- Kevin.... esto… esto no puedo aceptarlo. Cerré la caja y se lo
entregué de regreso.
- Tíralo entonces – comentó fríamente.
- Tu no entiendes –traté de suavizar mi tono de voz -No podría hacerles
eso a ti o nadie de aquí, ¡Intenta colocarte mis zapatos¡
Medité muy bien mis palabras antes de comenzar a hablar nuevamente.
- Yo no me quedaré al final de esta
película. Esto para mí solo es una experiencia de vida, una vez que haya
desarrollado mi energía, cuando finalmente tenga la oportunidad de mostrársela a Ramsés entonces me iré, me
despediré para siempre de este mundo, aceptaré las consecuencia y que quizás
ellos no quieran volver a saber de mí, se sentirán traicionados por todo lo que
han invertido en mí, tanto en tiempo como en esfuerzo. No podría pedirte que
dejaras atrás todo esto solo por mí, no sería justo ni para ti ni para nadie,
por ello intento mantenerme al margen pero ustedes, por Dios que me lo están
haciendo muy complicado.
- No tendrías que hacerlo, tomaría la decisión por mí mismo. Cuando
llegue el momento si tú portas ese anillo, sin dudarlo estaré a tu lado, puedo
dejar todo atrás con la misma facilidad que tú, por ti, solo por ti, mi deuda
con ellos quedó saldada al ser ganador del Torneo Anual.
- No creo que a Eileen le cause mucha gracia que lo hagas e incluso creo
que ella no llegue te dejará hacerlo. Llevo muy poco en ésta vida pero llevo lo
suficiente para ver que a los ganadores
de ese Torneo los porta como un trofeo.
Él sonrió ampliamente.
-No te pre – ocupes. ¿Quieres? En su momento tomaremos las acciones
necesarias.
¡Esta gente Dios por qué disfrutan
de complicarme más y más la vida!
- Pero…
- Guárdalo, no tomes una decisión ahora ni mañana, tómala cuando el
momento llegue, cuando te sientas confiada de hacerlo, no te anticipes.
Como la mayoría de las veces, él tenía la razón y por ello suspiré, tan
lindo conmigo como siempre lo ha sido, tan caballeroso, odiaba que lo fuera
aunque no preferiría que fuera lo contrario.
Regresamos tomados de la mano, solo para tomar nuestras pertenencias e
irnos al aeropuerto. Por las fechas aquello sería un verdadero caos.
- ¿BB?
- ¿Si?
Se detuvo en seco y me tomo por los hombros.
- Debo confesarte algo más. César me pidió que me quedara a tu lado cuando
ellos fueron arrastrados por Eileen de regreso.
-Eso no es noticia nueva - le dije sonriendo.
- Eileen no lo sabe y yo simplemente he ignorado sus llamados, a mi
regreso seguro estoy de que me estará
esperando su guardia y después no se bien lo que sucederá, te pediré algo a
sabiendas que de no me obedecerás, pero haz lo posible, no digas ni una sola
palabra.
- ¡Como si eso fuera a ser posible! Ese pequeño pedazo de mujer...
irritable mujer, daré pelea ¡Claro que daré pelea!
Él sonrió y me regaló un
apasionado beso aprovechando que nadie
nos miraba, sus traviesas manos exploraban mi cuerpo más y más profundamente en
cada ocasión, era como correr hacia un precipicio y detenerte unos metros antes
de caer en picada y sin retorno.
Esto de viajar sola o con una pareja como si fuésemos recién casados me
estaba encantando, solo esperaba que algún día lo pudiera hacer por placer
simple y llano y no por las causas que últimamente me han forzado a hacerlo.
Descubrí que me gustan los aeropuertos sobre todo las tiendas de
recuerdos, compré muchas cosas para regalar otras tantas para mí y me regañé
mentalmente, mis papás no me enseñaron a despilfarrar el dinero, y no es que
ahora me sobrara pero podía darme aquellos lujos.
Viajé sobre las nubes sin alcanzar mis sueños en aquél pájaro de metal,
cruzando los mares para llegar a mi hogar, dulce hogar.
Nuevamente tuve un sueño tan vívido con Atlas como él único habitante en
él, solo que ahora… ahora solo peleamos, como era nuestra costumbre, eso no lo
hago con Kevin y sin duda es un gran pro para él.
Es extraño si lo pienso detenidamente, pues siendo éstos mis sueños
debería hacerlos placenteros en lugar de hacerlos una completa y total
pesadilla, Atlas y yo nos encontramos en medio de la nada, él se encontraba entrenando,
su cabello y barba descuidado, su cuerpo golpeado y él insistiendo que debía
regresar en cuanto descubrió que le observaba.
