – pero lo que es necesario es que alguien tome el lugar del líder.
            Nos mirábamos entre sí – Yo creo que tu plan no suena descabellado – dijo uno de ellos, yo apostaría por ese plan, todos sabemos que eres la única persona por la que Atlas detendría sus puños.
            - Atlas no es tonto, a ésta alturas debe saber que intentaremos algo así,  a como yo lo veo – dije – hemos perdido el elemento sorpresa.
            - A estas alturas no veo que tengamos mucho que perder – dijo algún otro.
            - Atlas ha podido llevarte como prisionera en cada ocasión, pero no lo ha hecho, debe tener alguna otra intención, quizás tu plan después de todo no rindan frutos, igual intentémoslo y veamos que  sucede.
            Al menos no era la única que lo había notado. Atlas no me ha llevado por alguna razón.
            - Como sea, dije, debemos trabajar en equipo de aquí en adelante, no le veía mucho futuro a nuestro antiguo plan por lo que nos devanamos los sesos hasta encontrar un plan decente, un plan que nos brindase la más mínima ventaja.
            - Nuevo plan – dije- Hoy, liberaremos algún prisionero, pero únicamente le liberaremos las ataduras, si Atlas y tu tribu, continúan con la misma tendencia de hoy, estarán tomando prisioneros de uno a uno, dejándome al final. Por lo que cuando ya solo quede yo, me presentaré ante él, pero huiré para  provocar que vayan tras de mí, dejo en sus manos el decidir si se liberan conforme vayan llegando con el grupo de prisioneros o bien esperar hasta el punto de mi huida donde si hacen lo que espero, todo el equipo contrario irá tras de mi… deben saber que la ventana de tiempo que podré darles es poca, por lo que tendrán que actuar de inmediato y comunicar el plan a los demás en el mismo tiempo, nadie esperará que vayan tras de ellos, y ese será el momento en que podemos darnos algo de ventaja o bien la victoria final. Tendremos que liberar a uno de nosotros, ustedes se conocen mejor, ¿alguna sugerencia de quien  será nuestro agente encubierto?
Mario se puso de pie recordándonos que las batallas se habían suspendido hasta nuevo aviso.
            - Solo las batallas, confirmé – nadie dijo nada de rescates o toma de prisioneros.
            Afortunadamente todos estuvieron a mi favor.
            Mario se limitó a sonreír, si los atrapan – dijo – serán castigados por infringir las reglas, yo soy simple espectador, dijo y mi labor la he realizado, les he advertido de las consecuencias de sus actos, metió las manos en sus bolsillos y se giró en sus talones para alejarse de ahí.
            - Pero si tenemos éxito seremos todos unos campeones – dije animadamente y sonriendo.
            -La cuestión es averiguar donde colocaron a nuestro equipo. ¿Alguna idea?
 Uno de ellos se ofreció como voluntario para salir a explorar a riesgo de ser atrapado. Todos accedimos, nuestras opciones eran limitadas y esperamos deseando lo mejor. Después de minutos que parecieron interminables, regresó informando que estaban en el mismo lugar.
- Bien dije, lo primero será liberar a uno de los nuestros, para poder continuar con nuestro plan, afortunadamente todo salió a pedir de boca. Y nos dispusimos a dormir al menos unas horas. Me encontraba muy nerviosa y honestamente esperaba que Atlas me visitara por la noche al menos para asegurarse de que todo estaba bien pero eso no sucedió, sus palabras se colaron en mis pensamientos “Estas sola en esto”.
Al día siguiente comenzaron temprano las batallas y tal como predijimos Atlas tomó prisioneros únicamente al resto de mis compañeros, solo podía rezar por que nuestro plan funcionara.
Me armé de valor y me puse de pie, colocándome a una prudente distancia de ellos y ocasionando que se acercaran un poco.
- ¿Y Bien? Me cansé de esperar ¿Será que debo de comenzar la batalla?.
Atlas caminó un poco y mi corazón se desbocó, permanecí en mi lugar, a nuestros costados estaban César, Mario y Bruno. En ese momento me entró el pánico, si nuestro plan había sido descubierto o bien si Mario hubiese dicho algo, esto no funcionaría.
Espera, le dije, no des un paso más, es evidente que me encuentro en desventaja, pero no quiero un trato distinto, antes, todo tu batallón fue en contra de los míos, ahora, solo vienes tú ¿Acaso es que realmente me estás dando un trato distinto? O Crees que no podré dar al menos 5 minutos de batalla, sonreía socarronamente.
Atlas le pidió al resto de su batallón formar una barra tras de él.
Aguanté estoicamente, mientras daban pasos en perfecta sincronía, al tiempo por que esperaba y rogaba internamente porque nuestro plan funcionase.
Me di la vuelta y comencé a correr como despavorida, al tiempo que gritaba ¡YA LO PENSÉ MEJOR! ¡ATRAPENME SI PUEDEN!
