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viernes, 24 de marzo de 2017

XIV. Born Again Tomorrow



“If you were born again tomorrow
Would you live your life like yesterday?
If you were born again tomorrow
I wouldn't live my life any other way
Yeah, you don't have to look back to see where we are
The future's looking brighter than a handful of stars
You gotta hold on, hold on, you gotta be strong”


Abrí los ojos sin ser consciente del tiempo que había permanecido dormida. Todo era confuso, las cortinas estaban corridas y en la habitación todo era oscuridad.
El aroma no me era familiar, esa fue mi primera pista para darme cuenta que no estaba en mi habitación.
Dolorosos recuerdos iban saltando en mi memoria del acontecimiento sucedido en la arena, no tenía el valor para nombrar aquello.
Suspiré y los ojos me comenzaron a arder a causa de las lágrimas que comenzaban a brotar de mis ojos sin control.
Me rodé para acomodarme sobre mi espalda y me di cuenta que no estaba sola en aquella cama.
- Pequeña… - Dijo César quien me abrazaba por la cintura y besaba mi frente.
- No. – Respondí.
Solo ese monosílabo salió de mi boca.
No quería decir nada y  perder el poco auto –control que me quedaba.
Cosas malas les suceden a las personas buenas.
Comencé a llorar, las lágrimas rodaban sin contención.
Primero lloré de manera calma para pasar por muchas etapas, hasta que me incorporé y comencé a golpear la cama.
¿Qué se hace en esos casos?
¿Cuál es la solución para poder arrancarte todo ese dolor del pecho?
¿Alguien, acaso alguien en este mundo puede ponerme una inyección que mitigue todo esto?
Mis aros comenzaron a manifestarse.
¡Claro que quería destrozar al mundo!
César se hincó y me abrazó por la espalda, entrelazó sus manos con las mías y las colocó en mi pecho sin dejar de sostenerme desde la espalda.
- Tranquila pequeña, tranquila, todo pasará y esto también.
Yo escuchaba las palabras pero como si estuvieran muy lejanas, como si de pronto yo estuviera cayendo en un abismo sin fondo y alguien me gritara desde arriba.
- Es el ciclo de la vida.
Alcancé a escuchar esas palabras entre mis propios gritos que ahora se mezclaban con el llanto.
Puedo sentir la fuerza energética de César contrarrestando mis descontroladas ondas, su fuerza física también fue requerida pues quería destrozar con todo a mí alrededor como si con ello milagrosamente Kevin volviese a la vida.
- Pequeña…
Me relajé unos momentos y cesé todos mis esfuerzos. Cuando sentí que César se relajó también me giré, me colgué de su cuello y continué llorando, él correspondió esto, acarició mi cabello por todo el tiempo que permanecí así hasta perder la conciencia.
            Quería dormir, dormir eternamente.
            Cualquiera hubiese pensado que después de la experiencia vivida con la muerte de mi abuela y lo vivido después; esto debería ser más sencillo de sobrellevar, ¡Quiero saber quién carajos cree eso! La muerte de Kevin duele como el peor golpe que el Demonio pudiese darte.
            Resultó que pasé todo un día dormida y me levanté hasta dos días después de aquel evento.
            Los muchachos estaban ahí. Vestían ropas negras, ropas de luto.
            Cada vez está horrible pesadilla cobraba más y más peso en mi vida, ignorarla no la hace menos real y ellos estaban ahí materializándola.
            Me cubrí con las sábanas y después de un tiempo prudente, asomé los ojos para verificar si ellos continuaban ahí, donde estaban antes de que me cubriera.
            César se encontraba sentado a mi lado sobre la cama.
            Mario había acercado una silla y estaba sentado a mi costado, con una mano en su barbilla y la otra cruzada sobre su pecho.
            Jason miraba por la ventana, las cortinas ahora estaban corridas parcialmente.
            Bruno estaba recargado sobre la puerta cerrada de la habitación mirándome fijamente.
