Enserio,
deben estar de broma, si hubiese sabido
que éste era su evento, no me hubiera molestado en ir a con los muchachos para
explicarles que mi nuevo trabajo requería mi presencia, pero ¡Creí en ustedes!
Ahí estaba
yo con un vestido estilo japonés minúsculo y con aberturas a los costados que
llegaban justo unos milímetros debajo de mi ropa interior, el vestido era
ajustado y hacía resaltar los pocos atributos que Dios me había concedido, además
de que mis piernas lucían infinitas con los tacones que usaba, realmente mi
nueva correa versión tobillo lucía lindísima. Todo esto realizado en un intento
de ser una Chica Sexy estaría acomodando a los invitados al evento en
respectivos lugares. Agradecí a todos los Dioses el no haber solicitado la
presencia de Atlas ese día como mi transporte oficial, realmente no veía la
hora de poder quitarme aquel horroroso
vestuario, el cual accedí a usar solo porque los argumentos de los trillizos
fueron convincentes, muy convincentes.
- Parte de
nuestro trabajo es asegurarnos de complacer a nuestro cliente sin importar el
costo, tú necesitas cubrir a nuestra edecán en su ausencia dado que no nos dio tiempo de
conseguir a nadie más, recuerda que la felicidad del cliente es primordial, ese
es el servicio que damos y por el que cobramos tanto.
- Bien,
bien, lo entiendo, supongo que a ustedes les ha tocado tomar una bala por el
equipo. ¿De qué va el evento? alguien puede platicarme en lo que intento introducir
mi cuerpo en este diminuto vestuario.
- Este
evento en específico es una recaudación de fondos que organizamos
trimestralmente para un asilo de ancianos a quienes apoyamos en la asociación.
- ¿Ustedes
siendo altruistas? – eso sí que es nuevo. ¿Y de qué trata el evento?
-
Responderemos tu pregunta esperando que mantengas una mente abierta y que
consideres que sin nosotros ese asilo cerraría dejando en la calle a más de 100
ancianos. No queremos ser reconocidos por ello hacemos donaciones pidiendo mantenernos
en el anonimato – Señaló el pelirrojo.
- Ahora han
despertado mi curiosidad.
-
Subastamos cenas siendo el atractivo principal la compañía de chicas con poca
ropa – indicó el Rubio.
-
¿Promueven la prostitución?
- Nada de
eso – dijo el moreno – Antes que nada nosotros respetamos a las mujeres tú
deberías ser consciente de ello, la dinámica funciona así: Convocamos a chicas
que necesiten el dinero, hacemos estudios socioeconómicos, pagamos bien para
evitar la tentación de propinas extra, el
costo de la cena probablemente sea 10 o 15 veces más elevado de su costo real, las chicas
van y vienen con la comida y si el cliente lo pide y la chica accede, pueden
alimentarlo en la boca – Resumió el moreno mientras se miraba
despreocupadamente las manos.
- ¿No creen
que confían mucho en sus clientes y en las chicas?
- No
confiamos – confirmó el Rubio, cada uno de los privados tiene a uno o dos de
nosotros vigilando a las chicas, ninguno de nosotros somos sobornables, en ello
basamos el éxito de todo esto, ninguno de nosotros iríamos en contra de las
reglas y más aún cuando tus tíos son nuestros padrinos de evento.
- ¿Padrinos de
evento?
- Todos los
eventos que organizamos para fines benéficos donde el nombre de la asociación
puede verse afectado, requerimos tener autorización de uno de los miembros del
gabinete de Eileen, ante ellos se presenta un plan de cómo, cuándo, dónde y
bajo qué circunstancias se realizarán los eventos ellos lo aprobarán o no, así
como pueden requerir más detalles y prohibir algunas cosas. A ellos los
llamamos padrinos del evento.
- ¿Diablos,
ellos vienen por aquí? ¿Me verán vestida así?
- Descuida,
ellos pocas veces vienen a darse una vuelta por acá- dijo sonriendo el
Pelirrojo.
Respiré
aliviada, un poco, solo un poco.
- Deben ser
chicas realmente atractivas para obtener las ganancias que mencionan.
- Y lo son, ya lo comprobarás por
ti misma – Dijo el Moreno.
- El hotel
donde hacemos el evento no cobra sus servicios, lo que nos da una ganancia
considerable posterior de los gastos del pago de las chicas, las cuales, debes
quedar con la consciencia tranquila, pues solo nosotros cuatro sabemos sus
direcciones, nos encargamos de ir por ellas y llevarlas de regreso personalmente.
