Encuentra los capítulos anteriores AQUI
Los grandes estudiosos del deporte deberían
reconsiderar las afirmaciones que han realizado referente a la memoria
muscular.
Cuando Atlas incluyó entre sus cláusulas continuar con mi entrenamiento no pensé
que resultara tan complicado.
Es cierto que he pasado unos meses bastante caóticos,
y ciertamente pensé que iniciaríamos paso a paso en este tema como lo estamos
haciendo en la parte del Sexo, pero no fue así.
Me encuentro tomando un respiro por quinta ocasión del
maratón que me está forzando a correr. Lo estoy comenzando a odiar.
El panorama es espectacular, no puedo negarlo ni por
un solo momento. Me hace recordar esos espectaculares panoramas de las series
de televisión donde lo único que puedes ver a la distancia son grandes extensiones
de tierra verde y no puedes encontrar una sola carretera cercana.
Cuando llegamos aquí la mandíbula simplemente se me
cayó al suelo y parte de su plan 12 meses de rehabilitación total fue revelado.
Atlas es un excelente acompañante, pero por mucho es
un magnífico escucha. Resulta ser que en algún punto donde nuestra extraña
relación comenzó, hicimos una lista de “cosas por hacer antes de morir” ya
sabes, de esas cosas locas y sin sentido que dices o haces por qué piensas que
quedarán en el olvido, pero no para Atlas… Producto de aquella ocasión, el
señor sacó una lista, lugares por visitar, cosas por hacer, comidas por probar,
experiencias por vivir… y de ahí formuló un elaborado plan para rehabilitarme.
- ¿Sacaste todo eso de nuestra plática? – Pregunté
mientras miraba atónita la lista que tenía en mano.
Él sonreía lleno de satisfacción como cualquier niño
que finalmente logra su objetivo.
- ¡Dioses y Demonios! Atlas, no tenías…
- Esta será nuestra experiencia de vida, experiencia
que solo deseo vivir a tu lado. Me dio un beso en la sien.
Realmente ya no podía hacer nada, todo ya estaba
planeado, solo me quedaba… ¿Disfrutar?
Él ha puesto tanto empeño en esto, la planeación la
coordinación, las compras, LA VIDA. Creo que lo mínimo que puedo hacer es poner
de mi parte, atornillarme una sonrisa, olvidarme de todo y vivir esto a su
lado.
Atlas estaba siendo un entrenador peor incluso que los
muchachos…
Él disfrutaba del uso de la vara tanto como lo
disfrutaba ELLA. Tanto que cuando recibí el primer golpe de su mano, no pude
más que voltear a verle y emitir una sonora queja.
- ¡Ey! Mas tranquilo por favor ¡Eso fue muy doloroso!
– mis palabras salieron de mi boca al tiempo que mi mano frotaba la zona
afectada.
- Simplemente te estoy mostrando al verdadero Atlas,
que tú misma solicitaste. Levantó sus brazos.
Mi cuerpo era una colección de zonas moradas a donde
quiera que mirase, y esto se intensificó cuando los combates cuerpo a cuerpo
comenzaron.
- Comienzo a creer que hubiese sido menos doloroso si
hubiera aceptado mi entrenamiento – dije un día a manera de queja cuando
regresábamos a casa y yo cojeaba visiblemente.
- Eso jamás lo sabremos Patea Traseros.
- Cierto y hablando de eso ¿No crees que estas siendo
demasiado TU, en los entrenamientos? Digo ¿Cuál es el objeto después de todo?
- Sin quejas o cuestionamientos ¿Recuerdas?
Voltee los ojos hacia arriba. Grave error. El detesta
ese gesto de mi parte.
- ¿Negociamos?
Afirmé, podía forzar a mi cuerpo a recibir otro castigo,
por ¿Para qué hacerlo si podía intercambiarlo por… algo mas placentero?
- ¡Técnicamente el entrenamiento terminó!
