Wattpad

viernes, 3 de junio de 2016

10. "The Price of Love"




Lunes 6:00AM


Antes de que sonara la alarma, yo ya estaba completamente despierta, no dormí mucho, pensando e imaginando como sería mi día, como sería esta nueva vida, lo cierto es que estaba decidida a no rendirme dado los últimos acontecimientos con ella.


Pensé en las clases también, hasta ahora todas las clases a las que había asistido habían sido  dentro de un salón de clase, con pizarrón y toda la cosa, aquí tendré también compañeros y un instructor, ¿ me pregunto cómo será la dinámica? Ellos asumen muchas cosas, entre ellas que uno lee sus mentes y no dan mucho detalle de lo que sucederá, esperan a que uno aprenda a base de observación, si lo pienso detenidamente no es del todo descabellado….


Eso es lo último que recuerdo antes de que me quedara dormida, sin duda llegada casi la hora de que el despertador ejecutara su sonido estruendoso, abrí los ojos y un vuelco en el estómago me recordó donde me encontraba, sin que pudiese hacer mucho los nervios se habían apoderado de mi cuerpo, me recordaba constantemente a mí misma que debía respirar tan calmadamente como pudiera para no perder la compostura ( y quizás la cordura) , escuché unos golpecitos en la puerta, era Mario recordándome que tenía 10 min para estar lista para el desayuno.


Hoy es  un día muy importante, dijo Bruno - todos lucían serios pero no tensos, como un equipo que se encuentra muy concentrado antes del partido inaugural de algún juego que por demás esta aclarar, acontecimiento muy importante, vestidos casualmente salvo Mario quién vestía de manera un poco más deportiva, supongo que sería porque al final, el impartiría la clase.


Recordé todo el mundo de conocimientos y habilidades que estaba por adquirir y la razón por qué estaba haciendo yo esto, todos tienen “energía” curativa, defensiva, ofensiva etc. aunque cada quien manifiesta su energía con un color y forma distinta.  Muchas pelis y autores vinieron a mi mente, “ El primer maestro del aire”, Crepúsculo, Anne Rice, Cazadores de Sombras.. recordé también el día en que nos conocimos y antes de que me marchara aquel primer día , cada uno me mostró lo que es  capaz de hacer:  Mario puede utilizar su energía para mover objetos, como pequeñas piedras y lanzarlas hasta un objetivo, Levitar es parte de Bruno como respirar, sin contar las emisiones de energía que logra hacer sin siquiera mover las manos,  César tiene la capacidad de hacerte ver lo que quiere que veas… Ilusiones, tal vez, pero sabes que está dentro de tu mente, puede lanzar emisiones de energía con la peculiaridad de ser frías como el hielo, Jason por otro lado, cuenta con unos maravillosos aros de energía que despliega de su cuerpo a voluntad, te aprisiona en ellos y te hace palidecer del dolor y no es que lo hubiese probado, pero es su definición, y ¿Ramsés? Puede controlar todo lo anterior y mejorarlo, además de que cuanta con su “propia” habilidad, la cual me mostrará cuando podamos reunirnos, cosa por demás injusta, ya que la curiosidad me carcome por completo.


Terminado nuestro desayuno y dejando  el comedor medianamente en orden, trastes sucios en el fregadero y la mesa en orden, tomamos nuestras cosas y nos subimos a una camioneta que tenían destinada para que todos pudiésemos viajar de una manera más cómoda. Tardamos  quizás unos 20 minutos en llegar, conforme nos acercábamos a lugar, veía una serie de automóviles llegando también, los nuevos resultamos fácilmente identificables, mirábamos para todos lados, cuando el resto caminaban con mucha familiaridad, saludándose entre ellos.


Atlas nos encontró momentos después, a él casi todo el mundo lo saludaba, se situó a un lado mío desde el momento que nos saludó y aunque se comportó muy seriamente, puso su mano en mi hombro, se sentía relajado y cálido, me condujo hasta el contingente de “ nuevos reclutas”.


Vi a los otros 19 chicos, toda una gran variedad de nosotros, altos, bajos, atléticos, tímidos y extrovertidos, todos expectantes, uno de ellos se me acercó preguntando que hacía yo ahí – lo mismo que tú –, respondí en una manera cortés.


  • Pensé que solo aceptaban hombres ¿ Acaso tienes algo que confesar? - dijo riendo para sí y observando a su alrededor buscando quien secundara su pesado comentario.
  • Si solo aceptan hombres, realmente no sé qué haces aquí -  le enfrenté.


En un segundo estaba dispuesto a golpearme y los guardianes de cada uno estuvieron a nuestro costado en un segundo.