No se permiten intercambio de datos personales, todo el tiempo están siendo
vigilados. Ellas se benefician al igual que nosotros, lo vemos como un trato
ganar – ganar.
- ¿Cuatro?
– pregunté.
- Atlas,
tontita – respondió el pelirrojo.
Tragué
saliva – Entonces él estará por llegar.
- Lo
tenemos ocupado fuera del evento por el momento, dijo uno de ellos
despreocupadamente.
Sé que a
Atlas no le agradará verme vestida de esa manera si no estamos en privado él y
yo, pero es cuestión de negocios ¡Dioses y Demonios!
- Cuando
veas las ganancias estarás de nuestro lado – dijo el pelirrojo.
-
¿Quisieras hacer la prueba siendo una de esas chicas? – Me invitó el Rubio.
- Además de
que resultaría denigrante para mí el hacerlo, no creo que nadie pagara por mí.
- Yo por el
contrario pienso que ganaríamos mucho más contigo – dijo el Rubio.
- Sonreí,
agradeciendo el voto de confianza. Depués, quizás acceda.
Ellos
tenían razón aunque no me convencía de todo el evento. Siempre se mantuvo el
orden, lujuria y deseo flotaban en el aire. Detestaba que utilizaran así el
cuerpo de la mujer, pero finalmente el sexo es lo que más paga en esta vida,
¿cierto?
Ya entrada
la noche y cuando todos los privados estaban asignados a las chicas por las
cuales habían pagado y se encontraban sentados plácidamente en los privados,
pensé que podría descansar un poco, por lo que me acerqué a la barra y pedí un
agua mineral con mucho hielo, aún faltaban un par de horas del evento y ansiaba
retirarme aquel vestuario.
Los
trillizos se acercaron a donde me encontraba, ellos lucían trajes a medida, que
les sentaban a la perfección. Cualquiera de ellos, cualquier día de la semana,
antes de haber conocido a Atlas… ¡no hubiese dicho que no! me hubiese encantado
tener una pareja así.
- Creo que
están perdiendo oportunidades de negocio dirigiendo éste evento únicamente al
sexo masculino – les dije en un momento de poca lucidez en mi mente.
- Nuestro
público es cautivo – respondió el Rubio, todos ellos son personas con cierta
posición social a la cuales no le conviene un escándalo, la mayoría de ellos
son las personas que apuestan en nuestras peleas – Señaló el Moreno.
- Aun así,
si nuestro propósito continua siendo el de recaudar fondos, podemos extender el
evento, quizá algo menos sofisticado, algo menos costoso, algo diferente pero
para el público femenino, creo que tendrían un gran éxito. Conozco el lugar
perfecto donde podemos concentrar una horda de mujeres dispuestas a pagar por
algo así.
Se miraron
entre ellos.
- Tu
propuesta es muy interesante, podemos hacer una prueba, platiquemos más a
detalle y lancemos tu evento para el siguiente trimestre, después de todo, para
ello te contratamos ideas frescas.
- El último
privado ha requerido una bebida - dijo el moreno, ¿te molestaría llevarla? – me
solicitó el Pelirrojo.
Tomé la
bebida con sumo cuidado y la coloqué en la chora destinada para esos fines,
dándome la vuelta y regalándoles la mejor de mis sonrisas – será un placer –
dije y me marché de ahí.
Entré al
privado el cual estaba a media luz, no había nadie de nuestros custodios así como
tampoco estaba ninguna de las chicas, supongo que la escoltaron a algún lugar.
La persona que había solicitado la bebida se encontraba de pie dándome la
espalda, evité mirarlo pues no quería
reconocer a alguien indebido y luego tener que disimular en caso de que lo
conociera.
- ¿Cuál es
el costo que debo pagar para que accedas a tener una cena con migo? – Preguntó
aquel personaje.
Mi primer
instinto fué el de responderle que no me encontraba en venta en una forma no muy
educada, afortunadamente mi mente
reconoció de inmediato su tono de voz.
- ¿Atlas?
La sangre se me fue al suelo al no saber cómo reaccionaría al verme vestida en
aquel uniforme.
- Se giró y
me miró fijamente.
- Veo que fuiste
víctima de los trillizos, su postura era natural, brazos cruzados sin mostrar
rigidez alguna en su cuerpo.
Voltee al
cabeza un poco de lado al no entender sus palabras.
- El que
estés vistiendo ese atuendo - me refiero
– fue la manera en la que ellos te
probaron o novatearon dependiendo la manera en como lo quieras ver.