Se plantó frente a mí mirándome a los ojos.
- ¿Estas debatiendo?
Se acercaba lentamente generando en mí esa reacción de
terror y anticipación que tanto me gusta, me excita para ser honesta.
- Si ¡Quiero decir no! – di un paso atrás y moví la
cabeza como sacudiéndome las ideas.
Estaba peligrosamente cerca y los últimos días conocí
al Atlas que carecía de paciencia. Evidentemente en el pasado únicamente mostró
paciencia pues fue el quién se adaptó a mí en todo momento y no al revés como
pensé todo este tiempo.
Me cubrí un poco de manera defensiva sabiendo lo que
me esperaba a continuación.
Para mi sorpresa sentí su aliento en mi oído.
- Vamos a tomar baño juntos.
Una pequeña exhalación salió de mi boca.
Esto de llevar el sexo paso a paso, nos ha obligado a
mantener cierta distancia. Hemos tenido cierto contacto sin llegar al evento
principal aún. Nos conocemos a la perfección, nuestros cuerpos desnudos no son
desconocidos para el otro… conocemos nuestros gemidos, nuestros gestos al
alcanzar nuestro nivel máximo de placer, pero sobre todo conocemos nuestro
nivel de autocontrol y el punto donde no habrá más marcha atrás.
- No es una petición – dijo cuando me vio petrificada
en mi lugar.
Callé pensando en el escenario que me esperaba.
Él tiene un autocontrol impresionante y yo… por el
otro lado soy débil y me entrego a los placeres carnales fácilmente…
¡Dioses y Demonios!
Nuestro hogar actual era una de esas cabañas sacadas
de una revista de decoración, rodeada de vegetación boscosa, aislada del mundo,
pero autosustentable. Algo que me cautivó de inicio es que tenía una tina de
baño al exterior y otra al interior para los días con lluvia, que eran muchos.
Aquel día afortunadamente el clima estaba a nuestro favor.
Cuando entramos Atlas comenzó a desnudarse de
inmediato.
- Te espero en el exterior. Prepararé todo.
- Sí – Afirmé con determinación y firmeza.
No demoré en llegar hasta nuestra cita. Tenía velas,
espuma, bebidas y un patito de hule…
No iba a resistirme a esto, me dije a mi misma, por lo
que me sumergí de inmediato quedando sentada frente a él y recostando mi
espalda sobre su pecho. Mi cabello estaba recogido sobre mi cabeza.
Besó suavemente mi cuello y hombros y mis manos se
deslizaron sobre sus muslos hasta sostenerme de sus rodillas. Sus manos se
dirigieron directamente hacia mis pezones.
Los recorría con la yema de su dedo índice de manera
circular, pellizcándolos suavemente cada vez.
Mi respiración se entrecortaba a medida que él
avanzaba.
Podía sentir que cierta parte de él estaba
endureciéndose.
- Me pregunto cuanto tiempo puedo hacer esto antes de…
La última vez que hizo esa pregunta pasamos HORAS de
placer y tortura al mismo tiempo…
- Po-or Fa-vo-r…
- Eres mía – susurró al oído – tu cuerpo es mío –
puedo hacer con él lo que desee…
Su mano descendió hasta encontrar mi pequeño botón,
con el cual continuó… Sus dientes aprisionaban mi lóbulo y mis manos apretaban
sus muslos. Justo cuando me encontraba cerca de mi punto máximo de placer, él
simplemente disminuía la intensidad.
- ¿Deseas que suplique? ¡Puedo hacerlo!
- Si quisiera que suplicaras, te lo habría dicho…
Dicho esto, dos de sus dedos se deslizaron dentro de
mí por uno de mis orificios y otro más por el orificio vecino… Eso hizo que
reaccionara ante la sorpresa.
Me sujetó hacía él con su otro brazo, impidiendo que
escapara de aquella situación.