            Estaba exhausta de tanto dormir y llorar, mi cara estaba hinchada por la misma causa y me sentía más sola que nunca.
            Me incorporé en la cama, acomodé las almohadas a mi espalda y crucé las manos en mi regazo.
            Respiraba pausada pero profundamente y miré al infinito, sentí que si miraba a cualquiera de ellos a los ojos perdería el control de mí nuevamente.
            - ¿Qué sucedió? Por qué…
            Eso fue todo lo que pude decir.
            - Accidente cerebro – vascular – respondió Mario.
            - No entiendo – dije finalmente – todos ustedes viven una vida saludable, se ejercitan, comen bien, hasta donde sé Kevin no tenía vicios, tenemos exámenes periódicos ¿Acaso no debería eso prevenir éstas cosas?
            Silencio.
            - Son cosas que no podemos prevenir, defectos imperceptibles en revisiones periódicas, son cosas que únicamente son visibles cuando el cuerpo es examinado a fondo, como en una autopsia – Dijo César con la voz entrecortada.
            César acaba de perder a un hijo – me recordó la loca de la casa.
            - ¿Entonces simplemente se trata de un accidente, algo aleatorio, algo que a cualquiera de nosotros le pudo suceder?
            - Desafortunadamente, así es – comentó Bruno desde donde se encontraba.
            Todos ellos estaban de luto, es verdad que yo había perdido a mi compañero, a mi amigo, a mi futuro esposo, pero ellos habían perdido a un hijo, dicen que es el dolor más grande que se puede tener y yo estaba dándoles aún más problemas.
            - No es algo que pudiésemos anticipar o prever – Mencionó Jason.
            Con esas palabras adentrándose en mi cerebro fui consciente de lo egoísta que me estaba portando, ellos tenían mucho que hacer con los preparativos del funeral o lo que sea que ellos hiciesen en estos casos, y además tenían que atenderme a mí. Yo debería estar siendo un soporte para ellos y no lo contrario.
            He sido muy egoísta.
            Como tantas veces agrupé los pedazos de mí los pegué tan bien como pude hacerlo y puse manos a la obra.
Me puse de pie lentamente no es que estuviera al 100% no quería darles un susto más.
Les abracé a cada uno de ellos dejándoles saber con ese breve contacto, cuando lamentaba su pérdida.
Tomé algo de la comida que me habían llevado.
- Todo está listo para su funeral – dijo César.
Tragué con dificultad ese primer bocado, la saliva en mi boca era espesa y pastosa.
- Lamento ser tan patética en estos casos – dije – solo que no sé si ustedes tienen otras costumbres que deba aprender, que deba considerar…
- Yo la guiaré por esto – dijo César, ustedes comiencen a prepararse.
El ya vestía completamente de negro, corbata, camisa, traje, todo era negro.
Tras cerrarse la puerta, César acercó la silla para colocarse sentado frente mí.
Introduje un trozo de fruta a mi boca esperando algún tipo de instrucción de su parte.
Tomó mi mano izquierda entre sus manos.
- Este anillo - dijo él.
Retiré mi mano lentamente y mi rostro se enrojeció.
- Yo…
El me miraba fijamente, le platiqué todo de una manera honesta, no tenía ya ningún caso ocultarlo.
- Yo acepté la propuesta de matrimonio de Kevin. No es que fuera a casar de inmediato con él, solo quería que supiera que él era el elegido Pero no tiene ninguna importancia ahora ¿Cierto?
Comencé a retirar el anillo del dedo, él lo impidió.
- Úsalo, úsalo durante éstos días, él lo sabrá – sonrió cálidamente.
- El mencionó algo de 49 días.
- De acuerdo a sus creencias 49 días después de la muerte viene su reencarnación.
- Existe alguna ceremonia especial ¿Algún pedido especial?
- Nosotros tenemos algo que llamamos “Ceremonia de Luz”, casi ninguno de nosotros profesa una religión como tal, y debido a ello es que creamos esa ceremonia. Mañana serás participe de ella. En esa ceremonia vestimos el color de la energía que desprende la persona fallecida.