- Esos
trillizos…
-Más no
puedo decir que en esta ocasión me moleste. Tomó asiento invitándome a hacer lo
propio en el asiento de enfrente. En lugar de hacerlo, moví un poco las caderas
preguntando si entonces le gustaba aquel atuendo.
- Pensé que
te enojarías e incluso estaba resignada
a recibir el castigo en caso de que no
quisieras negociar.
Levantó una
ceja, se pasó levemente la lengua por lo labios. – No te limites si lo que
quieres son unas nalgadas, puedo complacerte, pídelo. Se puso de pie y avanzó lenta
y deliciosamente hacia mí al tiempo que se quitaba el saco que usaba aquel día.
Esas palabras, tuvieron una reacción directa en esa área que gusta de ponerse
húmeda con solo un toque de él. Bajó un
poco su cuerpo para que nuestros rostros pudiesen quedar a la misma altura y
poder besarnos.
- Pídelo.
¿Qué deseas? No respondí, me limité a continuar besándole ¡Eso era lo que
deseaba! Después de toda la semana sin verle y sin poder tocarle a mi libre
antojo aquella sesión era mandatoria.
- ¿Qué
deseas hacer tú? – Pregunté - honestamente no me molestaría recibir unas
cuantas nalgadas si después de las cuales me brindas placer como solo tú sabes
hacerlo, dije un poco apenada de reconocerlo.
- Deseo
desnudarte y besar cada parte de ti – suspiró - pero no lo haré aquí, alguien puede vernos y no deseo
que nadie fuera de mi te vea desnuda además si algún invitado nos descubre
teniendo contacto, todo el evento se puede ir por la borda.
- Lo sé
dije. Pero es que te deseo tanto que duele.
El
simplemente sonrió.
Tendremos
tiempo de sobra, mañana que vayas con tus papás convence a tu hermana de ir al
cine, encárgate de que piense que yo soy una buena compañía, de esa manera no
podré decirle que no a su petición ¿cierto? Tendremos algunos tiempos juntos y
podremos convencer a los muchachos de que sea yo quien te lleve a casa, de
jugar bien nuestras cartas tendremos algunos momentos solos antes de que ellos
lleguen.
- ¡Excelente
plan! – Me anoto.
Estaba por retirarme de aquel lugar
para poder ayudar con el cierre del evento, yo estaría en uno de las camionetas
utilizadas para transportar a las chicas, justo en ese momento recordé sus
palabras nosotros cuatro.
- Sé que eres un chofer designado – dije- No se te
ocurra voltear a ver a ninguna de ellas con alguna intención diferente a la de
simplemente dejarla en su hogar, pues no dudaré ni un solo momento en ser yo
quien te de una nalgadas a ti.
En un sorprendente movimiento que me
dejó sin aliento, se dio la vuelta y señalando su delicioso trasero.
-
Deléitate, dijo, es todo tuyo.
- ¡Eres tan malvado! – Le di una
pequeña palmada - no dejaría pasar
aquella oportunidad. Cuando llegue el momento – dije – cuando estemos sin
restricciones… me saciaré de esa parte tanto como me sea posible. Espero que
sea pronto.
Salí de ahí moviendo mis caderas y
mi mano en señal de hasta pronto.
El trillizo Rubio me indicó que
sería en la camioneta de él en la que me transportaría de regreso a casa, desde
que tengo prohibidas las reuniones con Altas y por obvias razones él no podría
ser mi transporte de regreso.
Las chicas se veían muy normales. Casi ninguna habló entre
ellas.
Después de haber dejado a la última
chica el Rubio comenzó la plática.
- Ellas son madres solteras en caso
de que te interese el dato cultural. Ellas decidieron no abandonar a sus hijos
por lo que las estudiamos y evaluamos a fin de saber si son candidatas para los
puestos que tenemos vacantes, es una manera de ayudarles, nos enfocamos en
chicas que busquen la superación y bienestar de sus hijos, no promovemos el que
tengan más hijos en la misma situación, pero les proveemos un sustento extra
que les impedirá llegar a casos extremos.
Lógica bastante razonable para un
grupo de chicos huérfanos, pensé, ahora me cuadra más el asunto de la
protección hacia ellas que les brindan los miembros de nuestra asociación. Me
sentí realmente agradecida de pertenecer a aquel grupo, no cabe duda que juzgo
antes de tiempo, en muchas ocasiones ellos me llevan la delantera en muchos
temas.
- No tienes por qué darme explicaciones.
Estoy segura de que todas sus intenciones son puras. Realmente no soy nadie
para cuestionarlas.
