Llegamos a
casa.
En mi
habitación encontré en mi mesita de noche, una Orquídea color morado acompañada
de una pequeña tarjeta que decía “Bienvenida”. Recordó mi flor favorita la cual
evidentemente ayudó a que también floreciera un sentimiento más fuerte por él.
Por la hora
de nuestra llegada solo alcancé a tomar un baño y recostarme para estar
descansada al día siguiente el examen, mi sorpresa llegó cuando apagué las
luces. Atlas había escalado la ventana como en muchas ocasiones anteriores, nos
refugiamos en el baño para no ser descubiertos. Mi piyama era de franela y
parecía yo una venerable anciana de 90 años.
- Puedo
mantenerte más caliente que esa prenda tuya –afirmó con una gran sonrisa.
- ¿Es acaso
una invitación?
Extendió
ampliamente sus brazos para que me refugiara en ellos y me lancé sin dudarlo.
- Me
abandonaste sin despedirte.
- Quedaste
en excelentes manos.
- Eso no me
hace extrañarte menos.
- No negaré
que me complace el hecho de que me extrañes. Así como tampoco negaré el hecho
de que estoy aquí con un objetivo simplemente.
Le miré a
los ojos sabiendo lo que diría a continuación.
- Estoy impaciente
por tu respuesta – dijo.
Reí, lo haría esperar en una secreta
venganza por las veces que le me ha tenido en espera de tantas y tantas cosas
pidiéndome que sea paciente.
- ¿Entonces no es que tú me
extrañaras a mí?
- ¡Vamos Patea Traseros! tengo más
de un mes de no estar a tu lado, claro que ansío tu respuesta para saber si
puedo comerte a besos con plena libertad…
- Antes no te detuvo esto…
- Antes, era diferente.
- No quiero arruinar este momento
perfecto, y menos aun estando entre tus brazos, pero ya es tarde y tengo que
estar fresca y con la mente clara para el día de mañana- reconozco que sonreí
maliciosamente a sabiendas que lo dejaría con la duda.
- ¿Mañana entonces?
- Si mal no recuerdo, me habías
dicho que tu paciencia era infinita, pero hoy no lo estas demostrando. Mañana
después del examen me gustaría pasar con mis papás.
- ¡Lo olvidé por completo! Tus papás
organizaron una fiesta en honor a tu titulación, obviamente el resto de tu
familia no conoce los detalles de tu ausencia en los últimos meses, por lo que
también será una bienvenida secreta. Te esperan a las 4PM. Los trillizos, los
muchachos y yo estamos incluidos.
- ¿Los trillizos?
- Aparentemente tu mamá vio la
ventana para agradecerles por los servicios prestados durante aquel día…
Casi había olvidado por completo que
ellos nos proporcionaron varias cosas indispensables para ese día.
- Bien pues entonces con mayor razón
no tendremos mucho tiempo libre para atender “ese asunto”, ¿cierto?
- ¿Sabes que me matas, cierto?
- Lo sé y lo estoy disfrutando –
respondí con la mejor de mis sonrisas. Ahora puedes quedarte o irte pero a mi
déjame dormir, adivino que mañana irás conmigo.
- No podría estar en otro lado.
Dormí excelente, ahora ésta era la
cama que yo extrañaba incluso en los días que pasaba en casa con mis papás.
Desayuné temprano y elegí lo que me permitiera lucir profesional pero casual
para mi examen, un vestido azul marino, de esos que se cruzan al frente
destacando lo mejor de ti y ocultando lo peor, unas zapatillas promedio que
combinaran con el vestido y un chongo en el cabello, maquillaje ligero y estaba
lista,con mi conciencia tranquila y mi mente despejada, no había margen a que
pudiese fallar aquel día. Los muchachos lucían muy guapos en ropa formal casi
elegante, todos perfumados, bañados e impecables, así fue que nos dirigimos a
nuestro destino.
En esa ocasión tenía todo de mi lado
para salir triunfal y aun cuando me sentí nuevamente como en la santa
inquisición las respuestas salieron precisas, directas y fluidas de mis labios
a un ritmo particularmente acompasado, sonreía y acompañaba aquello con un
movimiento suave de manos, y fue así, sintiéndome plena y toda una ganadora que
finalmente pasé ese maldito examen. Lo demás fue mera formalidad, toma de
protesta y cosas así.
Salí con la frente en alto corriendo
a abrazar… si, lo adivinaron… a Atlas.
Los muchachos me felicitaron acto
seguido.
Llegamos a celebrar un poco en
privado en casa, en su casa que comenzaba a sentir como MI hogar.
- Sabemos que antes de una buena
comida amas los postres y es justo así que celebraremos hoy, dijo Mario.
Llegando al comedor había una serie
de deliciosos postres todos en medida “mini” o “Pettitte” a fin de que pudiésemos comer más de uno o
mitades, la verdad que disfruté mucho aquella sorpresa y apapacho. Todo parecía
estar tomando un nuevo ritmo armónico en mi nueva vida.
- Deben saber ustedes, todos ustedes
que las fiestas de mi familia son algo caótico, todos hablarán, todos querrán
interrogarlos al respecto de lo que hacen, de lo que son para mí, etc. Lo más
sensato es que no asistan, pero sé también que no hay mucha alternativa de que
no lo hagan por lo que los invitaré a mantenernos en la historia original,
ustedes son conocidos de mi trabajo,
recuerden que trabajamos en una oficina, todos somos gente seria y respetable –
solté una carcajada.
- Estaremos a la altura no te
preocupes, dijo César.
