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jueves, 13 de octubre de 2016

24 . " I Believe"



Enserio, deben estar de broma,  si hubiese sabido que éste era su evento, no me hubiera molestado en ir a con los muchachos para explicarles que mi nuevo trabajo requería mi presencia, pero ¡Creí en ustedes!
Ahí estaba yo con un vestido estilo japonés minúsculo y con aberturas a los costados que llegaban justo unos milímetros debajo de mi ropa interior, el vestido era ajustado y hacía resaltar los pocos atributos que Dios me había concedido, además de que mis piernas lucían infinitas con los tacones que usaba, realmente mi nueva correa versión tobillo lucía lindísima. Todo esto realizado en un intento de ser una Chica Sexy estaría acomodando a los invitados al evento en respectivos lugares. Agradecí a todos los Dioses el no haber solicitado la presencia de Atlas ese día como mi transporte oficial, realmente no veía la hora de  poder quitarme aquel horroroso vestuario, el cual accedí a usar solo porque los argumentos de los trillizos fueron convincentes, muy convincentes.
- Parte de nuestro trabajo es asegurarnos de complacer a nuestro cliente sin importar el costo, tú necesitas  cubrir a nuestra edecán  en su ausencia dado que no nos dio tiempo de conseguir a nadie más, recuerda que la felicidad del cliente es primordial, ese es el servicio que damos y por el que cobramos tanto.
- Bien, bien, lo entiendo, supongo que a ustedes les ha tocado tomar una bala por el equipo. ¿De qué va el evento? alguien puede platicarme en lo que intento introducir mi cuerpo en este diminuto vestuario.
- Este evento en específico es una recaudación de fondos que organizamos trimestralmente para un asilo de ancianos a quienes apoyamos en la asociación.
- ¿Ustedes siendo altruistas? – eso sí que es nuevo. ¿Y de qué trata el evento?
- Responderemos tu pregunta esperando que mantengas una mente abierta y que consideres que sin nosotros ese asilo cerraría dejando en la calle a más de 100 ancianos. No queremos ser reconocidos por ello hacemos donaciones pidiendo mantenernos en el anonimato – Señaló el pelirrojo.
- Ahora han despertado mi curiosidad.
- Subastamos cenas siendo el atractivo principal la compañía de chicas con poca ropa – indicó el Rubio.
- ¿Promueven la prostitución?
- Nada de eso – dijo el moreno – Antes que nada nosotros respetamos a las mujeres tú deberías ser consciente de ello, la dinámica funciona así: Convocamos a chicas que necesiten el dinero, hacemos estudios socioeconómicos, pagamos bien para evitar la tentación de propinas extra, el costo de la cena probablemente sea 10 o 15  veces más elevado de su costo real, las chicas van y vienen con la comida y si el cliente lo pide y la chica accede, pueden alimentarlo en la boca – Resumió el moreno mientras se miraba despreocupadamente las manos.
- ¿No creen que confían mucho en sus clientes y en las chicas?
- No confiamos – confirmó el Rubio, cada uno de los privados tiene a uno o dos de nosotros vigilando a las chicas, ninguno de nosotros somos sobornables, en ello basamos el éxito de todo esto, ninguno de nosotros iríamos en contra de las reglas y más aún cuando tus tíos son nuestros padrinos de evento.
- ¿Padrinos de evento?
- Todos los eventos que organizamos para fines benéficos donde el nombre de la asociación puede verse afectado, requerimos tener autorización de uno de los miembros del gabinete de Eileen, ante ellos se presenta un plan de cómo, cuándo, dónde y bajo qué circunstancias se realizarán los eventos ellos lo aprobarán o no, así como pueden requerir más detalles y prohibir algunas cosas. A ellos los llamamos  padrinos del evento.
- ¿Diablos, ellos vienen por aquí? ¿Me verán vestida así?
- Descuida, ellos pocas veces vienen a darse una vuelta por acá- dijo sonriendo el Pelirrojo.
Respiré aliviada, un poco, solo un poco.
- Deben ser chicas realmente atractivas para obtener las ganancias que mencionan.
            - Y lo son, ya lo comprobarás por ti  misma – Dijo el Moreno.
- El hotel donde hacemos el evento no cobra sus servicios, lo que nos da una ganancia considerable posterior de los gastos del pago de las chicas, las cuales, debes quedar con la consciencia tranquila, pues solo nosotros cuatro sabemos sus direcciones, nos encargamos de ir por ellas y llevarlas de regreso personalmente. No se permiten intercambio de datos personales, todo el tiempo están siendo vigilados. Ellas se benefician al igual que nosotros, lo vemos como un trato ganar – ganar.