- Representas mucho para nosotros,
todos nosotros, dijo él.
Guardé un decente silencio al no
saber cómo responderle.
- ¿Tienes hambre? Puedo invitarte
unos deliciosos tacos callejeros, claro solo en caso de que ahora que eres la
novia de Atlas, no prefieras un elegante restaurant.
- Ja, ja – exclamé. Aceptaré tu
invitación únicamente por que lo estás solicitando de una muy buena manera y
por qué muero de hambre.
- No te arrepentirás.
- Si te soy
honesta, la comida callejera es algo que disfruto enormemente, he tenido
fuertes disgustos con Atlas por esto, en ocasiones solo quisiera una cena así,
con los dedos y de pie, donde tengas que hacer malabares para sostener tu soda
al mismo tiempo que sostienes el plato donde comes tus tacos a riesgo de perder
el equilibrio y que tu comida termine en el suelo. Pero él me niega éste placer
(hice una mueca digna de una reina del Drama). Después de eso requeriría un
postre calórico el cual estaba segura que no me negaría.
- No
juzgues a mi hermano, él ha pasado mucho
tiempo en busca de la mujer ideal, ahora que la tiene, desea darle lo mejor.
- Sonreí
entendiendo que se mortificaba por Atlas. Es simplemente que no estoy
acostumbrada a esto, a todo esto fue abrumador de inicio, dije, te invito a
mirarlo a través de mis ojos, yo soy una chica sencilla que de repente se
encuentra en un mundo inimaginable y soñado, con una persona que quiere cuidar
de mí, cuando en mi pasado los únicos chicos que conocí, digamos que no tenían
tantas atenciones. Fue abrumador y no quiero decir que me haya acostumbrado.
- No lo
lastimes ¿De acuerdo? Por dentro es todo lo contrario al exterior, él es
frágil, si lo de ustedes en algún punto no funciona no quiero imaginarme lo que
sucederá, hace algunos años casi lo perdimos.
- ¿Quisiera
saber cuándo conoceré esa historia de Atlas?
- Es su
historia, él debe contarla, solo no lo lastimes, ¿ok?
- Haré mi
mejor esfuerzo. Aunque para ser alguien que me pidió ponerlo en lista de espera
si decidía botar a Atlas…
- Y lo sigo
pidiendo, una cosa no está en contra de la otra.
- Pensemos
por un momento- dije - pensemos que mañana decido terminar con él y aceptar tu
propuesta. ¿Qué sucedería?
- Mmmmm
veamos - se introdujo un taco en aquella
boca de tentación. ¡Dioses y demonios! Supongo que alguien debe tener un tipo
de filtro de genes para éstos individuos, todos ellos endemoniadamente guapos y
sensuales, no es que le esté deseando o que le vaya a saltarle encima, pero uno
reconoce la guapura y sensualidad cuando la ve, además de que no estoy ciega,
solo estoy a Dieta. Acto seguido se limpió las comisuras de los labios con una
servilleta.
Concéntrate - me dijo la loca de la casa, acaso es que
Atlas no te tiene satisfecha.
Ahora que
lo dices, no, no estoy satisfecha necesito más. Solo que él, mi novio,
pareciera que lo está postergando….
-
Posiblemente aplicaría el dicho más vale
pedir perdón, que pedir permiso, Atlas es mi hermano pero su tu eres la
mujer de mi vida lucharía por ti.
- Pero no
lo soy – afirmé.
- Eso no lo
sabemos… aún, me dio un pequeño golpecito con su codo, a nuestra manera, cada
uno de nosotros podría hacerte feliz ¿sabes?
- ¿Hacerme
feliz? – No busco un premio de consolación, busco el hombre de mi vida.
- Tranquila
– dijo él - todo es un supuesto.
Él tenía
razón, ellos bromeaban a cada instante y yo por el contrario todo lo tomaba a
pie juntillas. ¿Debía ser más relajada? sobre todo con ellos.
- ¿Postre? –
dije en pos de hacer una tregua.
- No soy
alguien que guste mucho de los dulces, pero vayamos en busca de algo para ti.
- Por la
hora si esperamos unos momentos podemos encontrar algunas panaderías abiertas,
Dios ustedes sí que tienen eventos
trasnochadores.
- Nosotros –
corrigió - ahora eres parte de nuestro
equipo.
- Sonreí,
lo soy.
Al
siguiente día ejecuté hábilmente el plan
de Atlas, convencí a mi hermana de que quería
ir al cine con Atlas, él se hizo
cargo del resto y recibí un mensaje donde confirmaba que pasaría por nosotras a
tales horas.