- Temo por todos ustedes, después de
hoy me darán la razón, no diré nada más y esperaré a que todos ustedes sean
sometidos a la intensidad de mi familia, la familia “XXXXXXXXXX”. Para Atlas
quien es Un pretendiente le espera el
peor de los interrogatorios –reí.
- Si tu familia se parece a ti…
- ¡Yo soy la más tranquila de la
familia! Además espero que lleven mucha hambre pues en mi casa es de mala
educación no repetir el plato o lo que es lo mismo pedir que le sirvan a uno
más comida. Lamento que tengan que ser incluidos en estas festividades, pero
supongo que es parte del show.
- Tranquila BB.
- Nos iremos en media hora, quizás
quieras cambiarte de ropa, dijo Atlas. Los trillizos pasaran por nosotros,
ellos nos llevarán por mi auto.
- No te molestes, puedo ir y venir
con ellos, dije.
- Ya pasaste suficiente tiempo con ellos, ahora es mi turno. Media hora como
dije.
Los muchachos rieron ante aquellas
declaraciones.
En el trayecto hacia casa de Atlas,
los trillizos se mostraron intrigados por la invitación.
- Dos cosas influyeron- declaré-
pero manténganse tranquilos muchachos,
la primera es que en mi familia hacen falta pretextos para hacer fiesta, y
segundo agradecemos a todos y por todo, ustedes se mostraron de lo más
encantador el día de... Bueno, ustedes saben, ellos quieren agradecerles, y
permítanme una pequeña advertencia, si alguno de ustedes toca de manera
inapropiada a alguna de mis primas o primos en tu caso, señale al moreno, van a
perder los dedos. No espero que se comporten como santos, pero al menos si con
la decencia suficiente.
- ¡Nos ofendes! – nos comportaremos
a la altura dijo el Rubio.
- ¿Tienes planes este fin de semana?
Preguntó el Moreno, aun nos debes algunos favores que nos interesa cobrar.
- ¿Favores? – Preguntó Atlas, solo
que lo ignoré por completo.
- Mmmm Es
cumpleaños de un primo, vamos a ir a bailar, sonreí.
-
No lo habías mencionado, ¿A dónde iremos? – Preguntó Atlas.
- Atlas
–respondí en un tono más que natural - éstas celebraciones son solo para
familia, no llevamos a nuestras parejas, y dado de que tu yo no somos pareja
formal, pues realmente no estas incluido, pero tranquilo, como dije solo
seremos familia.
- ¿Les
interesa celebrar en un lugar llamado “XXX”? - preguntó el Rubio.
- Alguna
vez lo intentamos, pero ustedes saben nosotros somos simples mortales y para
entrar a ese lugar debes pagar cierta cantidad que no estamos dispuestos a
desembolsar, aun no decidimos el lugar, pero sin duda iremos a “XXXXXXX”.
- ¿Botas y sombreros? No parece tu estilo – Exclamó el
moreno casi horrorizado.
- Sonreí
- somos adaptables, confirmé, nuestro
principal objetivo siempre ha sido divertirnos simplemente.
- Es
peligroso que andes tú sola en las madrugadas – Insistió Atlas.
- No andaré
sola, mis primos andarán con migo, somos una pequeña manada.
- Retomando
mi pregunta - mencionó el Rubio – estiró
la mano hacia mí, me estaba dando una tarjeta, - con esto te dejarán pasar a la
entrada, si tuvieses algún problema pídeles que me busquen.
- Lo dudé, pero
la tomé, ellos estarán encantados, dije. ¡¡¡Muchas Gracias!!!! Sinceramente.
Evidentemente
Atlas mostraba una seriedad nada propia de él. Subimos a su coche y sin dar
tiempo a nada más comenzó la conversación que evité intencionalmente, con la
total intención de hacerle rabiar solo por el simple gusto.
- ¿No soy
tu novio formal?
- No Atlas
no lo eres, sin duda me he dado muchas
libertades en ésta relación que tenemos, pero sin duda alguna no eres mi pareja
formal.
- Hieres
mis sentimientos.
- Atlas,
esto nos funciona muy bien, no lo cambiemos ¿sí?
- ¿Es acaso
esa tu respuesta?
-
Honestamente esperaba más de ti – dije – algo así como una cena en uno de esos
lugares a los que te encanta llevarme para escuchar mi respuesta, pero si hemos
de iniciar ésta conversación en este momento tan incómodo, comencemos entonces.
– Dime
Atlas, ¿Solo me has besado a mí? Me refiero a éste tiempo que hemos estado
juntos y en éste tiempo que estuve
lejos, sin mencionar otras actividades que pudiste hacer con otras mujeres…
- Respondió
con un seguro y enfático: Solo a ti, y para tu información no he visto ni he
tenido actividad con otras mujeres, me gusta la fidelidad en ambas direcciones,
aunque tengamos solo ésta extraña relación.
- No te
creo, respondí, yo también he vivido este tiempo aceptando que vayas a las
reuniones que tienes con los trillizos, los historias que cuentan y de las
cuales te muestras claramente incómodo. Acepté que no puedes ser solo mío, no
estas hecho para ser fiel, no es algo a lo que cederás por el simple hecho de
que yo lo pida, durante este tiempo me he permitido tener esta relación en la
cual ni yo misma creo, pero sé que te irás de mi lado a la primera oportunidad
que tengas, sé que lo has hecho, no puedo permitirme creer que tenemos algo
más, para que luego me dejes abandonada y destrozada.
- No me has
permitido siquiera demostrarte lo equivocada que estás, te has metido en tu
caparazón sin concederme la mínima oportunidad, yo también he aceptado tus
limitantes y condiciones, he aceptado y
vivido con ellas.