- ¿Cuatro? – pregunté.
- Atlas, tontita – respondió el pelirrojo.
Tragué saliva – Entonces él estará por llegar.
- Lo tenemos ocupado fuera del evento por el momento, dijo uno de ellos despreocupadamente.
Sé que a Atlas no le agradará verme vestida de esa manera si no estamos en privado él y yo, pero es cuestión de negocios ¡Dioses y Demonios!
- Cuando veas las ganancias estarás de nuestro lado – dijo el pelirrojo.
- ¿Quisieras hacer la prueba siendo una de esas chicas? – Me invitó el Rubio.
- Además de que resultaría denigrante para mí el hacerlo, no creo que nadie pagara por mí.
- Yo por el contrario pienso que ganaríamos mucho más contigo – dijo el Rubio.
- Sonreí, agradeciendo el voto de confianza. Depués, quizás acceda.
Ellos tenían razón aunque no me convencía de todo el evento. Siempre se mantuvo el orden, lujuria y deseo flotaban en el aire. Detestaba que utilizaran así el cuerpo de la mujer, pero finalmente el sexo es lo que más paga en esta vida, ¿cierto?
Ya entrada la noche y cuando todos los privados estaban asignados a las chicas por las cuales habían pagado y se encontraban sentados plácidamente en los privados, pensé que podría descansar un poco, por lo que me acerqué a la barra y pedí un agua mineral con mucho hielo, aún faltaban un par de horas del evento y ansiaba retirarme aquel vestuario.
Los trillizos se acercaron a donde me encontraba, ellos lucían trajes a medida, que les sentaban a la perfección. Cualquiera de ellos, cualquier día de la semana, antes de haber conocido a Atlas… ¡no hubiese dicho que no! me hubiese encantado tener una pareja así.
- Creo que están perdiendo oportunidades de negocio dirigiendo éste evento únicamente al sexo masculino – les dije en un momento de poca lucidez en mi mente.
- Nuestro público es cautivo – respondió el Rubio, todos ellos son personas con cierta posición social a la cuales no le conviene un escándalo, la mayoría de ellos son las personas que apuestan en nuestras peleas – Señaló el Moreno.
- Aun así, si nuestro propósito continua siendo el de recaudar fondos, podemos extender el evento, quizá algo menos sofisticado, algo menos costoso, algo diferente pero para el público femenino, creo que tendrían un gran éxito. Conozco el lugar perfecto donde podemos concentrar una horda de mujeres dispuestas a pagar por algo así.
Se miraron entre ellos.
- Tu propuesta es muy interesante, podemos hacer una prueba, platiquemos más a detalle y lancemos tu evento para el siguiente trimestre, después de todo, para ello te contratamos  ideas frescas.
- El último privado ha requerido una bebida - dijo el moreno, ¿te molestaría llevarla? – me solicitó el Pelirrojo.
Tomé la bebida con sumo cuidado y la coloqué en la chora destinada para esos fines, dándome la vuelta y regalándoles la mejor de mis sonrisas – será un placer – dije y me marché de ahí.
Entré al privado el cual estaba a media luz, no había nadie de nuestros custodios así como tampoco estaba ninguna de las chicas, supongo que la escoltaron a algún lugar. La persona que había solicitado la bebida se encontraba de pie dándome la espalda, evité mirarlo  pues no quería reconocer a alguien indebido y luego tener que disimular en caso de que lo conociera.
- ¿Cuál es el costo que debo pagar para que accedas a tener una cena con migo? – Preguntó aquel personaje.
Mi primer instinto fué el de responderle que no me encontraba en venta  en una forma no muy educada, afortunadamente mi mente  reconoció de inmediato su tono de voz.
- ¿Atlas? La sangre se me fue al suelo al no saber cómo reaccionaría al verme vestida en aquel uniforme.
- Se giró y me miró fijamente.
- Veo que fuiste víctima de los trillizos, su postura era natural, brazos cruzados sin mostrar rigidez alguna en su cuerpo.
Voltee al cabeza un poco de lado al no entender sus palabras.
- El que estés vistiendo ese atuendo  - me refiero – fue la manera en la que ellos te probaron o novatearon  dependiendo la manera en como lo quieras ver.