En algún
libro ó en alguna publicación leí que la distancia ayudaba a sanar heridas, la
relación con mis papás siempre ha sido normal, o al menos la considero de esa
manera, sin embargo ahora disfruto más de estar con ellos, quizá porque les
extraño, quizá porque ahora tengo que estirar
mi tiempo para estar con ellos, evito pelear y la mayor parte de las veces les
concedo la razón, incluso aunque no crea que es lo mejor, siento que es una
manera de agradecer su apoyo en mi mudanza hacia una nueva vida.
Mi mamá
procuraba cocinar lo que me gustaba cuando estaba ahí, por mi parte ayudaba en
lo que más podía pues mis hermanos aún estaban pequeños para ayudar en muchas
cosas, aunque mis papás no crían vagos nunca está de más una mano extra en el
hogar.
El domingo mí
mamá decidió hacer gorditas para desayunar, fiel a la costumbre heredada
por mi abuelita fue por la masa, la preparamos, preparó los guisados y me
dediqué a “echar” las tortillas para dicho manjar. Mientras metía las manos en
aquella preparación de maíz molido, pensé en cómo sería genial que al nacer,
tuvieras todo el conocimiento de tus ancestros, así nos ahorraríamos mucho tiempo de aprendizaje
y nos enfocaríamos a cosas nuevas, supongo que no es la mejor opción en cuanto
a selección natural se refiere, pues no nacimos así, pero no deja de ser
genial.
Nuestros
desayunos son abundantes, en especial los días domingos, mi papá suele exprimir
naranjas para hacernos jugo natural, mi mamá y yo única y exclusivamente no
dedicamos a cocinar. ¿Postre? ¡Sí! Gracias! Una enorme pieza de pan y café al
gusto.
Mis papás
se mostraban incómodos al preguntar por mi estadía, yo me centraba en platicar
siempre las cosas positivas, como que hacíamos trabajos de voluntariado y
recaudábamos dinero para causas benéficas, sin detallar mucho en el cómo. Mis cambios físicos eran más que
evidentes mi parte vanidosa se encontraba más que complacida si he de
reconocerlo, mi mamá se mostraba preocupada referente a mi alimentación aunque
sabía que hambre no pasaba, y físicamente me encontraba incluso más supervisada
que nunca antes en mi vida.
- ¿Cómo vas
con ese muchacho? – preguntó mi papá, no es que me tomara por sorpresa la
pregunta, solo que no quería mentir u ocultar información.
- Vamos
bien, creo yo.
- Hay quién dé, pero no quién ruegue. Un
dicho que mencionaba mi abuela paterna y mi papá lo utilizaba a menudo, dándome
a entender que Atlas no me esperaría para siempre.
- Lo sé,
por el momento estoy más que bien de esta manera, él se ausentará por un tiempo
y creo que lo mejor es permanecer como estamos.
- Eres una
terrible mentirosa.
- Eso
también lo sé – dije sonriendo – Esa es mi realidad papá, no hay nada que pueda
hacer al respecto. Estoy disfrutando y viviendo un día a la vez. No sé a
ciencia cierta que me depara el futuro y tan bien como me conoces sabes que eso
crea un grave stress en mi vida.
- ¿Te hace
feliz?
- Si –
respondí sorprendentemente rápido.
Él sonrió
satisfecho – Nunca nadie será suficientemente bueno para ti ante mis ojos, pero
una respuesta así de rápida me invita a solidarizarme con el pobre tipo que
babea por ti, se le nota a distancia y
tú simplemente no das ese paso final.
- Vaya
vocabulario.
- Bien,
continuemos viviendo un día a la vez – dijo en aras de terminar esa incómoda
conversación- Cuida a tu hermana, a ella
le entusiasma salir con ustedes.
- Daría mi
vida por ella, lo sabes.
- Lo sé –
afirmó. Nunca dejaré de ser papá y preocuparme por ustedes.
Atlas
estuvo puntual como siempre, con arreglos de flores para mi mamá y hermana (totalmente
innecesarios si me preguntan), un accesorio de auto para mi papá y un juego de
video para mi hermano.
- Los mal
acostumbras dije.
- ¿Detecto
algo de celos?
- Para
nada.
- También
tengo algo para ti, sonrió.
Durante la
función de cine Atlas me abrazó castamente, nada fuera de lo ordinario, nada
fuera de lo común, una pareja simple y llanamente no quería que mi hermana
hiciera algún comentario indebido en casa de mis papás, aunque ella estaba centrada
en la película y difícilmente nos puso atención.