  • ¿Qué sucede?– preguntó el guardián de él.
  • Nada – Le respondió el agresor.
  • Si tienes algo que discutir, me gustaría estar presente, le dijo Atlas, colocándose solo unos milímetros más delante de mí. Por alguna razón y sé que la hay, el guardián de la otra parte se disculpó por la actitud irreverente de su custodio, y se marcharon. Mire a Atlas tratando de encontrar alguna respuesta por lo sucedido, como siempre ni un solo gesto se emitió de aquel rostro de piedra, solo me indicó mirar al frente pues  la “ceremonia” estaba por comenzar.


Esta sociedad “Secreta” se componía de un número pequeño de integrantes, debemos ser además de ser un puñado de Gente Extraordinaria, egocéntricos y elitistas, pensé para mí.  Nos presentaron ante una pequeña multitud. Ahí estaba nuevamente “ella”, dando un discurso motivador señalando que nos podríamos retirar en el momento en el que deseáramos , cosas triviales que ya conocíamos con anterioridad, posiblemente sea producto de aquel encuentro que tuvimos en su oficina pero solo verle me calentó la sangre y me prometí a mí misma que no desertaría voluntariamente de todo esto, que utilizaría sus palabras como mi motor persona sin importar que… La escuchaba en segundo plano hasta que unas palabras cautivaron mi atención:


  • Hoy tengo un anuncio especial para todos ustedes: Como deben saber hemos recibido  en nuestras filas a una mujer – dijo al tiempo que me señalaba con su dedo índice.  – hubo un gran bullicio. La causa es simple, ella es la hija de Ramsés, cada uno de sus guardianes tendrán la oportunidad  de compartir los escandalosos detalles de esta situación con ustedes cuando sea el momento oportuno, por el momento guarden silencio – ordenó -.  Sus tutores lógicamente : César, Mario, Bruno, Jason  quienes en ausencia de Ramsés se encargarán de la educación de Beshakarenice, de quién seguiré su desarrollo muy de cerca, esperando resultados excepcionales o su renuncia. Ramsés estará alejado de todo esto esperando su regreso en los próximos años, solo después de que haya terminado de atender asuntos que le he encomendado realizar por los próximos años. Atlas es su guardián asignado.


Después de estas declaraciones reinó un silencio sepulcral. ¡Años! –pensé - ¿Tendré que esperar años para conocerle?, esa mujer sí que esta demente.


  • Todos tendremos que ajustarnos a éste cambio – indicó-  contará con la oportunidad al igual que todos ustedes, aplicando las mismas reglas y obligaciones, con suerte recobrará la compostura y nos abandonará en breve.

¿Qué? -  Pensé-  ¿Me está declarando la guerra desde este momento? – empuñe las manos fuertemente hasta el punto en el que sentí que las uñas se me habían enterrado en mi propia palma, Atlas colocó su mano sobre mi hombro como si hubiese detectado mi cambio de humor ¿ lo hizo?.


Llamó a cada uno de los guardianes, y pidió que colocaran el “objeto” que nos distinguiría del resto.. Atlas llevaba la razón, algunos no tuvieron opción, la mayoría portaba  brazaletes de grueso metal en los cuales se leía “ Propiedad de..”, no creo que haya sido algo elegido por ellos. Suspiré y esperé a que Atlas se acercara, y cuando lo hizo sonrió, realmente no había dedicado ni un minuto a mentalizarme para portar aquel objeto, aquella correa, simplemente esperé a que todo sucediera en franca resignación.


  • ¿Estas lista para rogarme que coloque  la pieza sobre tu cuello? – dijo con voz apenas audible, un susurro para los dos.
  • Dudé unos momentos pues estábamos frente a muchas personas y no sabría lo que ocurriría después - Puedes colocarla dije, pero no rogaré. Él simplemente sonrió y se colocó detrás de mí esperando que ella pasara frente a nosotros.

Ella se acercó, preguntando ¿dónde estaba mi marca?, Atlas de manera casual respondió que lo olvidó en su casa, que lo colocaría por la tarde. Ella hizo un movimiento con su mano, una persona se acercó a entregarle una macana.


  •  Atlas, Atlas – dijo ella -  conoces las consecuencias. No es un muy buen ejemplo para tu custodia.


El simplemente dio un paso adelante, puso ambas manos atrás de su espalda sosteniendo una con la otra y subió la barbilla mirando al frente. Adelante Eileen - le dijo él. Acto seguido ella golpeó uno de sus muslos con una fuerza impresionante para una persona de su tamaño, ocasionó que Atlas se encorvara un poco y apretara fuertemente la mandíbula, inhaló profundo y únicamente atinó a decir: Estas perdiendo fuerza.