- Esos trillizos…
-Más no puedo decir que en esta ocasión me moleste. Tomó asiento invitándome a hacer lo propio en el asiento de enfrente. En lugar de hacerlo, moví un poco las caderas preguntando si entonces le gustaba aquel atuendo.
- Pensé que te enojarías  e incluso estaba resignada a recibir  el castigo en caso de que no quisieras negociar.
Levantó una ceja, se pasó levemente la lengua por lo labios. – No te limites si lo que quieres son unas nalgadas, puedo complacerte, pídelo. Se puso de pie y avanzó lenta y deliciosamente hacia mí al tiempo que se quitaba el saco que usaba aquel día. Esas palabras, tuvieron una reacción directa en esa área que gusta de ponerse húmeda  con solo un toque de él. Bajó un poco su cuerpo para que nuestros rostros pudiesen quedar a la misma altura y poder besarnos.
- Pídelo. ¿Qué deseas? No respondí, me limité a continuar besándole ¡Eso era lo que deseaba! Después de toda la semana sin verle y sin poder tocarle a mi libre antojo aquella sesión era mandatoria.
- ¿Qué deseas hacer tú? – Pregunté - honestamente no me molestaría recibir unas cuantas nalgadas si después de las cuales me brindas placer como solo tú sabes hacerlo, dije un poco apenada de reconocerlo.
- Deseo desnudarte y besar cada parte de ti – suspiró - pero no  lo haré aquí, alguien puede vernos y no deseo que nadie fuera de mi te vea desnuda además si algún invitado nos descubre teniendo contacto, todo el evento se puede ir por la borda.
- Lo sé dije. Pero es que te deseo tanto que duele.
El simplemente sonrió.
Tendremos tiempo de sobra, mañana que vayas con tus papás convence a tu hermana de ir al cine, encárgate de que piense que yo soy una buena compañía, de esa manera no podré decirle que no a su petición ¿cierto? Tendremos algunos tiempos juntos y podremos convencer a los muchachos de que sea yo quien te lleve a casa, de jugar bien nuestras cartas tendremos algunos momentos solos antes de que ellos lleguen.
- ¡Excelente plan! – Me anoto.
            Estaba por retirarme de aquel lugar para poder ayudar con el cierre del evento, yo estaría en uno de las camionetas utilizadas para transportar a las chicas, justo en ese momento recordé sus palabras  nosotros cuatro.
            - Sé que eres un chofer designado – dije- No se te ocurra voltear a ver a ninguna de ellas con alguna intención diferente a la de simplemente dejarla en su hogar, pues no dudaré ni un solo momento en ser yo quien te de una nalgadas a ti.
            En un sorprendente movimiento que me dejó sin aliento, se dio la vuelta y señalando su delicioso trasero.
            - Deléitate, dijo, es todo tuyo.
            - ¡Eres tan malvado! – Le di una pequeña palmada  - no dejaría pasar aquella oportunidad. Cuando llegue el momento – dije – cuando estemos sin restricciones… me saciaré de esa parte tanto como me sea posible. Espero que sea pronto.
            Salí de ahí moviendo mis caderas y mi mano en señal de hasta pronto.
            El trillizo Rubio me indicó que sería en la camioneta de él en la que me transportaría de regreso a casa, desde que tengo prohibidas las reuniones con Altas y por obvias razones él no podría ser mi transporte de regreso.
            Las chicas se veían muy normales. Casi ninguna habló entre ellas.
            Después de haber dejado a la última chica el Rubio comenzó la plática.
            - Ellas son madres solteras en caso de que te interese el dato cultural. Ellas decidieron no abandonar a sus hijos por lo que las estudiamos y evaluamos a fin de saber si son candidatas para los puestos que tenemos vacantes, es una manera de ayudarles, nos enfocamos en chicas que busquen la superación y bienestar de sus hijos, no promovemos el que tengan más hijos en la misma situación, pero les proveemos un sustento extra que les impedirá llegar a casos extremos.
            Lógica bastante razonable para un grupo de chicos huérfanos, pensé, ahora me cuadra más el asunto de la protección hacia ellas que les brindan los miembros de nuestra asociación. Me sentí realmente agradecida de pertenecer a aquel grupo, no cabe duda que juzgo antes de tiempo, en muchas ocasiones ellos me llevan la delantera en muchos temas.
            - No tienes por qué darme explicaciones. Estoy segura de que todas sus intenciones son puras. Realmente no soy nadie para cuestionarlas.