Le amas
Claro que le amo – le respondí a la loca de la casa ¿Cómo
podría no hacerlo con tantos detalles?
Continúas jugando con fuego.
Calla, asistiré a la unidad de quemados donde te
tratan con litros de helado para cuidar tu corazón, honestamente espero que no
llegue ese día.
No diré – Te lo dije.
Al salir de
la función nos llevó a comprar chocolates a una tienda que ama mi hermana pues
los chocolates son de colores brillantes además de ser Gourmet y franceses, él
mismo le mostró el camino ahora mi hermana solicita visita obligada en cada una
de nuestras salidas.
Después de
haber dejado a mi hermana sana y salva, me condujo hacia mi hogar en el
trayecto comencé la plática…
-¿Cómo
lograste convencerlos? Aun que he de decir que no me sorprende que lo hicieras,
dije.
- Mi
preciosa, ellos son personas que se enojan al momento, créeme yo los conozco
más tiempo que tú, únicamente estaban esperando que tú hicieras la pregunta respecto ¿Cuándo podríamos
vernos?, a éstas alturas a ellos ya no consideran que debas continuar con el
castigo.
- ¡No soy
adivina!
- Supongo
que simplemente es cuestión de conocernos, como sabes yo fui su alumno tiempo atrás.
- Historia
que no me has contado aún.
- Algún día
dijo él nuevamente. Ahora cambiaré de tema. La siguiente semana hice la cita
para las fotografías que aún me debes.
- Uffff, lo
recordaste.
-No lo
olvidaría.
- ¿Es
realmente lo que deseas?
- Por el
momento eso me satisfacerá.
- ¿Cuál es
mi garantía de que esas fotos permanecerán solo para tus ojos?
- Realmente
ninguna, solo la confianza que tengas en mí.
La cual es mucha, confío en ti con los ojos cerrados. Quise decirle pero las palabras simplemente no
fluyeron.
- No me
haré responsable si las fotos no resultan en lo que esperas.
- He
contratado a una persona experta en el tema Sesiones
Boudoir así se nombran, yo estaré ahí, supervisaré el trabajo, no habrá
margen para que yo tenga un trabajo que no deseo.
Guardé
silencio por unos momentos, continuo preguntándome constantemente ¿Cuál es la
verdadera causa por la que no le niego nada a él? ¿Es acaso por sus atenciones,
porque al final termina convenciéndome o simplemente porque quiero hacerlo? Al final de todo lo que quiero es él.
- No sé si
quiero saber la respuesta a esto Atlas, pero, ¿Cuántas colecciones tienes así?
- Ninguna,
aunque sé que no lo creerás.
Era cierto,
no le creía, mi imaginación se volvió loca y mis celos estuvieron a punto de iniciar una escena.
Llegamos a su casa.
- ¿Quieres
entrar?
- No lo sé
Atlas, la oferta es tentadora ¿Podemos dirigirnos sin limitaciones?
Se frotó la
frente con la mano, señal inequívoca de que desconocía como comenzar aquello.
Se bajó del coche en dirección a abrir mi puerta, en silencio y sin cruzar
miradas me condujo adentro de aquel lugar. Justo al cerrar la puerta detrás de
él me tomó por el brazo y me hizo girar inesperadamente, me atrajo hacia él
haciendo coincidir nuestros labios hábilmente, un gesto que me derretía por
completo, me abrazó fuertemente, me zafé un poco de aquel abrazo de oso y le
rodee con mis brazos induciendo mis frías manos debajo de su ropa, ansiaba
tocarle.
Terminamos
en su sofá en una sesión de besos que haría sonrojar a cualquiera. Mis intentos
por llevar esto a otro nivel, no rindieron frutos, él no se rindió.
Cuando mis
intentos se mostraron descarados, claros y fuertes al intentar comenzar a
desabotonar su pantalón, él se incorporó un poco quedando sobre sus brazos.
- Detendré
esto aquí, ya que tú no lo harás - dijo él.
- Hoy no
quiero ser sensata, te quiero a ti sin
limitaciones.
- ¿Me
echarás en cara esas palabras por el resto de mis días?
- Solo
hasta que obtenga lo que deseo.
- Y tú eres
lo que yo deseo, lamento ser la parte sensata de esta relación, pero aún
tenemos temas importantes que tratar.
- Todo
puede esperar, dije.
- Veamos si
es así, dijo él, dame unos momentos para escucharme y después decide si quieres
continuar o no.
