Me pregunté ¿En qué momento había cambiado todo? Ahora todo va de peor a fin del mundo...
Lo cierto es que en mi mente
un escenario completamente distinto se había formado, llegaríamos a casa los
muchachos me explicarían como mis aros de energía se habían manifestado y
trazaríamos un plan que me ayudarían a controlarlos y manipularlos a voluntad,
al menos eso creí.
Mi mente y cabeza estaban
totalmente erróneas y no tardaría mucho en descubrirlo. Yo me encontraba
descansando en mi recámara, de acuerdo a Mario mi energía se agotó
completamente y me tomaría quizás un par de días reponerme. Yo tenía mi examen
de titulación en dos días más por lo que consideraron prudente quedarme en
casa reposando y descansando ya que tenía apenas el tiempo justo para lograrlo.
Ciertamente la soledad y mis
tendencias autodestructivas me llevaron en una espiral descendente hacia una
depresión más profunda. Sin energía y con mi cuerpo golpeado y lastimado,
ligado a que me quede en cama con las cortinas cerradas, no abrí mis libros y simplemente esperé
a que el tiempo pasara. Comí lo mínimo requerido solo para no dar pie a que los
muchachos hicieran preguntas incómodas, pasé el tiempo mirando hacia ningún
lugar en específico, generando preguntas
y afirmaciones del tipo de ¿Por
qué? Es tan injusta la vida, si hubiera, soy de lo peor. A éste punto los
muchachos respetaron ese espacio, dijeron que analizaríamos todo a detalle y a
fondo pasado mi examen, esperarían a que me recuperara físicamente y nos
enfocaríamos.
Llego sin desearlo o
solicitarlo el día del examen y sin tanto rodeo sucedió lo peor: los
sinodales lo tuvieron que suspender el examen pues parecía que las respuestas
se habían borrado de mi mente, sabía que en algún momento había visto ese
tema pero no lograba poner en orden mis ideas, ellos se encontraban ahí por una
razón y una razón simplemente, la cual
no se estaba cumpliendo, internamente quería ahorcarme a mí misma, no estaba
poniendo nada de mi parte, quizás di un paso dentro de aquel cuarto derrotada
antes de comenzar la batalla, yo sabía todo aquello que me preguntaron, pero ni
siquiera me tomé la molestia en hacer el mínimo esfuerzo, y eso lo sabía yo y
me mataba.
Salí de ahí con alguna expresión en mi rostro la
cual no estudié ni practiqué frente a ningún espejo, era una expresión
totalmente real y natural: la expresión de la derrota, aunada claro a mi
postura corporal no necesité decir nada más, ellos concluyeron todo. Llegando a
la casa nos sentamos en la sala para que les platicara lo sucedido, solo que no
comencé a hablar de inmediato, me quedé mirando al infinito de cierta manera yo
también estaba digiriendo todo lo sucedido.
Sin anticiparlo y sin darme
tiempo a nada Atlas dio un fuerte golpe a la pared, provocando así que nuestras
miradas se dirigieran hacía él.
- BB no me dejas más remedio
que declararme incompetente para ayudarte – argumentó alzando los brazos al
cielo y dejándolos caer a su costado - si he de recibir un castigo, lo aceptaré, he
intentado ayudarte con tus problemas internos pero no me has permitido llegar
más allá, y estas enganchándote tu sola en una cadena autodestructiva, yo no
continuaré observando tu caída siendo incapaz de hacer nada para resolverlo –
dijo respirando profundamente.
Le miré expectante respecto su
siguiente paso con los ojos muy abiertos por la sorpresa ante aquellas palabras,
mi corazón se había desbocado sentía mis latidos semejante a los sonidos que
haría una estampida corriendo ante algún estímulo.
- BB no ha estado bien desde
el día en que falleció su abuela – comenzó a hablar caminando alrededor de
aquel cuarto con los brazos cruzados al pecho y la mirada clavada en el suelo,
yo lo seguía con la mirada - eso es una realidad, nada nuevo ni nada que no sea
completamente natural ante una pérdida, el problema que yo detecto y en el cual
me declaro incapaz de ayudarla es que su conciencia la ha estado castigando por
no haber llegado a tiempo para despedirse de ella cuando aún estaba viva. Es
por ello que eligió estar en el equipo contrario en los juegos y ha dejado de
alimentarse como es debido, tiene tendencias autodestructivas y se ha dejado
arrastrar hacia una depresión autoimpuesta e injustificada. No creí que esto
afectará su examen, y es por ello que me declaro incompetente para ayudarle,
ella estaba conmigo cuando sucedió lo de su abuela, y concluyo que el solo verme
es un doloroso recordatorio para ella. Lo siento dijo mirando en mi dirección.
Al menos no dio detalles de
nuestra situación íntima, no tenía fuerza para discutir. Los cuatro me miraron
con rostros cálidos, no parecían estar enfadados por la situación en general.
- Nos decepcionas enormemente
Atlas – permitiste que esto se convirtiese en una bola de nieve antes de
informarnos oportunamente, ciertamente merece algo peor que un castigo – Habló Atlas.
- No estoy huyendo – respondió
Atlas, abriendo los brazos.
- BB, también estamos decepcionados
de ti – habló Bruno, nos acercamos a ti cuando sucedió lo de tu abuelita
diciendo abiertamente que estábamos aquí para ti, ofreciendo nuestra ayuda,
tristemente estamos fallando como tutores, tíos y personas de confianza, de
alguna manera en todo este tiempo que llevas aquí no ha sido suficiente para
que seamos personas de tu completa y total confianza, eso destroza nuestro
corazón y termina de romperlo tu actitud ante ésta situación, existen maneras
más efectivas de destrozarte a ti misma, si eso es lo que deseas.
No es posible continuar de
ésta manera. ¿Estamos todos de acuerdo? – Preguntó al resto.
Todos ellos afirmaron.
Ve arriba y empaca las cosas
de BB – indicaron a Atlas.
De inmediato el único
pensamiento fatalista que pude tener fue que me echarían de ahí. Se retiraron
de ahí dejándome sola con mis pensamientos.
Ahora sí que la supiste hacer, arruinaste lo bueno que
tenías aquí – Dijo la loca de la casa.
Calla, le ordene, no has sido
de mucha ayuda últimamente y ciertamente no lo eres ahora.
¿Con qué cara te presentaras ante tus papás? Además
les debes dar la noticia de tu examen.