- Azul – dije en voz alta.
César afirmó.
Miró nuevamente mi anillo y sonrió.
- Acompáñame.
Entramos al estudio. Él se ubicó detrás del escritorio y yo simplemente me dejé caer en el primer lugar que encontré.
Permaneció sin decir palabra.
- Como sabes Kevin era como un  hijo para mí un poco más que para todos ellos.
- Él me contó algunas partes de la historia – le señalé.
- ¿Puedo saber cuándo es que Kevin te dio ese anillo?
Dudé, todas las preguntas que ellos hacían tenían un propósito y yo sí que me encontraba escondiéndoles algo en ese momento.
Al ver que no le respondía colocó sus antebrazos sobre el escritorio y se inclinó hacia al frente para quedar un poco más cerca de mí.
- ¿Pequeña?
Su voz denotaba instrucción, él quería escuchar la respuesta de mis labios ¡Por Que habría yo de negarle eso?
- Me lo dio uno o quizás dos días antes de que regresáramos – respondí finalmente aunque con cierta duda en mi voz.
Recargó su peso sobre el respaldo de la silla. Viéndole de aquella manera pude ver el cansancio  y tristeza acumulados en su rostro.
- Tu ¿Ibas a aceptar su propuesta? ¿Cuándo lo decidiste?
Giré mi cabeza, son preguntas muy personales que me ésta resultando incómodo responder.
- Es algo muy íntimo lo sé – dijo él, confía en mí, te prometo que todo esto tiene un propósito – Me miró fijamente sin que pudiera hacer otra cosa que rendirme.
- El me entregó el anillo y me pidió no tomar ninguna decisión precipitada, él sabía que Atlas y yo… - no ahondé en un tema bien conocido por ellos y por todos. Sí que me puso a pensar César, he de reconocerlo, pero él fue tan bueno y lindo con migo, me ayudó en más de una manera, me brindó cariño,  fidelidad incomparable y él me mostró que él era todo lo que yo quería en esta vida.
Sí que me pregunté si no estaba solo sustituyendo la ausencia de Atlas, porque Dios sabe que lo he extrañado horrores, pero Kevin, bueno simplemente me derretía el corazón, cada ocasión que nuestros ojos se encontraban, podía ver a través de su alma la cual me entregaba a cada momento.
Nuevamente estaba llorando.
¡Tomé una decisión que ahora no tiene ningún sentido!
- Te haré una pregunta ahora, no como tu tío, si no como un esperanzado padre que … - habló tras unos momentos de silencio. ¿Existe la posibilidad de que estés embarazada?
Reí fuertemente mientras limpiaba mis lágrimas
- No César, lo lamento. Él y yo no llegamos hasta ese punto y creo que ustedes lo saben.
Me miraba fijamente.
- Valía la pena preguntar - dijo dando un golpe a la mesa y poniéndose de pie.
Abrió un cajón de escritorio y sacó un sobre, extendió la mano para entregármelo y al mismo tiempo se sentó en el sillón más cercano. Ahora platicábamos sin nada que estuviera entre nosotros.
- Quizás Kevin sabía que algo pasaba con él. Quiero pensar que sabía que lo que le sucedió… - Su voz se entrecortó y él dejó de hablar.
- Seré tan honesto como impresionantemente has sido conmigo el día de hoy. Kevin me entregó este sobre cuando ustedes llegaron, entiendo que él nunca supo que habías tomado una decisión respecto al anillo. Ahora este sobre te pertenece. Debía entregártelo si ustedes dos terminaban por caminos separados o si algo le  sucedía a él.
Creí que se trataba de alguna acción impulsiva por su parte, reí incluso cuando me lo entregó, sin embargo mi sonrisa se desdibujó cuando vi en su rostro que él lo decía enserio.
Hago entrega entonces.
Acto seguido se puso de pie y se marchó.
Observé por largo tiempo el sobre, lo coloqué en mi regazo, era un sobre color azul intenso, el papel era brillante, se notaba abultado, no quería abrirlo, no había dejado de llorar y estaba segura de que esto simplemente me haría llorar aún más.
¡Menuda broma Kevin!
Finalmente lo abrí, esa carta tenía un objeto después de todo, una instrucción fue dejada con ella.
Observé letras, observé renglones, mi cerebro se negó a procesar todo aquello hasta que lo forcé.