- Atlas…
- Disfruta, solo disfruta, susurró…
La sensación de invasión y de sentirme tan llena en
ambas partes… uf, me llevó al último cielo del Nirvana…
Mis manos instintivamente intentaron tocar su…
- Sin tocar Patea Traseros, sin tocar… Tu boca se
ocupará de brindarle mimos más tarde…
Mi mente ya no pensaba con claridad a ese punto y mi respiración
era muy entrecortada, por lo que únicamente me dedique a absorber todo el
placer que estaba recibiendo.
Sentí sus labios sobre mi hombro y cuello … Marcas de
salvajes… ¡No importaba! En ese momento podía usarme de tapete y no me
importaba, el placer era simplemente infinito…
Se detenía y continuaba justo antes en el momento en
el que yo alcanzaría mi placer…
¡Dioses y Demonios! ¿Qué planeaba? ¡No quería soportar
aquello por más tiempo! ¡No podía!
Hábilmente
me escurrí entre sus brazos hasta colocarme frente a él.
Sus
ojos y sonrisa denotaban lo bien que lo estaba pasando.
-
¡Quiero terminar ya!
Sin
darle tiempo de una reacción apropiada, me senté a horcajadas sobre él
descendiendo en un solo movimiento hasta empalarme yo misma lo más profundo que
me fue posible.
Un gruñido salió de su boca y de inmediato acerqué su
cabeza hasta mis ya bien excitados pezones. Fue poco el tiempo que tardamos en
terminar, juntos alcanzamos un gran, gran orgasmo, que ya nos merecíamos.
- ¡Patea Traseros! ….
Apenas recuperé el aliento salí de ahí.
- Tomo completa responsabilidad de esto – afirmé.
Él se quedó ahí por unos momentos más…. Creo que
finalmente con esto hemos cerrado el punto de paso a paso, llevándonos a otro
nivel.
-<-<<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<
- ¡Cuánto tiempo más usarás ese anillo?
- ¿Qué pregunta es esa? No es que me haya comprometido
con alguien o continúe estando comprometida. Actualmente solo estoy
comprometida conmigo misma.
- No es que anoche tus orgasmos fueran producto
solamente de tu persona.
Me sonrojé un poco.
- No en ese sentido. Lo continúo usando como
recordatorio…
Hice una pausa mientras disfrutaba de la impresionante
vista que teníamos esa noche hacia la torre Eiffel. Me recuerda unas palabras
de esa amable señora….
- Hablando de amables señoras… En dos días partimos
para celebrar mi cumpleaños con nuestra familia. Es un buen momento para que
visites a tus papás y arreglemos las cosas con ELLA.
Respiré profundo.
- Arreglaré las cosas con ella porque está dentro de
nuestro contrato y con lo mucho que les debo a todos, lo arreglaré, lo prometo
honestamente.
Tomé mi copa de vino y la choque con la suya.
- ¡Este viaje ha sido increíble! ¡Casi merece todo mi
sufrimiento!
Levantó una ceja
- ¿Casi?
Reí, el alcohol en mi sangre estaba surtiendo efecto.
- No hablaré más, ya sabes cómo me pone el alcohol…
Rió y me sirvió un poco más.
- ¿Qué podría hacer este humilde servidor tuyo para
hacer este viaje completamente placentero para ti?
- Veamos… Estoy conociendo al verdadero Atlas, eso me
agrada, me estas entrenando como si tuviéramos un objetivo y honestamente no lo
tenemos, siento que eso es un desperdicio, esa parte no me agrada.
- Ajá.
- Lo que no puedo ocultar es mi fascinación, encanto,
llámalo como desees… a todo el viaje ¡Diablos Atlas! Es como si fuera una luna
de Miel deseada, solo que tú y yo… Bueno, tampoco tengo queja en cuanto al
sexo…
Me detuve unos momentos a meditar mi respuesta…
- Bueno ya que estoy siendo honesta – tomé otro trago
a mi copa – Referente a eso…
Se enderezó un poco para escucharme mejor.