Ya pensaré en algo, al fin y
al cabo ellos dijeron que podía regresar cuando quisiera.
Atlas tuvo que tomar medidas desesperadas, lo has
hartado, ya no quiere lidiar contigo.
En ese momento comencé a
llorar a llorar por todo lo sucedido, quería pedir perdón pero no lo iba a
hacer, pagaría las consecuencias de mis actos, mis decisiones. Espere a que
ellos llegasen para agradecer todo y despedirme, también retiré la correa de mi cuello, la entregaría a mi
partida.
Entraron nuevamente todos
ellos, situándose frente a mí.
- Es momento de decidir BB –
Comenzó hablando César. Comienzas a confiar en nosotros y aceptar que podemos y
queremos ayudarte o asumes las consecuencias de esto por el camino difícil, cualquier
manera nos viene bien, pero debes decidir. Debido a las circunstancias esto
será el único aviso que tendrás al respecto.
- ¿Entonces no me echarán del
programa? – Pregunté.
- ¿Qué? ¿Acaso crees que somos de los que se rinden a
la primera? – Rezongó Mario - Evidentemente no confiaste en nosotros y por
esta vez pensaremos que es la razón es que aún no nos conoces suficiente, permíteme
instruirte al respecto: a menos que tu decidas retirarte del programa, nosotros continuaremos en pie de lucha, por ti.
- Sonreí y respiré aliviada –
Pensé que me echarían cuando le solicitaron a Atlas hacer mi maleta.
- Nos iremos de aquí – indicó
Jason, nos alejaremos de todo esto e iniciaremos un trabajo exhaustivo para
superar esto, juntos.
- Mis papás… – dije – casi es
navidad.
- Hemos hablado con ellos, y
entienden la situación, te extrañarán pero confían en nosotros más de lo que lo
haces tú – enfatizó César señalándome con su dedo índice.
Atlas se acercó a mí tomando
mi mano con la que sostenía mi correa, retirándola cuidadosamente de mi mano y
colocándola en su lugar original. Le miré a los ojos mientras lo hacía.
- ¿Irás con nosotros? -
Pregunté
- No – se apresuró a decir
Mario – ese será su castigo además tienen prohibido comunicarse durante éste
tiempo, si lo hacen lo sabremos. Después de todo fue incapaz de evitar que te
sumergieras en esta situación. A nuestro regreso definiremos si continúas
siendo su guardián o te relevaremos de esas obligaciones y sobre todo si podrás
continuar viéndola.
Atlas apretó la quijada y
asintió. Entonces esto será una despedida formal – dijo él a nadie en
específico pero al mismo tiempo a todos los que estábamos en aquel lugar. A
continuación tomó mi barbilla levantó mi rostro hasta que nuestros ojos se
encontraron y sin dudarlo demasiado me dio tremendo beso enfrente de ellos.
- Que tengan un buen viaje.
–Salió dando grandes pasos y dejándonos
boquiabiertos a todos ahí.
- ¿Puedo saber hacia dónde nos
dirigimos? – Pregunté pasada la media noche, había dormido parte del camino (¡Y
se atreven a decir que no confío en ellos!). Era una gran ventaja que se
turnaran al manejar de ésta manera únicamente tendríamos que hacer únicamente
las paradas indispensables.
- Vamos a “XXXX”. Tenemos una propiedad ahí con todo lo necesario para
las actividades que realizaremos en las próximas semanas – indicó Mario.
- Playa, me gusta la playa,
nunca he estado en una en éstos meses, ¿hará frío? – Esta última pregunta la
formulé más para mí misma que para ellos en general, sin embargo al hacerla en
voz alta, respondieron.
- Ya lo averiguarás – dijo
César. Y ahora que te has despertado comenzaremos a hablar. A éste viaje le
llamaremos El viaje de la sanación.
Pero además exigimos que seas completamente abierta con nosotros, tu entrada al
programa se inició de una manera muy rápida sin darte tiempo a nada, entendemos
que te has concentrado completamente en él y que aun tienes muchas incógnitas,
nos preguntamos si Atlas hizo un buen trabajo, quizás no era el guardián para
ti. Pero eso lo determinaremos más adelante. Ahora nos centraremos en la honestidad y para ello te propongo lo
siguiente, adoptemos aquel dicho famoso de Las Vegas Lo que pasa en Las vegas, se queda en Las vegas, de la misma
manera, lo que pase aquí o lo que digamos aquí, se quedará entre nosotros, sin
máscaras sin limitaciones, como si fuésemos amigos en lugar de ser tus tutores,
nos dará la oportunidad de conocernos más a fondo. ¿Estas dispuesta?
Siempre tienen la forma de
obtener lo que quieren, estudian a su oponente, supongo que aquello lo
adquirieron después de años de su entrenamiento. Si no aceptaba lo harían de
cualquier manera, quizás con otros métodos, pero lo terminarían haciendo.
- ¿Sin limitaciones ni
consecuencias en ambas direcciones? – Acepto.
- Excelente, sonrió César. -
Ahora como una prueba de fe hacia nuestro
pequeño acuerdo – Yo iniciaré con la primera pregunta – Acláranos cuál
es tu situación con Atlas realmente, ese beso de antes de su partida no fue precisamente de una
relación únicamente de Guardián, no fue un beso casto de despedida.
- ¡Uf! Qué más da –Exclamé- Lo
que diga aquí, aquí se quedará cierto. No puedo siquiera definir nuestra
situación, le quiero, me quiere. Él sabe las razones por las cuales no puedo
aceptar estar en una relación con él, y lo cierto es que no me ha dado ninguna
razón para desconfiar de él, y eso es justamente lo que me detiene, me niego a
pensar que alguien tan perfecto puede siquiera poner sus ojos en alguien, como
yo.
- Entonces ¿En qué situación
los deja eso? ¿Es tu amigo con derechos?- Porque si es así, le romperé todos
los dientes – dijo Bruno- justo en este momento en el que solo necesito una
razón para hacerlo al tiempo que chocaba uno de sus puños contra la palma de su
otra mano.
- Calma hermano – dijo César –
recuerda que prometimos no usar ni a favor ni en contra la información de éste
viaje.
Titubeé un poco al continuar-
no con muchos derechos dije, pero veo que él tenía razón, ustedes son más
celosos que él.
Por unos incómodos momentos
ellos guardaron silencio, creo que toqué una fibra sensible después de todo, y vi
la ventana perfecta para probarlos a ellos ahora. - ¿Es cierto, son celosos?
- Hablaré por todos aquí BB-
Dijo Jason, Lo único que impidió que uno de nosotros le arrancara la cabeza a
Atlas en el momento en que te besó fue el hecho de que queríamos iniciar éste
viaje a la brevedad. Atlas nos conoce bien y sabe que si ustedes deciden salir
juntos, tener una cita fugaz o un romance duradero, deberá enfrentarse a
nosotros como seres humanos posesivos, nunca antes tuvimos a ninguna mujer que
pudiésemos llamar nuestra familia y
más aún que esa mujer fuera nuestra responsabilidad, así, que respondiendo a tu
pregunta, los celosos están varios niveles debajo de donde estamos nosotros.
- Wow, fuertes declaraciones.
- Mi turno – dijo Mario. ¿Con
el tiempo que llevas de conocernos, cuáles son tus impresiones?
- Que son implacables, lo he
comprobado durante el tiempo que hemos estado conviviendo, aún les tengo un
poco de temor, si debo reconocerlo.
- Antes que tu temor quisiéramos
tener tu respeto.
- Y lo tienen, no me
malinterpreten, antes de aceptar su propuesta estudié a fondo todos los datos
que mi mamá me compartió, de lo poco o mucho que los conoció y de lo que Ramsés
habló de ustedes con ella, posiblemente no hubiera accedido a mudarme si no
existiese una historia detrás. Una chica mudándose a un mundo donde solo
habitan hombres, ¿Se imaginan eso ante los ojos de una mamá? Ciertamente
hubiese estado descartado antes de tener siquiera una simple oportunidad.
Ahora era mi turno de hacerlos
sudar un poco.
- ¿Ustedes tienen novias,
esposas? O algo que se le parezca – Pregunté.
- No somos santos BB – Expresó
sin ningún reparo César- Todos tenemos una pareja estable a quienes tratamos
como unas verdaderas damas, como quisiéramos que te trataran a ti, ellas saben
lo que podemos y no podemos dar, nuestra vida está en la asociación y de querer
hacerlas nuestras esposas tendríamos que dejar la asociación atrás, nosotros
tenemos nuestro esqueleto personal en el closet, dijo con cierta añoranza,
resulta difícil para nosotros iniciar una familia, porque si algo pasa entre
los adultos no queremos traer niños que sufran a éste mundo, todos hemos
decidido eso, fue una gran sorpresa para Ramsés saber de ti.
- Y sus temores se hicieron
realidad cuando mi mamá le negó su derecho – afirmé.
- Ahora todo es diferente, el
pasado se quedó atrás - dijo Jason –
intentando cambiar el tema.
- ¿Algún día conoceré a sus parejas?
- Quizás.
No fui más allá y me quedé con
esa última respuesta.
- BB – Dijo Bruno e hizo una
pausa – Todos tenemos diferentes maneras de enfrentar un duelo y situaciones
dolorosas, y hay algo que no termino de aceptar, Atlas se ha mostrado como un
guardián muy eficiente, pero en esta ocasión hay algo que no me cuadra.
- No entiendo – dije ocultando
la verdad y tratando de que fuera él quien hiciera una pregunta directa.
- No importa – respondió,
estoy seguro de que durante las próximas semanas todo se aclarará y lograremos
ayudarte de raíz.
- ¿Cuánto tiempo estaremos
fuera?
- El tiempo que sea necesario
– respondió Mario – Por si no lo notaste, tú eres nuestra prioridad, hemos
dejado todo atrás por ti y tu bienestar, nada es más importante para nosotros
BB.
Comenzaba a esclarecer el día,
dimos vuelta en un camino de esos que ves al borde de la carreta y te preguntas
a ¿Dónde te llevan?, bueno pues en este caso nos condujeron a una casa color
blanco totalmente, sacada de un libro de literatura romántica, rodeada de
árboles frutales y florecillas silvestres, hacia el lado derecho en diagonal,
se podía escuchar y ver el mar, los primero rayos del sol golpearon
directamente en mi rostro cuando bajé del carro para admirar el paisaje
completamente, el aire era frío propio de la época. Debían ser terratenientes
estas personas. Ojalá algún día pueda yo contar con un patrimonio similar.
Comencé a caminar siguiendo
los pasos de ellos, algo golpeó suavemente en mi estómago, era Bruno
entregándome nuevamente el libro que me había dado con anterioridad – Espero
que lo leas, no es una petición, no tienes nada mejor que hacer, por lo que
espero te dediques a la lectura completamente. Tomé el libro y me introduje en
aquella casa.
Techos altos, muy altos, la
sala era un círculo a desnivel que estaba al centro de aquella primera vista,
la totalidad de la casa era blanca, puertas y decoraciones en madera, así como
los pisos. Pesadas cortinas colgaban frente a las ventanas.
Durante nuestra estadía aquí
nosotros nos encargaremos de la limpieza, ya que por las fechas no habrá quien
lo haga por nosotros, dijo Jason, nos dividiremos las actividades por partes
iguales.
Bruno y yo saldremos a buscar
algo para el desayuno – nos indicó Mario. La recámara de allá será la tuya, es
la recámara de Ramsés, puedes ocuparla en su ausencia, instálate y baja a
desayunar cuando nos escuches llegar.
-BB – comienza a leer el libro
– Lo digo en serio.
Asentí, tomé mi maleta y me dirigí a la habitación que me indicaron.
Abrí la puerta y encontré para mi sorpresa una habitación amplísima, de igual
manera los colores blanco y madera predominaban en aquel lugar, me encantó un
sencillo detalle, una tina de baño en forma de medio huevo, colocada frente a
una ventana que de paso está mencionar, tiene vista al mar, sin separaciones
entre la habitación y ella, un toque muy romántico, una pena que no tuviera
compañía para disfrutar aquello.
Retiré algunas de las telas
que cubrían la decoración del lugar, no tenía mucho polvo por lo que asumo que
no era mucho el tiempo que tenían colocadas ahí. Bajé en busca de utensilios de
limpieza para ponerme a limpiar antes de deshacer mi maleta. No vi a los
muchachos por ningún lado, así que exploré cerca de la cocina donde debería
estar todo.
Subí y comencé a sacudir y
limpiar, bajé algunas cosas a la lavadora la puse en marcha, en mi camino
descubrí que los muchachos ya se encontraban preparando todo para desayunar y
me les uní.
Tomamos el desayuno en la
barra principal de la cocina, la ventana de aquel lugar nos daba el panorama
parcial del patio trasero, había ahí una pequeña construcción de algo que
simulaba un iglú, Bruno se percató de la atención que le prestaba a aquel
lugar, por lo que intervino.
- Eso es un temazcal, en caso
de que te lo preguntes.
- Oh – respondí, no sé lo que
es de cualquier manera.
- Sonrió – Ya lo descubrirás.
- Por
el resto del día descansaremos indicó Mario, te sugiero hacer lo mismo, no
puedes salir de la propiedad sin nuestro permiso, no estamos de vacaciones –
recuérdalo.
- Sí,
yo también quiero descansar un poco.
Saqué
la ropa de la lavadora y aun cuando la casa contaba con secadora, decidí hacer
algo por nuestra dañada naturaleza y colgué la ropa para que se secara al sol.
Busque un closet de blancos y tomé un cambio de sábanas para mi cama, después
de ponerla decente, rebusqué en mi maleta para averiguar qué era lo que Atlas
había empacado para mí. Descubrí una carta entre mis cosas.
Posiblemente estés enojada y molesta
conmigo, te conozco bien y estarás pensando que fui injusto y que no tenía
derecho de hacer lo que hice, yo estoy dispuesto a confesar el más mínimo
detalle de nuestra vida íntima si con eso garantizo tu bienestar, no resulté
incapaz de cuidarte, simplemente te estoy cuidando incluso de ti misma y lo
haré cada ocasión que sea necesario. Por ahora soy yo el objeto le impide a tu
conciencia estar tranquila, aunque no lo termines de entender aún, lo harás,
confío en ello.
Dentro de la maleta incluí
un celular adicional, si me necesitas márcame, mantenlo escondido quizás
decomisen tu celular, recuerda que tenemos prohibida la comunicación.
Yo te extrañaré cada
segundo que pase. ¡Regresa pronto!
¡Dios!
no había pensado en él desde que llegamos ahí, ¿Cuidarme incluso de mi misma?
No lo creo, no tenía derecho a hacer aquello, en eso tenía razón, hice bolas el
papel, formando una pequeña pelota intentando tirarlo, pero no pude. Así que lo
guardé. Rebusqué el celular que había dicho y lo encontré escondido en uno de
mis tennis, lo dejé ahí. Tomé el libro que debía
leer: Kryon 5 – El Viaje a Casa de Lee Carrol una frase llamó mi atención:
“Dedicado a todas las personas que han comprendido que
un ser humano tiene el poder de cambiar su vida, y que ¡Las cosas no son
siempre lo que parecen!”.
Comencé a leer al Sr. Carrol
preguntándome ¿Por qué la insistencia de Bruno? ¿Cuál era el objeto de sentarme
a leer cuando podía salir a correr y desfogar un poco de mi energía contenida
simulando por fuera una sonrisa, mientras que por dentro era un Hulk a punto de
estallar?
Tomé una botella de agua, una
frazada y busqué un lugar en el jardín trasero para recostarme a leer, estando
tan cerca del mar, sería un verdadero desperdicio no dejarse envolver por el
sonido del oleaje.
Casi una hora después,
comenzaba a encontrar por mí misma las respuestas que me formulé antes de leer
aquel libro. Bruno sí que había dado en el clavo y me había dejado sorprendida.
Después de casi tres horas y llevar casi la mitad del libro (soy una lector
lenta, muy lenta cabe aclarar) César me llamó a comer y no es que tuviese mucha
hambre ya que no había pasado mucho tiempo desde que tomamos el desayuno, pero
por la paz mundial decidí atender a su llamado.
- Es
una casa muy hermosa – dije para romper el silencio que reinaba.
-
Gracias – respondió Mario.
-
Necesito saber si están enojados conmigo, un silencio es más doloroso que una
tanda de golpes completa.
Se
miraron entre ellos y Dios sabía cómo odiaba aquello, pues ellos parecen
comunicarse muy efectivamente de ésta manera, sus cabezas se encontraban en
perfecta sincronía y un solo movimiento de pestañas de uno bastaba para que el
otro hiciera lo que estaba pensando exactamente.
-
Enojados, quizás un poco – Respondió Jason, hemos estado exprimiendo nuestro
cerebro en busca de la respuesta a la pregunta ¿Por qué nuestra pequeña no
recurrió a nuestra ayuda para lograr sanar su alma, para superar ésta pérdida?
-
Hemos estado pensando en un punto de partida. ¿Qué es lo que realmente te
ayudará? – Dijo Mario.
- ¿Cuál
es la terapia adecuada? –Dijo Bruno.
- Y
sobre todo cual es el punto justo, la acción adecuada para que podamos
construir una confianza mutua, duradera, permanente e incondicional. Eres
nuestra responsabilidad BB, pero antes que eso eres nuestra familia y nos duele
hasta los huesos ésta situación en
general, queremos ayudarte a sanar, y quizás nosotros necesitemos
sanarnos a la par debido a la situación en general, somos seres humanos y
tenemos sentimientos. Te hemos traído a que estés en contacto con tu elemento:
el Agua.
- Por
lo pronto mañana nos iremos a correr a la playa, temprano, entendemos que
tienes ganas de llevar tu cuerpo al
límite y eso sí que lo podemos hacer – sonrió de lado César.
-
¿Por qué no han dejado venir a Atlas? – solté la pregunta sin siquiera
pensarlo.
- ¿Le
extrañas?
-
Responder con una pregunta no es educado.
-
Puedo responder en más de una manera tu pregunta –señaló Bruno, sin embargo esa
respuesta la encontrarás tu sola, estoy ansioso por que así sea, y hablando de
eso ¿Cómo vas con el libro?
-
Hiciste una selección muy acertada, me está brindando un panorama que no tenía
contemplado siquiera, si es verdad todo lo que ahí dice…
- Es
verdad en la medida que lo aceptes, todos, todos, absolutamente todos tenemos
un contrato en esta vida, un acuerdo, tal cosa como yo no pedí nacer no existe, cada uno de nosotros eligió la manera
de cómo nacer y rodeados de las personas que necesitamos y deseamos para hacer
de este viaje llamado VIDA toda una experiencia, no en balde se necesita
preparación en otro plano para poder llegar a éste. El ser humano sin embargo
al nacer, pierde todo recuerdo de ello y es por ello que en esta vida se
necesitan, terapias y trabajos energéticos, nosotros al trabajar directamente
con energía necesitamos tener una compresión más profunda de ello.
-
Ustedes parecen saber tanto de todo.
- Lo
sabemos por qué estamos abiertos permanentemente al nuevo conocimiento, lo
estudiamos y lo practicamos, nos ayuda a tener un mejor manejo y control de
nuestra energía.
-
Hemos entendido que un detonante importante para la manifestación de tu energía
fue el fallecimiento de tu abuelita, y no es que esperemos que tengas otro
acontecimiento igual en tu vida para que tu energía, ahora despierta se
manifieste, esperamos poder a la par de sanar tu alma, ayudarte a controlar tus
emisiones de energía.
-
Como dije antes – habló César- nos encargaremos de agotar todas tus reservas de
energía para evitar que puedas utilizar esa energía negativamente, y así lo
haré hasta que puedas canalizar esa energía de una manera más eficiente,
contrario a las tendencias autodestructivas que ahora abrazas.
- Si
vamos a ir por ese camino – dije – quizás deberían comprobarlo por ustedes
mismos, no depender del reporte de Atlas.
Jason
rio fuertemente, mientras aplaudía en un gesto divertido – En verdad creo que
tienes una idea errónea del papel que desempeña Atlas y el papel que
desempeñamos nosotros. Permítenos aclarar el punto.
Esto
era una pequeña pelea, puede anticiparlo, ellos merecen mi respeto, pero tenía
poca paciencia en aquellos momentos. – Quizás si me lo explican más a detalle,
pueda entenderlo.
-
Nosotros conocemos cada uno de tus pasos pequeña – comentó Jason – es sencillo,
tu eres energía, nosotros ahora conocemos tu energía a la perfección (recordé
lo que dijo Atlas referente a cómo veía mi energía dentro de mí) sabemos cada
pequeño cambio en ella, es cuestión de conocimiento y práctica, sí, pero el
hecho es que sabemos cuándo estas nerviosa, cuando estas furiosa, cuando tienes
miedo. Eso aunado a preguntas específicas, aquí o allá nos permite saber y
conocer tus actividades. No pienses ni por un momento que dependemos de Atlas
para saber de ti, él es tu guardián y aparentemente algo más, lo cual estamos
intentando ignorar. Por ejemplo en estos momentos ni tu misma sabes que es lo
que estas sintiendo ¿Me equivoco?
Respiré
– No te equivocas, no comprendo mis sentimientos, están hechos maraña, me
siento triste quiero llorar, quiero gritar, quiero correr, quiero huir,
quiero…. Quiero sentirme bien.
- Y
es por ello que estamos aquí – dijo Bruno. Habrá un cambio, ya lo verás, dejo
de llamarme Bruno si no es así. Descansa ésta noche nos esperan días más
intensos que los vividos en aquella primera semana en nuestro programa.
Esa
noche terminé el libro que Bruno puso en
mis manos, y aun cuando lo entendí no lo comprendí en su totalidad.
Al
siguiente día salimos a correr a la orilla del mar, por supuesto el terreno era
mil veces diferente a aquel pasto en el que solía correr, y el aire puro que
brota de la orilla del mar, atacó directamente a mis pulmones que no estaban
acostumbrados a tal pureza. Me exigieron mantener el ritmo que ellos marcaban,
sin permitirme rendirme, ¿Buscabas agotar tu cuerpo cierto? Agotémoslo entonces
– Gritaba César quien me seguía muy de
cerca casi pisándome los talones para evitar que me detuviese, corrimos cerca
de dos horas y ya no podía más por lo que en contra de cualquier comentario me
dejé caer de rodillas en la arena.
- ¿Por qué te detienes? ¿Te
has rendido?
- No puedo más, mis piernas ya
no pueden más. ¿Cuál es la diferencia? – Pregunté- Yo me forzaba ustedes me
forzan.
- Tu convenciste a tu cuerpo
de que merecía un castigo, nosotros te ayudamos a mostrarle a tu cuerpo sus
límites, consciente de que puede dar un plus, siempre un plus –Respondió César, no es lo mismo quebrantar tu cuerpo
que entrenarlo.
- Me preparé para el regreso,
que tomó casi la misma cantidad de tiempo.
Ellos continúan mostrando una
frescura tal como si se prepararan para posar en un comercial de Nike! En su
cuerpo no había carne extra, recuerdo la primera vez que lo vi y pensé en sus
atléticos y bien formados cuerpos (no me culpen no sabía que teníamos una
relación de familia, aunque si lo pienso no somos parientes de sangre. Dios mi cabeza
no sabe ni lo que piensa mientras que mi
cuerpo intentaba por todos los medios lograr que el aire entrara en mis
pulmones) pero ahora sabía que sus cuerpos eran atléticos y bien definidos,
pero no solo eso, si no que tenían una resistencia que parecía infinita.
- No lo has hecho nada mal
pequeña, sonrió César. Cuanto tengas tendencias autodestructivas búscame y te
llevaré más allá del límite para que las deseches de inmediato. ¡Es una promesa!
Sonreí forzadamente, al tiempo
que me tumbaba en el jardín trasero.
Se metieron a la casa y
comenzaron a remover cosas en la cocina, unos minutos después mi estómago
respondió de inmediato al olor que emanaba de aquel lugar. Me incorporé y los
acompañé ayudando, moviendo y removiendo. Comimos en abundancia y hasta el
punto de la glotonería. Desee no haberlo hecho pues Morfeo hizo de las suyas
sin que yo lo deseara.
- Vamos pequeña, necesitas
descansar, ve a tu recámara y reúnete con nosotros cuando hayas despertado. Obedecí
sin decir nada más, tumbándome boca abajo en mi cama y perdiéndome en el mundo
de los sueños.
Desperté cuando el sol
comenzaba a descender y aunque aún tendríamos luz de día por quizás un par de
horas más, la tarde comenzaba a manifestarse.
Es hora de meditar.
Me condujeron nuevamente hasta
la orilla de la playa donde me indicaron sentarme y ellos se colocaron en forma
de cruz rodeándome, César al frente, Bruno detrás con su espalda frente a mi
espalda, y Jason y Mario a mis costados de igual manera de espalda.
Meditaremos con un solo
objeto, el perdón. Cuando meditábamos la voz de césar sonaba en un solo tono,
como lo hemos hecho con anterioridad no dejes de escuchar el sonido de mi voz,
nosotros estamos aquí para sostenerte, no te sueltes. Recordé aquel episodio
donde me fui por horas y ellos
estaban preocupados.
Para perdonarte BB no es
necesario que conozcas la causa, simplemente reconoce el sentimiento acéptalo y
fluye con él, suéltalo y libérate, reconoce también que cada paso en esta vida,
es una lección una lección que elegiste cuidadosamente antes de llegar a éste
plano, tú la decidiste de esa manera para tu crecimiento personal y solo por
esa causa es PERFECTA. Tus elecciones no son malas o buenas, no juzgues, todo
en tu vida es perfecto.
En cierto momento dejé de
escuchar a César para adentrarme en mis propios pensamientos ¿Si todo es tan
perfecto, cual es la razón por la que me siento tan mal?, sin buscarlo o
desearlo nuevamente me encontré en el sitio al cual llegué en mi primera
meditación, nuevamente me encontraba recostada y me rodeaba un espejo de agua.
Comencé a respirar aceleradamente, sin saber con exactitud el motivo de mi
agitación. Tranquila BB, me decía a
mí misma. Tú tienes el poder de controlar esto, Cuando me incline para observar
el espejo de agua, me asusté un poco pues no pude ver mi reflejo, por lo cual
evidentemente me panique. Antes de poder emitir cualquier sonido de asombro o
grito abrí los ojos en evidente sobresalto y observé a César sentado frente a
mí, apacible y con los ojos abiertos.
- Lograste regresar por ti
misma. ¡Felicidades!
- No sé si llevarme el crédito
de todo esto, dije, no supe cómo me fui o como es que regresé.
- Confía más en tu
subconsciente, sabe lo que es mejor para ti.
Caminamos de regreso a casa,
me sentía más tranquila aún después de aquella escena sacada de una película de
Fredy Kruger.
- No tengo hambre dije ¿Creen
que por hoy podamos obviar la cena?
- Solo por hoy – respondió
César, recuerda hidratarte.
- Asentí y me llevé un gran
vaso de agua a mi recámara.
Mis intenciones eran las de
hablar con Atlas, por alguna extraña razón le extrañaba, quizás solo era el
hecho de que ahora no le tenía a mi disposición, ahora se había convertido en
algo prohibido, quizás solo por ello le necesitaba, además que le podía decir,
lo cierto es que medité muy poco mis palabras.
*¿Cuidarme de mi
misma? No te equivocaste, lo considero una traición.*
No tardó mucho en responder
*Incluso aunque
creas lo contrario, pequeña patea traseros autodestructiva, te estoy cuidando
de ti misma*
De inmediato llegó otro mensaje
*Úsalo solo en
caso de emergencia. Si te descubren, te
castigarán*
*Deseo creer que
el riesgo lo vale. Estando con ellos no creo que ninguna emergencia se
presente, tú lo sabías, entonces ¿Cuál es el objeto de éste celular? O es acaso
que estas enredado entre las piernas de una de tus esculturales novias que no
puedes contestar?*
Ok, lo reconozco fue una respuesta de una mujer dolida
*No dignificaré
con una respuesta esa insolente pregunta*
No hubo más mensajes, nuevamente lo estropee
Él no tiene paciencia infinita.
¡Justo lo que necesitaba, la loca de la casa!
Una escultural rubia lo tiene enredado entre sus
piernas, besándolo y dándole lo que tú no quieres y ahora no puedes darle, tu
abue murió mientras tú tenías a ese Dios griego encima de ti, besuqueándote, al
ritmo de tus contoneos.
Sin pensarlo tomé lo primero que tenía a mano y lo arroje al infinito.
Fue una mala elección pues el artículo se estrelló en la pared más cercana
ocasionando que los muchachos subieran a toda prisa, apenas tuve tiempo de
esconder el celular extra. Abrieron la
puerta de la habitación sin previo aviso preguntando qué sucedió y no me quedó más
remedio que decir parte de la verdad, así al menos no sería una mentira
completa.
- Mi mente se dirigió a lugares oscuros, lugares de culpabilidad, me
enojé conmigo misma. – reconocí.
- ¿Qué demonios BB, pensé que ya no tenías energía para continuar el
día? ¡Vayamos abajo! – Indicó molesto Mario.
Encendieron las luces del patio trasero y comenzamos a pelear, los
cuatro contra mi parecía ser una pelea injusta, pero se pusieron a mi nivel en
habilidades.
- ¡Comienza a defenderte y a atacar enserio, libera tu mente, enfócate
en el resultado de lo contrario perderás!
No contuvieron sus puños, y de
igual manera desquité en ellos mi
furia contenida hasta el momento en que sin pensarlo golpee con mi puño el
rostro de César, reaccioné cuando él se tambaleó tras aquel golpe.
- ¡Excelente golpe BB! Estando enojada no contienes tus puños, ahora
enfócate a canalizarla. Aquello parecía un baile salvaje, un baile agresivo.
Terminé en el suelo llena de golpes que me hicieron olvidar, mi conciencia, a
la loca de la casa y a Atlas y sus horribles respuestas.
Los días pasaron para convertirse en semanas, y estábamos aun día de
navidad, festividad que en mi casa lleva preparación de días, pero aquí estaba
yo llena de moretones, pues los muchachos se empeñaron en hacer de esto un
entrenamiento muy personalizado, del cual no me quejo pues he avanzado
considerablemente mucho en mis habilidades de pelea y mis acondicionamiento
físico, encontramos también el equilibro perfecto para todo, entrenamiento,
práctica de terapias para sanar el dolor de mi alma, limpieza de la casa y
descansar.
Si he de reconocerlo, han logrado mantenerme enfocada en más cosas y
casi no he tenido pensamientos que me regañen, repriman o culpen y lo que es
mejor comienzo a entender mejor esa filosofía de Todo sucede por alguna razón, Tú elegiste tus lecciones de vida,
etc. Comienzo a aceptar que el haber estado ahí en lugar de estar con mi abue,
fue algo que pactamos las dos, y que así debía ser, pero aún me costaba
aceptarlo completamente.
Durante la comida de ese día, pedí permiso para llamarles a mis papás al
día siguiente, son fiestas que siempre pasamos juntos y me gustaría
escucharles.
- Pequeña – Dijo Mario, no pienses que queremos alejarte de tu familia,
puedes llamarles las ocasiones que así lo desees, confiscamos tu celular para
evitarte tentaciones con Atlas, él ha tomado un papel importante en tu vida
aunque no lo quieras aceptar y necesitábamos que pasaras éste proceso alejada
de él.