- Esto no es un sueño, insistió nuevamente.
- Diablos Atlas, deberías ser más dócil al menos en mis sueños.
- Ven – acompáñame.
Nos guio rápidamente por algún camino que nos conduciría a algún lugar,
no sé decirlo adecuadamente porque todo en mis sueños es confuso.
- Patea traseros ¿Qué has estado haciendo últimamente? – realizó la
pregunta muy interesado.
Pensé que este sueño estaba siendo realmente muy raro pero lo
aprovecharía…
- Estoy viajando de regreso a casa.
- ¿Dónde estabas y quien viaja contigo?
- Estaba en Suecia y viajo con Kevin.
Me miró sorprendido pero no enfadado.
- Hablando de eso Altas, sé que esto es solo un sueño, sin embargo
quiero hacer una confesión al menos por aquí. Levanté mi pierna y retiré mi
brazalete. Te hago entrega de esto –
dije, últimamente me he cuestionado si debo o no continuar usándolo. No te
estoy siendo fiel – confesé finalmente. Eso me ha tenido debatiéndome en una
lucha desenfrenada con mi conciencia y quiero estar finalmente en paz. Tú
terminaste conmigo y me lanzaste a los brazos de Kevin. ¡Tú pedazo de idiota!
No te diste cuenta que realmente estaba perdidamente enamorada de ti desde el
día en que te vi.
La figura de Altas permaneció inmóvil, sorprendido y con el rostro
descompuesto.
- No tomaré nada de regreso – dijo él. Hablemos frente a frente no de
ésta manera cuando te apareces de ésta manera frente a mí. No me importa en lo
más mínimo si consideras que estas siendo infiel, no tomaré esa pulsera de
regreso. ¡Eres mía, solo mía!
- Fui tuya Atlas, pero ahora….
- Haz lo que desees, a mi regreso resolveremos esto - levantó las manos
al aire.
¡Diablos! Esto no está resultando nada bien.
Pateo un árbol y casi lo derriba, se está convirtiendo en alguien
temible y muy fuerte.
- ¿Deseas besarte y revolcarte con Kevin? Hazlo, no necesitas mi
permiso. Cumpliré mi promesa a mi regreso.
- No estas siendo razonable.
Escuchamos movimiento a la distancia.
- Regresa ahora, dijo colocando su mano en mi pecho, una luz se
desprendió de su palma y… lo siguiente que recuerdo es haber despertado de un
sobresalto y estar en el avión a un lado de Kevin.
-¿Pesadillas?
- Algo así – dije no muy convencida y respirando agitadamente.
Me toqué el pecho justo donde su mano se había ubicado, al tacto esa
área estaba caliente, más caliente de lo
usual, sentí nítidamente la mano de Atlas sobre esa área y la energía que
desprendió hacía apenas unos momentos. Una energía que me resultaba familiar y
al mismo tiempo diferente, era la energía cálida y limpia de Atlas, pero ahora
era más intensa y poderosa.
Comencé a cuestionarme si lo que él decía era verdad, si aquello no era
un sueño, si yo realmente de alguna
extraña manera me hubiese transportado hasta allá, pero de ser así Kevin
hubiese dicho algo ¿Cierto?
Kevin me observaba estudiando cada uno de mis gestos.
Pensé que si él no decía nada, no lo diría yo tampoco, él no tiene
secretos para mí, pero no veo que deba de hacernos pasar un momento incómodo
mencionando a Atlas cuando no tiene relevancia, así que elegí permanecer en
silencio.
- Permíteme – dijo tomando uno de mis pies con la única intención de
proporcionarme uno de los deliciosos masajes que solo él sabe dar.
Por unos breves, muy breves segundos se detuvo a observar que en mi pie
ya no llevaba la pulsera de Altas.
¡Dios entonces aquello no fue un sueño! En ese momento fui consciente de
que la tenía presionada entre mis manos, quizás entonces la tomé en algún punto
mientras estaba dormida…
Ese fue el momento donde fui completamente consciente de que él había
logrado que me cuestionara si Atlas era lo que deseaba en mi vida con todas sus
mentiras y negociaciones excitantes o bien si lo que deseaba era la honestidad
y calidez de Kevin, mentalmente y sé que pronto lo pondría por escrito, estaban
en una lista todos los pros y contras de ambos, pensé en ello casi durante todo
el vuelo de regreso, hasta que la cabeza inevitablemente me dolió.