  • Por supuesto eso ocasionó que ella se pusiera como energúmena y lo golpeó dos veces más, hasta lograr que Atlas cayera arrodillado.
  • Me miró a mí – Sin ninguna duda llegaste al hogar indicado – dijo y se retiró de ahí.


Los muchachos se acercaron de inmediato, Mario nos gritó:” los dos a mi oficina de inmediato”


Atlas me tomó de la mano apoyándose un poco en mi para caminar, y al mismo tiempo se acercó en mi oído para decir que mantuviera mi boca cerrada, que él iba arreglar todo y que no hiciera nada, su instrucción me pareció de lo más extraño. – Es nuestra negociación privada, ellos no tienen por qué conocerla -  Señaló.


  • Demonios Atlas, el primer día de BB y das éste espectáculo.
  • Es mi primera vez siendo guardián, lo olvidé por completo – Esa fue su explicación


Estando Atlas sentado, César lo golpeó directo en el rostro con el puño cerrado en un par de ocasiones, sin aviso y sin dar ninguna explicación, quedé impresionada en como Atlas recibió cada uno de los golpes sin ninguna queja y sin decir nada, pero sobre todo no hizo nada por defenderse. Yo me encontraba escandalizada por aquella escena, pero obviamente no me moví ni un centímetro. Mario por el contrario se mostró apacible, creo que  comienzo a descubrir quien toma las decisiones lógicas en este grupo.


  • Vacía tus bolsillos – le indicó Mario -  se levantó lentamente mirándole a los ojos, y efectivamente vació sus bolsillos frente a todos, poniendo al descubierto que traía consigo aquella joya, sinceramente no lo entendía, era de por sí todo un misterio para mí, y aquella acción me sorprendió muchísimo.

Me pidieron retirarme de ahí. Caminé lentamente hacia la puerta, mirando todo a mi alrededor, todo había sucedido rápidamente, mi cerebro aún procesaba algunas cosas. Bruno sostenía la puerta para que pudiese salir de ahí. Me quedé observando la puerta frente a mí con cierta aprehensión, pues no podía escuchar nada de lo que adentro sucedía.



Comienza a explicar la situación Atlas, me ordenó Bruno al tiempo que se frotaba con un dedo la Sien.


  • Ustedes me responsabilizaron por ella, para conocer sus más profundos secretos, ella no quiere usar esto – tomé el  collar entre mis manos agitándolo frente a ellos, simplemente la estoy escuchando y me estoy sensibilizando, ella aún no está lista.
  • No es importante si lo está o no -  gritó Jason- son las reglas y estas mostrándole que puede desobedecer cuando de sobra sabes que Eileen hará todo por hacer que se vaya.
  • Le estoy dando tiempo para que lo acepte y no le cree un conflicto, vamos confíen en mí.


César río fuertemente, Agua y Aceite… ¿Puedes sostener ahora esa afirmación?


De pie como estaba, crucé los brazos y finalmente lo reconocí frente a ellos – Ustedes sabían que llegaríamos a esto, que esto sería inevitable, la pusieron en mis manos anticipando que mi corazón latería y viviría por ella ¿ me culparán ahora por intentar buscar su bienestar?, ¿ por querer y desear que ella sufra lo menos posible? ¿ por respetar sus deseos?. ¡¡Ustedes me hicieron responsable de ella señores y lo estoy haciendo!! Si no confían en mí es el momento de que me releven de mis obligaciones.


Atlas – comentó Jason -  ciertamente anticipamos que todo esto sucedería, pero lo esperábamos en unos años, no en tan poco tiempo. ¿Has contemplado que te irás en unos meses y ella se quedará sola?


  • Claro -  respondí -  ante todo soy un caballero - ¿Por quién me toman?. Es por ello que – hice una breve pausa – Prepararé todo para mi partida, ahora ejerceré mi papel de guardián, a menos que tuviesen otra instrucción.


Sin verle siquiera llegar, Jason me derribó  con un hábil movimiento  de piernas, tendido en el piso le observé hacia arriba.