            - Representas mucho para nosotros, todos nosotros, dijo él.
            Guardé un decente silencio al no saber cómo responderle.
            - ¿Tienes hambre? Puedo invitarte unos deliciosos tacos callejeros, claro solo en caso de que ahora que eres la novia de Atlas, no prefieras un elegante restaurant.
            - Ja, ja – exclamé. Aceptaré tu invitación únicamente por que lo estás solicitando de una muy buena manera y por qué muero de hambre.
            - No te arrepentirás.
- Si te soy honesta, la comida callejera es algo que disfruto enormemente, he tenido fuertes disgustos con Atlas por esto, en ocasiones solo quisiera una cena así, con los dedos y de pie, donde tengas que hacer malabares para sostener tu soda al mismo tiempo que sostienes el plato donde comes tus tacos a riesgo de perder el equilibrio y que tu comida termine en el suelo. Pero él me niega éste placer (hice una mueca digna de una reina del Drama). Después de eso requeriría un postre calórico el cual estaba segura que no me negaría.
- No juzgues a  mi hermano, él ha pasado mucho tiempo en busca de la mujer ideal, ahora que la tiene, desea darle lo mejor.
- Sonreí entendiendo que se mortificaba por Atlas. Es simplemente que no estoy acostumbrada a esto, a todo esto fue abrumador de inicio, dije, te invito a mirarlo a través de mis ojos, yo soy una chica sencilla que de repente se encuentra en un mundo inimaginable y soñado, con una persona que quiere cuidar de mí, cuando en mi pasado los únicos chicos que conocí, digamos que no tenían tantas atenciones. Fue abrumador y no quiero decir que me haya acostumbrado.
- No lo lastimes ¿De acuerdo? Por dentro es todo lo contrario al exterior, él es frágil, si lo de ustedes en algún punto no funciona no quiero imaginarme lo que sucederá, hace algunos años casi lo perdimos.
- ¿Quisiera saber cuándo conoceré esa historia de Atlas?
- Es su historia, él debe contarla, solo no lo lastimes, ¿ok?
- Haré mi mejor esfuerzo. Aunque para ser alguien que me pidió ponerlo en lista de espera si  decidía botar a Atlas…
- Y lo sigo pidiendo, una cosa no está en contra de la otra.
- Pensemos por un momento- dije - pensemos que mañana decido terminar con él y aceptar tu propuesta. ¿Qué sucedería?
- Mmmmm veamos -  se introdujo un taco en aquella boca de tentación. ¡Dioses y demonios! Supongo que alguien debe tener un tipo de filtro de genes para éstos individuos, todos ellos endemoniadamente guapos y sensuales, no es que le esté deseando o que le vaya a saltarle encima, pero uno reconoce la guapura y sensualidad cuando la ve, además de que no estoy ciega, solo estoy a Dieta. Acto seguido se limpió las comisuras de los labios con una servilleta.
Concéntrate - me dijo la loca de la casa, acaso es que Atlas no te tiene satisfecha.
Ahora que lo dices, no, no estoy satisfecha  necesito más. Solo que él, mi novio, pareciera que lo está postergando….
- Posiblemente aplicaría el dicho más vale pedir perdón, que pedir permiso, Atlas es mi hermano pero su tu eres la mujer de mi vida lucharía por ti.
- Pero no lo soy – afirmé.
- Eso no lo sabemos… aún, me dio un pequeño golpecito con su codo, a nuestra manera, cada uno de nosotros podría hacerte feliz ¿sabes?
- ¿Hacerme feliz? – No busco un premio de consolación, busco el hombre de mi vida.
- Tranquila – dijo él - todo es un supuesto.
Él tenía razón, ellos bromeaban a cada instante y yo por el contrario todo lo tomaba a pie juntillas. ¿Debía ser más relajada? sobre todo con ellos.
- ¿Postre? – dije en pos de hacer una tregua.
- No soy alguien que guste mucho de los dulces, pero vayamos en busca de algo para ti.
- Por la hora si esperamos unos momentos podemos encontrar algunas panaderías abiertas, Dios ustedes sí que tienen  eventos trasnochadores.
- Nosotros – corrigió -  ahora eres parte de nuestro equipo.
- Sonreí, lo soy.

Al siguiente día ejecuté  hábilmente el plan de Atlas, convencí a mi hermana de que quería ir al cine con Atlas, él se hizo cargo del resto y recibí un mensaje donde confirmaba que pasaría por nosotras a tales horas.