Aterrizamos sin contratiempos o novedades por reportar a la ciudad más
grande del mundo, siendo entre el caos y la contaminación que al llegar descubrimos
a los muchachos esperando por nosotros, los extrañé claro que los extrañé, ¿Qué
clase de persona sería si no lo hubiese hecho?
Me lancé directo a abrazarlos y lloré de felicidad. Mi rostro ahora
tenía un mejor color y en general mi estado anímico era mucho mejor, obtuve la
aprobación de Mario apenas me vio y eso ya era mucho decir.
Por la época ellos decidieron que lo mejor era ir por nosotros a fin de que estuviésemos en casa lo más
pronto posible, el viaje fue cansado y muchas celebraciones estaban en puerta,
no sería lo más sensato faltar a ninguna de ellas, después de todo lo sucedido
y por la paz mental de mis papás.
Ese año celebramos navidad en casa de los muchachos y mi familia llego
ahí.
Esto a la larga se convirtió en
tradición debido a mí rebeldía, las circunstancias, la luna, Dios y el demonio
pero al final, en esa fecha mi familia energética y mi familia sanguínea convergían
y se convertían en una sola. Poco a poco más de ellos se nos unían después de
todo solo se tenían entre ellos como su familia, sintieron curiosidad y al
pasar de los años la celebración se convertía en una fiesta de al menos 80
personas, nada pequeño pero ese día era esperado por todos.
En ese punto les daba la razón, yo tuve el privilegio y el honor de
formar parte de una familia desde el momento en que nací, para bien o para mal,
en las buenas, malas y en las peores siempre estuvimos juntos, nunca, nunca
estuve sola o padecí falta de amor. Aquello era algo que ellos no tenían ya
ahora podía unirse a nosotros aunque solo fuesen miembros honorarios.
Aquel año Kevin compartió con nosotros como un miembro más de la
familia, lo cual derivó en un cuestionamiento de mis padres referente si cada
año cambiaría de modelo de novio aun cuando Kevin no se había mostrado cariñoso
o nada por el estilo, para estos casos mis papás al menos son como un radar.
Los muchachos estuvieron al margen de aquella discusión que no se hizo
esperar, mis papás estaban mostrándose claramente en contra de aquella vida.
- No son momentos para discutir - dijo Mario, tenemos mucho que celebrar
este año.
Y aun cuando Mario fue un excelente mediador mis papás no quitaron el
dedo del renglón.
- Él y yo no estamos juntos como pareja. Kevin fue entrenado por mis
tíos al igual que lo fue Atlas, pera ellos es como un hijo, estuvo ausente un
tiempo y ahora que ha regresado es normal que pase tiempo aquí, y por
consiguiente que se fomente la confianza entre nosotros.
El me ayuda a perfeccionar mis habilidades, y es inevitable que al pasar
tanto tiempo juntos se creen lazos, pero no es nada de lo que se están
imaginando.
Aun cuando la respuesta no los dejó completamente convencidos, dejaron
el tema por ese momento.
- Es momento de abrir los regalos - interrumpió alegremente César cortando
cualquier rastro de tensión en aquel lugar.
Tal como el año anterior ellos se habían encargado de todo. Había
numerosos regalos para cada uno de ellos.
Mis hermanos sobre todo estaban encantados.
Mis papás mencionaron algo de que nos estaban malcriando y con la única
persona que tenían responsabilidad era con migo.
-Ahora somos familia - dijo
Mario.
- Lo hacemos de corazón – Mencionó Cesar.
- Si BB está feliz, nosotros somos muy felices y una gran parte de la felicidad de ella es que su
familia este bien, nosotros podemos cooperar con ello – dijo Bruno.
Aplaudí aquellas declaraciones.
- Todo conlleva un precio y no quiero pensar que mi hija tendrá todo
esto sobre sus hombros – declaró mi mamá quien tenía como deporte arruinar las
fechas especiales con comentarios como éste.
- María, habló Jason – Las cosas son diferentes para ella de lo que son
para Ramsés. Ella nos tiene a nosotros, El mundo que viviste a un lado de
Ramsés no es nada comparado a lo que vive tu hija, lamento que tengas esa
impresión.
Supe por aquel comentario varias cosas. La primera y quizás la más
importante, era que mi mamá vivió una verdadera aventura de la mano de Ramsés y
quizás nunca conoceré los escandalosos detalles.
Segundo, mi mamá no se resignaría jamás que yo hubiese elegido aquella
vida y se manifestaría en contra a cada oportunidad.
Tercero, que por más que lo negara yo era igual que ella ¡En muchos
aspectos!
El resto de la noche la pasamos en relativa paz. Cedí mi habitación par
que mis hermanos pudiesen descansar en ella y Mario cedió la suya para mis
papás.
