Wattpad

jueves, 17 de agosto de 2017

F. This Is Our House



Llegamos a una casa, antigua,  toda ella de color blanco y columnas antiguas muy bien iluminadas, algo que me encantó, es que tenía un gran jardín con flores multicolor, las cuales pude ver sin problema pues mantenían una excelente iluminación. Nos estacionamos a un lado de la casa, haciendo fila y atendiendo el orden de los coches que ya se encontraban ahí estacionados, se puede ver que la propiedad es grande tanto en construcción y área de jardines, comencé a cuestionarme que hacíamos en aquel lugar pero no dejé que esa pregunta nos interrumpiera.
La sonrisa de mi acompañante no abandonó su rostro durante todo ese tiempo, disfrutaba de aquello.
Él abrió mi puerta ayudándome a salir, me tomó del brazo  y me guio rodeando la propiedad hasta la puerta principal.
Ahí encontramos a una persona que estaba haciendo guardia saludó a mi acompañante por su nombre, le indicó que estaban esperando en la sala por nosotros nos pidieron los abrigos y al igual que él lo entregue a la persona que  nos recibió.
Le miraba con un rostro de total incógnita.
Él simplemente sonreía con cierta satisfacción.
En la sala se encontraban algunas personas platicando muy agradablemente, quedando en silencio al momento de nuestra entrada.
Él se adelantó un poco dejándome atrás, me llevé una gran sorpresa cuando se dirigió directamente para saludar  a lo que yo llamo una venerable anciana, a quien llamó abuela.
Posteriormente saludó a los presentes con un beso en ambas mejillas regresando nuevamente a mi lado, entonces se dirigió al resto de los ahí presentes diciendo en voz alta:
- Familia, les presento  a mi compañía de esta noche, ella es Beshakarenice hice una leve reverencia con la cabeza, levanté una mano e hice una señal de saludo hacia todos.
Realmente no sabía que más hacer, no son costumbres que conozca o practique.
Todo aquello me llenó de sorpresa y me tomó con la guardia baja, también me hizo sentir un tanto incómoda, pero solo por el hecho de no saber  con antelación hacia donde nos dirigíamos.
Estamos hablando de un numero de al menos 30 personas, con abuela incluida, aquello era demasiado, acababa de dejar un mundo atrás donde no tuve que lidiar con familiares de ningún tipo.
Principalmente las mujeres de la familia se acercaron a saludar y a darme la bienvenida, él las iba presentando cada vez, hermana, cuñada y finalmente madre.
Había reconocido a algunos de ellos, algunos otros no, pues todos ellos son una familia que vive debajo de los flashes de las cámaras, su apellido es reconocido en el medio del espectáculo, ahora cobra sentido la casa, el guardia de la entrada… todo.
¡Gran impresión la mía! Me pregunto si hubiese sabido aquello me hubiera preparado diferente, aunque lo más seguro es que aprovechando cualquier pretexto no hubiese accedido a ir.
- En verdad esto es una gran sorpresa, le dije al oído, una vez que el  resto de los  ahí presentes dejaron de prestar mayor interés en mí.
- Solo  espero que no salgas huyendo, me dio un beso en la mejilla y me tomó por la cintura, conduciéndome hacia un lugar en la sala.
Sin previo aviso me dejó ahí rodeada de las mujeres de su familia.
Por su parte se fue a charlar con los caballeros presentes. Obviamente no dije nada, aguanté valientemente hasta que su abuela decidió iniciar la conversación.
- Creímos que no eras real, dijo sonriendo y observando al resto de las mujeres ahí presentes.
- ¿Disculpe?- pregunté
- Cuando XXXXXXXX nos avisó que vendría acompañado, creímos que no sería verdad, pues le hemos pedido que nos presente a sus acompañantes, pero nunca   ha decidido traer a ninguna de ellas.
Sonreí pues sin duda  es el mejor halago que pude haber tenido en toda la noche.
- Ha pues, aquí me tiene señora, completamente de carne y hueso.
El resto de las mujeres sonrieron.
Su hermana le pidió que guardara silencio pues podría asustarme, a lo cual no pude más que reír un poco pues efectivamente estaba a nada de tener un ataque de pánico ahí mismo.