- Creo que he tenido más orgasmos de los que merezco.
Evidentemente esperaba una respuesta diferente de mi
parte, pues sonrió entre complacido y aliviado.
- Y más aún están por venir…
- ¡Eso espero! Porque honestamente al término de este
año…
Me detuve en seco.
- ¿Ya tomaste una decisión?
Me negué a continuar hablando…
- ¿Qué tan privado es este lugar? Me deslicé por
debajo de la mesa en una clara y evidente necesidad por cambiar el tema hacia
otros rumbos… y él no se negó, prolongó su placer lo más que le fue posible,
hasta que con ambas manos tomó puños de mi cabello y me sujetó firmemente hacía
el mientras se corría abundantemente en mi boca, cortándome un poco la
respiración.
Después me jaló hacia él para darme un gran beso.
Sonreí.
- ¿Tachamos o agregamos esto a la lista?
-<-<<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<
- ¿¡Por cuanto tiempo lo planeaste!?
Mi voz chocó con las paredes de aquel lugar…
- Patea Traseros…
- ¡Patea traseros mis polainas! Todo este tiempo ¿No
tuviste oportunidad de decirme que veníamos a una pelea de gala con nada más y
nada menos que ELLA? Ahora comienzan a tener lógica tus entrenamientos del
demonio ¡Me preparabas para esta noche!
- ¡Es tu abuela!
Bajen la voz, dijo Mario o quizás Bruno, no tengo la mínima
idea, me encontraba muy enojada.
Afuera se escuchaban los parlantes anunciando la pelea,
mi enojo no me permitió escuchar los detalles.
- ¡Cuando mencionaste que arreglaríamos las cosas con
ella, ni en mis peores pesadillas pensé esto!
Paseaba de un lado a otro como un animal enjaulado.
Tenía la posibilidad de salir de ahí huyendo, sin embargo,
la última vez que salí huyendo de ahí las cosas no resultaron nada bien ¿Qué
digo? Nada positivo resulto de ello.
Respiré profundo y le miré directo a los ojos.
- ¡No me importa lo que tengas que hacer, terminando esta
pelea me llevas directo a nuestro próximo destino! No planeo pasar ni un minuto
más de lo necesario aquí.
Le di un profundo y húmedo beso.
El asintió
En esta ocasión no hubo preparación previa, no hubo
vestido glamoroso, no hubo peinado o maquillaje cuidado.
Los muchachos hicieron un círculo alrededor mío, sin
decir nada rodeándome solo de luz, sentí paz, sentí tranquilidad y comencé a
ver cosas…
Esto es parte de lo que no extraño cuando decido
apartarme de esto. Confieso que todo esto me causa mucha ansiedad, stress y
miedo, creo que es la parte de esto que detesto.
Me descalcé, respiré profundamente por última vez, me
puse de pie y salí nuevamente por el pasillo que no pensé volver a recorrer
jamás. Al menos no en aquellas condiciones.
Al salir las luces me segaron por unos instantes, pero
no lo suficiente para dejar de percatarme de la presencia de los trillizos y mi
familia sanguínea.
Esto es nuevo, ellos usualmente no son requeridos para
estos eventos, lo que es más ellos no deberían estar siquiera ahí.
Nuevamente me tomo un segundo para mí. Cierro los ojos
y comienzo a tener destellos.
¡Dioses y Demonios!
Sonriendo subo a la arena como cualquier Toro que
conoce su destino, pero aun así entra al ruedo.
- Bienvenida – dice ella con los brazos abiertos, echo
nuevamente un vistazo a mi alrededor.
Sonrío educadamente en respuesta.
Ella estaba utilizando la proyección que todos
conocemos de ella. Eso era fácil de decir.
De sobra sé que estos eventos atienden a un
espectáculo meramente.