Tuve que encerrarme en el baño para poder desearle una Feliz Navidad a
distancia a mi amigo cibernético, pues no me perdonaría si no lo hiciera. Ahora
tendré que ponerme más creativa para esconder el celular extra y mi relación
con él. Se convirtió en mi secreto y eso me agrada, un secreto en aquella vida
donde los muchachos conocen cada uno de mis pasos, donde mi mente va gritando
mis pensamientos y donde todos absolutamente todos leen mi energía como un
libro abierto.
Kevin me abordó apenas salí de aquel lugar, me sobresalté por ello.
- Felices Fiestas dijo estirando su brazo con un pequeño regalo
- Kevin… yo no tengo nada para ti.
- No es mi intención recibir algo a cambio, lo vi y me gustó para ti.
Le abracé fuertemente sintiendo una cálida energía en mi corazón él era
quien se lo estaba ganando, si, él era el elegido.
A la distancia escuchamos que se aclaraban la garganta, aunque palidecí
por unos momentos para nuestra fortuna era César.
Después de eso nos despedimos a fin de no tentar más al destino, después
de todo mis papás aún seguían bajo aquel techo.
Las despedidas no son lo mío y después de pasar más de unas horas con
mis papás es nostálgico y algo depresivo decir adiós.
Un acto no deseado pero necesario.
Los siguientes días se convirtieron en un verdadero tormento. Mario
realizó exhaustivas pruebas de resistencia, sangre, psicológicas e incluso ¡Pudo
haber realizado la autopsia si le venía
en gana! Está ocasión colaboré alegremente aunque por dentro estuviese
pensado otra cosa, (me sorprendí a mí misma ya que casi no me resistí) ¡Quería
comenzar a entrenar! ¡Pero ya!
No vi a Kevin durante esa semana si no hasta pasado el Año Nuevo, pues
tal como lo había vaticinado Eileen acaparó su atención, lamenté no haber
estado presente para presentar batalla, no es que fuera a ganar o nada por el
estilo pero la cuestión era no dejarle irse limpia, creo fielmente que el hecho
de que los muchachos me mantuviesen ocupada, tenía que ver con éste hecho.
Comencé el entrenamiento bajo estricta supervisión, nunca, léase ni para
ir al baño estaba sola, los muchachos llevaron sus guardias a otro nivel.
Está vez mis entrenamientos estaban llenos de energía, motivados por lo que
fuere que había hecho Ramsés o quizás solo éramos yo y la magia contenida en
mí.
En los pocos momentos que teníamos Kevin y yo a solas continuábamos con
el manejo y control de mi energía que cada vez se incrementaba e incrementaba,
con su ayuda logré manejar mi energía a voluntad, logré replegarla y lo mejor
de todo es que había logrado levantar muros mentales de manera que ni él ni
nadie que tuviese esa facultad podría rondar en mis pensamientos sin mi
autorización.
¡Al fin estaba a la par de todos ellos!
Ella me miraba atentamente y yo me sentía orgullosa de mis avances, durante
la siguiente evaluación estaba segura de que ejecutaría un papel mejor que en
las ocasiones anteriores. Podía pelear como uno de ellos, recibir golpes como
uno de ellos finalmente estaba preparada para reclamar mi sitio en aquel lugar,
no solo como la hija de alguien si no como alguien que se esforzó y ganó un
lugar por méritos propios.
Llegaron noticias del bombón suculento, quién de pasó esta decir
complicó la relación entre Kevin y yo innecesariamente, pues me enviaba flores,
melosos mensajes, como si él y yo tuviésemos una relación. Ocasionalmente
marcaba a mi celular para platicar.
¿Por qué continuaba contestando aquellos mensajes?
Tontamente me hacían sentir especial, como si todos los que me rodeaban
no lo hicieran ya. Pienso que es la naturaleza del ser humano, querer más,
siempre más, alimentando esa vena de la avaricia.
En uno de los mensajes recibidos me comunicaba que el concierto que
estaba esperando, se había retrasado un mes debido a problemas de agenda.
Los mensajes que él me enviaba y que yo tontamente leía y respondía
brindándoles una importancia indebida, crearon ciertas molestias entre Kevin y
yo, llegando en un par de ocasiones a peleas innecesarias y sin sentido. Yo
creía que esto no tenía importancia, en mi mente carecía de, solo que visto
desde sus ojos no era apropiado, me hubiese gustado concluir esto antes, antes
de que todo se me saliera de las manos.