Acto seguido anunciaron el momento de la cena, pude darme cuenta que la caballerosidad era requerida en aquella familia sentándoles muy bien, cada uno de los miembros masculinos ahí presentes, escoltó a su compañera  hasta la mesa, donde durante la cena hubo brindis, risas , llanto, pero el discurso más emotivo lo dirigió la abuela, diciendo que  no había mayor felicidad  en este mundo que la de tener a su familia reunida, incluyendo aquellos que ya no la visitan con la frecuencia que debieran hacerlo, esto me sonó familiar, todos los abuelos opinan de una manera similar.
Cuando pasamos al postre mi anfitrión, me preguntó si la sorpresa me había agradado, le respondí que me había tomado por sorpresa y que sin duda había sido un giro agradable, me regaló un beso en la frente y continuó la charla en la mesa.
Al llegar al momento del postre el papá de mi anfitrión, se levantó y alzando su copa dijo:

            - Como ya es costumbre en ésta familia, el momento del postre es el momento de los anuncios, yo comenzaré anunciando, que me encuentro próximo a aprender un nuevo idioma.
Todos levantaron sus copas y brindaron por ello, hubo aplausos también, obviamente yo no entendía mucho, pero todos ahí mostraban una gran atención y celebraban  ante éstos anuncios, fuere cual fuere.
Cuando el papá terminó de hacer su anuncio, un hermano de mí acompañante, se levantó para anunciar por su parte que aprendería a tejer, así uno a uno dijeron sus anuncios, cuando  pareció que todos hubieran terminado mi apuesto acompañante  se puso de pie para iniciar su anuncio.
- Estimado público (los saludó de manera teatral con una mano al frente la otra atrás y haciendo una reverencia) me complace anunciar que hoy le pediré a mi acompañante ser mi pareja, esperando una respuesta positiva de su parte.
Era de esperarse que un gran silencio reinara en el comedor y que todas las miradas estuvieran puestas en mí, esperando supongo una respuesta. Para mi alivio su hermana tomó nuevamente la palabra.
- Familia – dijo - ¿Donde hemos dejado nuestros modales? No hemos permitido que nuestra invitada, realice su anuncio esta noche.
Ella comenzaba a caerme realmente bien.
No puedo decir que fue lo que yo esperaba para salir de ésta zona  tensión pero ayudó, me levanté e hice un anuncio completamente apegada a lo que yo había visto.
Apreciable familia, me complace anunciar que, he decidido aprender repostería, por lo que espero estar muy pronto cocinando para todos ustedes, habiendo dicho esto, sonreí y me senté.
El resto de los integrantes de esa familia, se miraron aplaudiendo y animándome.
Extraña tradición, pero linda – pensé sin dejar de sonreír, solo que mi sonrisa toda la noche fue simple y llanamente de nervios.
Finalmente, todos quedaron expectantes, sin embargo no era mi intención, el dar una respuesta ante todo el público.
Posterior a una muy breve sobremesa algunos de los integrantes, se levantaron y formaron pequeños grupos, por un momento olvidaron que me encontraba entre ellos.
En ese momento decidí salir al balcón a tomar un poco de fresco, acto seguido se presentaron la abuela, guiada en su silla de ruedas por la misma joven de antes, la guapísima hermana de mi acompañante, por supuesto y haciendo gala de mis buenos modales, me senté en una de las sillas  que situaron ahí supongo que para los días con un clima más agradable que el de aquella noche.
- Hola - dijo la anciana.
Sonreí, mientras la miré.
- Veo que no eres de por aquí, dijo.
Reí nerviosamente, pues ahí estaba yo, una morena de fuego, cabello negro azabache, estatura de  1.80 lo cual es alto para el promedio de mi familia, pero aquella familia era una familia de modelos, actores y la genética de su lado, todos ellos rubios naturales, con ojos claros, su complexión es delgada, claro que llamé la atención en cuanto ingresé en aquel lugar.
- Así es señora, soy de México, por azares del destino estoy por acá.
Estoy segura de que la última información era innecesaria, mi subconsciente me traiciona.
- Querrás decir, por alguna decisión que tomaste, me corrigió.
Sonreí.
- Correcto señora -  dije al tiempo que traté de disimular mi asombro, pues sabía  de sobra que eso era 100% verdad.
- ¿Te quedarás mucho tiempo acá?
- Tengo planeado quedarme unos meses, respondí tratando de no dar una respuesta tan específica, no al menos como ella lo esperaba.