Evidentemente tuve 3 segundos de ventaja antes de que sus cerebros comenzaran a registrar el correr tras de mí. Éste tiempo entrenando me había dado una mejor condición física lo sé, pero al igual que yo, ellos habían mejorado. A este punto no sabía cuántos estaban tras de mí y cuando es me atraparían, pero sabía que lo harían. Al cabo de quizás un par de minutos escuche que gritaban algo acerca de que los prisioneros se escaparon y algunos de ellos regresaron, ¡todo iba de acuerdo al plan! Entonces yo rodearía y regresaría hasta ese punto, si es que podía, me escondí tras de un árbol y esperé escuchar sonidos. ¡Dios! es tan estresante andar escabulléndote por que tu cazador quizás te esté observando pero tú no sabes si lo hace o no. Rogué porque Atlas hubiese sido de los que se regresó. Si no me tenían a mí, no podrían dar por terminado el juego.
Lentamente y con cautela llegué al punto de partida, para descubrir con asombro que estábamos en el punto de inicio: mi grupo nuevamente había sido capturado por el equipo de Atlas. ¡Dioses y Demonios! No había manera de salir bien librados de aquello. Aun tras los árboles, grité que saldría a rendirme.
            - No queremos tu rendición -  Recibí como respuesta. Además las rendiciones están prohibidas. ¡Todos debemos caer peleando y antes pediste equidad, ¡ Ven y enfrenta tus consecuencias! Escuche un voz de un Atlas determinado, un Atlas que dejó de ser mi aliado para convertirse en mi rival, un Atlas que se estaba apegando a mi solicitud y ante cualquier pronóstico y a sabiendas que era el escenario totalmente equivocado ¡Un Atlas que me resultó totalmente deseable!
Eso significaría que todos ellos me atacarían.
            De la nada y dándome un susto de muerte,  Mario apareció tras de mí.
            - ¿Por qué no funcionó mi plan? – Pregunté – Era casi perfecto.
            - Técnicamente, porque Atlas regresó a ayudar a su equipo, no es que haya sido sencillo, pero lograron someterlos a todos. Atlas está herido por que te fuiste de su lado y de su equipo, otorgándole poder a las palabras de Aaron, cuenta con la motivación, simplemente te está proporcionando lo que solicitaste. – sonrió burlonamente levantando una ceja.
            - Si entro ahí me destrozarán – dije por lo bajo, casi solo  para mí y mis pensamientos.
            - Lo están esperando, tú los provocaste. Si no querías salir herida no debiste hacerlo al carecer de la capacidad para al menos defenderte.
            - Suspiré – creo que llevas la razón.
Me preparé para enfrentarles y a esperar mi destino, no me hicieron esperar, como todos unos caballeros actuaron de inmediato, yo sentí como instintivamente intenté cubrirme, honestamente esperé lo peor, respiré profundamente e imaginé lo práctico que sería tener unos aros de energía protectora que les impidieran el paso hacia mí,  respiré profundamente nuevamente y abrí los ojos esperando ver a alguno de ellos lanzar algún golpe en mi contra o alguna emisión, me sorprendí y quedé boquiabierta cuando lo único que pude ver eran aros de energía rodearme. Miré en todas direcciones intentando adivinar el origen de ellos y a juzgar por las miradas de sorpresa de todos, era yo quién los estaba emitiendo. Levanté las manos y miré por debajo de mis brazos como buscando la fuente de energía y mi sorpresa fue mayor al darme cuenta de que no solo los aros eran suficientes y me rodeaban en varias posiciones, sino que también se movían al tiempo  que yo me movía ajustándose a mí. Observé mis manos y aunque no lo veía sentía como si unas cuerdas me ataran a ellos y lo mismo el resto de mi cuerpo, no sabía qué hacer, era la primera vez que lograba aquello y no sabía tampoco como manipularlos, caminé un poco hacia el frente y los aros se movieron junto con migo.
Estaba embelesada, la cara de asombro  y deleite de los muchachos fue mucha, después de unos momentos de asombro el equipo contrario se lanzó al ataque, al desconocer el origen de ésta energía, no sabía tampoco como manipularla, mantenerla o apagarla. Cada uno de los integrantes fueron cayendo conforme atacaban, físicamente no podían atravesar mis aros y energéticamente, bueno, nada traspasaba aquella defensa pero además de alguna manera su energía los golpeaba a ellos dejándolos tirados, derrotados. Me sentí feliz y orgullosa. Quedaron únicamente Atlas y los muchachos.
Aquello es energético y uno no cuenta con una batería infinita, por lo que comenzaba a sentir que se desvanecían mis bellos aros multicolores - tornasol. Intenté manipularla dirigiéndola hacia donde estaba Atlas, finalmente si lo derribaba, seríamos los ganadores, pero aquello solo era energía defensiva. Atlas me atacó, finalmente mis aros se rompieron ante su ataque y yo simplemente me desplomé. Les miré por unos instantes y dije – no puedo más.
Los juegos se dieron por terminados ante el asombro de todos ellos, cerré los ojos y no escuche nada en un largo rato.
- Atlas es el último hombre de pie, por lo que el equipo de Atlas es el ganador – anunció César.
- Mario corrió a mi lado.
- Estoy bien, dije, solo estoy exhausta.
- Te llevaremos a casa, tu manifestación repentina te agotó, te explicaremos más a detalle todo.
Sonreí y descansé en sus brazos.

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