En cuanto a mi amigo cibernauta bueno, de cierta manera lo tenía en la
friendzone y eso nos acomodaba ambos, tardó un tiempo en volver a
contactarme después de que leyera referente al anillo en mi blog, ese día
fueron y vinieron interminables mensajes de voz preguntando una y otra vez cuál
sería mi respuesta.
¡Hombres!
Llegó Febrero, los días pasaron sin que los sintiera entre
entrenamientos, peleas, golpes, castigos, discusiones romance e infidelidades
se me estaba pasando la vida.
Kevin me llenaba los días con flores, una flor diferente cada día, las
acumulaba de manera colorida en un
florero en mi habitación, las que se iban marchitando las acumulaba y las
enteraba en el jardín pues no quería botarlas en la basura.
Mi manejo de energía ahora era avanzado y mis aros multicolores se
manifestaban a voluntad, los controlaba y me defendían.
Como favor especial le solicité a Kevin ocultar esta información hasta
que yo decidiera revelarla ante todos “Quiero una revelación espectacular”
Fueron mis palabras.
Agradecí a todos los Dioses y Demonios que él hubiese accedido casi sin
chistar.
Aquel gesto también lo agradecería apropiadamente: Usando el anillo que
me había dado, materializando así sus palabras “Sé mi esposa”.
Para esto tampoco tenía fecha para hacerlo, solo sabía que la decisión
estaba tomada.
Los muchachos sabían que algo
estaba sucediendo, se notaba por algunas
preguntas estratégicas que realizaba cuando Kevin y yo nos ausentábamos.
De su mano aprendí también como ocultar la inmensidad de la energía que
habitaba en mí.
- Ellos no descubrirán tu capacidad hasta que no decidas revelarlo.
Estaba siendo un excelente instructor, un excelente guía y un mejor
novio. Gracias a él fue que tuve todos estos avances y siempre nos dirigimos
hacia mis objetivos.
Como una pequeña muestra de lo diabólico que es el destino finalmente la
fecha de la siguiente evaluación se anunció: en mi cumpleaños. Quise sacarle los ojos a esa pequeña demonio que
había orquestado todo.
Discutí interminablemente con los muchachos ¡Estaba lista! Pero no dedicaría mi cumpleaños
a ser golpeada cuando puedo estar felizmente festejando por lo que me acerqué
inocentemente con los muchachos a solicitar ausentarme de aquella prueba.
Su respuesta fue un rotundo no, el cual nos llevó a discutirlo
acaloradamente.
- ¡Debería tener al menos la oportunidad de elegir! – grité dentro del
estudio
- ¡Llevas meses fuera! – Gritó aún más fuerte Mario. Hemos visto tus
avances y es momento de que comiences a reclamar el lugar que te corresponde
por derecho.
- ¡Si falté unos meses puedo faltar unos meses más! Vociferé nuevamente.
- ¡No! Es la decisión final, pelearas ese día y punto – Concluyó Jason.
Quedé hecha una fiera, grité a los cuatro vientos y desee golpearlos a
todos. Desee poder mostrarles lo que había logrado sin ellos, pero eso solo
significaría que me evidenciara, y no lo haría aún, no hasta tomar una
decisión.
Salí de ahí más enfurecida que nunca azotando la puerta del estudio tras
de mi ¡Era ilógico!
Apenas la puerta de mi recámara se
cerró tras de mi ellos la abrieron.
La imagen de los cuatro de pie
frente a mí ya fuera con los brazos cruzados o los brazos a los costados, era
aterradora, sus ojos se fijaron en mí, ocho ojos mirándome fijamente.
- BB, hasta ahora hemos sido
tolerantes y complacientes, por que recién llegabas a éste mundo, por que
quisimos construir una familia que tuviese como base la confianza, pero tú, lo
arruinaste todo – dijo Mario.
- De aquí en adelante las cosas
cambiarán, no toleraremos tu rebeldía o escenas como la que acabas de tener –
dijo César.
- Conocerás nuestro lado poco amable
ya que nuestro lado amable no rindió los frutos deseados – dijo Jason.
Bruno me mostró una vara de bambú,
lo cual no era desconocido para mí, sino por el contrario era el anuncio de un
castigo inevitable.
- ¡¡¡No podrás cuestionarnos BB, esa
es parte de nuestra disciplina!!! -Gritó
Bruno en un tono que nunca antes había empleado con migo. Nuestras órdenes son
finales y no deben discutirse.
Esto iba enserio y más me valía tomar una decisión, continuar o
renunciar.
Bajé los brazos en señal de clara derrota y relajé mi postura.
Guardé silencio, el ambiente era tenso, solo nuestras respiraciones se
escuchaban en aquel lugar.
- ¿Dónde? – pregunté finalmente.