En algún libro ó en alguna publicación leí que la distancia ayudaba a sanar heridas, la relación con mis papás siempre ha sido normal, o al menos la considero de esa manera, sin embargo ahora disfruto más de estar con ellos, quizá porque les extraño, quizá porque ahora tengo que estirar mi tiempo para estar con ellos, evito pelear y la mayor parte de las veces les concedo la razón, incluso aunque no crea que es lo mejor, siento que es una manera de agradecer su apoyo en mi mudanza hacia una nueva vida.
Mi mamá procuraba cocinar lo que me gustaba cuando estaba ahí, por mi parte ayudaba en lo que más podía pues mis hermanos aún estaban pequeños para ayudar en muchas cosas, aunque mis papás no crían vagos nunca está de más una mano extra en el hogar.



El domingo mí mamá decidió hacer  gorditas  para desayunar, fiel a la costumbre heredada por mi abuelita fue por la masa, la preparamos, preparó los guisados y me dediqué a “echar” las tortillas para dicho manjar. Mientras metía las manos en aquella preparación de maíz molido, pensé en cómo sería genial que al nacer, tuvieras todo el conocimiento de tus ancestros, así  nos ahorraríamos mucho tiempo de aprendizaje y nos enfocaríamos a cosas nuevas, supongo que no es la mejor opción en cuanto a selección natural se refiere, pues no nacimos así, pero no deja de ser genial.



Nuestros desayunos son abundantes, en especial los días domingos, mi papá suele exprimir naranjas para hacernos jugo natural, mi mamá y yo única y exclusivamente no dedicamos a cocinar. ¿Postre? ¡Sí! Gracias! Una enorme pieza de pan y café al gusto.
Mis papás se mostraban incómodos al preguntar por mi estadía, yo me centraba en platicar siempre las cosas positivas, como que hacíamos trabajos de voluntariado y recaudábamos dinero para causas benéficas, sin detallar mucho en el cómo. Mis cambios físicos eran más que evidentes mi parte vanidosa se encontraba más que complacida si he de reconocerlo, mi mamá se mostraba preocupada referente a mi alimentación aunque sabía que hambre no pasaba, y físicamente me encontraba incluso más supervisada que nunca antes en mi vida.
- ¿Cómo vas con ese muchacho? – preguntó mi papá, no es que me tomara por sorpresa la pregunta, solo que no quería mentir u ocultar información.
- Vamos bien, creo yo.
- Hay quién dé, pero no quién ruegue. Un dicho que mencionaba mi abuela paterna y mi papá lo utilizaba a menudo, dándome a entender que Atlas no me esperaría para siempre.
- Lo sé, por el momento estoy más que bien de esta manera, él se ausentará por un tiempo y creo que lo mejor es permanecer como estamos.
- Eres una terrible mentirosa.
- Eso también lo sé – dije sonriendo – Esa es mi realidad papá, no hay nada que pueda hacer al respecto. Estoy disfrutando y viviendo un día a la vez. No sé a ciencia cierta que me depara el futuro y tan bien como me conoces sabes que eso crea un grave stress en mi vida.
- ¿Te hace feliz?
- Si – respondí sorprendentemente rápido.
Él sonrió satisfecho – Nunca nadie será suficientemente bueno para ti ante mis ojos, pero una respuesta así de rápida me invita a solidarizarme con el pobre tipo que babea por ti, se  le nota a distancia y tú simplemente no das ese paso final.
- Vaya vocabulario.
- Bien, continuemos viviendo un día a la vez – dijo en aras de terminar esa incómoda conversación-  Cuida a tu hermana, a ella le entusiasma salir con ustedes.
- Daría mi vida por ella, lo sabes.
- Lo sé – afirmó. Nunca dejaré de ser papá y preocuparme por ustedes.
Atlas estuvo puntual como siempre, con arreglos de flores para mi mamá y hermana (totalmente innecesarios si me preguntan), un accesorio de auto para mi papá y un juego de video para mi hermano.
- Los mal acostumbras dije.
- ¿Detecto algo de celos?
- Para nada.
- También tengo algo para ti, sonrió.
Durante la función de cine Atlas me abrazó castamente, nada fuera de lo ordinario, nada fuera de lo común, una pareja simple y llanamente no quería que mi hermana hiciera algún comentario indebido en casa de mis papás, aunque ella estaba centrada en la película y difícilmente nos puso atención.