¡Hola BB!

Si estás leyendo esto, como dicen las películas que tanto disfrutamos tú y yo, entonces quiere decir que no estamos juntos ¡Lo lamento tanto! Me estoy perdiendo una encantadora vida a tu lado, espero que todo esté yendo de maravilla en tu vida.
Me gustaría tanto decir que te amé desde el primer instante en que te conocí pero  no fue así, me alegro sin embargo de haberte amado tan profundamente como lo hago lo cual es un privilegio para alguien como yo.
Esta carta la escribí durante tu ausencia en nuestra estadía en Suecia y se la entregaré a César a nuestro regreso.
No sé bien si sea una despedida o una bienvenida, pero como sea entiende que tiene puesto mi corazón.
Esto es mi último regalo, lo escribo tan trágicamente pues si ya no estamos juntos así será.
Hemos hablado de que tú no seguirás con esta vida en tu futuro, lo cual no entiendo y no pretendo hacerlo pues como tu bien dijiste tú tienes una familia y nosotros somos ya una familia.
Lo que contiene este sobre es mi testamento actualizado.
Si te preguntas por que lo he hecho, la respuesta es sencilla, tú crees que salir de éste mundo será sencillo pero no lo será, yo te estoy preparando para ello. Salir de éste mundo será como intentar salir de una mafia teniendo a Ramsés como papá sanguíneo siendo que tu accediste voluntariamente a entrar aquí, será casi imposible para ti hacerlo cuando ellos hayan descubierto o tu hayas mostrado toda tu energía contenida.
¡Prepárate para la batalla!
Te estoy dejando mi casa aquí en la asociación, en nuestro mundo. Le encontrarás sentido cuando el momento llegue, al respecto evita darle vueltas al asunto, entiérralo en el olvido, créeme todo cobrará sentido cuando sea el momento, no antes, no después.
Destruye esta carta, no guardes evidencia, mi testamento estará legalizado y alguien te buscará para entregarte lo que es tuyo.
Te estoy dejando la ubicación de una cantidad de dinero que te permitirá reiniciar tu vida, es dinero en efectivo, encontrarás que es una buena práctica hacer esto sobre todo en nuestro mundo.
Ahora que no estamos juntos espero desde el fondo de mi corazón que estés viviendo una vida plena, una vida feliz defendiendo tus creencias e ideales, creando tu propio camino, pero siempre siendo fiel a ti misma y a tus creencias.
Espero que nuestra separación no haya sido dolorosa para ti, y de ser así lo  lamento desde el fondo de mi corazón. ¡Te amo y es lo que menos deseo!
Es todo lo que puedo hacer por ti Diablilla. Deseo desde el fondo de mi corazón que esta carta nunca llegue a tus manos.

Te ama. XXXX XXXXX (Kevin)

¿Cómo el universo fue tan sádico para hacerme esto? Sus bromas resultan cada vez más y más dolorosas.
Leí y re-leí la carta algunas veces más, las lágrimas habían dejado de rodar, pero el agujero en mi corazón continuaba doliendo.
No quería destruir la carta, pues era algo que él había escrito de su puño y letra para mí, solo para mí.