- Retira tu pantalón y recuéstate en la cama.
Así lo hice y recibí los golpes a lo largo de mis piernas, golpes
que me hicieron gritar
involuntariamente, traté de acallarlos, traté de no gritar pero fue imposible,
como dije, esto iba enserio, los golpes fueron ejecutados con tal fuerza que me
hicieron desear ser obediente de ahí en adelante, desear únicamente pues de
antemano sabía que ni aun cuando ellos destrozaran mi cuerpo, yo obedecería sin
chistar.
..... Y así con huellas de su
molestia sobre mi piel, di por pérdida aquella batalla.
El día de mi cumpleaños participaría en aquella regata.
Durante la noche tuve insomnio
producto de los golpes o la furia que se yo.
Comencé a desplegar mi energía que resultaba bastante atractiva durante
la noche, su luminosidad hacía innecesario el encender la luz.
Jugué con mis aros haciéndolos tomar la forma que yo deseaba en
ese momento y entonces tuve una loca idea.
Uno solo de ellos, lo coloqué encima
de mi palma derecha, solo uno de ellos, centré en él toda mi energía casi
desapareciendo el resto de mis bellos aros, entonces giraba a una velocidad
impresionante, creando una sensación quemante en mi piel, sin llegar a serlo
realmente, creo que esto era producto meramente de mi imaginación y que mi
mente me traicionaba en más de una manera.
Entonces cuando pensé que había
alcanzado su máximo poder, lo dirigí hacia una marca de castigo sobre mi piel.
La marca desapareció, no con dolor,
no con ardor como ellos lo hacían, si no basada en el amor y en la intención de
curar.
Quedé maravillada.
Tomé mi celular, miré la hora y
decidí mandarle un mensaje a “A” esperando tuviera tiempo libre para
responderme
- ¿Libre para platicar?
- ¿Tienes insomnio? No son
horas normales en las que recibo
mensajes tuyos.
- Hablando de eso tú también
deberías estar dormido.
- Hoy debo de comenzar mi trabajo un
par de horas antes de lo usual y he debido levantarme más temprano para ejercitarme.
- ¿Entonces interrumpo?
- ¡Que Dramas! De no haber querido
tu compañía no hubiese respondido.
- Llevas la razón. Tengo muchas
cosas en la mente por ello no me está resultando nada fácil el pegar los
párpados. Lo malo es que en un par de horas debo levantarme y no habrá
argumento que me permita quedarme en cama.
- Cuéntame tus problemas, soy todo
ojos.
Le detalle en más de un par de líneas
la problemática de atender un compromiso ineludible el día de mi cumpleaños,
mismo que me quitaría todo el día sin mencionar que quizás quedara yo en
malísimas condiciones para poder continuar con mi día.
- ¿Cumpleaños? No habías mencionado
nada.
- Tampoco es que lo preguntaras.
- Piensa que ese día no es tu
cumpleaños, los días son tan especiales como tú los hagas o los consideres, al
enojarte por ello le estas dando poder a la situación que te impidió celebrarlo
a tu completo contentillo. Y en ese caso tú estás perdiendo.
- ¡Wow! Sí que eres filosófico a estas
horas del día.
- Y tu más drama de lo usual. ¿Más
calmada?
- Claro, muchas Gracias.
- Entonces pasemos a otros temas… Quiero
enviarte un presente de cumpleaños
- No comiences…
- Antes de que te niegues, escucha
mi propuesta.
- Bien, te lo debo por responderme a
estas horas.
- ¡Contáctame más frecuentemente,
por favor!
- Ja ja
- Mi propuesta es la siguiente, ya
que no deseas compartir ningún dato personal conmigo y dado que ya sé la ciudad
donde vives, te propongo enviarte un regalo que puedas pasar a recoger
personalmente en alguna tienda departamental.
- No, tu siempre puedes estar
pendiente o encargar a alguien que esté
pendiente.
- Desconfiada, a éstas alturas
deberías saber que no soy un asesino serial.
- Aun tengo mis dudas, tengo que
protegerme bien.
- ¿Tu respuesta es definitiva?
- ¡Si que lo es!
Febrero loco y Marzo otro poco, reza
un sabio dicho popular.
Durante nuestro entrenamiento oculto
un día por la tarde Kevin y yo nos refugiamos debajo de un árbol a fin de
protegernos de la lluvia.
Hablamos mucho ese día de nuestros
planes a futuro, hijos, familia, etc.
Nunca dijimos que esos planes los
concretaríamos juntos pero sí que
hablamos de nuestros planes.
- Como ya sabrás el día de la
evaluación es el día de mi cumpleaños.