Esperé pacientemente y con mi mejor sonrisa que
anunciaran el inicio de este show. Antes del anuncio pude sentir como
lentamente una burbuja de energía comenzaba a rodearme, miré a mi alrededor
atentamente, mi verdadera abuela estaba junto a mí.
- Proyecta tu energía ahora antes de que se cierre la
burbuja, peleemos en las mismas circunstancias.
Reaccioné sin pensarlo e hice una proyección de mí
misma sin ninguna dificultad, aquello era como andar en bicicleta.
- Puedo ver que continuas molesta.
Suspiré.
- No soy la nieta que educaste, de eso no me queda
duda, estoy muy sentida y quizás los eventos recientes… bueno… me han llenado
tanto de diversos sentimientos que no tengo la mínima idea de cómo sanar lo
sucedido entre nosotras, no es como que un simple “Lo siento” bastase.
- Ya veo, se sentó a un lado mío. La pelea está por
comenzar, presentemos entonces un espectáculo digno del boleto que pagaron.
- ¿Por qué esta mi familia aquí? ¿Cuál es el plan?
Ella simplemente sonreía mientras veía nuestras
proyecciones pelear fuera de aquella burbuja.
- Eres muy buena. Esto es natural para ti. Estas
destinada a esto.
Guardé silencio.
- Te contaré una historia…
- No sé si es el mom….
- No te estoy solicitando autorización, escucharás lo
que tengo por decir, seré breve.
Guardé silencio, no por convicción, solo quería que
aquello terminara lo antes posible.
- Espero que tengas presente la historia de cómo todo
esto fue fundado…
Recordé la plática que tuve al respecto con los
muchachos…
- Mi abuelo…
Mis ojos se abrieron…
- Él me heredó esta joya – estiró la mano hacía mí.
Tardé unos segundos, unos segundos de esos de
películas épicas, donde miles de imágenes recorren mi cuerpo, mi falta de
concentración debido a esto, ocasionaron que fuera de nuestra burbuja mi imagen
energética recibiera una paliza por parte de ella.
No es nuestra costumbre salir a pelear con joyería…
digo es sentido común.
- Éste es el anillo que llegó a ti “casualmente”.
En su otra mano tenía el anillo que la abuela de Alex
me heredó. “Esta joya no es de mi
familia, es de tu familia”. Dijo ella al tiempo que miraba a Atlas.
Hasta ese momento pensé que habían sido las palabras
de una anciana en su lecho de muerte, algo sin sentido.
¡Ahora todo cuadraba!
Por eso ella reconoció a Atlas… Atlas es…
Ambas piezas tenían una piedra similar, una piedra sin
pulir, pero perfectamente montadas en dos anillos casi similares, solo que el
anillo destinado a ser usado por una mujer tenía pequeñas piedras coloridas a
su alrededor. El de él sin embargo únicamente tenía montada la piedra.
- Tu abuelo… - dije yo.
Ella sonreía en dirección de la pelea, atenta con la
espalda recta y las manos entrelazadas a su espalda.
- ¡Tienes que comenzar a pelear enserio!
Inhalé profundamente y me concentré comenzando un
contraataque de película, ella cayó bajo mi poder.
- No es que tú lo estés intentando muy enserio – dije
al fin.
Ella sonrió.
Creo que no necesitas más explicaciones… y si estas
listas podemos salir de esta burbuja que claramente te tiene al borde de la histeria,
ella sonrió maliciosamente.
Y sentí como es que la burbuja caía lentamente
dejándonos al descubierto,
En una impresionante maniobra tuvimos que unir
nuestras energías para que coincidieran con nuestros cuerpos y dar la impresión
de que la batalla continuaba.
Ahora éramos ella y yo frente a frente.
Dejó ambos anillos en mis manos, decidí colocarlos en
un dedo, en cada una de mis manos para no perderlos durante la batalla.
Cuando el segundo anillo se deslizó por mi dedo… lo
sentí.
Esa energía era igual a la que se había presentado en
la ceremonia de Luz de la abuela de Alex. ¡Dioses y Demonios! Él estaba ahí.
- Estos anillos ahora te pertenecen, úsalos como
alianzas de boda. Tienes mi bendición.
Esa
voz retumbó en mi mente, al tiempo que sentí el primer golpe de ella.
Seguido
a ese golpe sentí otro golpe y después otro, estaba recibiendo una reverenda
paliza.
Para
el momento en que recobré la compostura, descubrí que la pelea iba enserio y
que ella era más fuerte de lo que nunca imaginé.
-
¿Pelearemos ahora o continuarás inmersa en tus propios asuntos?
-
¡Necesito más explicaciones!
- Es
todo lo que recibirás de mi parte – su puño nuevamente se impactó contra mi
cuerpo.
-
Comencé a defenderme entonces.
Su voz
invadió mi mente.
- No
necesitas más explicaciones, quieres continuar dándole vueltas a un asunto que
ya no tiene más explicación. Mi abuelo me entregó esa joya “Cuando una joya
similar llegue será portada por tu sucesora”. Esas fueron sus palabras antes de
morir.
No es
una coincidencia que ese anillo llegará a ti, nada en esta vida es una coincidencia
¿No lo has entendido?
- Tú
eres mi nieta sanguínea, de la única mujer y la persona más poderosa de este
mundo, no puedes negar tu herencia. Incluso antes de que tuvieras esa joya yo
sabía que TU eras mi sucesora.
No me
había percatado de aquello, sin embargo, ahora era yo quien le estaba
físicamente dando una paliza a ella.
Me
detuve y ella respondió inmediatamente lanzándome por los aires con un ataque
energético.
- Defiéndete
enserio, pareciera que no eres digna de los poderes que tienes, no eres digna
de la vida que llevaste con los muchachos, no eres digna…
¿No
soy digna? Pensé… Me he partido literalmente el cuerpo aquí….
Este
es el final, un solo golpe pensé… por unas milésimas de segundo me desconecté…
me concentré, me reacomodé, respiré y me inspiré…
Lancé
una sola emisión de energía
Múltiples
ondas emergieron de mi cuerpo en todas direcciones y se impactaron contra su
cuerpo…
Después,
nada, solo silencio.
Ella
no se levantó.
Corrí
de inmediato hacia ella totalmente alarmada.
Ella
sonreía.
Los
muchachos subieron de inmediato y la rodearon.
Los
segundos siguientes me parecieron eternos…. ¡Maté a mi abuela en un arranque de
locura!
Voltee
a buscar a la única persona que podía brindarme consuelo.
En ese
momento escuché como ella tosía y se ponía de pie.
Le
acercaron el micrófono.
- Es
un placer para mi presentarles a mi sucesora. – Gritó en el micrófono.
Todos
aplaudieron.
¡Esto
no podía estar sucediendo! ¡Todo fue una trampa, un plan perfectamente
orquestado!
-
Señores, se dirigió al lugar donde están los “señores” que corren las apuestas…
Ella estará lista. Por ahora y hasta mi muerte, estaremos en transición.
Ellos
asintieron. Se pusieron de pie y se marcharon.
Ellos eran los
grandes maestros, siempre estuvieron ahí observando, siempre interesados,
siempre…. ¡Ellos también lo sabían! Deberían proporcionarnos un manual bien
detallado de sus malditas maniobras antes de que almas como la mía llegarán ahí.
Estaba
aturdida. Atlas me abrazó y me bajó de ahí.
Subimos
a un coche y nos dirigimos al aeropuerto como fue mi petición.
Nuevamente
estaba huyendo, pero ahora huía con un título sobre mi espalda.
-<-<<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<
Estoy
sonriendo, aunque ríos de sudor recorren mi cuerpo, son los días más calientes
aquí donde los cerezos florecen, hace algunos días celebré mi cumpleaños el
cual desafortunadamente no pudo coincidir con este espectáculo. Estamos bien
lejos de casa.
Con mi
cumpleaños llega mi cambio de vibración.
Ese
día no hice más que acomodarme a la sombra de un bello y exclusivo cerezo y ver
caer sus hojas.
-
Quiero un tatuaje – le dije a Atlas. Es muy trillado, pero quiero los cerezos
sobre mi piel.
Él se
incorporó y me miró.
- Solo
tienes que pedirlo, tú sabes…
Le
interrumpí.
- Esa
es mi petición, seguro que arreglarás todo para dejar tatuada mi piel, además
de que la idea es demasiado seductora, tú marcando mi piel…
Sacó
su celular e hizo unas cuantas llamadas.
Debo
reconocer que esta parte es uno de los tantos beneficios que he descubierto de
mi trato con Altas. He dejado de preocuparme por muchas cosas e incluso puedo
darme el lujo de dejar en sus manos decisiones muy importantes.
Me he
dado un respiro emocional y mental.
Regresamos
tomados de la mano a casa.
El año
estaba por cumplirse y mi decisión estaba tomada.
Sonreí,
sin embargo. He cumplido mi promesa.
Por
ser el mes de mi cumpleaños no hubo entrenamientos del demonio, lo sustituimos
por sesiones inagotables de sexo, donde probamos de todo. De su mano descubrí
placeres que no imaginé, juguetes que no encuentras en un catálogo cualquiera y
sesiones de dominación que es lo que a él
le fascina y yo me encuentro feliz de poder complacerlo. Tachamos otras cosas más
de la lista y agregamos algunas más antes de dirigirnos a nuestro próximo
destino.
-<-<<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<-<
Nos
encontramos sentados uno frente al otro, en un lujoso cuarto de hotel.
-
¿Cuál es la máxima disposición que puedo hacer de esta tarjeta? – pregunté
sosteniendo entre mis dedos una tarjeta plástica que él puso en mis manos para
el viaje.
Me
miró atentamente por unos momentos reajustándose en su asiento, aparentemente
mis palabras llamaron su atención.
-
¿Intentaste alguna transacción y fue negada?
- No,
no aún… solo que.
Continuaba
mirándome.
- Te
escucho.
- Me
encuentro en un dilema…
-
Continúo escuchándote.
-
Deseo hacer una compra, solo que la cifra es realmente obscena, no es un artículo
necesario, pero es algo que deseo. Quiero cumplir mi promesa, pero no quiero
disponer de esa cantidad de TU dinero.
- Si
al final de todo decides no continuar tu camino junto a mí, me reembolsarás
todo lo que gastase, no veo por qué es un problema.
- Si
al final de todo decido permanecer a tu lado, tendré ese gasto en mi
conciencia.
- ¿Te
preocupa que no pueda cubrir el monto? ¡Ayúdame un poco con ideas claras, no
entiendo el problema!
Guardé
silencio. Él se puso de pie forzándome a mirarle hacia arriba.
Se
giró hasta tomar una hoja suelta y un bolígrafo de esos que te dejan en los
hoteles. Escribió una cifra.
- Este
es el monto que tienes disponible en ese plástico, si requieres de una cifra
superior, puedes utilizar mi plástico, se giró sacó el plástico de su cartera y
lo depositó en mis manos.
- Por
cómo has complicado todo supongo que es algo que no deseas compartir conmigo,
por lo que haré todo bien sencillo para ti. Te doy la mañana libre.
¿Te
alcanza el dinero? Cómpralo.
¿Lo
deseas? Cómpralo
¿Te
hará feliz? Cómpralo.
Salí
de ahí con esa tarjeta quemándome los bolsillos…
CONTINUARÁ....
CONTINUARÁ....
No hay comentarios.:
Publicar un comentario