- ¡Al menos
yo no me he besuqueado con nadie más!.
- ¡¡¡¡ Yo
tampoco!!!! Son negocios, simples y llanos, te he invitado en más de una
ocasión a que seas mi acompañante, ¿acaso crees que te invitaría si tuviera
algo que ocultar?
Fiel a su
costumbre ahora íbamos a una velocidad inmoderada. – Altas si no comienzas a
bajar la velocidad, no hablaré más contigo. – Creo que hasta ese momento fue
consciente de ello.
- Te he
concedido ser celoso y posesivo con migo dentro de estas paredes, pero fuera…
no cuentas con esos privilegios.
- No te he
autorizado salir de fiesta – dijo seguro de sí mismo.
- Tampoco
tendrías por que hacerlo, pues no se encuentra dentro de tus actividades. Pero
si tuvieras alguna objeción siempre puedo llamar a los muchachos, ellos sin
duda te pondrán en tu lugar.
- ¡Aun
llevas tu correa! Y mientras la lleves continúas siendo mía.
Fui
consciente de ella, y para ser honestos no quería que la retirara, ahora
formaba parte de mí.
- Aun así
esto no forma para nada parte de tus actividades como mi guardián, te recuerdo
que solo yo soy dueña de mí.
Para mi
fortuna, no dijo nada más y llegamos a casa de mi abuela donde sería la fiesta.
Pensé que ya lo había hecho rabiar suficiente, conocía a un Atlas moderadamente
enojado y no quería enojarlo más.
Mi Atlas (Si dije: “Mi Atlas” y no me molestes le grité
a la loca de la casa) no me decepcionó ni un solo momento, pues desde que
llegamos cambió su modo de: Me tienes
encabronado a un modo: Perfecto príncipe encantador salido de un cuento
de hadas.
Las fiestas
en mi familia son toda una estampa, usualmente se realizan en casa de mi
abuela, que es una casa grande de esas antiguas que fueron construyendo de
acuerdo a como las necesidades lo requerían, sin armonía o estética pero se
cubría el principio básico de tener a todos bajo techo, cuenta con un patio o
zaguán muy amplio que usualmente es el lugar donde colocamos mesas ( nada de
renta ) si no mesas que hay distribuidas por la casa y utilizadas para la
ocasión, sillas también sacadas de todos los rincones del lugar, por lo que
existe una variedad de alturas en las mismas bien puedes quedar muy alto o muy
bajo en relación a la altura de la mesa, que sin duda estará desnivelada.
Los blancos
o manteles pueden ser desde lo que bordamos en alguna actividad escolar o
simplemente no existir. Todas mis tías que son seis más mi mamá llevarán un platillo en cantidad suficiente
(nada de dieta ni ensaladas para conejos) en una cazuela hecha de barro,
haciendo así honor al tema dela comida: cazuelada.
Efectivamente
no faltará quien lleve a dicha reunión bebidas embriagantes y refrescos.
Comeremos con utilizando las tortillas como cubiertos o bien haremos tacos y en
la medida de lo posible no utilizaremos desechables para proteger el planeta.
Al final entre todos pondremos orden,
algunos lavaran la loza, otros comenzarán a guardar mesas y sillas para
ponernos a bailar en un singular baile donde nadie sabe quién es la pareja de
quien, y todos andaremos bailando.
A nuestra
llegada, todas las miradas se posaron sobre nosotros pues llegamos como un
batallón en formación dispuesta a iniciar un ataque, Atlas me acompañaba a mi
lado izquierdo y distribuidos uniformemente de cada lado tenia a mis tíos y a
los trillizos, recordando que mido 1.80 y todos ellos me sacan por al menos 15
cms, serios y bien vestidos, parecíamos una guardia personal.
Mi mamá se
adelantó a recibirnos, indicándome una mesa que colocaron para nosotros. Ellos
se adaptaron a la perfección, aplicaron aquel sabio dicho que reza: al pueblo donde fueres. Ayudé a servir o
al menos a mostrarles cómo es que yo tomaba a los alimentos una vez y una
segunda vez, para que ellos hicieran lo propio y fue ahí donde mis primas se
lanzaron contra los pobres trillizos que siendo honesta no se en que momento pude
pensar que ellas eran quienes corrían peligro, debo confiar más en las
personas.
Mis tíos, lucen mucho mayores para ser material para mis
primas por lo que fueron respetados.
Evidentemente tenían mucha curiosidad en torno a Atlas, hasta que uno de mis
tíos (sanguíneos) lanzó la primera pregunta incómoda.
- ¿Son
novios?
Me adelanté
a responder antes de que Atlas siquiera tuviera la oportunidad de hacerlo. –
No, nada de eso, dije.
- ¿Qué pasó
morena? Cierra ese negocio ya.
Atlas
carraspeó. – Vamos Morena tu tío tiene razón, cerremos éste negocio.
Olvidé que
Atlas juega mejor éste juego que yo y solita me metí en camisa de once varas
como diría mi recién fallecida abuela.
- No eres
el único pretendiente que tengo, ¿Sabes? Tengo que evaluar muy bien mis opciones
antes de decidir, pero si quieres ganarte unos puntos extras ¿porque no me
rellenas mi vaso para comenzar?
El
simplemente sonrió.
Cuando la
hora de bailar llegó en contra de cualquier pronóstico Atlas me tomó por la
cintura y me mostró el excelente bailarín que era sin importar el tipo de música que tocara. El guiaba por
supuesto con gracia, elegancia y completo dominio de ello. Estando ahí me sacó
de mi zona de disfrute para llevarme a mi zona de incomodidad.