- Si…
- Estoy enfadada por ello, esa mujer, me exaspera.
- Si lo piensas bien, la única que
perdió fuiste tú, deberías controlar tu temperamento.
- No lo sé. Aun así – dije – ese día
probaré en cierto nivel mi energía, solo que….
Él me miró y pacientemente esperó a
que continuara hablando mientras tomaba mi mano y frotaba mi espalda.
-
No mostraré toda mi energía Kevin, eso ya lo sabes. Mi intención es
quizás llegar unos 3 o 4 lugares más que la ocasión anterior y luego pretender
que soy derrotada.
- Es un plan interesante…
- Los muchachos no han descubierto
mi energía ¿Estás de acuerdo?
- Sí
- He pensado que las próximas
semanas trabajemos en ocultar parte de mi energía mientras la utilizo, o bien
no desplegarla toda.
Lo meditó por unos momentos.
- Te he visto hacer cosas en las
últimas semanas que no he visto a nadie hacer antes en tan poco tiempo o con
tan poco entrenamiento, no suena imposible…
- ¿Cuento contigo?
- ¡Claro Diablilla! Será como
siempre todo un placer.
Nos besamos por largo tiempo, eso
besos tan deliciosos que me derretían, comencé a cuestionarme el por qué nos
deteníamos, no es un secreto que yo quiero más.
- Kevin, terminemos lo que
comenzamos ¿sí?,
- No.
- ¿No?
- No hasta que aclares tus
sentimientos.
Le miré un poco confundida.
- El anillo – dijo él.
- Es decir que ¿Si no estamos
comprometidos no haremos nada?
- Son mis creencias y valores.
Simplemente levantó los hombros.
- ¡¿Por qué me tuvo que tocar el
santo?!
El rio fuertemente.
- La espera valdrá la pena, o quizás
jamás lo descubrirás.
- ¿Así de sencillo?
- Así será. Dio un pequeño toque a
mi nariz. La buena noticia es que esa noche podremos festejar tu cumpleaños.
- No tengo ningún ánimo de festejo.
Exhale profundamente.
- Pues es una pena ya que todo está organizado.
- ¡Ustedes!
- Disfrútalo o no asistas es tu
decisión.
No era particularmente fan de éstas
evaluaciones, para mí era un circo
disfrazado de apuestas semi-legales. La parte agradable era que en estas peleas
abultaban un poco mi bolsillo en la medida en la que fuera escalando peldaños
en mí desempeño. Ese dinero me viene más que excelente.
¡Es el día de mi cumpleaños y tengo
que ir a liarme a golpes! ¿Tentador?
Abrí las cortinas de mi ventana y
observé el amanecer, era un día frío y había llovido durante la noche, tomé mis
brazos con mis manos y acuné mi pecho en ellos.
Una sensación extraña recorrió la
superficie de mi piel. Esas nunca son buenas noticias.
Me despejé la mente y cambié un poco
mi humor, además de que intenté ponerme unos lentes con cristal rosa a fin de ver la vida de una mejor manera.
Los muchachos me sorprendieron en mi
habitación con flores y regalos, abrazos, felicitaciones, excelentes deseos y
besos de consolación pues fue inevitable que atendiera los combates del día.
Estuve lista a la hora planeada y
abordé sin discusiones el coche.
Durante mi tiempo de “preparación” en
el vestidor abrí la pequeña caja que me dio Kevin antes de regresar, saqué el
anillo contenido en él y lo usé por primera vez.
Al momento de colocarlo en mi dedo,
supe que había tomado una decisión. Lo volví a colocar la pieza dentro de la
caja y salí a pelear con todo.
Sorprendí a más de uno y mi rostro
de felicidad no pude ocultarlo, fue un hecho que esto de ganar se volvía en
algo adictivo.
Fue hasta una de las pausas en las
que Kevin me recordó mi plan.
- No quiero ejercer exceso de presión
– dijo al fin – pero te estas saliendo de tu plan original.
Sonreí pícaramente.
- En la siguiente pelea me declararé
como derrotada y con eso bastará.
Le di un casto beso pero él me sostuvo por la cintura y lo
prolongó tanto como pudo.
Me apresuré a subir a la arena y
finalizar nuestro plan.
Los muchachos me felicitaron por el
gran esfuerzo, honestamente no me sentí un poco mal, quizás soy una mala
persona después de todo pero no me arrepiento de lo que hice, mi momento llegará
pero sé que no es ahora.
Desde nuestro lugar, vimos el final
de las batallas.
La campana sonó y terminaron las
peleas con Kevin como el ganador.
Le esperaba a un costado de la arena
por donde estaba segura descendería, me abrazó cargándome por la cintura y
girándome como niña pequeña por los aires. Me besó tiernamente pero un sudor
frío recorrió mi espalda.
Ese beso era diferente, abrí los
ojos instintivamente.
Él sonreía complacido aún con los
ojos cerrados
- ¿Lista para celebrar?, una fiesta
organizada por todos nosotros espera por ti.
- ¿Todos?
- Este año todo hemos puesto nuestro
granito de arena.
Me besó nuevamente, nuevamente fue
un beso distinto que me invitaba a no dejarle ir, no lo deseaba quería fundirme
para siempre en él y congelar aquel momento.
Me tomé mi tiempo para abandonarle,
tomando mi corazón fuertemente.
Me dirigí hacia los vestidores
muy feliz a cambiarme y prepárame para un festejo de cumpleaños que al final de
todo podía disfrutar. Le sostuve entre mis manos, algo me decía que no le
soltara.
- Ve, te espero cuando estés lista.
Me bañé y preparé tan rápido como pude.
No elegí un vestuario especial, al inicio del día no tenía ánimo para
ello, por lo que solo empaqué algo sencillo, sería sin embargo una joya la que sería
la protagonista aquella noche: Un solitario con un diamante en forma de corazón.
Un dolor agudo me perforó el corazón, un dolor tan profundo que me cortó
la respiración. Pensé que sería Atlas o quizás era una manifestación de que él
se dio cuenta de mi decisión y su energía traspasó mi corazón en represalia.
Recobré mi respiración normal y me apresuré en mi arreglo y salí de
inmediato en su búsqueda, quizás los muchachos estarían con él solo esperaba
que no notaran la oculta felicidad de mi sonrisa y descubrieran la joya que se
albergaría permanentemente en mi dedo anular.
Mi sonrisa se fue desdibujando poco a poco, sabía que algo sucedía, mi
corazón lo supo cuando aquel profundo dolor me perforó.
Ubiqué con mi vista movilización de
gente, nuestra gente, todos ellos corrían hacia el vestidor de hombres.
Corrí yo también con el corazón en
la mano a sabiendas de que no sería nada bueno.
Unos brazos firmes me retuvieron, al
buscarle el rostro encontré en él una mueca de dolor de Jason.
- Pequeña... su voz se entrecortó.
Observé en sus ojos el gesto que lo delató, algo malo sucedió.
Nadie portaba armas en aquel lugar,
así que descarté un asesinato.
Si una pelea se hubiera desatado en
los vestidores, ellos la hubiesen podido detener con una mano atada a la
espalda, aquello tampoco era probable.
¿Una Bomba?
¿Alguna parte de la construcción se
desplomó?
Mis pensamientos corrían desbocados
en mi cerebro y esa sensación de que algo malo sucedió me recorría a flor de
piel, se sentía como bochorno frío.
- ¿Jason? ¿Están todos bien?
- Yo... – Tartamudeó – Mis hermanos…
- ¿Que les ha sucedido? Me sacudí
sus manos de encima y corrí hacía donde estaba dirigiéndose toda la gente.
De repente un mar de gente me
detuvo.
Ellos todos ellos me retuvieron, no
me permitieron pasar.
Comencé a gritar, aquello solo podía
significar una cosa, alguien cercano a mí
estaba en peligro.
Sin dudarlo, desplegué mis poderosos aros para liberarme de ellos y poder
correr hacia aquel lugar, abrí aquel mar de gente tal como se describe en la
Biblia.
Distinguí un cuerpo desplomado en
los pasillos de aquel lugar.
- ¡Noooooooo! Grité y corrí a
abrazarle. ¡Mario! Haz algo!
Mario estaba a un lado de él, ya le había
proporcionado los primeros auxilios, lo supe por todo el material que le
rodeaba, incluso le habían intentado resucitar
con descargas en el corazón.
Todos tenían el rostro destrozado,
sabía que no había nada más por hacer o ellos lo habrían hecho ya.
Nunca antes había estado en contacto
tan cercano a la muerte, nunca había tocado un cuerpo inerte, un cuerpo sin
vida, un cuerpo que no respondería a mis preguntas, a mis caricias.
Me recosté sobre su pecho inmóvil y
le abracé.
Lloré en silencio, mi mente le decía
que no podía creer que me hubiese traicionado de aquella manera, no él, no
cuando había aceptado su propuesta siendo el, el elegido, en mi mano llevaba un
anillo que nunca cumpliría su propósito, un anillo que él nunca tendría la
oportunidad de admirar sobre mi mano.
Era tarde.
Kevin había muerto.
CONTINUARÁ...