  • Yo no te he autorizado salir con mi sobrina, pateó uno de mis costados.
  • Ella no ha accedido a salir conmigo – le grité. Piensa que soy igual que todos los hombres con los que se ha topado, asumo que sus experiencias han sido dolorosas y decepcionantes.
  • ¿Acaso eres diferente? – preguntó César, tu historial no es distinto, entiendo que tus relaciones se limitan a simplemente sexo,  y si eso es lo que harás con ella…
  • Me puse de pie en un solo movimiento – Tengo todo en contra, lo sé, promesas ante ustedes no valdrán de nada, este año , me dedicaré a ella completamente siendo su guardián y si ella accediera a alguna relación conmigo lo haré sin dudarlo aun cuando desate su furia, la cual ciertamente estará injustificada pero la resistiré, así como hoy resistí la furia de Eileen solo para esperar a el momento en el que ella esté lista para usar algo que no desea usar. Lo haré las veces que sea necesario solo por ella, sin desearlo o anticiparlo  llegó a cambiar los sentimientos en mi corazón, me ha permitido sentir ese deseo de protegerla, de querer su bienestar , de respetar sus anhelos y deseos, de quererle a mi lado, y que me deje entrar a su corazón.


Por unos momentos guardaron silencio.


  • No nos encantará  la idea cuando decidan salir -  dijo Mario – y no te la pondremos fácil, espero que estés preparado para negociar con nosotros.
  • ¿Lo están ustedes? – los desafié.


César estaba listo para lanzar un golpe cuando Mario lo detuvo, - lo descubriremos cuando el momento llegue, retírate ahora antes de que perdamos la poca paciencia que nos queda.




Recobré la respiración cuando le vi salir, fue una eternidad para mí, me acerqué inmediatamente a él.


  • Me tomó del brazo y condujo junto a él por los pasillos de aquel lugar. Me solté de mala gana y le enfrenté.
  • ¿Por qué hiciste esto?
  • Hicimos un trato, dijo, no lo colocaré hasta que no ruegues por ello y me des un  apasionado beso.
  • Es injusto – repliqué, me has dejado desarmada, no puedo permitir que te den otra golpiza por esa razón.
  • Claro que puedes, esto no es nada para mí.
  • Vamos, ¡ella casi destroza tu pierna!,  sin contar que ellos… bueno, ellos.
  • ¿Estas lista para rogar por esto? Me mostro la joya enredada en su mano.
  • Mario nos alcanzó, BB, anda, vamos tarde a tu primera clase, es una fortuna que sea yo quién la impartirá, hablaremos en la noche más a detalle de esto.

Caminamos a paso aprisa en silencio, sí que me estaba generando stress aquello.


  • Estaban ahí todos los “alumnos” y sus guardianes, así como un grupo extra de “veteranos”. Mario comenzó a mostrar como la energía salía de sus manos, esto es lo que pueden lograr, siempre es diferente para todos les dijo a los ahí presentes. Sus guardianes trabajarán con ustedes para encontrar ese punto que dispara su energía fuera de sus cuerpos, aprenderemos a manipularla, para lograr esto, mostró como con su energía ahora invisible, movía una serie de pelotas plásticas que lo rodeaban y posteriormente las lanzó contra nosotros, lo cual obviamente no representó algún daño en nosotros, solo el pensar ¿si hubiese sido algún material diferente?


Terminando la Clase de Mario, Atlas me pidió que lo acompañara a fin de que Mario realizara la curación en su pierna.


  • ¿ Quieres entrar a ver el proceso? – Tendré que quitarme los pantalones.
  • Mil colores subieron a mi rostro, no es que sea un espectáculo al que uno se pueda negar fácilmente. Si, dije, quiero ver tanto de ti como pueda – respondí en un tono seductor.
  • Solo tienes que pedirlo, y me desnudaré para ti. Caminó cojeando un poco.


Dio unos toques al llegar a la puerta, Mario indicó que entráramos.


  • No debería siquiera contemplar el curarte, dijo Mario muy molesto.
  • ¿ Puede observar BB? Debería saber cómo es que eliminas los golpes – dijo Atlas sin prestar demasiada atención al comentario de Mario.
  • Adelante - dijo- prepárate  que yo haré lo propio comenzando a sacar una serie de implementos.
  • Verás BB, éste tónico ha pasado de generación a generación de uno de mis maestros, elimina golpes, dolores y algunas laceraciones, obrando maravillas a manos de quien sabe aplicarlo. Tomó un poco de este líquido color dorado, estaba espeso, lo frotó entre las manos y lo colocó en la pierna de Atlas, vi sus manos presionar y vi el rostro de Atlas deformarse en una mueca de dolor, pero ni un sonido salió de su boca, con sus pulgares presionó fuertemente y los deslizaba de arriba abajo sobre la zona golpeada por esa pequeña bestia diminuta que los lideraba, su pierna que tenía un color entre negro y verde. BB – dijo -  hasta ahora tú habías  sido testigo de curaciones indoloras, pero la acción del día de hoy de Atlas, no merece mi piedad, apretó aún más sus pulgares ocasionando un pequeño brinco de Atlas.
  • ¡¡Oh, vamos Mario!!! – Exclamó. Atlas apretaba fuertemente con sus manos la orilla de la camilla donde lo estaban atendiendo.
  • Este procedimiento puede ser tan doloroso como decida, BB, según mi criterio te permitiré sentir nada, poco o mucho dolor. – concluyó -


Atlas se tomó unos minutos para recuperar su respiración normal, después salimos de ahí caminando como quien quiere la cosa llegando al comedor.