Le amas
Claro que le amo – le respondí a la loca de la casa ¿Cómo podría no hacerlo con tantos detalles?
Continúas jugando con fuego.
Calla, asistiré a la unidad de quemados donde te tratan con litros de helado para cuidar tu corazón, honestamente espero que no llegue ese día.
No diré – Te lo dije.
Al salir de la función nos llevó a comprar chocolates a una tienda que ama mi hermana pues los chocolates son de colores brillantes además de ser Gourmet y franceses, él mismo le mostró el camino ahora mi hermana solicita visita obligada en cada una de nuestras salidas.

Después de haber dejado a mi hermana sana y salva, me condujo hacia mi hogar en el trayecto comencé la plática…
-¿Cómo lograste convencerlos? Aun que he de decir que no me sorprende que lo hicieras, dije.
- Mi preciosa, ellos son personas que se enojan al momento, créeme yo los conozco más tiempo que tú, únicamente estaban esperando que tú hicieras  la pregunta respecto ¿Cuándo podríamos vernos?, a éstas alturas a ellos ya no consideran que debas continuar con el castigo.
- ¡No soy adivina!
- Supongo que simplemente es cuestión de conocernos, como sabes yo fui su alumno tiempo atrás.
- Historia que no me has contado aún.
- Algún día dijo él nuevamente. Ahora cambiaré de tema. La siguiente semana hice la cita para las fotografías que aún me debes.
- Uffff, lo recordaste.
-No lo olvidaría.
- ¿Es realmente lo que deseas?
- Por el momento eso me satisfacerá.
- ¿Cuál es mi garantía de que esas fotos permanecerán solo para tus ojos?
- Realmente ninguna, solo la confianza que tengas en mí.
La cual es mucha, confío en ti con los ojos cerrados. Quise decirle pero las palabras simplemente no fluyeron.
- No me haré responsable si las fotos no resultan en lo que esperas.
- He contratado a una persona experta en el tema Sesiones Boudoir así se nombran, yo estaré ahí, supervisaré el trabajo, no habrá margen para que yo tenga un trabajo que no deseo.
Guardé silencio por unos momentos, continuo preguntándome constantemente ¿Cuál es la verdadera causa por la que no le niego nada a él? ¿Es acaso por sus atenciones, porque al final termina convenciéndome o simplemente porque quiero hacerlo? Al final de todo lo que quiero es él.
- No sé si quiero saber la respuesta a esto Atlas, pero, ¿Cuántas colecciones tienes así?
- Ninguna, aunque sé que no lo creerás.
Era cierto, no le creía, mi imaginación se volvió loca y mis  celos estuvieron a punto de iniciar una escena.
Llegamos  a su casa.
- ¿Quieres entrar?
- No lo sé Atlas, la oferta es tentadora ¿Podemos dirigirnos sin limitaciones?
Se frotó la frente con la mano, señal inequívoca de que desconocía como comenzar aquello. Se bajó del coche en dirección a abrir mi puerta, en silencio y sin cruzar miradas me condujo adentro de aquel lugar. Justo al cerrar la puerta detrás de él me tomó por el brazo y me hizo girar inesperadamente, me atrajo hacia él haciendo coincidir nuestros labios hábilmente, un gesto que me derretía por completo, me abrazó fuertemente, me zafé un poco de aquel abrazo de oso y le rodee con mis brazos induciendo mis frías manos debajo de su ropa, ansiaba tocarle.
Terminamos en su sofá en una sesión de besos que haría sonrojar a cualquiera. Mis intentos por llevar esto a otro nivel, no rindieron frutos, él no se rindió.
Cuando mis intentos se mostraron descarados, claros y fuertes al intentar comenzar a desabotonar su pantalón, él se incorporó un poco quedando sobre sus brazos.
- Detendré esto aquí, ya que tú no lo harás - dijo él.
- Hoy no quiero ser sensata, te quiero a ti sin limitaciones.
- ¿Me echarás en cara esas palabras por el resto de mis días?
- Solo hasta que obtenga lo que deseo.
- Y tú eres lo que yo deseo, lamento ser la parte sensata de esta relación, pero aún tenemos temas importantes que tratar.
- Todo puede esperar, dije.
- Veamos si es así, dijo él, dame unos momentos para escucharme y después decide si quieres continuar o no.
- Definitivamente pareciera que te obligo, dije al tiempo que me incorporaba, si no estás de humor o no quieres, simplemente tienes que decirlo, dije muy molesta.