Al siguiente día me preparé, vestí de acuerdo a la costumbre y todos ahí vestían similar.
No quería mirar dentro de aquel ataúd que solo contenía un cuerpo sin vida, no quería tener ese recuerdo en mi mente, he trabajado duro para intentar eliminar el recuerdo de verle tirado en aquel lugar, inerte, sin vida.
- No tienes que pasar por esto sola – Susurró César a mi oído brindándome su brazo para que me sostuviera de él.
Caminamos para ubicarnos en el segundo círculo de personas que se formó alrededor de su ataúd.
- El primer círculo está formado por los maestros supremos, me instruyó, debes saber que Ramsés está ahí, le busqué inútilmente pues todos ellos llevaban túnicas y capuchas que cubrían sus rostros, de ésta manera casi todos lucían iguales.
Entré en mi burbuja personal, quizás por voluntad propia, quizás no. Escuchaba todo en segundo plano para dejar paso al sonido nítido de mi propia mente.
Mi propia voz interior que me reclamaba, me reprochaba, me torturaba.
Nos tomamos de la mano, de mi lado izquierdo tenía a Mario, de mi lado derecho a César. Comenzaron a dejar aflorar su energía, la imagen era hermosísima pues las emisiones de energía no eran para atacar o dañar, simplemente permanecían rodeando al dueño de la misma, las energías no se mezclaban eran contenidas como su fuesen burbujas invisibles, una energía cedía al paso de la otra cuando se encontraban, era un sinfonía energética perfecta, un placer visual.
La energía de los maestros supremos era diferente  sus emisiones eran definidas, visualmente más coloridas y no danzaban, no fluían, permanecían como luces de neón a su alrededor como halos que los protegían o rodeaban.
Mi energía salió a flote a voluntad, internamente y desde lo más profundo de mi corazón le agradecí a Kevin, pues sin él yo no hubiese poseído aquel manejo, aquel control, mi energía estaba desbocada sin embargo, irregular sin importar cuanto quisiese yo controlarla, ella insistía en tener voluntad propia. Invertí mucho esfuerzo para mantenerla medianamente controlada.
Aquello parecía ser normal, si yo no me encontraba en paz, mi energía tampoco iba a estarlo.
Junto con  la energía una serie de cánticos en otro idioma, al que sonaba como un idioma antiguo iban siendo entonados por los maestros supremos, quienes poco a poco incrementaban el volumen del mismo. La intensidad de su energía también fue incrementada, todas sus  energías convergieron en un mismo punto encima del cuerpo de Kevin. Mi amado Kevin.
En ese punto todos callaron.
Ella habló.
La vida es un ciclo, todos tenemos un propósito y una misión. Sin importar cuan injusto consideremos la partida de XXXXXX XXXXXX (Su nombre real), no tengo ninguna duda en que  su propósito fue cumplido y esa fue la razón por la cual desencarnó. Todos somos energía y nosotros nos encontramos unidos por ella, él conoce el camino, solo él conoce su destino, ayudemos entonces a alumbrarlo para que llegue rápidamente y sin contratiempos. Energía desde nuestro corazón, con amor incondicional mostremos gratitud hacia lo que nos enseñó, hacia el tiempo que compartió con nosotros. Amémosle incluso más de lo que él nos amó.     
Nadie hizo un ruido más.
Así en aquel iluminado silencio, con la energía de nuestros corazones Kevin fue depositado de regreso a la tierra a la cual pertenecía, a la cual todos regresaremos tarde o temprano.
Observé calmadamente, tranquilamente como el ataúd desaparecía lentamente en aquel agujero en la tierra.
Quise gritar con todas mis fuerzas, quise lanzarme tras de esa caja que ahora guardaba en ella el cuerpo de Kevin, un cuerpo al que injustamente le habían arrancado la vida, una cuerpo que aun debería andar deambulando por éstos lugares.
Fui lo más prudente que he sido hasta ahora y guardé todos mis impulsos atendiendo a todas las recomendaciones de la persona que ahora habitaba aquella morada, muestra tu energía hasta el momento en el que decidas retirarte de éste mundo.
Sé que alguien notó que mi energía se intensificó, Pude ver a un encapuchado viéndome fijamente aun cuando su rostro permaneció oculto.
Si esto tendría alguna consecuencia lo sabría en los próximos días, no esperaba que dejaran toda aquella ceremonia para ir a aclarar el punto, confié en ello.
La ceremonia terminó y todos se retiraron en silencio.
Me acerqué al agujero en la tierra que ahora en el fondo contenía el cuerpo de Kevin en una fría caja.
Me hinqué y le grité, grité desgarradoramente hasta que me quedé afónica. Nadie estaba allí, esperé a quedar sola, todos ellos respetaron mi decisión, sé que escucharon mis gritos, pero nadie podía hacer nada. Nadie.
Sentí sin embargo que varias energías me rodeaban, los muchachos y Ramsés, lo supe pues era el único encapuchado.
La sensación era sumamente agradable, reconfortante, lleno de amor, lleno de paz, les miré desde mi lugar hincada en el piso, mis ojos llenos de lágrimas y mi rostro descompuesto.
Escuchaba voces en mi mente, ellos estaban de pie, con los brazos hacia los costados y las palmas hacía el frente, las piernas separadas que hacían que formaran un triángulo, las voces resultaron tanto inquietantes como confortantes.
Sus energías nos rodeaban como un espiral ascendente, nos dejaban dentro del mismo.
Ellos tenían sus ojos cerrados. Tan pacíficos como siempre, tan calmos como si estuviéramos en una situación normal.
Escuchaba todas sus voces en una sola voz albergada en mi mente.
- Sana tu dolor, despídete, no lo cargues por siempre, lo amaste, agradece por ello, agradece por las experiencias vividas, amale, ódiale, ríe, llora, grita, todo lo que desees ¡Sana tu alma! Y déjalo partir.

CONTINUARÁ...

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