  • Tendré algunas horas libres antes de tener mi clase contigo – dije. ¿Qué puedo hacer en ese tiempo?
  • Será necesario para mi poner mi cuerpo a descansar durante ese tiempo, ¿Quieres acompañarme? Preguntó.
  • Lo medité por unos momentos. Está bien dije, descansemos.


Nos llevó hasta donde él impartía sus clases, sacó un par de colchonetas y las colocó ahí, simplemente nos recostamos.


  • Esto es delicioso – Exclamé.
  • Y eso que aún estamos vestidos…
  • Me recosté sobre su pecho, sintiendo como éste subía y bajaba rítmicamente producto de  su respiración ¿ qué sucederá si no colocas la correa el día de hoy? – Pregunté y escondí un poco el rostro. Es injusto que me hayas hecho esto si me permites decirlo, no sabía que las consecuencias iban a ser catastróficas.
  • Quizás lo de hoy se repita y la terminarán colocando ellos - dijo en tono despreocupado.
  • ¿Por qué Atlas? ¿Porque a sabiendas de lo que pasaría lo hiciste?
  • Te hice una promesa ¿cierto? Y yo cumplo mis promesas. ¿ Las cumplirás tú?
  • Respiré profundamente, y me incorporé para poder mirarle a la cara y decirle directamente: quiero aclarar que esto es solo porque no quiero ver cómo te golpean y te torturan por mi causa…. Junté las manos en posición de rezo incliné un poco mi cuerpo y le dije “ Atlas, querido guardián,  por favor te ruego me coloques la correa en mi cuello para que pueda identificarme como, tuya, siempre tuya”. Mis palabras sin embargo tenían un doble significado para mí, estaba aceptando estar bajo su cuidado, aceptando internamente que él me había reclamado como suya  y que en el fondo yo quería serlo. Cuando me incorporé nuevamente su cara de sorpresa fue impresionante. Me acerqué a sus labios, los uní a los suyos, los fusioné en un beso sin fin, un beso sin prisas y decidido, sin permitirle que tomara las riendas de aquel acto, le besé con más fuerza, le empujé un poco a lo cual él respondió sin ninguna vacilación, me rodeó con sus manos y mordí un poco sus labios y me retiré de ahí. Por unos instantes sus ojos reflejaron algo más que dureza, reflejaron…
  • Lentamente retiró sus manos de mis hombros, dando paso a sentir “la correa” –¿ No dolió cierto?.
  • Sonreí afirmando:  no físicamente.
  • Patea Traseros, voy a dormir unas horas, las necesito para recuperarme de lo de hoy además de que ayudará a mi cuerpo a sanar en conjunto a la curación  que realizó Mario, te mostraré en unas horas de lo que hablo. Voy a colocar la alarma de mi celular para despertar antes de que la clase comience, no quisiera colocarte ninguna atadura, por lo que solo te pediré que permanezcas a mi lado y confiaré en que lo harás, se supone que en este tiempo deberíamos hacer otras cosas, nadie nos buscará aquí hasta antes de la clase, si mi celular suena, siéntete con la libertad de responderlo, si quieres hacer uso de él adelante, duermo profundamente por lo que si necesitas despertarme, sacúdeme, ya que unos leves golpes no me despertarán para nada.