- Si te quedas el tiempo suficiente puedes acompañarme a celebrar mi cumpleaños.
Tomó mi mano mirándome a los ojos, su mano era cálida y suave propia de las personas de su edad.
De inmediato la joven que le acompañaba la miró con rostro de total asombro.
- ¿Celebrarás este año, tita?
- Estoy pensando que es un buen año para hacerlo, veo que a ésta familia le vienen cosas buenas,  antes de que los abandone quisiera verlos a todos festejando y tan felices como lo están ahora.
- Deberían reunirse más seguido -  dije quizás sin pensarlo.
- Desearía tenerlos cada fin de semana, dijo ella, pero todos tienen ahora su vida, y es complicado reunirlos.
- ¿Cuándo será su cumpleaños? – pregunté
- 2 meses exactos.
Asentí sonriendo
- La joven que la acompañaba, regresó un momento al salón, dejándonos solas por unos instantes, hasta donde alcancé a escuchar, fue una gran noticia que la abuela tuviera ánimos de celebrar,  supongo que ella regresó a dar la gran noticia. Sin ningún aviso la abuela comenzó a hablar.
- Aparentas ser una persona decente - dijo-  y puedo ver que tus ojos reflejan tristeza, mi nieto, nunca antes había traído a una mujer a esta casa antes de ti, supongo que eres muy especial para él, por ello siempre serás bienvenida.
¡Diablos, Hasta ella podía ver que mi vida era un total y reverendo desastre!
- Gracias respondí, es usted muy amable.
- Si tienes planeado quedarte el tiempo suficiente, quizás quisieras que te dé algunas clases de cocina – guiñó un ojo.
- ¿Haría usted eso por mí?
- ¡Claro! exclamó la anciana, de esa manera, podré conocerte mejor.
- Tendré que pedirle a XXXXXXXXX que me  enseñe a llegar hasta acá.
- O pudieras quedarte aquí, dijo ella, la casa es muy grande.
- Oh, exclamé, no sé si eso será apropiado.
- Abuela, interrumpió XXXXXXXX, por el momento ella necesita su espacio, no sé si su plan pueda llevarse a cabo, necesitamos platicar de algunas cosas.
Por su respuesta supe que llevaba tiempo escuchándonos. Le dio un beso en la frente, y le dijo que la conduciría hacia el salón nuevamente, éste clima no era el mejor para ella.
- ¿Le has dicho nuestra principal regla para traer acompañantes? – Cuestionó la anciana a mi acompañante.
- No es el momento
Les miré pero nadie dijo una palabra más al respecto, ya tendría la ocasión de cuestionar a uno o al otro.
Pude deducir que la decisión de la abuela respecto a festejar su cumpleaños desató un frenesí, ya que  todos ahí  comenzaron a planear una y mil maneras de festejar.
Pasaron quizás un par de horas más y él dijo que era hora de partir, por lo que nos despedimos de la misma manera en la que llegamos.
Mientras conducía de regreso hacia el departamento, él dijo:
- Mi abuela es todo un personaje Princess, la idea de que tomes clases de cocina con ella no es algo que me entusiasme.
- Por el momento no tengo nada mejor por hacer,  tu abuela se siente sola, yo perdí mi abuela hace años,  la sabiduría de una anciana y su compañía en estos momentos es algo que puedo apreciar, adicional a que no tendría que pasar tanto tiempo sola, y estaría en una propiedad con la que no pueden relacionarme, prometo comportarme.
- No es por ella que temo ¡Es por ti!.
- Jaja, dije, por Dios, no seas melodramático.
- No soy tu dueño y no pretendo decirte lo que hagas o dejes de hacer, simplemente me gustaría que mantuvieras tu distancia.
- No tengo nada mejor que hacer, puedo brindarle compañía a tu abuela en tu representación.
- Princess, no digas que no te lo advertí. Ella no es tonta, sabe que tu y yo estamos viviendo juntos y ella se encuentra esperando el anuncio de una boda en un corto tiempo.
Le miré directo a los ojos.
- Si Princess, Nuestra boda. La principal regla para llevar a una mujer a esas cenas es que debe ser tu prometida o esposa.
Aquello me dejó con la boca abierta.
- No sería la primera vez que lidio con estas cosas – dije  de manera despreocupada.
Sonrió de una manera divertida, y aceleró un poco más.