- ¿Qué y por
qué les debes favores a los trillizos?
- Eso es
entre ellos y yo.
- Preferiría
ser yo quien salde esa cuenta.
Respiré
profundamente.
-Ellos
fueron quienes me ayudaron a arreglar los detalles de la noche de tu cumpleaños yo no puedo pagar sus honorarios por lo que
accedí a deberles algunos favores, ello querían una cita, sus ojos se ennegrecieron.
- Yo
arreglaré esa cuenta.
- Puedo con
eso dije, no eres mi guardaespaldas.
Me acercó aún
más hacia él. –No lo soy pero me gusta mantenerte a salvo y los conozco.
- Altas
ellos no harán nada que yo no autorice,
y si no quieres que te excluya de mis planes cuando ellos exijan su pago,
entonces confía en que puedo con esto yo sola.
La noche
comenzaba a caer y mi familia comenzaba hacer trabajos de limpieza todos
nosotros, porque estábamos unidos en todo, incluso en dejar la casa lo más
limpia posible y todo en orden, sin permitir que los muchachos o los trillizos
ayudaran pues ellos eran invitados de honor, me dispuse a hacer lo propio.
Evidentemente
comenzaron las despedidas siendo únicamente Atlas quién quedó atrás para
acompañarme y continuar sumando puntos. Una vez que verifiqué que no había nada
más en lo que pudiese ayudar, me despedí de mis papás comprometiéndome a irme
con ellos el viernes temprano para pasar ese día con ellos dado que el sábado
me iría de fiesta con mis primos.
Atlas me
llevó a dar un tour por la ciudad, me pareció evidente que no sabía cómo
comenzar a empujar el tema que teníamos pendiente.
- ¿Morena?
- Mi piel
es más oscura que el resto de mi familia cómo pudiste observar, adivino que por
los genes de Ramsés. Por ello me llaman así entre otros apodos.
- Todos
pueden darse cuenta de mis intenciones por ti, incluso tu familia, pero tu…
- Bien,
bien - dije, no te haré sufrir más, esperaba
hacer la declaración del ultimátum recibido en medio de velas y una cena
pacífica, pero puedo hacerlo aquí. Acepto,
comencemos a tener una relación de
verdad… Pruébame tú a mí que estoy equivocada, muéstrame y demuéstrame que tus
palabras son ciertas con acciones que me quiten el aliento, debes saber sin
embargo que soy una persona celosa y posesiva, casi al mismo nivel en que lo
eres tú, quizás por ello te he permitido todas tus descabelladas reacciones,
aun quisiera tener esa cena que imaginé en mi mente para hablar de nosotros y
como es que cada uno espera llevar ésta relación si queremos que sea duradera,
anticipo que ambos tendremos que ceder en muchas cosas.
Evidentemente
mi declaración lo dejó helado pero satisfecho. Detuvo el automóvil tan pronto
como nos fue posible sin poner en riesgo a nadie más y me dedicó uno de sus
ricos besos que quitan el aliento inundando completamente mi boca,
permitiéndome saborearle al tiempo que me saboreaba. Tras un buen rato de besos
sin tregua, unió su frente con la mía sosteniendo mi rostro entre sus manos.
- Soy
infinitamente dichoso.
Sonreí,
sabía que me estaba metiendo en la boca del lobo por voluntad propia, pero aun
así me sentía extrañamente feliz.
- Tendrás
la cena que pides, pero la haremos comida, pasaré por ti a casa de tus papás y
comenzaremos por degustar los alimentos y posteriormente nos degustaremos el
uno al otro sin limitaciones, te mostraré en más de una manera que soy tu
pareja perfecta, pero antes... En un movimiento hábilmente ejecutado, deslizó
mi blusa dejando uno de mis hombros descubierto, me besó tiernamente para dar
paso a un beso más intenso, que tenía por objeto dejar una marca - A ti te gustan las marcas de salvajes y a mí
me gusta marcar lo que es mío, seremos una excelente pareja.
- ¿Sin
limitaciones?
- De ningún
tipo.
- Deberá
ser una celebración que valga la pena para que yo pueda acceder a tales
acciones, dije con cara de inocencia, ¿Qué clase de persona crees que soy?.
Estaba eufórica
y llena de energía, era día de peleas, y ese día descubrí el gran avance que
obtuve después de entrenar intensamente e insanamente con los muchachos, ahora era
yo un contrincante digno, no caía al primer o segundo golpe, ¡ahora realmente presentaba
pelea! Logré coordinar mente y cuerpo, dando golpes certeros y efectivos, quizás
es que mis contrincantes estaban acostumbrados a que fuera la persona más débil,
pero me encantó ver sus caras de sorpresa, cuando se percataron de mis nuevas habilidades.
Claro, pero claro que me encontraba muy feliz.
No salí sin
golpes, pero terminé saltando y aplaudiendo mientras caminaba en dirección a
los muchachos, celebrando mi pequeño triunfo, quizá para ellos no fuera nada más
que un leve avance pues se mostraron apenas complacidos y sin ninguna muestra
evidente de festejo por esa causa. En mi mente se recrearon las múltiples palizas literales que recibí durante mi tiempo con
ellos, ahora todas esas horas en las que pasé adolorida, golpeada y en el
suelo, cobraban un nuevo significado, ellos son exigentes solo para ayudarme a
avanzar, al menos ese significado le di yo.
Corrí a
abrazar a Atlas en medio de mi euforia, me abrazó aunque un poco distante. Aprovechó
ese momento enfrente de todos para retirar mi correa. Levantando la mano y
declarando en voz alta que sus labores como guardián habían terminado.