Después de haber dicho esto cerró los ojos y se dispuso a dormir. Me quedé perpleja ante la rapidez con la cual concilió el sueño, escuche un par de ronquidos y asumí que estaba profundamente dormido, observé su celular sorprendida por que me otorgó la libertad de hacer uso de él, lo cual únicamente me  dice que: o no tiene nada que ocultar o lo limpió para mí, las manos me picaban ante la ansiedad de agarrar y revisarlo a fondo, curiosear dentro de su mundo y encontrar quizás fotos comprometedoras, mensajes o quien sabe que encontraré, y  ciertamente no pude resistirme, comencé con mi ardua búsqueda de elementos “incriminatorios”, aunque si lo pienso bien, que podré hacer con esa información él no es nada mío, ni siquiera es mío “ Pídeme que sea tuyo” resonaron aquellas palabras en mi mente, y voltee a verle apaciblemente dormido como estaba, sin planearlo o desearlo, comencé a hablar en un susurro solo para él y para mí, “Eres tan odioso Atlas, diciendo despreocupadamente aquellas palabras, pídeme que sea tuyo, bésame , pruébame – estaba molesta al decir aquellas palabras que casi le golpeo- , ¿Acaso crees que no he deseado con toda mi alma que seas mío y solo mío desde el momento en que te vi? Estoy segura que sabes que ardo en deseos por ti y estas sacando beneficio de ello, ¿Acaso crees que no ansío tus besos con cada fibra de mi ser? ¿Acaso crees que no deseo fundirme en tus abrazos? Deseo que tus ojos solo me miren a mí, que tu corazón únicamente se derrita por mí, que tus manos únicamente recorran mi cuerpo, deseo ser tuya y solo tuya, deseo llevar a cabo las más locas de mis fantasías contigo y solo contigo, quiero que me hagas tuya en más de una manera, no existe en este mundo algo que me permita negarme a todo lo que pides ¿ Acaso no te lo he mostrado ya?. Cada día me resulta más difícil resistirme a ti, a tus encantos y a tus argumentos, pero no cederé no me convertiré en la marioneta de alguien como tú, no me convertiré en el juego de alguien como tú, no repetiré mi último error. Estoy jugando cerca del fuego y me quemaré, quizás moriré ese día, quizás finalmente mi alma y corazón queden irreparables por siempre y lo único que me quedará por hacer será fingir eternamente ante ti. ¡Injusto, totalmente injusto! Patee con un pie el suelo


Se removió un poco, éste movimiento provocó que se mostrara un poco de piel de su cadera y abdomen, de esa zona donde se forma ese musculo tan bien trabajado que forma una línea que pareciera separar  dos partes de tu cuerpo, esa zona que considero tan eróticamente sexy, no pude y no quise resistirme a tocar aquella delicia, mis dedos surcaron sin pena ni restricción la parte que quedó libre, subí y bajé mi dedo índice lentamente, en su cuerpo hubo una reacción inesperada, quizás no fui cauta después de todo, él se removió y se colocó de costado, dándome una espectacular vista de su bien formado trasero, y justo ahí no pude resistirme, quería ver lo que había debajo, después de todo el mismo confirmó que cuando dormía, lo hacía profundamente, me arriesgué en un acto impulsivo y jalé poco a poco los pantalones e interiores para asomarme solo un poco, un poco de aquella delicia, tanto me estaba cuidando de hacerlo de manera sutil que perdí de vista que él había abierto los ojos y se había girado de manera que me tenía en la mira.


  • Si quieres que te muestre más, solo tienes que pedirlo.
  • Brinqué por el sobresalto de la sorpresa y por aquella afirmación – Atlas, pensé que dormías.
  • Tendrás  que mostrarme lo mismo que has visto de mi – sonrió pícaramente.
  • Esta área, dije señalando su trasero - ya la conoces, dije,
  • Me refería a esta área de aquí, dijo señalando su propia piel -  el área de mi cadera que acariciaste hace unos momentos – me tomó de la muñeca y me jaló hacia él, provocando que cayera el peso de mi cuerpo sobre él.
  • Atlas – dije un tanto preocupada… ¿Qué tanto llevas despierto?
  • Lo suficiente - dijo.


No pude más que sonrojarme y hundir mi rostro en su pecho, ¿habría escuchado mis declaraciones? Que apenada me sentía, quería morir.