- Por ahora la única respuesta que me interesa es la tuya.
¡Dioses y Demonios! – Aquí vamos…
- No. dije, jugueteando un poco.
- ¿Esa es tu respuesta? Me miró un poco asombrado.
- No he terminado, no es la manera de pedírmelo. Aún no escucho la propuesta, hasta donde a mi concierne, tu hiciste pública tu decisión, sin embargo, a mí no me has preguntado nada.
Soltó una carcajada.
-  Nada es sencillo contigo, ha.
 Llegando al estacionamiento, me abrió la puerta y me tendió su mano para que la utilizara como soporte y pudiera salir de ahí,  al tiempo que salía, me tomó  por la cintura y me recargó en el coche, su mano izquierda estaba recargada en la ventana del coche, de esta manera, no permitía que su cuerpo se juntara contra el mío, con su mano derecha, acariciaba mi rostro, me hizo dar unos pequeños gemidos, a esta altura,  ¡Yo lo deseaba! Ahora era el momento en que mi vida con él comenzaba.
- Beshakarenice ¿quisieras acompañarme por esta aventura llamada vida, decidiendo aquí y ahora, ser mi novia y de ser posible mi esposa?
- Por supuesto - dije - tardaste mucho tiempo en pedirlo, tomé su rostro con mis manos y lo besé, lo besé al punto de quedarme sin aliento, tan profunda y deliciosamente que pareció que el tiempo se congeló por unos  instantes, esos instantes que pasaran en tu memoria por el resto de tu vida.
Pasamos a la habitación directamente del estacionamiento, mientras exploramos nuestros cuerpos mutuamente, la frase que lo definiría perfecto es un acoplamiento en menos de 3 minutos, yo ansiaba este encuentro, mi cuerpo contenía ya  un alto grado de estrés, por lo que esta sesión era mandataria.
Su momento de placer, llegó poco tiempo después del mío, puedo suponer que éste encuentro era deseado también por él. No terminamos de quitarnos por completo la ropa, nos dimos cuenta de ello, mientras  recuperábamos el aliento, para pasar a disfrutarnos entre besos y caricias de una manera más lenta sin dejar espacio sin explorar.
Pasamos casi toda la noche disfrutando de un placentero sexo, sin prisas, sin miedos, en entrega total.
En mi mente no pude evitar hacer comparaciones, me auto –regañé por eso.
Me sentía segura entre sus brazos, me sentía bien con su compañía.
Pero no es Atlas.
            Miró el reloj.
            - ¿Tienes alguna cita?
            Me abrazó y me cubrió de besos.
            - No te molestes, solo estoy verificando cuantas horas tenemos juntos antes de mi partida.
            ¡¡Por todas las emociones vividas en las últimas horas, olvidé hacerle esa importante pregunta!!
            - ¿Y?
            - Pasemos juntos el día de hoy, o lo que resta de él. Mi avión parte en la madrugada.
            - Me gustaría llevarte al aeropuerto, quiero pasar hasta el último segundo junto a ti.
            - Habrá gente con cámaras en el aeropuerto…
            - Eso es un fastidio – declaré.
            - La cuestión, sin embargo, es que en caso de que una foto tuya fuera publicada a mi lado…
            - ¡Lo sé! Esto no está resultando tan divertido como lo planee.
            - Tampoco lo es para mí. Veamos el lado positivo. Estaré fuera por tres semanas, pero regresaré por poco más de un mes, será hasta después del cumpleaños de mi abuela que me marcharé nuevamente.
            - ¿3 Semanas? ¡Eso es una eternidad!
El rio.
- Intenta mantenerte ocupada, el tiempo pasará volando. A mi regreso y si quieres podemos visitar alguna playa…
- ¿Vacaciones?
- Si…
- ¿Puedo planearlas?
Carcajeó
- ¿Has encontrado algo en lo cual mantenerte ocupada?
- Creo que sí.
- ¿A dónde quieres viajar?
- Sorpréndeme. Dejaré una de mis tarjetas para que puedas hacer reservaciones.
- ¡Dividamos los gastos!
- Un año – Me recordó-
Voltee los ojos y el me besó en respuesta.
- Serán unas vacaciones cortas entonces.
- Eso lo decidiremos sobre la marcha.
Acompañó ese último comentario con un pellizco de nariz que me hizo dar un pequeño brinco.
Era casi medio día cuando por fin pudimos vestirnos para poder salir, nos llevó a un lugar donde comimos una gran ensalada, el anuncio de la entrada decía algo así: “Aquí servimos todos los platillos realizados en el momento, no servimos comida previamente procesada o refrigerada, si usted tiene prisa, le invitamos a regresar después con más calma, ya que nosotros no servimos comida rápida”.
El letrero me gustó y la comida me encantó, pues ciertamente la calidad del producto se puede valorar desde el primer bocado.
Las personas de aquel lugar saludaron efusivamente a mi acompañante quien me presentó sin demora.
- Eres muy popular por estos lugares
- Es mi lugar de nacimiento, mis papás y ahora nosotros somos figuras públicas, lo que hace casi imposible permanecer en el anonimato. Cuidamos cada uno de nuestros pasos – complementó -.
- Es arriesgado entonces que yo ande vagando por aquí, si los muchachos…
- Los muchachos no irán de puerta en puerta preguntando si te han visto Princess, estoy seguro que ellos tienen otros medios, que me hubiesen buscado al inicio, fue un acto desesperado quizás de Atlas, pero no de ellos.
Le miré sabiendo que tenía la razón.
Al terminar nuestra abundante y sana comida, me mostró algunos lugares interesantes del aquel lugar, pésima idea la de llevar tacones cuando caminarás por largos tramos.
Veía tan feliz a mi acompañante, que decidí no solicitarle descanso y esforzarme un poco en sonreír y aguantar ¡Vamos! No es la primera vez que lo hacía.
Caminamos por callejones donde vendían artesanías algo a lo que no puedo resistirme, realicé compras de chucherías, patrocinadas por mi acompañante y compramos un pan que venían por ahí.
Al llegar al coche, finalmente retiré mis zapatos para descansar un poco.
Lo bueno era que el regreso a casa tomaría algún tiempo mismo que sería suficiente para descansar.
Lo malo fue que se me hicieron unas ampollas horribles que mi acompañante descubrió.
¡Se puso como energúmeno! Una faceta de él que desconocía.
- ¿Cuál es tu molestia si al final de todo la única afectada soy yo?
- ¡Mira tus pies! Pudiste haberme dicho desde un inicio y así evitarte todo esto.
- No quería arruinar la tarde.
- Pero si arruinaste la noche.
- No es nad….
Golpeó el volante en repetidas atenciones y eso sí que llamó mi atención. Un arrebato que no esperaba.
- Cálmate por favor…
            Intenté colocar mi mano sobre su hombro solo que él lo impidió en un solo movimiento.
            Guardó silencio.
            Se detuvo en una farmacia, bajó y regresó al coche sin decir palabra.
Intenté hacer plática, solo que parecía que estaba recitando un monólogo ahí mismo por lo que desistí.
Al llegar estacionó el coche y salió de ahí en franca molestia siendo la puerta el objeto de su furia.
Abrió la mía, yo pensé en bajar descalza, pero él me llevó en sus brazos.
¡Aquello era vergonzoso!
- ¡Puedo caminar!
- ¡Puedo cargarte! – respondió en el mismo tono.
Era un poco incómodo, no estaba acostumbrada a aquello, y más molesto era aún el pensar que yo podría sanar aquellas heridas en cuestión de segundos, sin embargo no lo haría para no activar mi energía en caso de que alguien estuviera cerca y buscándome.
Me lavó las heridas dentro de la bañera, y realizó unas  curaciones básicas, pero la tensión en el ambiente era evidente.
- Mírame, le pedí.
Simplemente no lo hizo.
Cuando terminó me cargó para trasladarme hasta la cama.
Intenté retenerle pero fue en balde, él se libró de mi agarre y salió de ahí.
No era la manera en la cual había planeado que las cosas sucedieran.
Esperé el tiempo suficiente para salir a buscarle pero no había nadie, nuevamente me encontré sola en la casa.
No fui consciente de cuánto tiempo pasó, me dormí sobre el sofá esperándole.
            Me despertó un suave beso en la sien.
            - Ahora debo irme – fueron las únicas palabras que dijo.
            - Lo lamento.
            - Yo también.
            Se puso de pie y le vi alejarse.
            Esto no estaba resultando divertido, o al menos no como yo lo esperaba.

CONTINUARÁ

No hay comentarios.:

Publicar un comentario