-
Definitivamente pareciera que te obligo, dije al tiempo que me incorporaba, si
no estás de humor o no quieres, simplemente tienes que decirlo, dije muy
molesta.
- Preciosa,
no es eso. Tomó mi mano y la colocó entre sus piernas, mostrándome evidencia
inequívoca de que estaba listo al igual que yo. No correré ningún riesgo
contigo y por eso me refiero a tu conciencia y sentimientos. Recibí un mensaje
de Laura y su operación está programada para una semana antes de tu cumpleaños.
No dijo
nada más.
- Prometí
que ahí estaría y ahí estaré, dije en tono de fastidio, incorporándome y
cruzando los brazos al frente. Definitivamente sabía cómo bajarle emoción al
momento pasando de un calor infernal hasta llevarme directo al Polo Norte
- Bien –
respondió, entonces quizás debamos pasar al siguiente tema, para la celebración
de tu cumpleaños, tengo todo un plan tú yo solos celebrando un fin de semana
frente al mar ¿Qué opinas?
También sabía
cómo ponerme de buen humor definitivamente.
- Tú y yo
¿solos?
- No eleves
tus expectativas, quizás solo pueda conseguir un par de días para nosotros dos,
pero antes quiero saber si estas interesada.
- ¡Claro
que lo estoy!
Sonrió
complacido y miró el reloj de pared.
- Es hora
de marcharnos, los muchachos no tardarán en llegar.
- No – dije
firmemente.
- ¿No?
- Quiero
terminar lo que dejamos inconcluso en el evento, Quiero más.
- Más… –
sus ojos brillaron de deseo.
Me tomó en un giro repentino por el
brazo para ponerme en pie y me colocó en su hombro, para dirigirnos hacia ¿su
recámara?, me dio una nalgada que me hizo respingar. Algo que me gustaba de su
casa es que parecía una bodega, era un solo piso y no había paredes dividiendo
las zonas de la casa, algo que me resultó extraño al inicio, pero poco a poco
le encontraba el encanto, espacio había de sobra.
- Más… - dijo en un tono pensativo – Bien, veré si
puedo cumplir tus altos estándares Patea Traseros.
Me arrojó a la cama me r desnudó la
parte superior de mi cuerpo, sus movimientos fueron rápidos y precisos, sin
darme tiempo a reaccionar siquiera, me entregué al placer de sentir su lengua y
sus dedos sobre la parte más sensible de mis senos. Intenté colocar mis manos
sobre su espalda pero él lo impidió.
-El día de hoy no tocarás, se estiró hasta sacar un par de esposas de su
mesita de noche. No sé bien que expresión pude haber hecho – Tranquila patea
traseros las compré exclusivamente para ti, justo cuando escapaste de mi la
primera vez, pero no les encontré un uso práctico hasta hoy. Sujeto mis muñecas
y éstas a su vez a la cabecera de su cama, me desnudó completamente, no es que
antes no me hubiese visto así ya.
Él dejó cubierta únicamente las
partes que cubrían sus boxers, y regresó a continuar la actividad que había
dejado inconclusa, me perdí en las sensaciones, mi cuerpo se retorcía debajo de
él y mi cabeza se curvaba hacia atrás. Regresó a tomar mi boca con la suya
invadiéndola completamente, buscando y explorando hasta el último rincón en
ella. Su mano descendió sobre mi costado generando descargas eléctricas al
contacto, acarició mis muslos trazando pequeños círculos, sus ojos me miraban
fijamente.
-
Tú, pequeña patea traseros has probado mi sabor, quiero ahora probarte a ti,
comenzó a descender dando pequeños besos por mi cuello y en dirección al sur…
Mi cuerpo se tensó.
- Detente por favor, le pedí.
Levantó su mirada y se incorporó. - ¿Qué sucede?
- N-no me siento tan cómoda, cerré
los ojos e hice el rosto a un lado.
- Ey, Ey, pequeña, mírame, de esto se
trata la intimidad, de confianza, me siento muy feliz de que cuentes con la
confianza de decir lo que te gusta y lo que te disgusta, estiró sus brazos para
liberarme de mis ataduras, me colocó encima de él recostando mi cabeza sobre su
pecho, sus manos hacían pequeñas caricias sobre mi espalda baja. – Yo avanzaré
en la medida en la que tú te sientas segura.
- Lo lamento.
- Yo no. Recuerda siempre que tú
eres quien tiene el control, No
siempre quiere decir No y punto,
nadie te debe obligar a lo contrario, no es tu obligación complacer a nadie.