- Preciosa, no es eso. Tomó mi mano y la colocó entre sus piernas, mostrándome evidencia inequívoca de que estaba listo al igual que yo. No correré ningún riesgo contigo y por eso me refiero a tu conciencia y sentimientos. Recibí un mensaje de Laura y su operación está programada para una semana antes de tu cumpleaños.
No dijo nada más.
- Prometí que ahí estaría y ahí estaré, dije en tono de fastidio, incorporándome y cruzando los brazos al frente. Definitivamente sabía cómo bajarle emoción al momento pasando de un calor infernal hasta llevarme directo al Polo Norte
- Bien – respondió, entonces quizás debamos pasar al siguiente tema, para la celebración de tu cumpleaños, tengo todo un plan tú yo solos celebrando un fin de semana frente al mar ¿Qué opinas?
También sabía cómo ponerme de buen humor definitivamente.
- Tú y yo ¿solos?
- No eleves tus expectativas, quizás solo pueda conseguir un par de días para nosotros dos, pero antes quiero saber si estas interesada.
- ¡Claro que lo estoy!
Sonrió complacido y miró el reloj de pared.
- Es hora de marcharnos, los muchachos no tardarán en llegar.
- No – dije firmemente.
- ¿No?
- Quiero terminar lo que dejamos inconcluso en el evento, Quiero más.
- Más… – sus ojos brillaron de deseo.
            Me tomó en un giro repentino por el brazo para ponerme en pie y me colocó en su hombro, para dirigirnos hacia ¿su recámara?, me dio una nalgada que me hizo respingar. Algo que me gustaba de su casa es que parecía una bodega, era un solo piso y no había paredes dividiendo las zonas de la casa, algo que me resultó extraño al inicio, pero poco a poco le encontraba el encanto, espacio había de sobra.
            - Más…  - dijo en un tono pensativo – Bien, veré si puedo cumplir tus altos estándares Patea Traseros.
            Me arrojó a la cama me r desnudó la parte superior de mi cuerpo, sus movimientos fueron rápidos y precisos, sin darme tiempo a reaccionar siquiera, me entregué al placer de sentir su lengua y sus dedos sobre la parte más sensible de mis senos. Intenté colocar mis manos sobre su espalda pero él lo impidió.
            -El día de hoy  no tocarás,  se estiró hasta sacar un par de esposas de su mesita de noche. No sé bien que expresión pude haber hecho – Tranquila patea traseros las compré exclusivamente para ti, justo cuando escapaste de mi la primera vez, pero no les encontré un uso práctico hasta hoy. Sujeto mis muñecas y éstas a su vez a la cabecera de su cama, me desnudó completamente, no es que antes no me hubiese visto así ya.
            Él dejó cubierta únicamente las partes que cubrían sus boxers, y regresó a continuar la actividad que había dejado inconclusa, me perdí en las sensaciones, mi cuerpo se retorcía debajo de él y mi cabeza se curvaba hacia atrás. Regresó a tomar mi boca con la suya invadiéndola completamente, buscando y explorando hasta el último rincón en ella. Su mano descendió sobre mi costado generando descargas eléctricas al contacto, acarició mis muslos trazando pequeños círculos, sus ojos me miraban fijamente.
            - Tú, pequeña patea traseros has probado mi sabor, quiero ahora probarte a ti, comenzó a descender dando pequeños besos por mi cuello y en dirección al sur…
            Mi cuerpo se tensó.
            - Detente por favor, le pedí.
            Levantó su mirada y se incorporó. - ¿Qué sucede?
            - N-no me siento tan cómoda, cerré los ojos e hice el rosto a un lado.
            - Ey, Ey, pequeña, mírame, de esto se trata la intimidad, de confianza, me siento muy feliz de que cuentes con la confianza de decir lo que te gusta y lo que te disgusta, estiró sus brazos para liberarme de mis ataduras, me colocó encima de él recostando mi cabeza sobre su pecho, sus manos hacían pequeñas caricias sobre mi espalda baja. – Yo avanzaré en la medida en la que tú te sientas segura.
            - Lo lamento.
            - Yo no. Recuerda siempre que tú eres quien tiene el control, No siempre quiere decir No y punto, nadie te debe obligar a lo contrario, no es tu obligación complacer a nadie.
            - Me acurruqué aún más en sobre su cálida piel, me dejé llevar por su acompasada respiración, mis ojos comenzaban a cerrarse y no me importó estar desnuda literalmente encima de él, disfrutando, viviendo…fue el sonido de su celular lo que me sacó de aquella ensoñación.
            Me movió un poco – Son los muchachos – Comienza a vestirte.
            Escuché parcialmente la conversación y no es que hubiese mucho que escuchar, ellos son cortos de palabras.
            - ¿Están molestos? ¿Debo esperar un regaño?
            - No seas tan fatalista, quieren hablar con los dos, de esperar algún regaño o castigo lo hubiesen dicho, no son gente que se anda por las ramas.
            Al llegar a casa no pude sentirme como si trajera un enorme anuncio luminoso sobre mi cabeza indicando que había tenido cierta intimidad con mí ahora novio.
            - Te ves rara - dijo César. ¿No crees eso? Le preguntó a Jason.
            - Ahora que lo mencionas, su energía….
            Me puse rojo tomate, eran tan injustos.
            - No sé de lo que hablan – respondí con valentía.
            - Debe ser que  estamos tan cerca de su cumpleaños – Mencionó Atlas acomodándose en uno de los sillones del estudio, donde ya nos encontrábamos reunidos, no entiendo como él podía mantenerse tan calmado, imperturbable, yo estaba con mis nervios a mil, de un momento a otro mea partiría como una nuez y vaciaría todo mi contenido.
Mario se encontraba  sentado en la silla del escritorio, a su lado izquierdo se colocaron el resto de ellos.
- No existe una manera sencilla de decir esto, es algo que queremos discutir antes de que sea anunciado mañana.
Les miré expectante y temerosa.
- Eileen ha decidido que todos nosotros portemos una marca, un tatuaje que nos identifique como miembros de ésta sociedad. Determinó  como fecha límite antes del siguiente torneo. Ella realizará todos los tatuajes, de esa manera se asegurará que todos cumplamos.
- Déjame adivinar – dije en una media sonrisa – de no aceptar seremos dados de baja de manera inmediata.
- Es correcto – respondió Jason.
-¡Esa exasperante mujer! – Me puse de pie. Quiero pensar que no lo está tomando personal – les dije – El día que recibí el castigo por su parte en algún momento de su castigo le respondí que las marcas que dejaba en mi cuerpo no eran permanentes, eventualmente desaparecerán dije, y será como si tú nunca hubieses tocado mi cuerpo.
Se miraron entre ellos sin decir nada.
- Pequeña, queremos saber cuál será tu postura.
- No es que me queden muchas opciones, pero sin duda lucharé hasta el final por no tener esa marca. No estamos hablando precisamente de una correa dije, y además de todo ella será quién la colocará. ¡Me niego!
- ¿Y llegada la fecha?- pidió saber Atlas.
- No tengo muchas opciones ¿cierto?
- No inicies una guerra que tienes perdida antes de comenzar, pequeña, me pidió Bruno.
- No lo haré, pero tampoco lo haré sencillo, sin importar el costo. ¿Cuándo es el siguiente torneo?
- El primer día de Julio.
- Bien, me preocuparé hasta que sea mi turno, aplazaré esto tratando de encontrar el agujero en la ley que me permita evadirla.
- Ella la modificará y entraremos un círculo interminable – hizo hincapié Mario.
- Sonreí – no se lo dejaré fácil. ¿Ya decidió la princesa la parte del cuerpo donde quiere que portemos dicha marca?
- En el cuello en el costado izquierdo.
- Seremos marcados cuales animales ¿Acaso no les molesta?
- Nosotros consideramos un honor portar esa marca.
Era entendible, ellos no conocían otra vida, pensé para mí.
- Argumentaré que quiero ser la última para que cuente con la habilidad suficiente después de haber tenido a tantos y tantos conejillos de indias antes de mí. En caso de que diga algo así como Las damas primero.
Jason me interrumpió – Nosotros nos encargaremos de eso, tu no te preocupes, serás la última en tatuarte esperando que éste tiempo sea suficiente para que lo aceptes y no te reveles, si llegado ese día decides que no quieres marcharte y no te presentas, yo mismo te entregaré.
Nunca antes le había escuchado hablarme así, por lo que consideré su aviso como una advertencia.
Estando sola en mí habitación fui consciente de algo: Yo inicié esa guerra. Ahora debía afrontar las consecuencias, pero enserio ella estaba loca, loca.

Continúa -> 25. "Secret Dreams"

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