Sentí como
si hubiese arrancado un pedazo de mi piel borrándome en un solo movimiento mi
sonrisa, me faltaba el aire, quería mi correa de regreso. Me tomó fuertemente
por la cintura.
- Deben
saber todos que ahora que ya no soy su guardián ella es mi novia, por lo que continua
siendo mía.
Pasé de la tristeza profunda al asombro total, mi
rostro se ruborizó ya que los muchachos estaban presentes y guardaron un
silencio sepulcral ante aquella declaración, solo sus ojos mostraban algo de
furia y enfado por ello.
- Nadie en
su pleno juicio pensaría en ella como material para pareja – gritó Aaron.
Evidentemente
Atlas y el llevaban una historia conflictiva, sin embargo Atlas ignoró este
comentario.
Todos nos
dispersamos como dictaba la costumbre yo esperé a que Atlas me llevará a casa
de mis papás.
- Quisiera
conservar mi correa.
- Fuiste un verdadero
dolor de cabeza cuando intenté colocarla.
- Los
tiempos cambian y las personas también – me encogí de hombros.
- En esta
ocasión la conservaré.
- Podemos
comenzar con la negociación.
Me besó, literalmente me hizo guardar silencio
con un beso.
- Es tan
gratificante hacer esto, dijo, sin restricciones.
- Hazlo de
nuevo, pedí.
Ésta vez lo
hizo duradero, con sabor a felicidad.
Caminamos
abrazados, justo al salir estaba ELLA.
- Atlas,
atlas, tan rebelde como ella. ¿Retiraste la correa sin estar yo presente?
Siempre
arruinando mis mejores escenas, pensé y le odié. Él se detuvo y se cuadró. Al
final ella llevaba la razón, ella insistía en estar presente cuando las marcas
se retirarán y ella buscaría el mínimo pretexto para molestarme.
- No me
estoy escondiendo Eileen ¿quieres ejecutar el castigo ahora?
- Tengo
algo mejor en mente, ambos recibirán el castigo –sonrió diabólicamente (algo
natural en ella)
- Fui yo quien
se rebeló.
- Eso no importa,
dijo al tiempo que mostraba una vara.
- No – dije
– yo regresaré hoy con mis papás no puedo llegar así.
- ¿Acaso
crees que eso me importa?
- Aceptaré
el castigo por ambos si me permites tomarlo a mi regreso.
Levantó una
ceja y aceptó de inmediato girando en sus talones y marchándose de ahí.
- ¿Por qué hiciste
eso? Jamás aceptaré que lo hagas.
- Atlas no
puedo irme así con mis papás, además no me mostraré débil ante ella, puedes
pensar la manera en cómo me compensarás después de ello, dije. Le besé y le
forcé a olvidar el hecho con el mejor de mis besos.
Ésta relación
no sería fácil.
- Referente
a salir de fiesta con tus primos… No me parece la mejor idea.
- No veo
que tenga algo de malo, somos familia.
- Te prohíbo
que vayas.
- ¿No me
digas? ¿Y que más me prohibirás? Soy tu novia, no tu esclava.
-
Interesante.
- Iré
porque es nuestra costumbre y porque me da la gana, considérate avisado, además
ya has marcado tu propiedad.
- ¿Te
reconoces de mi propiedad?
- Difícilmente
ahora que no tengo correa, reí fuertemente.
- Eso puedo
resolverlo.
Voltee los
ojos. – Atlas mi independencia y libertad es algo que valoro y que apreciaré
que respetes si quieres llevar ésta relación por buenos términos, encontremos
nuestro punto de equilibrio. Guardó un silencio que inundó el ambiente de tensión.
- Tienes un
celular, recordó, infórmame de tus movimientos. Es una orden.
- Voltee
los ojos hacia arriba - No te haré una
promesa que no tengo la mínima intención de cumplir ¡Voy solo con mi familia!
- Es una
orden Patea traseros, si la incumples tendrás que pagar el precio.
- Pues
entonces prepara el castigo, que sea ejemplar ésta vez pues comienzo a
fastidiarme de los mismos castigos siempre.
- Bajó y
abrió la puerta, jalándome bruscamente de un brazo, ubicando hábilmente sus
labios en los míos – Eres mía.
- Soy tuya
Atlas no lo estoy negando, pero también soy libre, piensa en ello, le miré a
los ojos, le di un rápido beso, entré a casa de mis papás y abracé fuertemente
a mi pequeña hermana, necesitaba perderme en su mundo de juegos infantiles,
para olvidarme un momento del mundo que
ahora era mi mundo.
La noche
del sábado mis primos, como era su costumbre pasaron por mí a casa de mi mamá
listos para divertimos, había recibido una serie de mensajes que no me digné a
responder.
* Recuerda no desvelarte demasiado *
* No ingieras bebidas alcohólicas*
* Aun es tiempo de que decidas que sea yo quien te
transporte *
* Responde *
Hicimos la
ronda usual, de casa en casa, e íbamos acumulando una caravana de carros, todos
se emocionaron cuando les di la noticia de que iríamos al lugar a donde el
trillizo me dio el pase.
- Desde que
tienes tu nuevo trabajo, no has estado mucho en casa- dijo uno de mis primos.
Mi familia aún
cree que vivo con mis papás, lo dejamos de ésta manera, la menor cantidad de
mentiras que tuviésemos que decir, era lo mejor y eso incluía dar la menor
cantidad de información posible – Siempre puedes enviarme un mensaje si me
necesitas y sabes que estaré ahí.
- Necesitas
pasar más tiempo con nosotros, me abrazó, reconozco que es el primo que más
quiero, prácticamente crecimos juntos, somos de la misma edad y cuando la
situación lo ha requerido ha hecho las veces de “mi novio”.
Llegamos al
lugar donde entramos sin ningún problema al presentar la tarjeta que me dio el
trillizo, automáticamente nos abrieron el paso con una sonrisa de oreja a oreja
conduciéndonos a un reservado algo que era nuevo para nosotros, pero lo
agradecimos de buen modo.
Llevaron
una serie de botellas de alcohol, otras tantas botellas de cerveza y nos
preguntaron si queríamos alguna otra bebida “Cortesía de “XXX” – El Rubio.
- Debes
tener ahora muy buenos contactos y un admirador – expresó el cumpleañero.
- Sonreí - Beneficios de mi trabajo actual.
Todos
brindamos, reímos y nos dispusimos a bailar, en bola, juntos, revueltos como
hasta ahora lo veníamos haciendo. Atlas conoce mi postura respecto a las
bebidas alcohólicas, por lo que me ofendí enormemente cuando me mando el
mensaje mencionando el tema. . Entrada la noche tenía que hacer una parada
técnica, me alejé un poco de mi grupo para localizar los sanitarios.
Ahí dentro
me tomé unos minutos para olvidarme del intenso ruido, no quería reconocerlo
pero le extrañaba, y quería comenzar explorar esto de ser su novia lo antes
posible, es cierto que hemos tenido nuestras diferencias, pero también me
intrigaba como iba a ser ahora nuestra relación, me sorprendí llenando mi mente
de pensamientos respecto a él. Un par de mujeres que bien podrían considerarse
“promedio”, delgadas, rubias de salón usando diminutos vestidos y tacones
altísimos, entraron al baño, riendo escandalosamente pero de manera en la que
una era la cómplice de la otra en lo que fuera que habían hecho, dando así por
terminado mi carril de pensamientos.
- Es una
suerte haberlo encontrado aquí, dijo una de ellas. Hace meses que le he llamado
y no me ha devuelto las llamadas. Necesito hablar con él a solas, lo mejor será
que consigas como irte por tu cuenta, ya lo he convencido de que necesito que me lleve a mi casa y ambas
sabemos que Atlas y yo terminaremos en la cama, nunca ha podido resistirse ante
mis encantos, se ufanó, estoy segura que
después de esta noche, volverá a ser mío nuevamente.
La vida me
jugó nuevamente una mala pasada, sentí como si me hubieran sacado todo el aire
de mi ser, la visión se me puso borrosa, mis odios se llenaron de sangre y
palpitaban fuertemente. Salí de ahí preguntándome si habría algún otro Atlas en
este mundo. Seguí despistadamente a las chicas quienes llegaron hasta un rincón
donde estaba él sentado, se puso de pie
cuando ella se acercó. Ella se sentó a su lado deslizando su mano sobre la
pierna de él, acto seguido se abalanzó sobre él y lo besó.
¡Lo sabía, Diablos,
lo sabía, Atlas no podía ser para mí, es demasiado bueno para ser verdad!
Me acerque
a ellos, agarrando alguna bebida de un pobre individuo por el camino, ¡Había
visto suficiente! Cuando llegué ante él se sorprendió enormemente al verme y de
inmediato arrojó a su compañía a un lado, justo para evitar que le derramara la
bebida encima a ella también. Me di la vuelta y me dirigí a buscar a mi manada
pero antes de dar dos paso él me agarró por el brazo y me giró tan fuerte que
casi pierdo el equilibrio, cuando estuve frente a él, le propiné una gran
bofetada, la mano me quedó ardiendo después de eso.
- ¡Te creí!
Después de todo te creí y confié en ti. Aleja tus asquerosas manos de mí – le
grité. Ve y revuélcate con tu zorra como lo tienen ya planeado.
- Abrió los
ojos enormemente al escucharme decir aquellas palabras, Los trillizos habían
salido de-no-sé-donde y estaban rodeándonos.
- Merezco
la oportunidad de explicarlo todo.
- ¡No
mereces nada! Y me lancé nuevamente sobre él a intentar golpearlo, pero el Moreno me sostuvo para evitar hacer un
escándalo mayor, suavemente y casi sin forzarlo me condujo hacia una oficina.
- Recupérate
– dijo – no puedes regresar así con los tuyos.
- No me
permití llorar aunque estaba muy enfadada, no podría permitir que me vieran en
ese estado, respiré intentando tranquilizarme, me llevaron un vaso de agua.
Inmediatamente llegó el Rubio a aquel lugar.
- ¿Qué
hacen ustedes aquí? Creí que no querrían
fraternizar más con migo o los míos.
- Somos
dueños del lugar reconoció el Rubio, los cuatro. Atlas quiere verte, no es de
mi incumbencia después de todo, pero deberías dejarle contar su parte de la
historia.
- No, yo no
quiero verle y no lo permitiré.
Salí
rápidamente de ahí sin darle la mínima oportunidad a que Atlas me tocara, él se
encontraba de pie, afuera de aquel lugar.
- Uno de mis
primos estaba ya buscándome, tras de él estaba el ambiente propio del lugar, luces
centelleantes, penumbra, humo, y música a un volumen inmoderado.
- BB, gritó
al inicio del pasillo y agitó su mano para hacerse notar.
Le hice una
señal con la mano en respuesta y caminé hacia él.
- ¿Dónde te
habías metido?
- Solo vine
a agradecerle al gerente por las atenciones que tuvo con nosotros.
- ¡Excelente
trabajo! pero te estás perdiendo la diversión, me rodeó con su brazo por mi
cuello y me dio un beso en la mejilla. Sonreí ampliamente ocultando los pedazos
de mi corazón debajo de aquella mascara de felicidad. Afortunadamente no notó
la presencia de Atlas o los trillizos en aquel lugar.
Continuamos
por un par de horas más el festejo y después de eso nos repartimos en nuestras
casas. ¡Dioses y Demonios!, estaba deshecha, decepcionada y dolida. No puedo
decir que no lo hubiera imaginado, lo que no imaginé es que pasara en tan poco
tiempo, recree en mi mente cada uno de los pasos, cada una de las palabras de
aquella persona, como la seguí para encontrar la escena que imaginé en mi mente
miles de veces, pero ahora era una realidad: Altas, mi novio, besándose con
alguien más.
Al día
siguiente permanecí en cama más por el hecho de no querer enfrentar la realidad
que realmente por el hecho de estar cansada o agotada. Mi celular estaba
apagado y no quería encenderlo, mi estado anímico no me dio fuerza para
hacerlo.
Alrededor de medio día mi mamá tocó
a mi puerta, avisándome que mi transporte estaba ahí por mí. Diablos, era mucho
antes de la hora acordada.
Me vestí rápidamente y me disculpé
con mis papás por lo temprano de mi partida. Intentaré compensarlos dije
besándoles y despidiéndome de manera rápida. Evité a toda costa cruzar la
mirada con Atlas, y salí rápidamente de ahí. Hice mi mejor esfuerzo por guardar
las apariencias y la compostura.
- ¿Accederás
a hablar o fiel a tu costumbre te encerrarás en tu burbuja y evadirás el tema?
- Diablos
Atlas ¿De verdad tienes pantalones para realizar siquiera esa pregunta? Es claro
que esto únicamente materializa mis principales temores, que cabe mencionar, te
los externé abiertamente, no quiero formalizar nada contigo porque sé que
personas como tú, no son ni fieles ni gustan de chicas como yo, lo único que
quieres es diversión y por Dios que mi corazón estaba protegido, estaba
preparada para éstas situaciones y justo el día que decido darme una
oportunidad, para esto, el destino me muestra nuevamente lo desgraciado que
puede ser - exclamé.
- ¡Merezco
al menos el beneficio de la duda! ¡Merezco al menos que escuches lo que tengo
que decir! – golpeó el volante evidenciando su clara molestia.
- ¡No
quiero y no lo haré! quédate con tu versión de los hechos, se lo yo vi, no fue algo que me contaran o
algún chisme, decidí seguir a tu pequeña zorra cuando escuche que le decía a su
compañera que finalmente habías accedido a ir con ella a su casa y que
terminarían en la cama que siempre había
sido de esa manera.
- Me
decepcionas profundamente - dijo él- Esperaría que al menos me proporcionaras
el beneficio de la duda.
- ¿Después
de aquella escena? ¡Qué buena broma! No
tienes palabras para justificarlo.
Ante mi
sorpresa llegamos a su “salón de clase”, abrió la puerta del coche para bajar.
- Acompáñame.
- ¿Cuál es
el objeto de que estemos aquí? – pregunté.
No
respondió mi pregunta, sin embargo se quitó parte de la ropa que traía, hasta
ese momento fui consciente de que portaba los pantalones que usaba para las
peleas.
- No estás
pensando claramente, dijo, el odio te está cegando, por lo pelearemos hasta que
te encuentres tan agotada físicamente que no te quede otra opción que sentarte
a escuchar mi explicación.
- ¿Y por
qué he de acceder a tal estupidez?
- Sabes en
el fondo que quieres desquitarte de alguna manera, huir no es una solución,
tienes que enfrentar tus problemas, huyes por que no puedes controlar tu
explosivo carácter, bueno, yo te voy a dar la opción de golpearme, adelante,
dijo.
- No caeré
ante tu provocación, si te golpeo puedes argumentar insubordinación, o algo
parecido. Comencé a caminar de manera decidida hacia la puerta.
Su rostro
demostraba impaciencia, lo estaba llevando al límite de la poca paciencia que
parecía tener, se acercó a grandes pasos hasta quedar frente a mí, al tiempo
que de su boca salía la frase “ante situaciones desesperadas, medidas
desesperadas”. Me giró en mi propio eje
y comenzó a darme unas fuertes nalgadas, lo cual únicamente ocasionó que yo
intentara defenderme y de ahí de desencadenó una pelea…. Solo me hacía falta un pretexto, como esas veces que sabes que no
debes comer un “pedacito” de chocolate porque te acabaras la barra entera y
querrás más y más, al primer golpe, quise dar otro y otro para descargar por
medio de la violencia toda mi frustración e ira, como si realmente mi dolor o
su dolor pudiesen reparar mi destrozado corazón, él pocas veces se defendió e
incluso me sostuvo las veces que lancé golpes que me sacaron de mi centro de
equilibrio y sin su oportuna intervención hubiesen derivado en una caída de mi
parte, me permitió descargar mi furia, al final tenía razón, me sentía relajada
después de haber canalizado mi “stress post traumático” de esa manera. Terminé
sin aliento y de rodillas en el suelo, intentando llenar mis pulmones de aire y
mantener respiración acompasada.
Inesperadamente
me empujó hacia atrás de manera que quedé recostada sobre el suelo, él se
colocó encima de mí sosteniendo su peso en sus rodillas, sosteniendo mis manos
contra el suelo, levemente sentado sobre
mí de manera que evitara con el peso de su cuerpo que pudiera levantarme y
huir.
-
Bien dijo, ahora
me escucharás lo quieras o no.
Escaparon unas lágrimas de mis ojos, no pude evitarlo,
eran lágrimas de furia.
-Patea
traseros esperaba tener ésta conversación en otros términos y honestamente espero
contar con tu apoyo y aprobación. Laura ha sido la única pareja con quien he
estado por un tiempo mayor a un mes, no
tengo ningún sentimiento por ella, para mí es solo alguien más. Me buscó hace meses de una manera muy insistente y tú
eres la razón del por qué no respondí ninguno de sus mensajes, anoche sin que
yo la buscara coincidimos en aquel lugar, al cual fui única y exclusivamente ya
que de improvisto llegaron unos amigos a
visitarnos y los llevamos a divertirse, no había manera de que pudiera zafarme de
aquello de una manera educada, no estaba ahí por que quisiera vigilarte o por
que estuviera preparando la escena, después de encontrarnos de manera muy
insistente pidió hablar conmigo, le dediqué apenas unos momentos durante los
cuales me contó el por qué me está buscando… mencionaré como dato cultural
que ella es huérfana igual que yo, como
puedes entender su situación me invita a solidarizarme con ella. Me buscó para
pedirme ayuda, se someterá a una operación de rodilla próximamente, me pidió
ser yo quien le brinde cuidados post - operatorios, no quise negarme, solo
pienso asegurarme de que salga bien de la operación y posteriormente le ayudaré
a cubrir los honorarios de una enfermera que la cuide, estábamos hablando de
las fechas y le pedí que la operación fuera lo más pronto posible ya que será durante los primeros días de Julio en los
que yo me vaya a entrenar a otra parte del mundo.
- ¿Te irás?
- Estaba
por darte la noticia, y platicar contigo de ésta situación, de la cual
honestamente espero que me acompañes, me iré debido a que éste año ingresaré al
torneo anual, considero que tengo enormes posibilidades de ganar, ambos lo sabemos,
por lo que al resultar ganador me iré durante un año a entrenar, no tengo
intención alguna de cambiar mis planes con la promesa de que cuando la
situación sea al revés yo te apoyaré y esperaré durante ese año que te
ausentes.
- Se
estaban besando – Las palabras salieron de mi boca en casi un susurro
- Ella me
besó a mí y de haberme dado un poco más de tiempo, hubieses contemplado que me
encontraba quitándomela de encima cuando tú ibas directo a bañarnos con aquella
bebida.
- La ibas a
llevar a su casa – dije.
- No, tú le
escuchaste a ella decir que yo la llevaría pero lo cierto es que ya se lo había
solicitado al moreno, puedes preguntárselo.
- Ya no
valdrá de nada en este momento. ¡Yo también soy una persona celosa y posesiva!
- Esto solo
fue una serie de eventos desafortunados, dijo, me gustaría que confiaras más en
mí, ella no es nada para mí. Tú eres mi novia y como tal te estoy dando todo el
respeto que mereces. Si prometes que te comportarás te liberaré ahora
Asentí con
la cabeza. - No quiero que vayas que la atiendas -dije
- Creo que
entiendo tu sentimiento – recorrió el costado de mi rostro con su pulgar – me
gustaría que entendieras que ella no tiene a nadie más.
- Tiene a
la estúpida de su amiga con quien platicó en el baño, ¿Por qué tú? ¿Por qué
ahora?
- Su amiga
efectivamente es estúpida, ¿Pondrías tú, tu seguridad en manos de alguien así?,
no lo entenderás fácilmente preciosa, porque tú tienes un batallón como
familia, puedes elegir a cualquiera de ellos pero lo más importante es que
tienes a tus papás y rezo porque nunca te encuentres en la situación en la que
nos encontramos los que somos huérfanos y no tenemos a nadie más que a nosotros
mismos.
Era la
primera vez que me llamaba preciosa y eso no era jugar limpio ¡Diablos! el
llevaba un punto y un punto muy fuerte, me puse en su situación por unos breves
momentos y debe ser de lo más deprimente.
- ¿Por qué tú?
- Diablos preciosa,
deja de analizar de esa manera las cosas, ella me lo pidió porque soy una
persona confiable, es su problema si aún
tiene sentimientos por mí, yo no tengo sentimientos por ella, nuestra relación fue
simplemente sexo, nunca busque nada con nadie más, hasta conocerte a ti, te lo
he dejado saber en más de una ocasión.
- ¿Irás aun
cuando me disguste y termine nuestra relación por ello?
- Espero
tenerte a mi lado cuando vaya, dame la oportunidad preciosa
- ¿Cuál es
el objeto Atlas si te irás finalmente? Quieres jugar a un noviazgo de unas semanas y luego irte, no, lo mejor será
que terminemos aquí todo rápidamente así como comenzó.
- ¿Entonces,
no me esperarás?
- No sería
lo más sano después de ver lo que sucedió cuando solo teníamos un día juntos…
imagina un año alejados.
- Esto es
solo un bache, que debemos superar juntos como pareja.
- Tengo
mucho que procesar en mi mente déjame sola por favor, caminaré a casa.
Se quedó ahí
en el suelo y me puse de pie dispuesta a alejarme de ahí, de él, con un agujero
en el pecho, como si me hubiesen
arrancado el corazón y me hubiesen puesto el corazón nuevamente en su lugar,
pero yo aun conservaba una herida.
Llegando a
la salida estaba ella esperando por mí.
¡Genial! Pensé
ahora tengo que pasar por esto.
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