- Me acurruqué aún más en sobre su cálida
piel, me dejé llevar por su acompasada respiración, mis ojos comenzaban a
cerrarse y no me importó estar desnuda literalmente encima de él, disfrutando,
viviendo…fue el sonido de su celular lo que me sacó de aquella ensoñación.
Me movió un poco – Son los muchachos
– Comienza a vestirte.
Escuché parcialmente la conversación
y no es que hubiese mucho que escuchar, ellos son cortos de palabras.
- ¿Están molestos? ¿Debo esperar un
regaño?
- No seas tan fatalista, quieren
hablar con los dos, de esperar algún regaño o castigo lo hubiesen dicho, no son
gente que se anda por las ramas.
Al llegar a casa no pude sentirme
como si trajera un enorme anuncio luminoso sobre mi cabeza indicando que había
tenido cierta intimidad con mí ahora novio.
- Te ves rara - dijo César. ¿No
crees eso? Le preguntó a Jason.
- Ahora que lo mencionas, su energía….
Me puse rojo tomate, eran tan
injustos.
- No sé de lo que hablan – respondí con
valentía.
- Debe ser que estamos tan cerca de su cumpleaños – Mencionó
Atlas acomodándose en uno de los sillones del estudio, donde ya nos encontrábamos
reunidos, no entiendo como él podía mantenerse tan calmado, imperturbable, yo
estaba con mis nervios a mil, de un momento a otro mea partiría como una nuez y
vaciaría todo mi contenido.
Mario se
encontraba sentado en la silla del
escritorio, a su lado izquierdo se colocaron el resto de ellos.
- No existe
una manera sencilla de decir esto, es algo que queremos discutir antes de que
sea anunciado mañana.
Les miré
expectante y temerosa.
- Eileen ha
decidido que todos nosotros portemos una marca, un tatuaje que nos identifique
como miembros de ésta sociedad. Determinó como fecha límite antes del siguiente torneo. Ella
realizará todos los tatuajes, de esa manera se asegurará que todos cumplamos.
- Déjame
adivinar – dije en una media sonrisa – de no aceptar seremos dados de baja de
manera inmediata.
- Es
correcto – respondió Jason.
-¡Esa
exasperante mujer! – Me puse de pie. Quiero pensar que no lo está tomando
personal – les dije – El día que recibí el castigo por su parte en algún
momento de su castigo le respondí que las marcas que dejaba en mi cuerpo no
eran permanentes, eventualmente desaparecerán dije, y será como si tú nunca
hubieses tocado mi cuerpo.
Se miraron
entre ellos sin decir nada.
- Pequeña,
queremos saber cuál será tu postura.
- No es que
me queden muchas opciones, pero sin duda lucharé hasta el final por no tener
esa marca. No estamos hablando precisamente de una correa dije, y además de todo ella será quién la colocará. ¡Me
niego!
- ¿Y
llegada la fecha?- pidió saber Atlas.
- No tengo
muchas opciones ¿cierto?
- No
inicies una guerra que tienes perdida antes de comenzar, pequeña, me pidió
Bruno.
- No lo haré,
pero tampoco lo haré sencillo, sin importar el costo. ¿Cuándo es el siguiente
torneo?
- El primer
día de Julio.
- Bien, me
preocuparé hasta que sea mi turno, aplazaré esto tratando de encontrar el
agujero en la ley que me permita evadirla.
- Ella la
modificará y entraremos un círculo interminable – hizo hincapié Mario.
- Sonreí –
no se lo dejaré fácil. ¿Ya decidió la princesa la parte del cuerpo donde quiere
que portemos dicha marca?
- En el
cuello en el costado izquierdo.
- Seremos
marcados cuales animales ¿Acaso no les molesta?
- Nosotros
consideramos un honor portar esa marca.
Era
entendible, ellos no conocían otra vida, pensé para mí.
- Argumentaré
que quiero ser la última para que cuente con la habilidad suficiente después de
haber tenido a tantos y tantos conejillos de indias antes de mí. En caso de que
diga algo así como Las damas primero.
Jason me
interrumpió – Nosotros nos encargaremos de eso, tu no te preocupes, serás la última
en tatuarte esperando que éste tiempo sea suficiente para que lo aceptes y no
te reveles, si llegado ese día decides que no quieres marcharte y no te
presentas, yo mismo te entregaré.
Nunca antes
le había escuchado hablarme así, por lo que consideré su aviso como una advertencia.
Estando
sola en mí habitación fui consciente de algo: Yo inicié esa guerra. Ahora debía
afrontar las consecuencias, pero enserio ella estaba loca, loca.
Continúa -> 25. "Secret Dreams"
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