  • Has sido muy traviesa –afirmó. En un movimiento verdaderamente ágil, me colocó debajo de él, sosteniendo su peso sobre un codo.
  • No podía moverme por la vergüenza y por la sorpresa por cómo se desarrollaron las cosas – Atlas, atiné a decir, estoy apenada.
  • No lo estés, tus caricias me resultaron agradables y quiero entender que mi cuerpo te resulta ¿intrigante? ¿ Deseas que te muestre un poco más?
  • Tomo mis manos y las unió encima de mi cabeza con una de sus manos sosteniéndolas, con el dedo índice de la mano que le quedaba libre recorrió desde mi frente, hacia abajo, pasando por la nariz, mi cuello, por entre mis senos y mi abdomen, deteniéndose en esa área y haciendo círculos – Quiero tocar la misma área que tu tocaste en mí, dijo jalando apenas el inicio de mi pantalón.
  • ¡No! -  grité - ¡No, por favor!.
  • ¿Ahora es que ruegas?
  • Atlas, mi cuerpo no es tan escultural como el tuyo, no encontrarás esa área o ninguna otra área en mi cuerpo delineada, jalé un poco las manos para liberarlas, pero Dios y ellos saben que sus fuerzas son imbatibles ante mis  precarios esfuerzos.
  • Tu disfrutaste de mi cuerpo ahora quiero yo disfrutar del tuyo.
  • Cambio injusto, exclamé, ¡No lo disfruté de la manera en que lo deseo! – Casi al instante me arrepentí de aquella declaración.
  • ¿Entonces lo deseas? – De un salto se puso en pie y se quitó cada una de las prendas que usaba a excepción de los interiores.
  • ¡No Atlas! – Grité – ¿Por qué me haces esto?. Y casi con la misma habilidad se colocó nuevamente en la posición en la que estaba. ¿ Acaso no quieres mirar? Me dijo acercando el rostro al mío.
  • ¡No!, grité y cerré fuertemente  los ojos.
  • Yo aún quiero tocar, susurró y pude sentir la calidez de su aliento.
  • Adelante, dije, pero no me culpes si después no puedo contener mis instintos.

Me miraba directamente a los ojos, pude sentir sus dedos jalando hacia abajo mis pantalones e interiores, obviamente mi cuerpo reaccionó y de mi boca se escapó un breve jadeo, me quedé inmóvil y tensa, sus manos recorrieron suavemente mi vientre.


  • Tu piel es muy suave. Cuando tengas ésta parte tan delineada como la mía, te prometo que la recorreré con mi lengua.
  • Solo si te lo permito.
  • Lo harás, sonrió. Y aunque a mí también me encantaría disfrutarte mucho más, no tardan en llegar el resto de la clase.


Se puso de pie y se visitó.


  • Atlas, necesito saber cuánto tiempo estuviste despierto. – Le exigí saber.
  • Me miró de reojo, sonriendo - Nunca lo sabrás pequeña, nunca lo sabrás, solo puedo decir que dormir a tu lado se ha convertido en un deporte extremo, en donde sufro el riesgo de ser abusado.
  • Lo deseas, no lo niegues, bromee.
  • Volteó y me miró directamente – Lo deseo con cada fibra de mi ser y esperaré  hasta el momento en que estés lista para hacerlo, no solo físicamente si no emocionalmente, esperaré que confíes  y te entregues a mí, y ese día no me detendré por nada ni por nadie – advirtió. Además disfrutaré de momentos como éste me hacen desearte aún más.


Debo tener sumo cuidado – pensé estoy segura que escucho mis delcaraciónes y me hace desear que la tierra me tragué, pero no aceptará que escuchó mis palabras y yo moriría si lo hiciera, quizás sea lo mejor.


  • ¿Recuerdas tu ofrecimiento para celebrar mi cumpleaños?
  • Claro –exclamé. ¿Ya tienes fecha? – dije en un intento de desviar la conversación y hacerme olvidar a mí misma de lo vivido hace unos momentos.
  • Este fin de semana – confirmó. Quiero realizar una petición adicional.
  • Levanté la mano en señal de “alto”. – Atlas te di carta abierta para tu celebración, yo también cumplo mis promesas ¿sabes? – Pruébame …. Dije.
  • No debiste decir esas palabras, me miró a los ojos,  además aprovecharé cada espacio en blanco de tu generoso regalo de cumpleaños. – prepárate para lo inesperado .


Tal y como Atlas anticipó comenzaron a llegar los miembros de aquel grupo. Bienvenidos a los nuevos,  - dijo- a su clase de lucha cuerpo a cuerpo, aquí adquirirán la destreza necesaria para poder derrotar a sus oponentes, combinado con las habilidades que desarrollaran en el resto de sus asignaturas, los llevará a ser extraordinariamente buenos.


Las reglas aquí son sencillas, únicamente existe mi criterio.


  • Si pienso cometiste alguna infracción, seguro así será y serás castigado..
  • Si, ofendes, atacas, lastimas, hieres o intentas alguno de los anteriores con alguno de tus compañeros, serás castigado.
  • Si doy una instrucción y no es ejecutada, serás castigado.


Yo castigo directamente al culpable, no hago ningún tipo de negociaciones o concesiones.


Al terminar el día y tal y como había indicado César, no podía mover ningún Músculo, la clase de Atlas fue agotadora físicamente, sé que se encuentra enfocado a que nos defendamos y ataquemos exitosamente, pero ¡ Es demasiado! Todo Cuerpo tiene un límite.



Llegamos a casa justo para la hora de la cena, Atlas se acomodó nuevamente en nuestra mesa y los muchachos, no dijeron nada referente al suceso de hoy, por el contrario preguntaron cómo estuvo la clase de Atlas.


  • Debes saber BB, que de vez en vez pasamos de visita las  diferentes clases y en ocasiones participamos de ellas, que no te resulte extraño si alguna vez pasamos a pelear contigo durante la clase de Atlas. – Comentó Jason.
  • ¿Estas cansada? – preguntó Mario.
  • Si, definitivamente  mi cuerpo se ha esforzado más que ningún día que recuerde el día de hoy.
  • Mañana tendrás que dar el 200% - Mencionó alegremente César.
  • No la asustes – pidió Atlas.
  • Seguro que no será sencillo – dije – confío en que podré manejarlo.


Terminando la cena, César me dio  instrucciones para ir a mi habitación. Ellos se encargarán de dejar todo en orden – dijo refiriéndose al resto de ellos, y Atlas seguro que querrá irse a descansar.


Llegando a la habitación me explicó que untaría en mi cuerpo un líquido que ayudaría a mi cuerpo a sentirse menos dolorido el día siguiente, recordándome que el siguiente día sería el quien impartiría mi entrenamiento, te necesito al 100%  -dijo.


Mientras untaba aquel liquido sobre la piel me hizo una pregunta desconcertante.


  • ¿Sabes por qué Atlas se negó a ponerte esto frente a todos? – Dijo al tiempo que señalaba mi “correa”.
  • Negué con la cabeza, pensando que de esa manera ayudaría a Atlas, obviamente no revelaría nuestros acuerdos privados.
  • Sé que mientes, tu cuerpo se tensó y las mentiras merecen un castigo, recordó. Esta vez lo dejaré pasar, muchas cosas han pasado el día de hoy, pero mantenlo en mente, no habrá una segunda ocasión al menos para mí.
  • Solo asentí, que podía decir después de todo -  Atlas y yo tenemos un juego enfermo, en el que hacemos “ pequeños tratos”.- ¡ No! impensable!!!.

Comencé a sentir el cuerpo con oleadas de frío y calor, me recosté pues cada vez eran más intensas, no dolían pero sin duda era algo que no había sentido con anterioridad. Mi celular sonó, recibí un mensaje. Tardé unos momentos en decidirme a moverme, el mensaje decía lo siguiente : “Espero que estés presentable, entraré por la ventana en 5 minutos a tu habitación” . Atlas.


¡Diablos! Qué momento más inoportuno y que medio más impráctico. No era una pregunta, era una orden, no necesitaba ver la redacción del mismo para saberlo, así era todo con él: una orden.


Me senté en el borde de la cama, momentos después llegó, lo primero que hizo fue hacerme una señal para guardar silencio.


  • ¿Qué haces aquí?
  • Me pidió seguirlo al baño. Una vez ahí me cubrió en una enorme toalla que tomó de la repisa y me abrazó por la espalda.
  • Debes saber que ésta es la habitación de la casa donde los demás no pueden escuchar tus movimientos. Mi abrazo te ayudará a canalizar más rápidamente lo que César colocó en tu piel.
  • ¿Cómo sabes eso?
  • Soy tu guardián, es mi deber saberlo. Además quiero disfrutar más de tu compañía.
  • Atlas, no juegues, nos vemos todos los días, todo el día, terminaras por aburrirte de mí…
  • Apretó un poco mas - ¿Se siente agradable cierto?
  • Si, confesé, comencé a acomodarme en aquellos brazos, puedo acostumbrarme a ello.  ¿ Saben ellos que estas aquí?.
  • Claro que no. Pero resulta excitante ¿cierto?
  • Un poco -  confesé.
  • ¿Atlas, que tanto escuchaste hoy en la tarde?
  • ¿A que le temes? – Preguntó, que diferencia haría si escuché mucho o poco?
  • Haría mucha diferencia, me tiraría por la ventana ahora mismo – confesé.
  • Supéralo. Ahora descansa.


Lo siguiente de lo que fui consciente fue del despertador interrumpiendo mi profundo sueño, estaba yo en mi cama, Diablos, esta gente me sorprende diariamente, conforme mi cuerpo se iba moviendo, sentí un inesperado pero agradable sensación de adolorido recorrer todo mi cuerpo, ese dolorcito rico que tienes después de haber hecho ejercicio nuevamente después de un largo tiempo de reposo, estiré mi cuerpo haciendo recuento de los daños, nada de qué preocuparse, nada se me cayó de su lugar. Me preparé y me dispuse a continuar mi día.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario