Anterior: 18. Runaway
Finalmente llegó el día del
evento organizado por César nombrado: “Elemento Clave” el cual contrario a lo
que pensé, no se trataba de encontrar el elemento que te ayudaría a desarrollar
tus habilidades, más bien se trataba de peleas, no sé honestamente porque pensé
que no se relacionaba con peleas…
César comenzó a hablar teniéndonos a todos reunidos frente a él.
1.
Hemos formado dos
equipos, distribuyendo equitativamente fortalezas y debilidades de acuerdo a los
resultados y desempeño en la última pelea trimestral, desde este momento y hasta que el juego
termine, nadie podrá regresar a casa, todos
los integrantes de los equipos deberán permanecer juntos, un equipo se
encontrará supervisado por Mario y el otro por Bruno.
2.
El objetivo de
ésta práctica es, además de fortalecer el trabajo en equipo, explotar sus
habilidades recordando que son evaluados a cada momento. Las reglas son pocas,
entre ellas:
3.
Cada equipo puede
tomar como prisioneros a cada uno de los integrantes del equipo contrario y el juego únicamente se dará
por terminado cuando el miembro clave del otro equipo sea capturado, el
elemento clave no puede entregarse voluntariamente al otro equipo, así como
tampoco puede ser entregado por los miembros del otro equipo.
4.
El equipo
perdedor, se dedicará a pintar nuestras
instalaciones durante los próximos fines de semana, el equipo ganador, de sobra
esta decir, podrá excluirse de ésta actividad.
Acto seguido fueron anunciados
lo líderes de cada uno de los equipos,
así como sus integrantes, Atlas lideraba uno, lo cual no era sorpresa, además
de que yo estaba en ese equipo (¿Acaso era novedad?).
Para mi des fortuna,
escuchamos decir a uno de los integrantes
más fuertes del otro equipo quien además era su líder: Aarón (la única
persona con quién tenía prohibido relacionarme, si recuerdo con exactitud las
palabras de Bruno fueron “No tienes permitido asistir a las fiestas que él
organiza” sin proporcionarme mayores explicaciones esa fue la instrucción).
Pues bien, le escuchamos decir que decir que no le sorprendía la división de
los equipos, era predecible que yo estuviera en el equipo de Atlas, pues él siempre me está
protegiendo realizando actividades que
claramente no son de un guardián, si no que se atienden más a las de un novio
sobreprotector.
- Hace semanas que debieron
romper ese vínculo de guardián que tienen, ustedes son los últimos, ¿ella es
retardada acaso? ¿No ha sido tiempo
suficiente ya para que la dejes caminar sola? – esas fueron las declaraciones
de Aarón entre otras cosas.
Yo vi en esas palabras la
ventana perfecta, yo quería enfrascarme
en las peleas sin estar siendo protegida por Atlas, quién evitaría que lo
hiciera aún más cuando de acuerdo a él tengo tendencia autodestructiva debido al
reciente fallecimiento de mi abue. El subidón de adrenalina que me genera la emoción
y las sustancias que mi cuerpo segregan debido a la emoción y miedo de estar en
medio de esa actividad me hacen sentirme relajada después, las necesitaba, no
era que las deseara, las necesitaba, punto.
El rostro de Atlas se veía endurecido,
se giró hacia él con los hombros cuadrados y las manos convertidas en un puño -¿tienes
algo que decirme? – ven y dímelo a la cara le gritó dando grandes pasos hacia donde
su grupo se encontraba reunido, hasta finalmente quedar cara a cara.
- No me estoy ocultando – se irguió
frente a Atlas. De tenerla yo entre mis líneas…. – guardó silencio. Pruébame
que estoy equivocado, envíala a mis filas, teniéndola de tu lado y asegurándote
que ella será la ganadora, eso es claramente manipular los resultados ¿no te
parece?
La verdad no peca pero
incomoda, decía mi abuelita con bastante regularidad. Honestamente me
sorprendió que César no detuviese aquel inicio de trifulca, lo que hice fue
tomarlo por un brazo y alejarlo del resto, quería la privacidad que pudiese
obtener para discutir esto con él.
- ¿Sabes? Me inclino a pensar
que él tiene razón – dije por lo bajo - te la has pasado por la vida, cubriendo mis
espaldas y ayudándome en la medida de lo posible rayando en la desobediencia de
las reglas, y eso se nota. No esperes que ellos lo pasen por alto, cuando eres
tu quien exige respeto apegado a las reglas en su clase.
- Yo no le veo nada de malo el
querer hacerte más sencilla la existencia, después de todo ese es mi trabajo.
- Tu trabajo, si no me
equivoco es guiarme y adentrarme en este mundo, no hacer las cosas por mí, le
puse la mano en el pecho y le vi directamente a los ojos los cuales,
suplicantes, le pedían que me dejara ir al otro equipo. -Entrégame a sus filas
- . Le pedí. Por supuesto me miró con cara de estarle solicitando que cometiera
un asesinato.
- No lo haré, se negó
rotundamente.
César intervino a éste punto.
- Atlas, debes tomar una
decisión. Le miré nuevamente e hice algo que no medité profundamente como casi
todas las cosas que hago últimamente.
Me crucé de brazos, planté un
pie en el suelo y le miré a los ojos con mi mejor mirada de enojo – Me estas
convirtiendo en alguien dependiente en contra de mi voluntad - ¿Acaso tanto
anhelas que caiga rendida a tus brazos, que al no encontrar la manera de entrar
a mi corazón me estas manipulando para que seas la única persona de quien mi
existencia dependa y entonces no me quede más remedio? ¿Son esas tus
intenciones?
Quedamos en silencio por unos
momentos, me miró sin ninguna expresión en los ojos, su postura era relajada
pero sus mandíbulas estaban fuertemente apretadas, entonces rio al tiempo que
colocó sus manos en mis hombros presionando como si quisiera romperlos.– No es
que hubieses encontrado la panacea del mundo ¿ cierto?, tampoco es que te
moleste que vaya por la vida protegiéndote o lo que es peor, no es que
consideres siquiera que te estás haciendo dependiente, tú lo que deseas es
continuar con esa actitud autodestructiva en la que te has envuelto las últimas
semanas. ¡Diablos, debí anticiparlo! retiró sus manos dejando que cayeran
violentamente a sus costados.
La manera en cómo me dijo
aquellas palabras, lenta y pausadamente, evidenciaban su molestia y quizás algo
de desilusión.
- ¿Es lo que deseas? –
Preguntó finalmente mirándome directo a
los ojos y clavando sus dedos en mis brazos.
- Si, eso es lo que deseo –
Respondí, aunque lo que realmente deseaba responder con toda la sinceridad del
universo que aquello era lo que esta humilde servidora necesitaba para intentar
sanar un poco su conciencia.
Asintió tomándome de un brazo
con nada de delicadeza y conduciéndome con el que sería mi nuevo
equipo. - Si esos son tus deseos -dijo,
debes saber que no detendré mi fuerza, mis puños o equipo, solo por ti, ésta
vez estas por tu cuenta.
- Adelante Aaron- llévatela, pero tendrás que darme a 2 miembros
de tu equipo, esa es mi condición, éste se mostró desconcertado y tras unos
momentos de vacilación, asintió.
- Los elijo a ellos – dijo
Atlas señalando a 2 de los miembros más débiles de su equipo un par de novatos
como yo.
- Un cambio extraño - señaló
Aaron – ¿buscas a quien culpar tras de tu aplastante derrota?
- Atlas permaneció sin decir
nada tras éstas acciones viéndome avanzar hacia el otro grupo. Señaló después
a Aaron directamente y frente a todos.
Convertiste esto en algo personal - dijo
y se dio la vuelta dándonos las espaldas.
Me sentía muy feliz y ansiosa
por comenzar, ésta vez podría ir sin refrenarme intentando sacar ese enojo
interno, esas ganas de…. ¿Morir?
- Una cosa más – habló César. Debido a los
recientes cambios Atlas y BB serán los elementos clave – anunció.
¡Que comience el juego!
No había reparado en el hecho
de que los muchachos no hicieron nada especial al observar aquella escena entre
Atlas y yo, quizás todo era parte del juego, quizás y solo quizás pensaron que
sería una pelea de novios como lo han pensado otras veces, no me queda claro
pero el hecho es que nos dejaron tener
aquella conversación en completa libertad y privacidad.
Aarón nos condujo quizás unos
tres metros de donde nos encontrábamos a fin de comenzar a diseñar la
estrategia, no tenía ni pies ni cabeza, todos intentaban hablar al mismo tiempo,
intenté hablar una vez, pero fui olímpicamente ignorada, entre las principales
estrategias se encontraba derribar al miembro más fuerte y miembro clave, con
esto se darían por terminados los juegos. Después de que todos expusieron sus
estrategias las cuales incluían atacar entre todos a Atlas... No pude más que
reírme pues ¿acaso no lo habían visto antes? El solo podría con todos nosotros quizás
con algo de esfuerzo, pero el saldría victorioso.
-Calla – ordenó Aarón, con el
nuevo giro del juego, tendremos que protegerte, ¡vaya movimiento de tus tíos!
aún estoy definiendo como es que tenerte entre mis filas puede ser una ventaja,
si es que tuviese alguna, cuando no eras el miembro clave, podría haberte enviado a batalla pero ahora todo ha
cambiado.
Voltee los ojos hacia arriba,
claro estaba que él consideraba que yo tenía un trato especial, que era débil
(lo cual era más que cierto)… tendría que esforzarme en demostrar lo contrario…
- El objetivo después de todo
es aprisionar al elemento clave – dije. Es cierto que ellos tienen al elemento
más fuerte, pero nosotros tenemos una
ventaja… Ustedes me tienen a mí, me situé al centro de todos ellos en un
intento por obtener su atención.
Nadie pareció comprender lo
que decía.
-Pueden utilizarme de carnada yo
pelearé con Atlas mientras ustedes se encargan del resto, una vez que el resto
esté derrotado podrán unirse a mí y someter entre todos a Atlas, quizás el plan
necesite pulirse, pero estoy segura de que funcionará.
- El sabrá que es una trampa.
- No necesariamente – dije –
Atlas es nuestro rival más poderoso, necesitamos desviar su atención para que
puedan someter al resto del grupo, porque, podrán con ellos ¿cierto? – dije
esto último apelando a su orgullo.
Mario me miró asombrado, pero
no emitió palabra o juicio alguno.
De cualquier manera desecharon
mi idea al instante.
- Es un plan medianamente
decente, debo reconocerlo – expresó Aaron pero aquí nadie negará que varios
días de pelea ¡es para lo que nos hemos entrenado y además lo esperamos con
ansia! Definitivamente no terminaremos la diversión en solo unos minutos cuando
podemos extenderla durante días.
- ¡Días! – exclamé
horrorizada, claramente la testosterona de todos ellos había salido a flote. No
había nada en este mundo que los pudiera hacer cambiar de opinión, lo mejor que
pude hacer es quitarme de su camino y permitiéndoles continuar con su estrategia. Mario se acercó
hasta quedar a un lado mío, se cruzó de brazos y me miró un poco por el rabillo
del ojo.
-Interesante tu plan el de utilizar
la debilidad de tu contrincante – dijo – aun cuando eso lo destrozaría y lo
sabes.
- Él es fuerte, además ¿Todo
se vale en la guerra y en el amor, cierto?
Se retiró de ahí sin decir más.
Tenía razón eso lo destrozaría y comenzaba a sentirme culpable pero... yo en
ese momento era el eslabón más débil, tenía que salir de aquella zanja, no
quería que continuaran viéndome como alguien que necesita ser protegida y mucho
menos que lo tuvieran a él en aquel concepto. Perdóname Atlas.
Comenzaron las batallas sin sentido,
no sé por qué me desgasté siquiera en planear algo asumiendo que por una vez en
su vida dejarían de pelear. Resultó interesante ver que aun en equipos
contrarios e incluso bajo sus advertencias de lo contrario, Atlas no cesó de cuidarme, cada uno de ellos
eligió para pelear a un miembro de mi equipo, nadie estaba ahí para pelear
conmigo ¡yo era el elemento clave y no fueron por mí! Aaron tenía razón después
de todo ¿Por qué hacerlo sencillo si pueden enfrascarse en una pelea sin
sentido por días solo para sacar sus más primitivos instintos? Me sentí decepcionada
por unos momentos por lo que me alejé para ser testigo de aquella batalla.
El grupo de Atlas, tomó un
prisionero, uno solo… y anunciaron su retirada dejando a mi equipo casi
totalmente fuera de combate ¿Cómo fue aquello posible? Yo que me encontraba de
testigo vi claramente lo que sucedió.
Atlas tiene en su equipo miembros
“débiles” pero cada uno sabía con exactitud a quién atacar haciendo uso de su
mejor arma: el conocimiento de los poderes de cada utilizados estratégicamente
contra cada uno de los miembros de mi equipo, a sabiendas quien le había ganado
a quien con anterioridad, y cuando alguien “débil” iba perdiendo algún otro se
apresuraba a terminar con su contrincante y le ayudaba. Eso es trabajo en
equipo, Atlas es un excelente líder, pensé y yo una excelente observadora.
Aaron,
nos reagrupó, molesto como estaba evidentemente no pensaba con claridad. Atlas
lo había golpeado y en menos de 10 golpes estuvo en el suelo.
Antes
de que siquiera pudiésemos reaccionar para el Round 2, el equipo de Atlas nos
tenía rodeados, ¡ellos sí que utilizaron el elemento sorpresa! Sin permitir que
el pánico se apoderara de mi me prepare física y mentalmente, sabía que había
mejorado, he de reconocerlo ya no caía al segundo golpe si no al tercero, y fue
uno de los trillizos quién me tomó por asalto, casi puedo afirmar que se debió
a instrucciones bien giradas por Atlas, eso era evidente, ya que no me atacó en
ningún momento, solo bloqueó cada uno de mis ataques, sin importar cuanto lo
provocara yo, él permaneció sin cambio en su actitud, limitándose únicamente de
bloquear. Resultó bastante frustrante, Nuevamente anunciaron la retirada con
uno de nuestros miembros como prisionero.
El
rosto de Aaron mostraba daños considerables, y me alegré internamente. Aaron
nos hizo alejarnos de ahí, dejando unos cuantos guardias en lugares
estratégicos por si nuevamente utilizaban ésta táctica.
¿Por
qué solo un rehén? Me pregunté sin encontrar una respuesta lógica, en ésta
incursión Atlas pudo llevarse al menos 3 o 4, pero solo decidió llevarse uno,
además, si lo que deseaba era mantenerme a salvo, ¿por qué no me llevaba a mí?
Aaron
quiso ir tras de ellos en esta ocasión, por lo que nos reunió a todos y cual
caballos desbocados nos lanzamos en contra de ellos, Atlas había formado una
muralla humana evidentemente esperaba por nosotros, dentro de mi batalla
personal con otro de los trillizos, pude ver que Atlas nuevamente se enfocó a
Aaron, la batalla fue equitativa, dejaron a uno de sus miembros más débiles
fuera de la batalla, y repitieron la acción nuevamente, tomaron únicamente un
rehén. Pero ahora fue un poco más clara su estrategia, los prisioneros que
tomaron atendían a los miembros más fuertes de nuestro lado, debilitando así,
lenta y pausadamente a nuestro equipo.
Pudimos
ver que el equipo de Atlas se aceró para sembrar terror psicológico ya que nos
rodearon y simplemente se quedaron ahí, mirándonos a todos
Aaron
siendo víctima de la desesperación y la furia por su evidente bajo desempeño -
¿Cuál es tu estrategia otra vez? – Me preguntó.
¡No
podía creer que lo considerase siquiera ¡
-
Olvídalo. No te permitiría quedarte con el crédito, respondió casi al instante.
Me
molestaron sus palabras.
- ¡Trabajo
en equipo! Le grité, sería el triunfo de todos, pero eres demasiado obstinado
para aceptarlo.
En un
acto totalmente impulsivo, volteó y me golpeó con el dorso de su mano.
-
Calla, el que da las ordenes aquí ¡Soy yo!
Me
quedé fría por unos momentos conteniendo mis lágrimas. Bien pensé entonces que
así sean las cosas, me hice a un lado esperé instrucciones. Atlas había sido
testigo de todo, solo que no movió un dedo, de la misma manera que los
muchachos. Estas en un ejercicio, juego o no, existen reglas y nadie se las ha
saltado, me recordé
-
¡AARON!- Gritó Atlas desde el otro lado. Te doy la oportunidad de recuperar a
tus caídos, peleemos los dos, si me ganas, habrás ganado el juego, pero si yo
gano me entregaras a 10 de los tuyos.
Era
una oferta muy tentadora, a la cual no se pudo negar Aaron.
Atlas
esperó pacientemente a que él diera el
primer golpe, el segundo, el tercero… Atlas no se estaba defendiendo
¿Tenía un plan? ¿Dejarse vencer? Me negaba a creerlo. Aaron comenzó a mostrarse
confiado ante aquello. El grupo de Atlas no se movió ni un solo centímetro.
Aaron sonreía, era claro que se veía ganador, hasta el punto en el que Atlas
comenzó a defenderse, aquello fue una masacre, ya que lo golpeó en una sucesión
de golpes que impidió a su víctima el defenderse, movimientos rápidos y
precisos intercalando golpes físicos y energéticos en una sincronía perfecta.
Aaron quedó nuevamente en el suelo sin poder pararse.
Atlas
no volteó y caminó directo a elegir su
premio… nuevamente no me eligió a mí, pasó a mi lado ignorándome por completo,
y debo decir que después de aquel espectáculo nadie opuso resistencia lo que
nos sorprendió a todos fue el hecho de que eligió Aaron entre sus prisioneros dejándonos sin
líder.
Quedamos
únicamente 8 integrantes en mi equipo. A estas horas y dado que ya era tarde,
Mario y Bruno anunciaron que se detendrían las batallas y nos dirigiríamos a dormir,
teníamos casas de campaña a nuestra disposición ya que nadie regresaría a sus
casas, nos llevaron también paquetes de comida para que pudiésemos alimentarnos
como es debido. Los “prisioneros” estaban sentados en círculo con las manos
atadas detrás y me pregunté si a ellos también les asignarían un techo para
pasar la noche, por el mes en el cual nos encontrábamos, las noches comenzaban
a ser frías.
-
Mario nos reunió antes de comenzar la cena - sería prudente que trazaran nuevos planes – señaló – pero lo que es
necesario es que alguien tome el lugar del líder.
Nos
mirábamos entre sí – Yo creo que tu plan no suena descabellado – dijo uno de
ellos, yo apostaría por ese plan, todos sabemos que eres la única persona por
la que Atlas detendría sus puños.
-
Atlas no es tonto, a ésta alturas debe saber que intentaremos algo así, a como yo lo veo – dije – hemos perdido el
elemento sorpresa.
- A
estas alturas no veo que tengamos mucho que perder – dijo algún otro.
-
Atlas ha podido llevarte como prisionera en cada ocasión, pero no lo ha hecho,
debe tener alguna otra intención, quizás tu plan después de todo no rindan
frutos, igual intentémoslo y veamos que
sucede.
Al
menos no era la única que lo había notado. Atlas no me ha llevado por alguna
razón.
-
Como sea, dije, debemos trabajar en equipo de aquí en adelante, no le veía
mucho futuro a nuestro antiguo plan por lo que nos devanamos los sesos hasta
encontrar un plan decente, un plan que nos brindase la más mínima ventaja.
-
Nuevo plan – dije- Hoy, liberaremos algún prisionero, pero únicamente le
liberaremos las ataduras, si Atlas y tu tribu, continúan con la misma tendencia
de hoy, estarán tomando prisioneros de uno a uno, dejándome al final. Por lo
que cuando ya solo quede yo, me presentaré ante él, pero huiré para provocar que vayan tras de mí, dejo en sus
manos el decidir si se liberan conforme vayan llegando con el grupo de
prisioneros o bien esperar hasta el punto de mi huida donde si hacen lo que
espero, todo el equipo contrario irá tras de mi… deben saber que la ventana de
tiempo que podré darles es poca, por lo que tendrán que actuar de inmediato y
comunicar el plan a los demás en el mismo tiempo, nadie esperará que vayan tras
de ellos, y ese será el momento en que podemos darnos algo de ventaja o bien la
victoria final. Tendremos que liberar a uno de nosotros, ustedes se conocen
mejor, ¿alguna sugerencia de quien será
nuestro agente encubierto?
Mario se puso de pie recordándonos
que las batallas se habían suspendido hasta nuevo aviso.
-
Solo las batallas, confirmé – nadie dijo nada de rescates o toma de
prisioneros.
Afortunadamente
todos estuvieron a mi favor.
Mario
se limitó a sonreír, si los atrapan – dijo – serán castigados por infringir las
reglas, yo soy simple espectador, dijo y mi labor la he realizado, les he
advertido de las consecuencias de sus actos, metió las manos en sus bolsillos y
se giró en sus talones para alejarse de ahí.
-
Pero si tenemos éxito seremos todos unos campeones – dije animadamente y
sonriendo.
-La
cuestión es averiguar donde colocaron a nuestro equipo. ¿Alguna idea?
Uno de ellos se ofreció como voluntario para
salir a explorar a riesgo de ser atrapado. Todos accedimos, nuestras opciones
eran limitadas y esperamos deseando lo mejor. Después de minutos que parecieron
interminables, regresó informando que estaban en el mismo lugar.
- Bien dije, lo primero será
liberar a uno de los nuestros, para poder continuar con nuestro plan, afortunadamente
todo salió a pedir de boca. Y nos dispusimos a dormir al menos unas horas. Me
encontraba muy nerviosa y honestamente esperaba que Atlas me visitara por la
noche al menos para asegurarse de que todo estaba bien pero eso no sucedió, sus
palabras se colaron en mis pensamientos “Estas sola en esto”.
Al día siguiente comenzaron
temprano las batallas y tal como predijimos Atlas tomó prisioneros únicamente
al resto de mis compañeros, solo podía rezar por que nuestro plan funcionara.
Me armé de valor y me puse de
pie, colocándome a una prudente distancia de ellos y ocasionando que se
acercaran un poco.
- ¿Y Bien? Me cansé de esperar
¿Será que debo de comenzar la batalla?.
Atlas caminó un poco y mi
corazón se desbocó, permanecí en mi lugar, a nuestros costados estaban César,
Mario y Bruno. En ese momento me entró el pánico, si nuestro plan había sido
descubierto o bien si Mario hubiese dicho algo, esto no funcionaría.
Espera, le dije, no des un
paso más, es evidente que me encuentro en desventaja, pero no quiero un trato
distinto, antes, todo tu batallón fue en contra de los míos, ahora, solo vienes
tú ¿Acaso es que realmente me estás dando un trato distinto? O Crees que no
podré dar al menos 5 minutos de batalla, sonreía socarronamente.
Atlas le pidió al resto de su
batallón formar una barra tras de él.
Aguanté estoicamente, mientras
daban pasos en perfecta sincronía, al tiempo por que esperaba y rogaba
internamente porque nuestro plan funcionase.
Me di la vuelta y comencé a
correr como despavorida, al tiempo que gritaba ¡YA LO PENSÉ MEJOR! ¡ATRAPENME
SI PUEDEN!
Evidentemente tuve 3 segundos
de ventaja antes de que sus cerebros comenzaran a registrar el correr tras de
mí. Éste tiempo entrenando me había dado una mejor condición física lo sé, pero
al igual que yo, ellos habían mejorado. A este punto no sabía cuántos estaban
tras de mí y cuando es me atraparían, pero sabía que lo harían. Al cabo de
quizás un par de minutos escuche que gritaban algo acerca de que los
prisioneros se escaparon y algunos de ellos regresaron, ¡todo iba de acuerdo al
plan! Entonces yo rodearía y regresaría hasta ese punto, si es que podía, me
escondí tras de un árbol y esperé escuchar sonidos. ¡Dios! es tan estresante
andar escabulléndote por que tu cazador quizás te esté observando pero tú no
sabes si lo hace o no. Rogué porque Atlas hubiese sido de los que se regresó.
Si no me tenían a mí, no podrían dar por terminado el juego.
Lentamente y con cautela
llegué al punto de partida, para descubrir con asombro que estábamos en el
punto de inicio: mi grupo nuevamente había sido capturado por el equipo de
Atlas. ¡Dioses y Demonios! No había manera de salir bien librados de aquello.
Aun tras los árboles, grité que saldría a rendirme.
- No
queremos tu rendición - Recibí como
respuesta. Además las rendiciones están prohibidas. ¡Todos debemos caer
peleando y antes pediste equidad, ¡ Ven y enfrenta tus consecuencias! Escuche
un voz de un Atlas determinado, un Atlas que dejó de ser mi aliado para
convertirse en mi rival, un Atlas que se estaba apegando a mi solicitud y ante
cualquier pronóstico y a sabiendas que era el escenario totalmente equivocado
¡Un Atlas que me resultó totalmente deseable!
Eso significaría que todos
ellos me atacarían.
De la
nada y dándome un susto de muerte, Mario
apareció tras de mí.
-
¿Por qué no funcionó mi plan? – Pregunté – Era casi perfecto.
-
Técnicamente, porque Atlas regresó a ayudar a su equipo, no es que haya sido
sencillo, pero lograron someterlos a todos. Atlas está herido por que te fuiste
de su lado y de su equipo, otorgándole poder a las palabras de Aaron, cuenta
con la motivación, simplemente te está proporcionando lo que solicitaste. –
sonrió burlonamente levantando una ceja.
- Si
entro ahí me destrozarán – dije por lo bajo, casi solo para mí y mis pensamientos.
- Lo
están esperando, tú los provocaste. Si no querías salir herida no debiste hacerlo
al carecer de la capacidad para al menos defenderte.
-
Suspiré – creo que llevas la razón.
Me preparé para enfrentarles y
a esperar mi destino, no me hicieron esperar, como todos unos caballeros
actuaron de inmediato, yo sentí como instintivamente intenté cubrirme,
honestamente esperé lo peor, respiré profundamente e imaginé lo práctico que
sería tener unos aros de energía protectora que les impidieran el paso hacia
mí, respiré profundamente nuevamente y abrí
los ojos esperando ver a alguno de ellos lanzar algún golpe en mi contra o
alguna emisión, me sorprendí y quedé boquiabierta cuando lo único que pude ver
eran aros de energía rodearme. Miré en todas direcciones intentando adivinar el
origen de ellos y a juzgar por las miradas de sorpresa de todos, era yo quién
los estaba emitiendo. Levanté las manos y miré por debajo de mis brazos como
buscando la fuente de energía y mi sorpresa fue mayor al darme cuenta de que no
solo los aros eran suficientes y me rodeaban en varias posiciones, sino que
también se movían al tiempo que yo me
movía ajustándose a mí. Observé mis manos y aunque no lo veía sentía como si
unas cuerdas me ataran a ellos y lo mismo el resto de mi cuerpo, no sabía qué
hacer, era la primera vez que lograba aquello y no sabía tampoco como manipularlos,
caminé un poco hacia el frente y los aros se movieron junto con migo.
Estaba embelesada, la cara de
asombro y deleite de los muchachos fue
mucha, después de unos momentos de asombro el equipo contrario se lanzó al
ataque, al desconocer el origen de ésta energía, no sabía tampoco como
manipularla, mantenerla o apagarla. Cada uno de los integrantes fueron cayendo
conforme atacaban, físicamente no podían atravesar mis aros y energéticamente,
bueno, nada traspasaba aquella defensa pero además de alguna manera su energía
los golpeaba a ellos dejándolos tirados, derrotados. Me sentí feliz y
orgullosa. Quedaron únicamente Atlas y los muchachos.
Aquello es energético y uno no
cuenta con una batería infinita, por lo que comenzaba a sentir que se
desvanecían mis bellos aros multicolores - tornasol. Intenté manipularla
dirigiéndola hacia donde estaba Atlas, finalmente si lo derribaba, seríamos los
ganadores, pero aquello solo era energía defensiva. Atlas me atacó, finalmente
mis aros se rompieron ante su ataque y yo simplemente me desplomé. Les miré por
unos instantes y dije – no puedo más.
Los juegos se dieron por
terminados ante el asombro de todos ellos, cerré los ojos y no escuche nada en
un largo rato.
- Atlas es el último hombre de
pie, por lo que el equipo de Atlas es el ganador – anunció César.
- Mario corrió a mi lado.
- Estoy bien, dije, solo estoy
exhausta.
- Te llevaremos a casa, tu
manifestación repentina te agotó, te explicaremos más a detalle todo.
Sonreí y descansé en sus
brazos.