Salió por unos momentos y regresó con mi celular para entregármelo.
- Sonreí – Al final de todo,
quizás sea él quién necesite estar lejos de mí, lo digo mirando la pantalla de
mi celular para descubrir que ningún mensaje de Atlas había llegado, así como
tampoco había ningún mensaje en aquel celular extra que me entregó, no pude
evitar entristecerme al respecto.
- Mañana descansaremos de nuestra rutina y tendremos una cena propia de
una celebración navideña.
Sonreí pensando que hasta el año anterior, mis celebraciones incluían
ropa formal o al menos lo que yo conocía como tal, aquí solo tengo ropa
deportiva, pensé que era mejor a no
tener nada, y moví un poco mi cabeza para deshacerme de aquel pensamiento, al
mismo tiempo recordé algo irónicamente divertido que le dio un nuevo
significado a la frase cuidado con lo que
deseas, el año pasado en la cena de fin de año, uno de mis deseos de las 12
Uvas fue pasar Navidad en la playa, y heme aquí.
Escuchamos el timbre sonar y nos volteamos a ver, Jason miró su reloj al
tiempo que se ponía de pie para ir a abrir la puerta, en el tiempo que llevamos
ahí, no recuerdo que alguien anteriormente hubiese tocado el timbre.
- No tuvimos mucho tiempo de comprarte un regalo de navidad, por lo que
fue necesario improvisar – Señaló Mario.
Dicho esto veo a Jason entrar en
compañía de … ¿Atlas? No pude reprimir mis emociones, y me lancé corriendo
directo a sus brazos.
- ¿Me extrañaste? – dijo complacido.
Solo pude colgarme de su cuello y abrazarle fuertemente, lucía
terriblemente sexy o quizás solo era el hecho de que había permanecido en
encierro sin que tuviese contacto con nadie fuera de los muchachos lo que lo
convertía en algo atractivo y deseable. Se había dejado la barba y lucía como
indigente, ignoré es parte.
- ¡Feliz Navidad! - dijeron los muchachos - con un día de anticipación.
Voltee a verles y exclamé un gran ¡Gracias! Sin saber por qué algunas
lágrimas recorrieron mi rostro, quizás de felicidad o quizás porque realmente
pensé que no le volvería a ver hasta que regresáramos a casa. Le abracé
nuevamente sin importarme nada para embriagarme en su aroma y sentirme rodeada
por sus brazos, olvidé por completo su traición.
El me rodeó con sus brazos, y besó mi cabeza.
Los dejaremos por el resto de la tarde – indicó Mario – saldremos a
hacer las compras para la cena de mañana. Los invitaríamos a acompañarnos, pero
les daremos privacidad.
- Gracias Mario – Atlas bajo un poco la cabeza, en señal de
agradecimiento.
Todos salieron dejándonos ahí.
Le abracé aún más enterrando mi cara completamente en su pecho, el
respondió mi abrazo sin decir nada más, permaneció en silencio hasta que fui yo quien comenzó a hablar.
- De verdad pensé que no te vería hasta mi regreso.
- Son fechas importantes, negocié el estar aquí, pero solo será hasta mañana, pasado mañana deberé partir y entonces
nos veremos hasta tu regreso. Me retiró un poco de él para poder verme a los
ojos ¿Ya no estas enfadada conmigo?
- Bueno no es para tanto, pero puedo olvidarlo por las siguientes horas.
Me condujo hasta la sala tomándome por la cintura y mirándome a los ojos
ocasionando que mis pasos fueran en reversa, sonreía ampliamente y sus ojos
reflejaban un deseo ardiente.
- No me gustan tus barbas, luces como indigente – dije en un gesto, no
hay como un hombre bien rasurado, bien vestido y oliendo delicioso.
- Solo pídelo, dijo, sabes que por ti me rasuraría las cejas. Me dio un
casto beso, nada propio de él. Por ahora conservaré mi look hasta tu regreso.
- ¿Ahora te contienes después de no verme por semanas? ¿Es el único beso
que me darás? Esperaba algo más propio de ti. Uhmmmm…. Nada propio del Atlas
que conozco. Me inclino a pensar que, realmente tienes a alguien más en tu
vida.
Me dio la espalda al tiempo que cruzaba los brazos – si recuerdo bien,
señorita puedo patearte el trasero, usted está aquí, con 4 caballeros de dudosa
reputación debido a que su conciencia le pasó una factura muy elevada por
ciertas actividades que tuvimos el día de mi cumpleaños, te besaré como Dios
manda, como solo yo sé hacerlo de una manera tan obscena que me podrían
excomulgar por ello, cuando
regreses a casa, considéralo como tú
“premio”.
- ¿Ahora me has convertido en un perro?
- No sé, dijo, ya tienes la correa…
Le golpeé en el brazo.
- Auch, golpeas más fuerte de lo que recuerdo.
- Soy mejor en muchos aspectos ahora, reconocí un poco apenada, he
estado en un campamento militar donde no he tenido oportunidad de tener algo de
tiempo para mí. Además dije subiendo un poco mi sudadera y bajando un poco el resorte
de mi pantalón, he comenzado a marcar mi abdomen como efecto colateral ¿Recuerdas
tu promesa? “Cuando ésta parte este delineada la recorreré con la lengua”, dije
aquello en un claro intento de provocación, en mi mente él se lanzaría a mis
brazos con apetito feroz, pero a cambio solo recibí una mirada llena de fuego,
un suspiro y que me tomara de la mano
para llevarme afuera.
Entrelazó sus dedos detrás de la nuca.
- ¿Has hecho las paces con tu conciencia?
- Estoy trabajando en ello, dije. De acuerdo a los muchachos llevo un
avance pero no hemos completado el proceso.
- Provócame entonces cuando lo hayas logrado, ahora no habrá marcha atrás,
te necesito completa y entregada, y sobre todo con la conciencia tranquila. Me
matas patea traseros, casi muero contigo y tus tendencias suicidas, Dios sabe
que no podré soportarlo nuevamente. Yo dije que te esperaría por siempre, pero no
en estas condiciones, la próxima vez que comencemos algo así, será porque habrás
decidido ser mi novia y tener una relación seria y exclusiva con migo.
Le miraba a los ojos ¡No podía creer que estaba recibiendo un ultimátum!
- ¿Acaso me estas poniendo una fecha límite para aceptar tu propuesta?
- Tómalo como desees, solo digo que no avanzaremos más hasta no haber
definido esto.
- Si ese fue el objeto de tu visita, hubiese sido mejor que te ahorraras
el viaje.
Hui hacia mi recámara cerrando la puerta tras de mí, dejé que mis lágrimas
fluyeran libremente. De una manera u otra siempre era yo quién salía lastimada.
Jugaste con fuego
Calla.
Él juega mejor este juego que tú.
Era evidente y eso ya lo sabía no necesitaba que la loca de la casa me
lo recordara. Llevé las manos hasta mi cuello para tocar aquella correa, la
cual si era honesta no necesitaba llevarla, la retiré sin pensarlo y la dejé sobre mi mesita de noche. Era mejor
que los muchachos no hubiesen sido testigos de aquella escena. Quería correr y
huir de ahí, pero en un momento de lucidez, la loca de la casa que ahora ya no estaba
tan loca me recordó:
¿Saldrás huyendo como siempre? O ¿Finalmente te
enfocarás y pondrás en práctica todo lo que has aprendido en los últimos días?
Tenía razón, siempre huía en lugar de enfrentar mis problemas o sus
consecuencias. Me lavé la cara esperé a que el color rojo de mis ojos
desapareciera y salí de ahí. Atlas esperaba por mi recargado en la pared justo
a un lado de la puerta.
- Comenzaba a preguntarme si debía derribar la puerta.
- ¿Quieres caminar con migo? Tengo prohibido salir de la propiedad pero
el patio delantero es extenso.
Tras mirarme un poco sorprendido, accedió a hacerlo.
- ¿A qué has venido realmente Atlas? – Pregunté.
Quería verte.
- ¿Con que objeto? Soy la persona que evidentemente te trae más dolores
de cabeza que placeres en esta vida. Tienes un mundo de posibilidades ante ti,
puedes tener a cualquier persona ¿Por qué a mí? Se honesto ¿Soy un simple
capricho?
- Siempre menospreciándote patea traseros. Pero tienes razón ¿Por qué tú
sí puedo tener a cualquiera? Si recuerdas esa respuesta ya te la di.
- Y si recuerdo correctamente dijiste también Reto aceptado pero pareciera que he ganado ¿es así?.
- La pregunta sin embargo es ¿Nunca me darás una oportunidad? Decide
patea traseros.
- Atlas, después de lo de aquella noche…
- Oh no señorita, no iremos por aquel rumbo, yo accedí erróneamente a
jugar un juego para el que no estabas lista, tu conciencia no está lista para ponerle
un traje de niña mala a la niña buena que eres. Te hice daño y estoy pagando el
precio, Te Amo y si lo que debo hacer
es alejarme de ti, lo haré.
Me detuve en seco.
- Si patea traseros, asústate todo lo que quieras porque Te Amo, y si no comienzas a amarte a ti
misma, veo muy poco probable que pueda existir un tu y yo, clara y evidentemente puedo amarte por los dos, pero no es
lo que quiero y no es lo que busco, estoy para hacerte una mejor persona y no
lo estoy logrando. ¿Me necesitas fuera de tu vida?
No podía creer que aquello estaba sucediendo justo el día antes de
Navidad, no salía de una cuando ya estaba entrando a otra complicación.
- Quieres que sea tuyo pero no quieres ser mía completamente, y no hablo
de sexo, porque seamos honestos y yo jamás te lo he pedido siendo que estar junto
a ti sin tocarte es la peor tortura de todas TE DESEO gritó a los 4 vientos, alzando los brazos y. Aquel día de
mi cumpleaños… lo mejor fue lo que sucedió, salir de ahí sin hacer nada, me
hubiera odiado a mí mismo por la batalla que librarías con tu conciencia. Dios
sabe que no te hubiera permitido salir de ahí sin haber saciado todos mis más
oscuros deseos, pero ahora no me bastará con ello, ahora quiero que tú también lo
desees, no solo un deseo físico, quiero que te duela desearlo tanto como a mí.
Se acercó a mí. Me miró a los ojos. ¿Entiendes?
- No soy estúpida.
- Y no dije que lo fueras.
- ¿Ese día si no hubiese sido yo…?
- ¿Aceptarás mi respuesta?
- Sí.
- Solo te deseo a ti.
- Bésame.
- No.
- Entonces ¿Es mentira que me deseas?
- No cederé a tu juego.
Entonces sin pensarlo brinqué a sus brazos, evidentemente como reacción
automática me tomó en sus brazos y coloqué mis labios junto a los de él. Solo
se resistió unos momentos e inevitablemente sucumbió a mi beso, respondió apasionadamente
como lo deseaba. Le besé por un largo rato deleitándome en su sabor.
Sentí como intentaba retirarme de aquella posición, pero me aferré aún más a él, hasta que escuché como alguien
se aclaraba la garganta.
- ¿Para esto insististe tanto en venir a verla? – Gritó César en clara
furia y molestia.
En un hábil movimiento Atlas me puso tras de él.
- No es lo que creen – dijo él.
- ¿Negaras que la estabas besando en una posición no muy recatada? –
Gritó Mario al tiempo que ponía las bolsas con las compras en el suelo.
Intenté salir a colocarme entre ellos, pero las manos de Atlas lo
impidieron.
- Yo le brinque encima, grité brincando sobre el hombro de Atlas, ellos
parecieron no escucharme.
- ¿Te atreves a besarla sin haber solicitado nuestra autorización?
- ¡No somos nada! – Grité nuevamente.
- Pensamos haber educado a un caballero – Dijo Jason.
- Basta gritó Atlas, ¡Aquí estoy! Descarguen su furia.
En ese momento la loca de la casa me susurró lo que pareció ser algo
verdaderamente útil en mucho tiempo Él no
ha pedido su permiso por que tú no te has decidido a ser su novia ¿Qué les
pedirá, permiso para besarte simplemente?
Cuando ellos lo atacaron, sin pensarlo brinqué sobre de él literalmente
y cuando aterricé quedando entre él y los muchachos mis aros se habían
desplegado y de alguna manera repelieron eficientemente el ataque de ellos sin
hacerme siquiera tambalear.
-¿Pero qué? – Balbuceó Mario.
Cuando fui consciente vi sus dulces expresiones de asombro, después de
todo, el viaje no había sido una completa pérdida.
Atlas estaba igualmente
asombrado, ahora mis aros no permanecieron infinitamente desplegados, habían
desaparecido tras repeler aquel ataque.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario